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VIH: Tratamiento en Mujeres Embarazadas y Niños, Tesinas de Medicina Preventiva

Descripción básica del VIH, diferencia de VIH y SIDA; tratamiento para esta población en específico.

Tipo: Tesinas

2016/2017

Subido el 02/12/2017

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Elaborado por: Daniel Espadas Mena
Este presente ensayo se realizó con el fin de exponer los distintos
casos y fármacos utilizados en pacientes con VIH. Trabajo elaborado
para la clase de Taller de Redacción Universitaria de la Universidad
Marista de Mérida.
Noviembre de 2017
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¡Descarga VIH: Tratamiento en Mujeres Embarazadas y Niños y más Tesinas en PDF de Medicina Preventiva solo en Docsity!

Elaborado por: Daniel Espadas Mena

Este presente ensayo se realizó con el fin de exponer los distintos

casos y fármacos utilizados en pacientes con VIH. Trabajo elaborado

para la clase de Taller de Redacción Universitaria de la Universidad

Marista de Mérida.

Noviembre de 2017

EMBARAZADAS Y NIÑOS CONTRA EL VIH

En este documento se va a tratar una de las enfermedades más comunes y con mayor incidencia en nuestra población y en general en todo el mundo, descrita por primera vez en la década de los ochenta es, la enfermedad conocida como síndrome de inmunodeficiencia humana adquirida o SIDA enfocándonos en niños en edad gestacional, así como en mujeres embarazadas. Se expondrá el tratamiento dependiendo de la edad, condición de los pacientes y también (en caso de mujeres embarazadas) la posibilidad de prevenir el contagio a sus hijos en labores de parto o en período de lactancia. Partiendo inicialmente de una breve definición de la patología y del virus causante de ella.

VIH significa virus de la inmunodeficiencia humana. Éste retrovirus daña el sistema inmunitario mediante la destrucción de los glóbulos blancos que combaten las infecciones. Esto lo pone en riesgo de contraer infecciones graves y ciertos tipos de cáncer. SIDA significa síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Es la etapa final de la infección con el VIH. No todas las personas con VIH desarrollan SIDA.

El VIH suele contagiarse a través de relaciones sexuales sin protección con una persona infectada. También puede propagarse por intercambio de agujas para inyectarse drogas o por contacto con la sangre de una persona infectada. Las mujeres pueden infectar a sus bebés durante el embarazo, la lactancia o el parto. En concreto, el VIH ataca y destruye los linfocitos CD4, que son un tipo de células que forman parte del sistema

El hecho de tratar la enfermedad lo antes posible y la gran evolución que han experimentado los fármacos para el VIH, ha hecho que la esperanza de vida de estos pacientes sea cada vez mayor.

Por el contrario, las personas que no reciben tratamiento permitirán que el virus se extienda por su cuerpo, debilitando gravemente el sistema inmunitario y pudiendo llegar al estadio sida. Además, la carga viral en sangre es elevada y pueden propagar el virus.

(UNICEF, 2009) Todos los días, cerca de 1.000 bebés se infectaron con el VIH durante el embarazo, el parto o la lactancia.

A escala mundial, hay aproximadamente 1,4 millones de mujeres embarazadas que viven con el VIH en países de ingresos bajos y medios.

Sólo el 26% de las mujeres embarazadas que viven en estos países realizaron las pruebas del VIH.

En África oriental y meridional, la región más afectada por la epidemia, sólo la mitad de las mujeres embarazadas se hicieron la prueba del VIH.

Se estima que el 53% de las mujeres embarazadas que viven con el VIH en el mundo en desarrollo recibieron medicamentos antirretrovirales para evitar transmitir el virus a sus bebés.

En África oriental y meridional, el 68% de las mujeres embarazadas que viven con el VIH recibieron tratamiento antirretroviral.

Para reducir la incidencia de casos en esta población en específico la UNICEF señala que hay una estrategia abierta en cuatro frentes para prevenir el VIH entre los lactantes y niños de corta edad. Esto incluye las intervenciones prioritarias que deben emprenderse como un componente de los servicios generales de salud materna, neonatal e infantil.

Primero: La prevención principal del VIH entre las mujeres en edad fértil dentro de los servicios relacionados con la salud reproductiva como la atención prenatal, posparto / atención prenatal y de la salud, y los puntos de prestación de servicios relacionados con el VIH, incluida la colaboración con las estructuras comunitarias.

Segundo: Proporcionar asesoramiento adecuado y apoyo a las mujeres que viven con el VIH para que puedan tomar una decisión consciente sobre su futura vida reproductiva, con especial atención en la prevención de embarazos no deseados.

Tercero: Para las mujeres embarazadas que viven con el VIH, garantizar la prueba del VIH y el acceso a los medicamentos antirretrovirales que brinden apoyo a la salud de las madres y a prevenir que la infección se transmita a sus bebés durante el embarazo, el parto y la lactancia.

Cuarto: Una mejor integración de la atención del VIH, tratamiento y apoyo a las mujeres resultaron positivos para ellas y sus familias.

Para finales de 2011, ONUSIDA estimó que el número de personas de ≥15 años que adquirió la infección por el VIH en el mundo fue alrededor de 2.2 millones, de las cuales cerca de 1.5 millones ocurrieron en África Subsahariana. Alrededor del 90% de las

La sensibilidad y especificidad de las pruebas rápidas para VIH en embarazadas generalmente es adecuada, sin embargo, existe cierto número de falsos positivos que varían según la prevalencia de la infección por VIH en la población. En las mujeres embarazadas que viven con el VIH y pertenecen al grupo de personas en quienes un diagnóstico rápido es esencial para establecer la profilaxis contra el VIH, el tiempo en el que se cuenta con el resultado es de 60-90 minutos (CENETEC,2016).

Si la situación serológica con respecto al VIH es desconocida en el momento del parto, o en el postparto inmediato, se debe indicar, con carácter urgente, la realización de prueba rápida y si existen factores de riesgo, ordenar una prueba de ELISA o carga viral. Cuando no se dispone de tiempo suficiente para realizar una prueba confirmatoria, se informará del resultado positivo de la prueba rápida y de la posibilidad de tratarse de un falso positivo. Si la prueba inicial para investigar infección por el VIH realizada en el primer o segundo trimestre de la gestación es negativa, se recomienda repetir la prueba cada trimestre, o al menos en el tercer trimestre de la gestación, lo que puede evitar la detección tardía de la infección después del parto y la transmisión vertical al neonato. Si no es posible hacer este seguimiento, se indicará una prueba rápida antes del nacimiento o una carga viral para evitar un falso negativo de los exámenes de anticuerpos si la paciente se encuentra en periodo de ventana (CENETEC,2016).

La evaluación inicial de la embarazada infectada por el VIH debe de incluir: En mujeres con diagnóstico previo de infección por el VIH, revisar las enfermedades relacionadas con esta infección, recuentos previos de linfocitos CD4 y cargas virales.

Evaluar la situación inmunológica mediante la cuantificación de linfocitos CD4.

Determinar la carga viral actual.

Actualizar la Serología para virus de Hepatitis A, B y C, Toxoplasma gondii y Treponema pallidum.

Evaluar la necesidad de profilaxis para infecciones oportunistas.

Evaluar el estado de vacunación de la paciente, con atención particular en Hepatitis A, B, influenza y vacuna antineumocócica.

Revisar la historia previa y actual del tratamiento ARV, con especial énfasis en los problemas de adherencia.

Efectuar Ultrasonido Fetal para determinar edad gestacional y existencia de malformaciones.

Evaluar las necesidades de soporte (social, psiquiátrico, psicológico, etc.)

Evaluar la necesidad de realizar examen de resistencias a ARV.

Realizar exámenes generales básicos.

La embarazada debe conocer los aspectos benéfico del tratamiento ARV (reducción de la carga viral y por consiguiente del riesgo de transmisión vertical del VIH), las posibles repercusiones sobre el embarazo y a largo plazo sobre el recién nacido. (SPNS, GeSIDA/ SEGO, SEIP, 2013).

nefrotoxicidad del TDF, su acción sobre la mineralización ósea y los riesgos potenciales sobre el feto. Una excepción es la coinfección con virus de Hepatitis B (VHB), en donde el esquema de elección incluye la combinación TDF + FTC ó LMV.

Otros ARV utilizados durante la gestación son DRV/radministrado una vez al día que muestra un perfil farmacocinético adecuado al asociarlo a ETR y en ocasiones a RAL, especialmente en embarazadas con virus con mutaciones de resistencia a fármacos clásicos en quienes la utilidad potencial de RAL se debe a su buen paso trasplacentario y a la caída rápida de la carga viral. Estas características pueden ser de utilidad en pacientes que se diagnostican tarde y que llegan a la semana 38 del embarazo con niveles

elevados de carga viral (CENETEC,2016).

Para seleccionar un esquema de tratamiento ARV en una embarazada, deben considerarse múltiples factores como son:

Las comorbilidades,

La conveniencia de cada uno de los ARV,

Los efectos adversos sobre la embarazada, el feto y el recién nacido,

La tolerabilidad y simplicidad del esquema,

Las interacciones medicamentosas,

La farmacocinética,

La adherencia de la paciente al tratamiento,

La experiencia del médico con el uso de estos fármacos en embarazadas.

En general, los mismos esquemas que se recomiendan para el tratamiento en adultos, se

utilizan en las embarazadas con las consideraciones anteriores.

Todos los recién nacidos expuestos al VIH deben recibir profilaxis ARV posterior al nacimiento con el objetivo de disminuir la transmisión perinatal del virus e iniciarla lo antes posible después del nacimiento, idealmente a las seis horas de vida extrauterina con

duración de seis semanas. La ZDV se metaboliza en forma primaria en el hígado

mediante glucuronización a un metabolito inactivo, lo que permite una vida media más prolongada con disminución de su eliminación (CENETEC,2016). Otros medicamentos ARV diferentes a Zidovudina y Nevirapina no se recomiendan para su uso en el

neonato, sobre todo en aquellos de pretérmino debido a que falta información sobre dosis y

seguridad.

Los hijos de madres que recibieron tratamiento ARV combinado (triple) y profilaxis con ZDV durante el nacimiento con carga viral materna indetectable o muy baja (<1, copias/mL) al nacimiento, que nacen mediante Cesárea, tienen bajo riesgo de

adquirir la infección por el VIH.

La prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo es más efectiva cuando la madre ha recibido tratamiento ARV combinado durante el embarazo, continúa durante el nacimiento y el niño recibe profilaxis con ZDV desde las primeras 6 a 12 horas

de vida extrauterina (Committee on Pediatric AIDS, 2008).