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este documente esta relacionado a la unidad 2 de principios de la economia logistica
Tipo: Apuntes
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¿Qué es un mercado? Se llama mercado a todo ámbito en el que interactúan la oferta y demanda de un bien o un servicio. Dicho en otros términos, hay mercado si se encuentran quienes desean adquirir un producto o servicio con quienes desean desprenderse del mismo a cambio de otro bien o servicio, o de dinero. De la propia definición, surge que no necesariamente el mercado existe como lugar físico. Ni siquiera es necesario que haya contacto entre las partes: por el contrario, debido al auge de las comunicaciones existen hoy numerosísimos ejemplos de mercados virtuales, donde el contacto entre las partes y de las partes con las mercaderías transadas se da a último momento e incluso no se produce nunca. En los mercados de futuros y opciones se comercia el derecho a disponer de lotes de productos agrícolas como cereales y oleaginosas, o de metales como plata y cobre, que cambian numerosas veces de manos hasta que al vencimiento del plazo se concreta la entrega. Desde estos mercados hasta una bolsa de valores o un mercado concentrador de frutas y hortalizas, el fenómeno que se está dando es el mismo: el encuentro entre oferentes y demandantes que terminan formalizando las operaciones a un precio determinado.
En un mercado perfecto, existe un único precio para cada momento del tiempo. La participación en el mercado debe ser absolutamente voluntaria (si alguien es obligado a vender su producción o a comprar determinado bien, no puede hablarse de mercado). Cuando la interacción de oferentes y demandantes determina un precio, todos los que desean comprar a dicho precio compran y todos los que desean vender, lo hacen. Desde este punto de vista, cuando no compramos un producto porque nos parece “caro”, no experimentamos una frustración: simplemente no deseamos ese producto si para obtenerlo debemos pagar el precio que rige en ese momento y que ha surgido del mercado. Es interesante observar cómo la teoría económica soslaya en este punto el fenómeno de aquellos demandantes que necesitan el bien pero no disponen de ingresos para pagarlo. Ese será un fenómeno que se atribuirá a imperfecciones en otros sectores de la economía, pero
por ahora, el modelo solucionará el inconveniente “suponiendo” que todos los que necesitan un bien disponen de algo que dar a cambio.
Nos ocuparemos más adelante del funcionamiento del mercado. Por ahora nos limitamos a clasificar los distintos tipos de mercados de acuerdo a algunas características como cantidad de participantes y homogeneidad del bien o servicio transado.
Tipos de mercado Si tanto por el lado de la oferta como por el de la demanda existe gran cantidad de participantes, en el sentido de que ninguno de ellos puede influir sobre el precio del mercado mediante su comportamiento individual y a esto le sumamos un producto homogéneo (todos venden exactamente lo mismo), es probable que estemos ante un mercado de competencia perfecta. Si existen muchos demandantes pero sólo un oferente, estamos ante un monopolio. El caso contrario, es decir, muchos oferentes y sólo un demandante, se denomina monopsonio. Existe una situación intermedia, en la que si bien no hay un solo oferente, tampoco hay demasiados, de modo que las acciones individuales tienen efecto sobre las condiciones del mercado. En este caso hablamos de oligopolio si estamos ante escasos vendedores y de oligopsonio si hay pocos compradores. El caso extremo en el que sólo hay un comprador y un vendedor se denomina monopolio bilateral y por último, aquel en el que existe gran cantidad de compradores y vendedores pero el producto no es homogéneo (por ejemplo, existen distintas marcas), se denomina competencia monopolista. Como ya veremos, estas condiciones determinarán que las cantidades comerciadas y el precio alcanzado sean diferentes en cada caso. Pero antes de referirnos a lo que ocurre cuando cambian las condiciones detrás de la oferta y la demanda estudiaremos la condiciones generales de la demanda y la oferta.
De la tabla de demanda a la función de demanda Como resultado de sus funciones de utilidad (que, reiteramos, no analizamos en este curso) el individuo podría completar una tabla que nos indique qué cantidad de determinado bien estaría dispuesto a adquirir en función de distintos precios por unidad del mismo. Esto no es otra cosa que
Figura 1 Precio
2 10 20 30 40 50 60
4
6
8
10
12
14
.
.
.
.
.
.
.
(^0) Cantidad
Así, en la figura 1 puede apreciarse el gráfico que representa la función de demanda que corresponde a la tabla 1. Dicho gráfico representa el comportamiento del individuo que completó la tabla. Para obtener la demanda de todo el mercado, debemos sumar las cantidades que, a cada precio, demandaría cada uno de los participantes en dicho mercado. El procedimiento gráfico se denomina suma horizontal y se muestra en el siguiente cuadro.
DE LA DEMANDA INDIVIDUAL A LA DEMANDA DE MERCADO Para obtener la demanda de todo el mercado, es necesario sumar horizontalmente las demandas de cada uno de los participantes en ese mercado: para cada precio, los demandantes A, B y C demandan cantidades determinadas. La demanda del mercado es la suma de esas cantidades y con ellas se puede construir una nueva tabla de demanda con la que se construye la demanda de mercado dibujada en azul
Precio
2 10 20 30 40 50 60
4
6
8
10
12
14
.
.
.
.
.
.
.
(^0) Cantidad
A
Precio
2 10 20 30 40 50 60
4
6
8
10
12
14
0. Cantidad
15.
B
Precio
2 10 20 30 40 50
4
6
8
10
0. Cantidad
. (^) C
0 60 50 50 160 2 50 43 33 126 4 40 37 17 94 6 30 30 0 60 8 20 23 0 43 10 10 17 0 27 12 0 10 0 10 14 0 3 0 3 15 0 0 0 0
Cantidad Precio (^) Mercado Cantidad A
Cantidad B
Cantidad C
Precio
2 10 20 30 40 50 60
4
6
8
10
12
14
.
.
.
.
.
.
.
0 80 100 120 140 160
.
.
.
.
.
.
30+
50+50+
15
Cantidad
Para que se produzca una variación en la demanda debemos abandonar la condición ceteris paribus: este movimiento, que equivale a un desplazamiento horizontal de la curva de demanda, es producido por la variación de alguno de los otros factores determinantes de la demanda, es decir, del ingreso de los consumidores, del precio de otros bienes o de los gustos. En la figura 3, de todas las posibilidades que representa la función D 0 , al precio vigente p 0 –no importa ahora por qué ese es el precio- se demanda la cantidad Q 0 , supongamos que una medida del gobierno implica que los consumidores de este producto vean incrementados sus ingresos. En tal caso podrían decidir dedicar una parte de ese mayor ingreso al consumo de este producto, demandando más unidades. Sin embargo, el precio vigente continúa siendo el mismo, de modo que ahora al precio p 0 le corresponde la cantidad Q 2. La función se ha desplazado paralelamente. Ha ocurrido un cambio en la demanda , se ha pasado de D 0 a D 1.
Figura 3
Un comportamiento similar podría darse si, por ejemplo, se agotaran las existencias de un producto de similares características al que nos ocupa. En ese caso, los consumidores del producto agotado podrían volcarse al consumo del producto de nuestro ejemplo. De este modo, nuevamente, sin que haya variado el precio aparecería una demanda adicional. La curva se habría desplazado hacia la derecha. Seguramente no es necesario extenderse en consideraciones acerca de los cambios en los gustos o en las modas: de manera más patente que en los ejemplos anteriores, en función de este factor psicológico se demandará más o menos cantidad, con independencia de lo que ocurra con el precio del bien. Cuando un artículo “pasa de moda”, sus vendedores deben recurrir a fuertes reducciones de los precios para lograr vender las unidades remanentes, mientras que si hubieran fijado ese valor durante la temporada de moda, hubieran vendido una cantidad mucho mayor. Es evidente que la curva de demanda no es la misma en un momento que en el otro, sino que se ha producido un desplazamiento que provoca que a determinado precio, le corresponda ahora una cantidad diferente.
Acerca de los ejemplos anteriores, todos sabemos intuitivamente que si una mayor cantidad de consumidores se vuelca a la compra de un producto, es muy probable que su precio suba. Esto efectivamente es así, pero como resultado de la interacción de nuestra demanda con la oferta, en el ámbito del mercado. Por el momento, analizando sólo la demanda, no tenemos elementos para predecir ese comportamiento. Lo que debe quedar perfectamente claro es la diferencia entre un cambio en la cantidad demandada, que es un desplazamiento a lo largo de la curva originado en una variación del precio, y un cambio en la demanda, que consiste en un desplazamiento de la curva motivado ya sea por un cambio en el ingreso, en los gustos, o en el precio de otros bienes.
La función de oferta De la misma manera que podemos explicar el comportamiento del consumidor mediante una función de demanda, podemos explicar el interés del productor por ofrecer mayor o menor cantidad de bienes a través de su función de oferta. A diferencia de la demanda, en este caso podremos
cambio en los precios de los factores o de la adopción de una tecnología diferente. Estas variaciones producen gráficamente un desplazamiento de la curva. Menores precios de los factores provocan desplazamientos hacia la derecha, mientras que mayores precios implican movimientos hacia la izquierda. La tecnología más eficiente desplaza la curva hacia la derecha mientras que si se adopta una tecnología más ineficiente habría un desplazamiento hacia la izquierda (este último es un caso difícil de imaginar en términos generales, pero podría ocurrir que una avería en una maquinaria determinada, obligara al productor a utilizar máquinas más viejas o trabajo manual para reemplazarla).
Figura 4
Equilibrio del mercado El equilibrio se define como una situación de estabilidad. En el campo de la física decimos que un cuerpo está en equilibrio cuando todas las fuerzas que actúan sobre el mismo se anulan mutuamente de modo que esa situación de estabilidad perdura. Existen tres tipos de equilibrios: un equilibrio es estable si, cuando una fuerza desplaza al objeto de su situación, aparecen otras fuerzas que lo vuelven a su posición original. Por ejemplo, cuando un péndulo es sacado de su posición de reposo, oscila hasta que finalmente queda nuevamente en una situación estable similar a la original. Un equilibrio es inestable cuando, desplazado el objeto de su equilibrio, las fuerzas que aparecen alejan al mismo aún más de la posición original. Si una pelota está en reposo en la cima de un promontorio y es desplazada de esa posición, rodará cuesta abajo alejándose indefinidamente hasta que no aparezca otra fuerza que la detenga. Por último, un equilibrio es indiferente si el desplazamiento de una posición de equilibrio lleva automáticamente a otra posición de equilibrio, como ocurriría con una pelota que sea suavemente desplazada sobre una superficie perfectamente plana: cuando el impulso desaparece, automáticamente hay un nuevo equilibrio.
En nuestro curso, postularemos que el mercado puede alcanzar una situación de equilibrio y que tal equilibrio es estable (los equilibrios inestables existen en Economía, pero los dejamos para un curso más avanzado).
Figura 5
.
Precio (P)
Cantidad (Q)
p (^) e E
q (^) e
o
d
Paulatinamente, el precio vuelve al nivel de equilibrio, en el cual no hay cantidades remanentes.
Figura 6
Si el precio se situara por debajo del de equilibrio, los consumidores estarían interesados en adquirir una cantidad mayor, pero es probable que ese precio deje a algunos productores fuera de la posibilidad de ofrecer su mercadería en la medida en que no cubra sus costos o simplemente, sus expectativas de beneficios. La cantidad ofrecida, será entonces más baja que la correspondiente al equilibrio. Se habrá generado un exceso de demanda (habrá escasez del bien). En esta situación quienes desean con mayor interés este producto pueden estar dispuestos a pagar un poco más para obtenerlo. Aparece así una presión alcista que termina eliminando el exceso de demanda, en función de que quienes provocaban ese exceso, van perdiendo interés en la medida en que el producto aumenta su precio. El precio regresa al nivel en el que las cantidades ofrecidas y demandadas coinciden.
De este modo, vemos que, ceteris paribus, cuando nos alejamos de la situación de equilibrio, aparecen fuerzas que tienden a llevar los valores nuevamente a su posición inicial. Hay una situación de equilibrio estable. Recordemos que el equilibrio es considerado una situación óptima, en la medida en que todos los consumidores que estén dispuestos a pagar el precio de equilibrio conseguirán esta mercadería y todos los productores que la ofrezcan a dicho precio, venderán su producción.
Desplazamientos de las funciones de oferta y demanda ¿Qué ocurrirá en nuestro mercado si, partiendo de una situación de equilibrio, aparece alguno de aquellos factores que podían modificar la posición de las curvas de oferta y demanda? Supongamos que, estando el mercado de un bien en equilibrio, los ingresos de los consumidores se ven incrementados. Según vimos anteriormente, esta circunstancia produce un desplazamiento horizontal de la curva de demanda. Es fácil darse cuenta de que este desplazamiento llevará a un nuevo punto de equilibrio que coincide con la nueva intersección de demanda y oferta. Se intercambiará una cantidad mayor, a un precio más alto que el anterior. A pesar de que, como está planteado, el proceso nos muestra un ajuste automático e inmediato que nos lleva de un punto de equilibrio al otro, es interesante observar qué hay detrás de este ajuste automático: para ello deberíamos considerar el proceso en dos etapas. Podríamos pensar que, cuando se desplaza la curva de demanda, en un primer momento el precio de mercado permanece inalterado. De este modo se generaría un exceso de demanda: los productores continúan ofreciendo la misma cantidad, pero ahora ésta es superada por el interés de los consumidores. Esta presión de la demanda inicia un paulatino aumento de precio que genera dos efectos: por un lado desalienta a los consumidores más sensibles al precio (nos movemos ahora a lo largo de la nueva curva de demanda), mientras que los productores reaccionan incrementando la cantidad ofrecida. Finalmente alcanzan el nuevo punto de equilibrio, que será estable en la medida en que no aparezcan factores adicionales que desplacen nuevamente las curvas.
Figura 7
. .
P
Q
E (^1)
E (^2)
p 1
p 2
q 2 q 1
O’ O
D
.
..
P
Q
E (^1)
E (^2)
A
Exceso dedemanda
p 1
p 2
qA q 2 q 1
O’ O
D
Aparece la Economía Normativa: precios máximos Hasta aquí tenemos a la oferta y la demanda interactuando de tal manera que generan una situación estable. Se intercambiará una determinada cantidad de producto (la cantidad de equilibrio), a un precio determinado (el precio de equilibrio). Podría decirse que entre productores y consumidores hay un acuerdo tácito respecto de que el precio de equilibrio es el que corresponde pagar por unidades del producto en cuestión. Pero alguien no está tan de acuerdo: el Estado. El gobierno podría considerar que el precio vigente en el mercado no es “correcto”. La interacción de la oferta y la demanda han determinado un precio de equilibrio estable que satisface a
El mecanismo como lo vemos habitualmente
El mecanismo completo
todos los participantes en el mercado. Pero este precio no es compatible con otros objetivos de la sociedad, por lo que el gobierno, expresando esos objetivos, decide modificarlo. Si se considera que el precio de equilibrio es demasiado elevado, podría decidirse establecer un precio máximo. Claramente, en este caso se ha ejercido una opción de economía normativa: el precio determinado por el mercado no resulta aceptable por consideraciones que son ajenas a su mecanismo. Un precio máximo es un precio fijado por el Estado mediante una norma legal, de modo tal que se prohíbe vender por encima del mismo. Por definición, el precio máximo está por debajo del precio de equilibrio.
¿El precio máximo es un precio de equilibrio? De ninguna manera. El Estado, mediante su poder de coerción, puede lograr que todas las operaciones se hagan al precio establecido. Pero no puede modificar las funciones de oferta y demanda de productores y consumidores. Por lo tanto, durante la vigencia del precio máximo, aparecerá un exceso de demanda , como toda vez que el precio está por debajo del equilibrio. El precio tendería a subir, pero una norma legal lo impide, de modo que el desequilibrio que representa ese exceso de demanda no desaparece. No hay suficiente cantidad de producto para satisfacer a todos los consumidores; aparece la escasez. El único paliativo posible es la imposición de cupos , de modo que cada consumidor no pueda adquirir más que una determinada cantidad de producto. De este modo, por ejemplo, se suministra a cada familia una cantidad de cupones que se deben entregar –junto con el dinero a valor oficial- para obtener una unidad del producto en cuestión. Un fenómeno frecuente en estas ocasiones es la aparición de un mercado negro, donde finalmente el producto se intercambia de manera ilegal a precios por encima del máximo.
Precio mínimo Pero el Estado no interviene únicamente cuando se considera que un precio es excesivo. Por el contrario, hay ocasiones en las que –a su juicio- el precio determinado por la oferta y la demanda es demasiado bajo , con la previsible consecuencia de dificultades para los productores que no puedan cubrir sus costos si venden la mercadería a ese precio. La solución es el
Figura 8
P
Q
pE E
qE
O
D
A
O (^) C unidades que puede nCupo (Cantidad de venderse)
pA
pB
El mercado está en equilibrio en el punto E. Se intercambia la cantidad qCuando el gobierno impone el cupo OC, la cantidad ofrecida queda reducida y el precioE al precio pE. se eleva hasta pconsumidores estánA , dado que en A se intersectan la cantidad OC con la demanda. Los dispuestos a pagar ese precio por la cantidad OC. Pero los productorespuede llegar a pagar por obtener la licencia. pueden ofrecer esa cantidad al precio pB. La distancia AB es lo que se
Los impuestos También constituyen una intervención del Estado sobre el precio y la cantidad de equilibrio. En este caso nos ocupamos de los impuestos indirectos que son los impuestos que gravan las ventas de bienes y servicios: si el Estado impone el pago de una cantidad de dinero por unidad vendida, el vendedor trasladará esa suma al precio. Dicho de otra manera, si un comerciante vende su producto a $10 la unidad y se le anuncia que deberá pagar $1 por cada unidad que venda, comenzará a cobrar $11 la unidad. Cuando aparece el impuesto, la curva de oferta se desplaza verticalmente , porque para cada cantidad, el productor ahora debe percibir el precio más el impuesto. El resultado será nuevamente un precio de equilibrio más alto y una menor cantidad intercambiada. La diferencia con el cupo radica en que en este caso, un desplazamiento de la demanda -hacia la derecha por ejemplo- podría ser respondido por la oferta y se intercambiaría una cantidad mayor a mayor precio , mientras que en el caso anterior cualquier movimiento de la demanda hacia la derecha generaría exclusivamente aumento de precios.
Figura 9
Elasticidad precio de la demanda Estamos sentados en la mesa de directorio de la empresa. Se han intercambiado unas cuantas ideas, se ha analizado información y se ha llegado a la conclusión de que es imperioso incrementar el ingreso por ventas. Alguien a nuestra izquierda propone aumentar los precios, de modo que vendiendo más o menos la misma cantidad de unidades, el ingreso total por ventas se incrementará. Pero desde nuestra derecha responden que si aumentamos los precios, la gente dejará de comprar y por lo tanto, lo que conviene es reducir el valor de nuestro producto para que más gente lo compre. Entonces, ¿menos unidades más caras o más unidades más baratas? ¿qué es lo que debemos hacer, nos preguntan? “No podemos decirlo con certeza sin conocer la elasticidad de la demanda de nuestro producto”, contestamos. Como puede verse, este tema tiene repercusiones bastante concretas por lo que merece que le prestemos especial atención.
Como una primera aproximación, podemos decir que la elasticidad precio de la demanda de un bien (en adelante le diremos simplemente elasticidad) es una medida de la “sensibilidad” de dicha demanda frente a variaciones en el