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Título del artículo: Evolución histórica de la economía mundial: del mercantilismo al capitalismo financiero global Resumen: Este artículo traza un recorrido analítico por los principales hitos de la historia económica mundial, desde la expansión del mercantilismo europeo en los siglos XVI- XVIII hasta el surgimiento del capitalismo financiero contemporáneo. Se analizan los modelos económicos dominantes, sus fundamentos ideológicos, sus mecanismos de acumulación y sus implicaciones sociales y geopolíticas. A través de una lectura crítica y cronológica, se identifican los elementos de continuidad y ruptura que configuran la actual arquitectura socioeconómica global. Palabras clave: mercantilismo, capitalismo industrial, sistema financiero, historia económica mundial, hegemonía global Introducción: La economía mundial actual no es el resultado de un proceso natural ni neutro, sino de una compleja evolución histórica atravesada por conflictos, innovaciones, conquistas y resistencias. Desde la consolidación de los Estados modernos y los imperios coloniales hasta la financiarización de la economía global en el siglo XXI, los sistemas económicos han respondido a lógicas específicas de poder, ideología y tecnología. Comprender esta trayectoria histórica es fundamental para analizar críticamente las desigualdades estructurales, los desequilibrios geoeconómicos y las formas de dominación presentes en el orden global contemporáneo. Desarrollo:
- El mercantilismo (siglos XVI-XVIII)
- El mercantilismo fue la doctrina económica dominante en Europa entre los siglos XVI y XVIII. Basado en la acumulación de metales preciosos, el fomento de las exportaciones y el control estatal de la economía, el mercantilismo justificó la expansión colonial y la competencia entre potencias europeas. Los imperios coloniales utilizaron sus colonias como fuentes de materias primas y mercados cautivos, generando un sistema económico jerárquico y extractivista. La trata de esclavos, la encomienda y el comercio triangular fueron pilares de este modelo.
- La Revolución Industrial y el capitalismo liberal (siglos XVIII-XIX)
- La Revolución Industrial transformó radicalmente las relaciones de producción. El uso del carbón, la máquina de vapor y el sistema fabril permitió la acumulación acelerada de capital. Se consolidó una economía basada en la
propiedad privada, el trabajo asalariado y el libre mercado. El pensamiento económico liberal, con autores como Adam Smith y David Ricardo, legitimó el libre comercio y la competencia como motores del progreso. Sin embargo, la industrialización también generó nuevas formas de explotación laboral, urbanización descontrolada y dependencia tecnológica entre países.
- El imperialismo y el capitalismo monopolista (finales del siglo XIX – principios del XX)
- El siglo XIX avanzó hacia la consolidación de grandes monopolios industriales, financieros y comerciales, muchos de ellos vinculados al poder estatal. Las potencias europeas, junto con Estados Unidos y Japón, intensificaron su expansión imperialista, colonizando África y Asia. La teoría marxista del imperialismo (Lenin, Hobson) interpretó esta fase como una respuesta a la necesidad de exportar capitales y resolver la crisis de sobreproducción en los países centrales. El capitalismo monopolista profundizó la división internacional del trabajo y configuró un sistema-mundo asimétrico.
- Las guerras mundiales y la crisis del liberalismo económico (1914–1945)
- Las dos guerras mundiales marcaron el declive del modelo liberal clásico y el surgimiento de nuevos enfoques económicos. La Gran Depresión de 1929 evidenció las fallas del libre mercado para autorregularse. En respuesta, se implementaron políticas keynesianas basadas en la intervención estatal, el gasto público y la protección social. Esta etapa vio también la emergencia del Estado de bienestar en Europa y el fortalecimiento del rol del Estado como regulador económico.
- La era dorada del capitalismo y el orden de Bretton Woods (1945–1973)
- Tras la Segunda Guerra Mundial, se construyó un nuevo orden económico internacional con instituciones como el FMI, el Banco Mundial y el GATT. Estados Unidos se posicionó como potencia hegemónica. El modelo keynesiano permitió tasas de crecimiento altas y una relativa estabilidad. Sin embargo, este modelo comenzó a mostrar límites frente a la inflación, el agotamiento de la expansión fordista y las tensiones geopolíticas de la Guerra Fría.
- El neoliberalismo y la globalización financiera (1970–2008)
- La crisis del petróleo de 1973, el colapso del patrón oro y la estanflación impulsaron un giro hacia el neoliberalismo. Desde Reagan y Thatcher, se promovió la desregulación financiera, la flexibilización laboral, la privatización y la apertura comercial. Se expandieron las bolsas de valores, los mercados de futuros y los derivados financieros. La economía global pasó a estar dominada por el capital financiero, en detrimento de la producción real. Las crisis de
Título del artículo: Críticas estructurales a la globalización económica: dependencia, sistema-mundo y hegemonía neoliberal Resumen: Este artículo analiza las principales corrientes críticas que cuestionan la globalización económica desde una perspectiva estructural y geopolítica. Se abordan tres enfoques clave: la teoría de la dependencia latinoamericana, el análisis del sistema-mundo y las críticas al neoliberalismo. A partir de estos marcos se reflexiona sobre la desigualdad, la subordinación del sur global y las estrategias de poder económico en el orden global contemporáneo. Palabras clave: globalización, dependencia, sistema-mundo, neoliberalismo, crítica estructural, desigualdad global Introducción: La globalización ha sido presentada durante décadas como un proceso inevitable, técnico y beneficioso para todos. Sin embargo, diversas teorías críticas han cuestionado esta narrativa, señalando que el orden económico global está atravesado por relaciones estructurales de explotación, jerarquización y dependencia. Este artículo aborda tres de las teorías más influyentes en el pensamiento crítico de la economía global: la teoría de la dependencia, el análisis del sistema-mundo y las críticas al neoliberalismo. Todas coinciden en mostrar que la globalización económica reproduce desigualdades y perpetúa relaciones coloniales bajo nuevas formas. Desarrollo:
- Teoría de la dependencia:
- Surgida en América Latina en las décadas de 1960 y 1970, esta corriente propuso una reinterpretación del subdesarrollo como resultado de una inserción desigual en la economía mundial. Autores como Raúl Prebisch, Celso Furtado, Theotonio Dos Santos y Fernando Henrique Cardoso argumentaron que el desarrollo de los países centrales depende del subdesarrollo de los países periféricos. Las estructuras de intercambio desigual, el endeudamiento externo y la extracción de valor son mecanismos que impiden la autonomía económica del sur global. La teoría de la dependencia desafió la idea de que el desarrollo era simplemente una etapa por la que todos los países debían pasar, y mostró que las condiciones históricas, coloniales y comerciales configuraban una arquitectura desigual. También propuso estrategias como la industrialización por sustitución de importaciones y la integración regional como vías para romper esa dependencia.
- Análisis del sistema-mundo:
- Immanuel Wallerstein propuso a partir de los años 1970 una teoría sistémica para explicar la dinámica de la economía global. Según el análisis del sistema- mundo, el capitalismo es un sistema histórico que ha configurado desde el siglo XVI una economía-mundo organizada en tres zonas: centro, semiperiferia y periferia. El centro concentra la tecnología, el capital y el poder político, mientras que la periferia se especializa en materias primas y mano de obra barata. Este enfoque no ve la globalización como un fenómeno reciente, sino como la fase actual de un largo proceso de expansión y consolidación del capitalismo global. Wallerstein subraya que el sistema se reproduce a través de ciclos de hegemonía (como los liderazgos de Países Bajos, Reino Unido, Estados Unidos) y que las crisis son inherentes a su funcionamiento. El sistema-mundo permite comprender cómo las dinámicas de acumulación capitalista no solo producen desigualdad, sino que también estructuran relaciones culturales, políticas y militares. Las transiciones hegemónicas, las guerras, el comercio desigual y la división internacional del trabajo son analizadas como partes interdependientes de este sistema.
- Crítica al neoliberalismo y la financiarización:
- Desde los años 1980, el neoliberalismo ha sido el marco dominante de la globalización. Autores como David Harvey, Susan George y Naomi Klein han denunciado que esta forma de globalización impone una agenda de desregulación, privatización, flexibilización laboral y concentración de riqueza. Lejos de liberar el mercado, el neoliberalismo refuerza el poder de las grandes corporaciones, destruye el tejido social y debilita la soberanía de los Estados. La financiarización de la economía ha generado nuevas formas de subordinación: deuda externa, fondos buitre, fuga de capitales, especulación con alimentos y monedas. Los flujos financieros tienen más poder que las políticas públicas, y las decisiones económicas se trasladan de lo político a lo tecnocrático. Esto genera una democracia limitada, en la que las decisiones económicas escapan al control ciudadano. Estas críticas también han inspirado movimientos sociales que proponen alternativas como la soberanía alimentaria, la auditoría de la deuda, la economía social y solidaria, y los tratados de comercio justo. Así, las teorías críticas no solo interpretan la realidad, sino que buscan transformarla. Conclusión:
Subtema 2.1: FMI, Banco Mundial, OMC y su papel en la gobernanza económica global Título del artículo: Instituciones multilaterales y poder estructural: el FMI, el Banco Mundial y la OMC en el orden económico global Resumen: Este artículo analiza el papel histórico y contemporáneo del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) en la configuración del sistema económico internacional. Se examinan sus funciones, estructura de poder, mecanismos de condicionalidad y su impacto en las economías del Sur Global. Se argumenta que estas instituciones han operado como herramientas de gobernanza hegemónica que perpetúan jerarquías económicas y políticas globales, al tiempo que presentan desafíos en términos de soberanía, democracia económica y alternativas regionales. Palabras clave: FMI, Banco Mundial, OMC, gobernanza económica, condicionalidad, hegemonía financiera, desarrollo desigual Introducción: Desde la posguerra hasta la actualidad, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) han sido los pilares institucionales de la arquitectura económica internacional. Diseñadas inicialmente para estabilizar la economía global y fomentar el desarrollo, estas instituciones han sido objeto de intensos debates y críticas por su rol en la reproducción de desigualdades, la imposición de políticas económicas y la limitación de la soberanía de los países periféricos. Este artículo examina críticamente su evolución, funcionamiento y controversias principales, aportando elementos para repensar la gobernanza global desde una perspectiva equitativa y multilateral. Desarrollo:
1. Origen y mandato institucional El FMI y el BM fueron creados en la Conferencia de Bretton Woods en 1944, como parte del nuevo orden económico post Segunda Guerra Mundial. El FMI tenía como misión principal garantizar la estabilidad del sistema monetario internacional, mientras que el BM se enfocaba en la reconstrucción y desarrollo de las economías devastadas por la guerra. A mediados del siglo XX, su papel se desplazó hacia el financiamiento de países del Sur Global, con préstamos condicionados a políticas económicas específicas.
La OMC, por su parte, surgió en 1995 como sucesora del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio), con el objetivo de regular el comercio internacional y resolver disputas entre Estados miembros.
2. Mecanismos de condicionalidad y gobernanza Uno de los aspectos más cuestionados del FMI y el BM es su mecanismo de “condicionalidad”: la entrega de financiamiento está supeditada a la aplicación de paquetes de reformas estructurales, orientadas al ajuste fiscal, la liberalización comercial y la privatización de servicios públicos. Estas políticas han sido ampliamente implementadas en América Latina, África y Asia desde los años 80, con resultados dispares. En cuanto a la gobernanza, tanto el FMI como el BM operan con un sistema de votación ponderada según las cuotas de capital, lo que otorga mayor poder a los países desarrollados (especialmente a EE. UU. y la UE). Esto ha generado críticas sobre su déficit democrático, ya que las decisiones de gran impacto económico y social en países del Sur se toman sin una representación proporcional. 3. Impacto en el desarrollo y las crisis Numerosos estudios han documentado los efectos adversos de las políticas de ajuste estructural impuestas por el FMI y el BM. Entre ellos, el aumento de la pobreza, el debilitamiento de los servicios públicos, la dependencia financiera y la pérdida de soberanía fiscal. Países como Argentina, Grecia y Zambia han experimentado graves crisis económicas asociadas a las condicionalidades de estos organismos. La OMC, por su parte, ha promovido una liberalización comercial que ha beneficiado a los países industrializados, al tiempo que ha limitado la capacidad de los países en desarrollo para proteger sus sectores estratégicos o regular flujos de capital. 4. Resistencias, reformas y alternativas Frente a este panorama, han surgido propuestas de reforma institucional y creación de alternativas regionales. Algunas de ellas incluyen: - Mayor representación del Sur Global en los directorios de FMI y BM. - Instituciones financieras regionales como el Banco del Sur o el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS. - Modelos de cooperación Sur-Sur y mecanismos de comercio compensado. Asimismo, movimientos sociales y académicos han cuestionado la legitimidad de estas instituciones y propuesto una nueva arquitectura financiera global basada en la justicia económica, la soberanía monetaria y la participación democrática. 5. Nuevas funciones en contextos de crisis
Título del artículo: Corporaciones multinacionales y soberanía económica: poder transnacional en el siglo XXI Resumen: Este artículo examina el papel de las corporaciones multinacionales en la economía global contemporánea y su impacto sobre la soberanía económica de los Estados, particularmente en el Sur Global. A través del análisis de casos y teorías críticas, se exploran las dinámicas de poder, los vacíos normativos, los mecanismos de evasión fiscal y los conflictos entre intereses corporativos y políticas públicas nacionales. Se plantea la necesidad de repensar el rol del Estado frente a actores económicos con capacidad de incidir en decisiones soberanas. Palabras clave: corporaciones multinacionales, soberanía económica, poder transnacional, regulación internacional, fiscalidad global Introducción: En las últimas décadas, las corporaciones multinacionales (CMN) han adquirido un protagonismo sin precedentes en el sistema económico global. Con operaciones extendidas a decenas de países, presupuestos superiores al PIB de muchos Estados y capacidad de influencia sobre decisiones legislativas y regulatorias, las CMN constituyen actores claves de la globalización. Este fenómeno ha suscitado múltiples interrogantes sobre los límites de la soberanía económica estatal, la justicia tributaria y el equilibrio entre inversión privada y autonomía nacional. Este artículo propone un análisis crítico de estas tensiones, con especial énfasis en las economías periféricas. Desarrollo:
- Origen y expansión de las corporaciones multinacionales:
- Desde las primeras compañías coloniales como la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, hasta los conglomerados tecnológicos actuales, las CMN han sido instrumentos de acumulación y expansión territorial del capital. En el siglo XX, su crecimiento se vio favorecido por el avance de las tecnologías de la información, la liberalización del comercio y la desregulación financiera. Actualmente, empresas como Apple, Amazon o ExxonMobil superan en ingresos a muchos países soberanos.
- Estructura y funcionamiento globalizado:
- Las CMN operan mediante redes complejas de filiales, holding, joint ventures y paraísos fiscales. Esta estructura fragmentada les permite optimizar impuestos, minimizar responsabilidades laborales y ambientales, y maximizar beneficios. Las cadenas globales de valor han desconectado los procesos de producción,
generando zonas de ensamblaje, extracción y consumo diferenciadas. Esto dificulta la fiscalización por parte de los Estados y socava políticas de desarrollo local.
- Impactos sobre la soberanía económica:
- El poder económico de las CMN se traduce en poder político. En muchos casos, condicionan políticas fiscales, medioambientales y laborales mediante mecanismos como el arbitraje internacional (CIADI), los tratados bilaterales de inversión y la amenaza de fuga de capitales. Países del Sur Global han visto limitada su capacidad para aplicar impuestos progresivos, exigir contenidos locales o proteger sectores estratégicos. Además, la capacidad de lobby de las CMN en organismos multilaterales (OMC, FMI, OCDE) influye en normativas que priorizan la liberalización por sobre la justicia fiscal o la sostenibilidad. Esto produce una “captura corporativa” del sistema económico global.
- Ejemplos paradigmáticos:
- Casos como el litigio de Chevron contra Ecuador, las exenciones tributarias de Amazon en Europa, o la evasión fiscal de Starbucks en Reino Unido ilustran los conflictos entre Estados y CMN. También se han documentado prácticas de dumping laboral, greenwashing y manipulación de datos por parte de conglomerados con presencia global.
- Respuestas y propuestas de regulación:
- Diversas iniciativas buscan contener el poder desmedido de las CMN. Entre ellas se encuentran:
- La creación de un tratado vinculante sobre empresas y derechos humanos en la ONU.
- Propuestas de fiscalidad global progresiva (como el impuesto mínimo corporativo del G20).
- Iniciativas de comercio justo, economía circular y vigilancia ciudadana. Asimismo, se promueve el fortalecimiento de capacidades estatales para regular, negociar e imponer condiciones a las inversiones extranjeras, en función de agendas nacionales de desarrollo sostenible. Conclusión: Las corporaciones multinacionales son actores fundamentales en el capitalismo global contemporáneo. Su expansión y poder desafían los límites tradicionales de la soberanía estatal. Reconocer estas tensiones es clave para repensar la gobernanza económica
Título del artículo: Centro y periferia en el sistema económico mundial: dinámicas de dependencia y neocolonialismo en el siglo XXI Resumen: Este artículo analiza el concepto de centro y periferia como eje estructurante del sistema económico global, desde una perspectiva histórica, política y crítica. Se aborda la persistencia de desigualdades entre el Norte y el Sur global, las formas contemporáneas de dependencia, y el papel de los flujos de capital, comercio, conocimiento y tecnología en la reproducción del neocolonialismo económico. A partir de marcos teóricos y estudios de caso, se reflexiona sobre la necesidad de una nueva arquitectura global más equitativa y soberana. Palabras clave: centro y periferia, sistema-mundo, dependencia, neocolonialismo, desigualdad global, Sur Global Introducción: La dicotomía entre centro y periferia ha sido una herramienta conceptual fundamental para entender las desigualdades estructurales en el sistema capitalista global. Desde los análisis de la CEPAL en América Latina hasta las teorías del sistema-mundo de Wallerstein, esta categoría ha permitido explicar cómo la división internacional del trabajo, el comercio desigual y el control tecnológico refuerzan jerarquías económicas y políticas entre países. En este artículo se exploran las raíces históricas del concepto, su reformulación en el siglo XXI y su relevancia para comprender las dinámicas de dependencia contemporánea. Desarrollo:
- Orígenes del concepto y enfoque cepalino:
- La noción de centro y periferia se popularizó en los años 50 a partir de los trabajos de economistas estructuralistas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), como Raúl Prebisch. Según esta visión, los países del centro (industrializados) exportan manufacturas con alto valor agregado, mientras que los países de la periferia (subdesarrollados) exportan materias primas, perpetuando un intercambio desigual. La teoría sostenía que la inserción periférica en el mercado mundial genera dependencia tecnológica, vulnerabilidad a los precios internacionales y obstáculos al desarrollo autónomo. Frente a ello, se propuso la industrialización por sustitución de importaciones como estrategia de autonomía económica regional.
- Sistema-mundo y reproducción de la desigualdad:
- Immanuel Wallerstein amplió el análisis con su teoría del sistema-mundo, identificando tres zonas: centro, semiperiferia y periferia. Este enfoque destaca que la posición de cada país en la economía-mundo condiciona su acceso al capital, la tecnología y la influencia geopolítica. Aunque puede haber movilidad relativa, las estructuras tienden a consolidar las posiciones jerárquicas. En la actualidad, la concentración de innovación, propiedad intelectual, industrias de punta y centros financieros en el Norte Global refuerza esta lógica. A su vez, las nuevas formas de explotación laboral, la extracción de datos y la subordinación digital reproducen el esquema centro-periferia en nuevos formatos.
- Neocolonialismo económico y dependencia financiera:
- El concepto de neocolonialismo describe la persistencia de relaciones coloniales bajo formas formales de independencia. A través de mecanismos financieros, comerciales y culturales, las potencias del Norte siguen condicionando las políticas del Sur. El pago de deuda externa, los tratados de libre comercio, las condicionalidades del FMI o la imposición de estándares internacionales refuerzan la dependencia. Asimismo, las corporaciones multinacionales controlan sectores estratégicos (energía, alimentación, tecnología) en países periféricos, limitando su soberanía. Estas dinámicas generan una división internacional del poder que trasciende lo económico e impacta en la cultura, la política y los imaginarios colectivos.
- Ejemplos contemporáneos de relaciones centro-periferia:
- África exporta minerales estratégicos (coltan, litio) a bajo precio, mientras importa productos manufacturados costosos.
- América Latina enfrenta reprimarización de sus economías y dependencia de exportaciones agroindustriales y extractivas.
- Asia del Sur y Sudeste Asiático concentran industrias de ensamblaje y trabajo precarizado para marcas globales.
- La periferia digital se manifiesta en el control de infraestructuras digitales, algoritmos y flujos de datos por empresas del Norte.
- Resistencias, alternativas y horizontes post-dependencia:
- Movimientos regionales como el ALBA, el Mercosur o la Unión Africana han planteado formas de integración Sur-Sur. También se exploran alternativas como la soberanía alimentaria, el software libre, la ciencia abierta y las monedas regionales. Estas iniciativas buscan construir capacidades endógenas y reducir la dependencia estructural.
Título del artículo: Crisis financieras globales: patrones históricos, impactos estructurales y lecciones sistémicas Resumen: Este artículo examina tres grandes crisis financieras globales —la Gran Depresión de 1929, la crisis financiera de 2008 y la crisis post-pandemia del COVID- 19 — con el fin de identificar patrones estructurales comunes, rupturas sistémicas y respuestas políticas. Se argumenta que las crisis no son anomalías del capitalismo, sino parte inherente de su lógica de acumulación, especulación y desigualdad. El análisis incluye dimensiones económicas, sociales y geopolíticas, y concluye con propuestas para un marco de gobernanza financiera internacional más justo y preventivo. Palabras clave: crisis financiera, recesión global, regulación bancaria, especulación, sistema capitalista, deuda, política económica Introducción: Las crisis financieras globales son fenómenos recurrentes que han marcado la historia del capitalismo moderno. Lejos de constituir simples accidentes del mercado, estas crisis revelan fallas estructurales en la forma en que opera el sistema financiero internacional. Este artículo analiza tres momentos clave —1929, 2008 y el contexto post-pandemia— con el objetivo de comprender cómo se generan, qué actores las protagonizan y cómo se distribuyen sus efectos. Se pretende así aportar una visión crítica que supere las explicaciones técnicas y aborde las raíces políticas y sociales de las crisis. Desarrollo:
- La Gran Depresión de 1929:
- Considerada la primera gran crisis del capitalismo financiero, estalló con el colapso del mercado de valores en Wall Street. Las causas incluyen la sobreproducción industrial, la especulación bursátil, el crédito desregulado y la concentración de riqueza. La falta de regulación financiera permitió una burbuja especulativa que terminó por colapsar. El desempleo masivo, la caída del comercio internacional y la bancarrota de miles de empresas provocaron una recesión prolongada. Las respuestas incluyeron políticas keynesianas, programas de empleo y el New Deal en Estados Unidos. A nivel global, esta crisis llevó a un replanteamiento del papel del Estado en la economía y a la creación posterior de organismos como el FMI y el Banco Mundial.
- La crisis financiera global de 2008:
- Esta crisis se originó en el mercado hipotecario subprime estadounidense, pero rápidamente se extendió al sistema financiero global debido a la interconexión de los mercados y la opacidad de los productos derivados. Las instituciones financieras habían asumido riesgos excesivos, apoyadas en modelos matemáticos erróneos y en la creencia en la autorregulación del mercado. El colapso de Lehman Brothers marcó el inicio de una crisis sistémica que llevó a rescates bancarios, recesiones, y políticas de austeridad en varias regiones. Se evidenció una vez más el poder de los actores financieros frente a los Estados y la vulnerabilidad del empleo, los servicios públicos y los sectores más empobrecidos.
- La crisis post-pandemia del COVID-19:
- Aunque de origen sanitario, la pandemia de COVID-19 provocó una crisis económica global sin precedentes recientes. La interrupción de cadenas de suministro, la paralización del comercio, el desempleo masivo y el aumento del endeudamiento público marcaron un nuevo ciclo de incertidumbre. A diferencia de 2008, hubo una respuesta fiscal y monetaria más expansiva, con paquetes de estímulo sin precedentes. Sin embargo, la recuperación ha sido desigual: los países del Norte accedieron rápidamente a vacunas y financiamiento, mientras el Sur Global enfrentó nuevas formas de exclusión, deuda y crisis alimentarias.
- Patrones comunes y diferencias estructurales:
- Pese a sus especificidades, las tres crisis comparten elementos: especulación financiera descontrolada, desigualdad estructural, insuficiencia regulatoria y externalización de los costos sobre los sectores más vulnerables. Las respuestas políticas, en general, han tendido a rescatar al sistema financiero sin transformar sus lógicas profundas. En cuanto a las diferencias, 1929 fue una crisis del capitalismo productivo, 2008 del capitalismo financiero, y 2020 una crisis mixta con causas sanitarias, sociales y tecnológicas. Las soluciones también han variado, desde el keynesianismo hasta la financiarización de la recuperación.
- Lecciones y propuestas de futuro:
- Frente a la recurrencia de las crisis, se hace urgente construir un marco de gobernanza financiera global que incluya:
- Regulación estricta del sistema bancario y de los paraísos fiscales.
- Control democrático de los bancos centrales y de las agencias de calificación.
- Auditoría de la deuda pública y transparencia financiera global.
- Apoyo a economías resilientes, diversificadas y sustentables.
Título del artículo: Economía solidaria, postcapitalismo y buen vivir: alternativas desde el Sur para la transformación global Resumen: Este artículo analiza propuestas económicas alternativas al modelo capitalista dominante, enfocándose en la economía solidaria, el postcapitalismo y el paradigma del buen vivir. A partir de experiencias regionales, teorías críticas y marcos culturales diversos, se argumenta que estas iniciativas representan no solo una respuesta a las crisis del sistema, sino una reconfiguración de los principios de producción, distribución y reproducción de la vida. Palabras clave: economía solidaria, postcapitalismo, buen vivir, alternativas económicas, sostenibilidad, epistemologías del Sur Introducción: Frente a las múltiples crisis que enfrenta el sistema capitalista global —económica, ecológica, social y civilizatoria— han emergido propuestas alternativas que replantean las bases mismas de la economía. La economía solidaria, los planteamientos postcapitalistas y la filosofía del buen vivir proponen nuevas formas de producción, intercambio y organización comunitaria, centradas en el bienestar colectivo, la reciprocidad, la equidad y la sostenibilidad ecológica. Este artículo explora estos enfoques desde una perspectiva crítica y contextualizada, destacando su potencial para orientar una transición hacia modelos más justos y plurales. Desarrollo:
- Economía solidaria: principios, prácticas y alcances La economía solidaria comprende un conjunto de prácticas económicas autogestionadas, cooperativas, comunitarias y asociativas, que priorizan el valor de uso sobre el valor de cambio, la cooperación sobre la competencia, y el trabajo digno sobre la acumulación de capital. Surgida como respuesta a las exclusiones del mercado y del Estado, ha sido impulsada por movimientos populares, colectivos urbanos y rurales, y redes de consumidores responsables. Sus expresiones incluyen cooperativas de trabajo, bancos comunitarios, monedas sociales, mercados solidarios, ferias agroecológicas y redes de trueque. En América Latina, países como Brasil, Ecuador y Argentina han desarrollado políticas públicas de fomento a este sector, institucionalizando circuitos económicos alternativos.
- Postcapitalismo: horizonte utópico o transformación realista? El concepto de postcapitalismo ha ganado fuerza en los debates contemporáneos, como una forma de nombrar aquello que vendría después del agotamiento estructural del
capitalismo. Autores como Paul Mason, Erik Olin Wright o Kate Raworth han propuesto modelos que integran la redistribución, la automatización tecnológica y la economía del cuidado como ejes de una economía postcapitalista. Desde esta mirada, el postcapitalismo no es una ruptura instantánea, sino una transición que ya está en curso a través de procesos como la economía digital colaborativa, los comunes digitales, las plataformas cooperativas, las redes de producción descentralizada y los sistemas económicos híbridos.
- El Buen Vivir: cosmovisiones indígenas y crítica civilizatoria El Buen Vivir (Sumak Kawsay, Suma Qamaña, Ñandereko) es un paradigma originado en las cosmovisiones de los pueblos indígenas andinos y amazónicos, que propone una vida en armonía con la naturaleza, en comunidad y con satisfacción de las necesidades sin acumulación. En Ecuador y Bolivia ha sido incorporado en las Constituciones como orientación de política pública. Este enfoque no sólo critica al capitalismo, sino también a la noción de desarrollo como crecimiento infinito. Propone una racionalidad distinta, basada en el respeto a la diversidad, la espiritualidad, el equilibrio ecológico y la relacionalidad. Representa una crítica profunda a la epistemología occidental dominante y una alternativa desde el Sur.
- Tensiones, desafíos y límites de las alternativas Estas propuestas enfrentan obstáculos importantes: cooptación institucional, falta de escala, presiones del mercado, financiamiento, y marcos legales adversos. También existen tensiones internas entre ideales y prácticas, así como entre distintas corrientes dentro de los movimientos. No obstante, su existencia demuestra la posibilidad real de otros mundos económicos en plural.
- Articulaciones y proyecciones La articulación entre economía solidaria, postcapitalismo y buen vivir abre horizontes para una transformación estructural de la economía. Implica una nueva ética del trabajo, otra forma de concebir la riqueza, una reconfiguración de las relaciones sociales y una transición hacia sistemas económicos ecológicamente sostenibles y culturalmente diversos. Conclusión: Las alternativas al capitalismo no son meras utopías abstractas, sino prácticas concretas que ya existen, resisten y se reproducen en territorios del Sur global y más allá. Reconocerlas, fortalecerlas y conectarlas es clave para construir una economía más humana, solidaria y sostenible. Frente a la crisis sistémica actual, estas propuestas se posicionan como brújulas civilizatorias para repensar lo económico desde la vida.