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Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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El aparato reproductivo de la vaca o de cualquier animal es muy complejo; no solo produce el óvulo o célula sexual femenina, sino que también facilita el crecimiento y alimentación del feto en desarrollo, para luego, durante el parto expulsar el feto completamente desarrollado. Los órganos reproductores femeninos, como los del macho, están controlados por un complicado sistema endocrino. Es esencial el conocimiento de la anatomía de los órganos reproductores de la vaca para conducir con éxito un programa de reproducción bovina, especialmente cuando se trabaja con la inseminación artificial. Estos órganos son los siguientes: Ovarios, oviductos o trompas de falopio, útero (cuerpo, cuernos y cuello o cérvix), vagina, vulva y clítoris.
Vestíbulo.- Es la porción que se extiende de la vulva a la vagina, en el piso del vestíbulo en su zona craneal se encuentra la uretra, además, en la región vagino-vestibular se encuentra el cíngulum, lugar en donde se abotona el bulbo del pene. Vagina.- Es larga de longitud variable, termina en su parte más profunda en un fondo de saco o fornix (que debe llenarse de semen). Su función es la cópula. Cérvix.- Es un orificio de material fibromuscular que separa al útero de la vagina, cuando las perras están en estro se encuentra abierto y permite la entrada de los espermatozoides. Durante la gestación se mantiene cerrado. Útero.- Es bicornual de fusión baja, con un cuerpo corto y 2 cuernos largos dispuestos en forma de V. Su función es el transporte de óvulos y espermatozoides, alojamiento y nidación de los cigotos, portador de la gestación; sostenido por el mesometrio. Oviductos.- Son estructuras tubulares que sirven de comunicación entre el ovario y el útero, están formados por tres porciones: Infundíbulo (capta al ovulo cuando es liberado por el ovario), Ámpula (en esta porción se realiza la fecundación) y el Istmo (conecta al cuerno uterino con el oviducto). El oviducto esta sostenido por el mesosalpinx. Ovarios.- Se encuentran cubiertos por una bolsa ovárica, los ovarios están sostenidos por dos ligamentos (ligamento propio y el mesovario), su forma es elipsoidal. Sus funciones son la producción de óvulos y la secreción de hormonas (estrógenos y progesterona). Los órganos reproductores femeninos comprenden el par de gónadas femeninas u ovarios, los cuales producen tanto gametos femeninos (óvulos) como hormonas; las tubas uterinas, en número par, que “capturan” los óvulos cuando se desprenden de los ovarios y los transportan al útero; el útero, en el cuál los óvulos fecundados (fertilizados) son “retenidos y alimentados” hasta que finaliza el desarrollo prenatal; la vagina, que sirve tanto como órgano de la cópula como canal de parto, y el vestíbulo, que continúa la vagina para abrirse al exterior de la vulva, pero que también funciona como conducto urinario.
Las hembras de los mamíferos por lo general aceptan al macho sólo cerca del momento de la ovulación, un período que se caracteriza por varios cambios estructurales y por una excitabilidad general, así como ´por rasgos específicos de comportamiento; este período se conoce como lenguaje coloquial como “celo” o “brama” (este último en animales silvestres), como “estro” si se usa un lenguaje más técnico. El estro recurre con frecuencia variable conforme a un programa que es característico para cada especie, aunque está sujeto a cambios ambientales. En ciertos animales silvestres, la época reproductiva se limita a cierta parte del año, y la receptividad sexual, con los cambios estructurales y de comportamiento correspondientes, se presenta solo una vez (en las especies monoéstricas) o quizá varias veces (en las especies poliéstricas estacionales) en este período. En otras especies (las poliéstricas verdaderas), el ciclo se repite varias veces a lo largo del año; la adopción del modo poliéstrico distingue con mucha frecuencia a las especies domésticas y de laboratorio de sus progenitores silvestres. El estado en el que la receptividad de la hembra es continua y no está ligada a la ovulación solo ocurre en las mujeres y en algunas otras especies de primates superiores (p. ej. En el bonobo o chimpancé pigmeo); en la mayoría de estas últimas, parece que es más común –si no exclusiva- de ejemplares recluidos en parques zoológicos. El ciclo estral se divide en varias fases. El estro, (el climax), esta precedido por el proestro, un período de desarrollo folicular; le sigue un periodo de actividad del cuerpo amarillo, que se divide en metaestro y diestro. En las especies monoestrales existe un largo ciclo de inactividad sexual (anestro) antes que se renueve el ciclo con un período preparatorio de proestro. En las especies poliéstricas, el proestro le sigue directamente el diestro. El proestro y el estro representan ambos la fase folicular, cuando el estado reproductor está determinado principalmente por los niveles crecientes de estrógenos producidos en el grupo de folículos ováricos que se desarrollan rápidamente y se rompen, El metaestro y el diestro representan la fase del cuerpo amarillo, cuando la influencia hormonal dominante es ejercida por la progesterona, la hormona producida por los cuerpos amarillos o lúteos, las glándulas endocrinas transitorias que reemplazan a los folículos rotos. Otros términos útiles indican si una hembra ha parido o no. Se dicen que las hembras que lo han hecho son paras; las que no han parido son nulíparas; así, los términos unípara y multípara indican claramente a lo que se refieren. Otros términos aluden al número de crias que habitualmente pare la hembra grávida. Una yegua con su único potro (generalmente) es monotócica; una cerda con su camada de cerditos es politócica.
“se llena”, el vértice y las partes adyacentes tienen una relación más extensa y más variada con el intestino. En la yegua la cara dorsal de la vejiga está en contacto con la parte craneal de la vagina, con el cuello uterino, con una parte variable del cuerpo del útero, y en ocasiones con el recto. La vejiga urinaria del animal recién nacido es relativamente grande y del todo intraabdominal. Poco a poco se ajusta a las proporciones y la posición propia del adulto, mediante el aumento postnatal del tamaño de la pelvis y el desarrollo del intestino. El paso de orina por el ombligo, a través del uraco que todavía es permeable, resulta muy frecuente en el primer periodo de la etapa postnatal, y constituye una posible puerta de entrada a las infecciones. La uretra de la hembra es muy corta, de solo unos 6 cm, y se abre el vestíbulo vaginal en un punto de apenas caudal al pliegue transversal del himen. La morfología uretral y vaginal es un aspecto crítico para explicar la fisiología y fisiopatología de los procesos que ahí se llevan a cabo. En la micción, la cópula y el parto existen varios aspectos básicos que son aún desconocidos, en parte, debido a la compleja organización estructural del aparato urogenital inferior. La presente revisión reúne, compara y discute la información existente sobre las características histológicas de la uretra y la vagina en algunas hembras de mamíferos. La información analizada proviene de roedores, modelos ampliamente utilizados en la investigación científica, así como en diferentes especies domésticas, como perras y gatas, incluyendo a aquellas especies de granja donde se practican técnicas de inseminación artificial, como son los casos de cerdas, yeguas y borregas, entre otras. Especial énfasis se hace en la coneja, modelo en el que nuestro grupo estudia la fisiología reproductiva y urinaria a través de diferentes enfoques metodológicos: anatómico, fisiológico y conductual.La uretra femenina corre caudalmente sobre el piso de la pelvis, ventral al tracto reproductor. Atraviesa en forma oblicua la pared vaginal para abrirse ventralmente en la unión de la vagina y el vestíbulo. Su longitud y anchura varían en grado considerable entre las especies; es notablemente corta y ancha en las yeguas. En algunos animales, como la vaca y la cerda, se abre junto con un divertículo suburetral; en otros, como la perra, sobre una elevación. Ambas disposiciones crean dificultades cuando se intenta el cateterismo de la vejiga. Cuando está presente un divertículo, está encerrado dentro del musculo uretral, que rodea la uretra en la mayor parte de su longitud. Los fascículos craneales de este musculo circundan la uretra, mientras los caudales la sostienen dentro de asas en forma de U que se originan y terminan en la pared vaginal. La
contracción de esta parte del musculo cierra la uretra presionando los dos órganos entre sí, y también estrecha la vagina. El musculo uretral recibe una inervación somática a través del nervio pudendo, pero también se ha descrito inervación simpática y parasimpática. La submucosa uretral contiene muchas venas que constituyen una forma de tejido eréctil que puede contribuir a la contingencia ayudando a la aposición de la mucosa. Dejando estas características, la estructura de la uretra es semejante a la de la vejiga.
Los ovarios son las estructuras más importantes y complejas del tracto reproductor de las vacas debido a que interactúa con otras glándulas y estructuras nerviosas para poder controlar el ciclo reproductivo de la vaca. El complejo ovario-hipotálamo-hipófisis se encarga de gobernar las funciones ováricas y uterinas que determinan los diferentes eventos del ciclo estral (celo y gestación). Los ovarios funcionan como glándulas exocrinas (producción de óvulos) y como glándulas endocrinas (producción de hormonas sexuales). En los ovarios es posible evidenciar dos tipos de estructuras, folículos en diferentes etapas de desenvolvimiento y cuerpos lúteos. Durante el ciclo estral un grupo de folículos compiten por llegar a un estadio de desenvolvimiento final (folículo de Graff), el cual establecerá dominancia sobre los otros folículos y ovulara, dando origen al cuerpo hemorrágico y posteriormente al cuerpo lúteo. Los órganos encargados de producir las células reproductoras, conocidas como óvulos o huevos aunque su denominación correcta es ovocito. Normalmente el bovino sexualmente maduro expulsa uno o en ocasiones más óvulos cada 18 a 24 días, precedido del celo o calor. Además de producir óvulos, los ovarios producen hormonas que están relacionadas con el proceso de la reproducción y el crecimiento de la glándula mamaria. Los ovarios apenas si registran un descenso desde el lugar en donde comienzan a desarrollarse, y por lo general se sitúa en la parte dorsal de abdomen, craneoventralmente a las alas del
Un corte a través del ovario de una hembra madura muestra que consta de una parte central más laxa y muy vascularizada contenida dentro de una envoltura más densa. La zona parenquimatosa (corteza) está limitada por una túnica albúginia inmediatamente por debajo del peritoneo y salpicada de folículos en varios estadios de desarrollo y regresión. Cada folículo contiene un único óvulo. La rápida expansión que experimentan estos folículos seleccionados para llegar a la madurez en cada ciclo se debe principalmente a la acumulación de líquido folicular que luego arrastrará a los óvulos durante la ovulación, La cavidad del folículo roto (ovario dehicente), aunque inicialmente puede llenarse de sangre (cuerpo hemorrágico), es ocupada con rapidez por la hipertrofia de la granulosa y las células tecales que en su origen tapizaban el espacio. Esto produce un cuerpo sólido, conocido como cuerpo amarillo (o lúteo) a causa de su color. Los cuerpos amarillos son estructuras transitorias que crecen e involucionan entre un período estral y el siguiente (suponiendo que no haya presentado la gestación o preñez). La degeneración de los cuerpos amarillos se caracteriza por la vacuolización del citoplasma de las células luteínicas, debida a la acumulación de lípidos el encogimiento nuclear. Aunque transitorios, son importante como fuente de progesterona, como los folículos en maduración lo son de estrógenos. Los cuerpos amarillos finalmente involucionan y son reemplazados por cicatrices de tejido conectivo, los cuerpos blancos. La alternancia en los niveles de estrógenos y progesterona determina los cambios en el patrón de comportamiento y en la morfología y actividad del tracto reproductor.
estructuras responsable por el transporte del ovulo después de la ovulación y por servir como reservorio de espermatozoides hasta la fecundación. Desde el punto de vista fisiológico los oviductos están divididos en tres partes, el infundíbulo, que es una estructura en forma de embudo la cual a través de las fimbrias abraza el ovario y atrapa el ovulo después de la ovulación. El Ámpula que es la porción media del oviducto y constituye el lugar donde se da la fecundación. Y el Itsmo que es la parte del oviducto por donde el embrión viaja después de la fecundación para llegar al cuerno uterino (3 a 4 días), esta parte del oviducto también funciona como reservorio de semen.
Las tubas uterinas o trompas de Falopio son órganos tubulares ubicados en la parte superior del ligamento ancho a cada lado del útero. Su función es transportar los óvulos desde los ovarios a la cavidad uterina y permitir el paso de los espermios desde los genitales externos y el útero hacia el peritoneo. La fecundación se produce normalmente dentro de la tuba uterina. Miden entre 10 y 12 centímetros de longitud, presentan un extremo medial o uterino y otro lateral o abdominal. El extremo medial de la trompa sigue un trayecto dentro de la pared del útero, y desemboca en el ángulo superior de la cavidad de éste, mediante un orificio muy estrecho. Las trompas de Falopio son dos tubos delgados que parten del útero hasta el ovario de cada uno de los lados de la vagina. Transportan los ovocitos que se producen durante el ciclo menstrual hasta la cavidad uterina, y también sirven de camino para los espermatozoides que puedan fecundar al ovocito. Además también van aportando los líquidos necesarios para la fecundación y nutrición del cigoto. Las tubas uterinas son estrechas y generalmente muy sinuosas. “Capturan” los óvulos liberados de los ovarios y los llevan hacia el útero; como también conducen los espermatozoides en su ascenso, la fecundación o fertilización ocurre normalmente dentro de ellas. La tuba uterina (salpinx) mide unos 20 cm cuando se extiende, pero en condiciones naturales sigue un trayecto tortuoso que reúne sus extremos. El infundíbulo esta bordeado por fimbrias irregulares que se extienden sobre la superficie de los ovarios, a la que algunas de ellas se adhieren de manera permanente. Una pequeña abertura en la profundidad del infundíbulo conduce hasta la ampolla, la cual mide unos 10cm de longitud y 6 mm de ancho; su calibre en todas las fases del ciclo reproductor es mayor que el del istmo, cuya anchura sólo mide a su vez la mitad que de la ampolla. El istmo, que también mide unos 10 cm de largo, desemboca en el vértice del cuerno uterino a través de un de un pequeño orificio situado en la punta de una papila localizada excéntricamente. La mucosa de la tuba uterina muestra una serie de pliegues, en especial en la ampolla, donde los principales pliegues, elaborados, presentan otros repliegues secundarios e incluso terciarios. El mesosalpinx, que sostiene a la tuba uterina, se ramifica a partir de la cara lateral del mesovario y junto a éste rodea una bolsa ovárica, amplia y poco profunda. El extremo craneal libre de la tuba adopta la forma de un embudo de pared delgada (infundíbulos), colocado cerca del polo craneal del ovario. El extremo libre del embudo es desigual y las partes finales (fimbrias) entran en contacto con la superficie del ovario y a veces se adhieren a ella. Un pequeño orificio
extremas no se presentan entre las especies domésticas). Estas diferencias encuentran una explicación fácil en la manera en que se forma el tracto reproductor a partir de dos ductos mesonéfricos que crecen caudalmente para encontrarse y fusionarse entre sí y con el seno urogenital mediano, la ventral de la cloaca. En algunas especies, entre las que se incluyen muchos roedores, la fusión de ambos ductos se limita a las partes más caudales, las cuales contribuyen a la formación de la vagina; las partes más craneales siguen siendo distintas y por eso el útero consta de dos tubas que se abren por separado dentro de la vagina (útero doble o bipartido). En contraste, en las mujeres y en la mayoría de las hembras de los primates, la fusión es mucho más extensa y solo las tubas uterinas son pares; está presente un útero mediano con una cavidad simple sin divisiones. En la variedad intermedia (útero bicorne), que se encuentra en las principales especies domésticas, el útero comprende una parte mediana caudal desde la que divergen cranealmente un par de cuernos para continuar como las tubas uterinas. Consta de un cuerpo y dos cuernos (derecho e izquierdo); su interior está recubierto de una membrana mucosa, llamada endometrio con abundantes glándulas simples, excepto en las carúnculas que no son glandulares. Las carúnculas son proyecciones o pequeños botones de la superficie interna del útero, donde se fijan, por medio de los cotiledones, las membranas fetales durante la gestación. El cuerpo del útero se bifurca en dos cuernos (izquierdo y derecho) y es en uno de estos donde se va a implantar el embrión y a desarrollar el feto durante el período de gestación. Las carúnculas durante la preñez aumentan su tamaño, se entrelazan con otras estructuras semejantes que se desarrollan en la placenta fetal o sea los cotiledones, a través de los cuales se alimenta el ser que comienza a formarse. A medida que aumenta el período de gestación, aproximadamente 282 días, el útero aumenta considerablemente de tamaño hasta dar cabida a un ternero, que puede llegar a pesar hasta 40 kilogramos al momento del nacimiento según la raza; además aproximadamente 20 litros de líquido amniótico y una placenta que puede pesar 5 kilogramos. Aunque la inspección visual suele ser incapaz de revelar la extensión del cuello, esto se determina con facilidad mediante la palpación, puesto que dicho segmento es mucho más firme que las adyacentes.
Los cuernos uterinos varían mucho en longitud, y no sorprende que sean más largos en las especies politócicas. Su disposición también varía; están característicamente enrollados en los rumiantes, son rectos y divergentes, en yeguas y perras, y consiste en asas tortuosas en forma de intestino en las cerdas, Por lo general, el cuello uterino se ubica dentro del piso de la cavidad pélvica, interpuesto entre el recto y la vejiga, pero el cuerpo y los cuernos del útero típicamente se localizan dentro del abdomen por encima de la masa intestinal. El útero posee túnicas serosa, muscular y mucosa que se conocen, respectivamente, como perimetrio, miometrio y endometrio. La cubierta serosa alcanza el útero por una extensión del ligamento ancho del útero (mesometrio), La parte muscular está dispuesta en dos capas, una longitudinal externa, débil y otra circular interna más gruesa, que están separadas por un estrato muy vascular de tejido conectivo, Los tejidos, en especial la capa muscular externa, se extienden (como parametrio) dentro de los ligamentos anchos. El útero de la vaca es bicornual, es decir tiene un pequeño cuerpo del útero que mide alrededor de 4 a 6 centímetro siendo la parte común a las dos mitades del útero (derecha e izquierda). El cuerpo del útero se continúa con dos cuernos uterinos (30 a 45 centímetros), los cuales se doblan hacia caudoventral para posteriormente doblarse hacia dorsal siendo continuados con los oviductos. Entre las funciones que se desempeña el útero se pueden mencionar las siguientes: · sirve como sitio de transporte para los espermatozoides hacia el sitio de fecundación. · regula la vida del cuerpo lúteo a través de la producción de prostaglandina. · Tiene un tejido secretor que produce la “leche uterina” que sirve de nutriente para el embrión durante las primeras etapas de la gestación. · En el útero se pueden encontrar alrededor de 100 a 120 carúnculas, estas carúnculas sirven de punto de conexión para la placenta durante la preñez (Caruncula + Cotiledon = Placetoma) · La pared uterina tiene una fuerte masa muscular que ayuda en la expulsión del feto al momento del parto y de las membranas fetales poco tiempo después del parto.
inunda el canal casi siempre y de esta manera ayuda a sellar el útero desde la vagina. El pasaje se abre solo durante el estro e inmediatamente antes, durante y después (por un corto tiempo) del parto.
La vagina es el órgano que se encuentra inmediatamente hacia craneal del vestíbulo, extendiéndose por 25 a 30 centímetros. La vagina es de gran importancia ya que sirve como receptáculo del semen depositado por el toro en el proceso de monta natural y como canal para la salida del feto durante el parto. La vagina puede convertirse en uno de los obstáculos para llegar al lugar de la colocación del embrion por dos motivos, en primer lugar los pliegues de la vagina y en segundo lugar por el FORNIX, que es una proyección del cérvix hacia la vagina. Está ubicada horizontalmente y paralela al recto, por encima de la vejiga. El tamaño de la vagina es aproximadamente de 25 centímetros y varía de una vaca a otra, dependiendo de la raza, el desarrollo corporal y el estado reproductivo de la hembra. Las paredes de la vagina son elásticas y segregan una sustancia lubricante durante el parto y en los períodos de celo o calor.
La vagina está localizada dentro de la cavidad pélvica, entre la vulva y el cuello del útero. La vagina sirve como saco de aceptación del pene del macho durante la cópula o monta. El resto del aparato reproductor femenino, llamado a veces, laxamente vagina, consta de dos partes. La parte craneal, o vagina en sentido estricto, es puramente un pasaje reproductor que transcurre desde el cuello uterino hasta la entrada de la uretra. La parte caudal. El vestíbulo vaginal, se extiende desde el orificio uretral hasta la vulva externa y combina las funciones de reproducción y urinarias. Las partes juntas constituyen el órgano copulador femenino y el canal del parto. La vagina es un conducto relativamente largo y de paredes delgadas que es distensible a lo largo y a lo ancho. Ocupa una posición mediana dentro de la cavidad pélvica, relacionada a nivel dorsal con el recto y ventralmente con vejiga y la uretra. En su mayor parte es retroperitoneal, aunque el peritoneo cubre las partes craneales de las superficies tanto dorsal como ventral en grado variable. La incisión de esta parte de la pared dorsal, un procedimiento relativamente fácil de realizar dentro de la vagina en las especies más grandes, proporciona un acceso conveniente a la cavidad peritoneal. El acceso ventral correspondiente está contraindicado debido a la presencia de un plexo de venas que drenan el útero y la vagina. El músculo vaginal, aunque más débil, tiene una disposición similar al del útero. La mucosa está revestida de un epitelio escamoso estratificado que reacciona (más intensamente en algunas especies que en otras) a los cambios en los niveles hormonales que ocurren durante el ciclo estral, Las glándulas se encuentran confinadas a la porción craneal de la vagina, donde la humedad puede difundirse más ampliamente, La superficie es lisa, pero pueden formarse pliegues circulares y longitudinales cuando las paredes del órgano inactivo se colapsan hacia dentro. La inclusión del cuello dentro de la parte craneal de la vagina reduce la luz de esta parte a un espacio interno por lo general en forma de anillo conocido como fórnix.
órganos internos. En el piso del vestíbulo encontramos el orificio uretral y el divertículo suburetral, estructuras de gran importancia en la técnica de te ya que constituyen el primer obstáculo al paso de la pistola de Transferencia. El vestíbulo, mucho más corto que la vagina, se ubica principalmente, si no del todo, caudal al arco isquiático, una circunstancia que le permite “inclinarse” a nivel ventral hacia su abertura en la vulva. El grado de “caída” es variable, tanto entre las especies como entre los individuos. La inflexión resultante del eje del pasaje genital debe tenerse en cuenta cuando se introduce un espejo vaginal u otro instrumento. Alrededor del vestíbulo vulvar se encuentran algunas glándulas que aseguran la humedad de la vagina, dado que esta última no posee glándulas por sí misma: Glándulas de Bartolini (glandula vestibularis major) Glándulas parauretrales («próstata femenina») Glándulas vestibulares menores ((glandulae vestibulares minores) Además de la musculatura lisa de la pared del vestíbulo, hay musculatura estriada (musculus constrictor vestibuli) encargada del cierre del vestíbulo vaginal. En algunas especies — como el ser humano, el perro o el caballo) existe adicionalmente en las paredes vestibulares laterales un tejido eréctil especial (bulbus vestibuli) que corresponde análogamente al del pene (corpus spongiosum penis) de los individuos masculinos. Las paredes del vestíbulo son menos elásticas que las de la vagina y en reposo se juntan, reduciendo la luz a una hendidura vertical. La uretra se abre sobre el piso, directamente caudal a cualquier indicación de un himen. En algunos animales, por ejemplo la perra, la abertura uretral se eleva por encima del nivel general del piso vestibular, en otros, como en la vaca, se asocia con un divertículo suburetral. Más caudalmente, las
paredes vestibulares están señaladas por las entradas de los ductos de las glándulas vestibulares. En ciertas especies (p. ej. La perra), las glándulas son pequeñas pero numerosas, y los orificios de los ductos forman series lineales en otras (p. ej, la vaca), una gran masa glandular a cada lado drena mediante un ducto único. En unas cuantas especies (p. ej. La oveja) están presentes glándulas vestibulares tanto menores como mayores. Estas glándulas producen una secreción mucosa que lubrica la vagina dentro de la cópula y el parto. Durante el estro, el olor de la secreción tiene un efecto estimulante sexual en el macho. La pared vestibular está excepcionalmente bien vascularizada, con una concentración de venas que forman una placa lateral de tejido eréctil conocido como bulbo vestibular y se considera el homólogo del bulbo del pene
. La pared dorsal del vestíbulo se separa de modo gradual de la línea del recto y del canal anal; la pared ventral es más larga y se inclina hacia ventral de manera más acentuada “más allá” del arco isquiático. Algunas características dignas de mención son la abertura uretral en el límite craneal y el clítoris en el interior de la comisura ventral de la vulva. El grado de desarrollo del clítoris varía mucho, y en su mayor parte se encuentra cubierto por un repliegue prepucial transverso que se fija a la cara dorsal de su glande. El repliegue y la comisura ventral en su conjunto constituyen el prepucio del clítoris. El clítoris es muy prominente en las yeguas en celo, cuando queda expuesto por movimiento intermitentes (“espejo”) de los labios de la vulva. Lateral y ventralmente, está separado de los labios vulvares por la llamada fosa del clítoris. Varios senos de distinta profundidad invaden el glande femenino. Estos senos pueden albergar al microorganismo responsable de la metritis contagiosa equina. Otros recesos de la mucosa están presentes en las partes ventrales de la fosa del clítoris y en los labios vulvares. Si bien no existen glándulas vestibulares mayores, numerosas glándulas menores descargan sus secreciones en pequeñas depresiones que se encuentran alineadas en hileras ventrales y dorsolaterales. La mucosa que reviste el bulbo vestibular, situado en la pared lateral hacia la vulva, tiene coloración más oscura. Una característica de la vulva de la yegua consiste en que su comisura ventral es de forma redondeada, mientras que la comisura dorsal tiene forma puntiaguda, al contrario de la disposición habitual. La relación de la vulva con el esqueleto pélvico varía en grado considerable. Por lo común tiene una posición en mayor medida ventral al piso de la pelvis, y su orificio se mantiene cerrado. En ocasiones, y muy a menudo en las yeguas purasangre, el orificio se localizan más dorsalmente y su cierre es menos eficaz; en estas circunstancias, pueden introducirse aire en el tracto genital o ser expulsado de él con cada cambio en la presión intraabdominal. Es posible el ingreso de bacterias, y la contaminación consiguiente puede