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Lectoescritura relacionado con los estadios de Piaget.
Tipo: Resúmenes
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Funciones básicas de la lecto escritura: (Álvarez- Orellana: 1975) ¿Qué procesos son funciones básicas para el aprendizaje de la lecto - escritura? ¿Cómo se desarrollan? Diferentes autores han encontrado que cada uno de ellos considera distintos procesos como centrales y determinantes en este aprendizaje. Quiroz toma el aprendizaje de la lecto-escritura como una continuación del desarrollo del lenguaje en el que intervienen las siguientes funciones: Imagen corporal; orientación espacio- temporal; capacidad analítico-sintética; percepción visual y auditiva y lateralidad. Funciones básicas para este aprendizaje; Percepción en sus aspectos de figura-fondo, discriminación y constancia; Función Corporal en sus aspectos de esquema, imagen y concepto y Función tempero-espacial : De la integración de estas tres funciones dependerá la coordinación visomotriz. Los autores se preguntan: ¿Cómo nacen, evolucionan y se integran estas funciones para poder planificar una estimulación temprana de los procesos que nos aseguraran un aprendizaje adecuado? DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA Piaget: Inteligencia se desarrolla desde el momento del nacimiento. Estudia momentos y forma en que las funciones anteriormente establecidas como relacionadas con el aprendizaje de la lecto-escritura comienzan a surgir, integrándose hasta formar estructuras de conjunto. Idea de desarrollo progresivo, analizando los procesos típicos de cada estadio. Primer Estadio (0-1 mes) Ejercicio funcional basado en reflejos innatos, más tarde enriquecidos por asimilaciones progresiva. Todas estas asimilaciones están en este período referidas al propio cuerpo. (Reacción circular primaria). Hay un primer inicio de la función corporal, en relación a lo que hemos definido como esquema corporal, recibiendo aquí las primeras experiencias táctiles y sensoriales. Segundo Estadio (1-4 meses) Los primeros hábitos se forman a partir de la asimilación de elementos nuevos a los esquemas reflejos. El Niño: generaliza sus primeras asimilaciones extendiéndolas a otros objetos, permitiéndoles una mayor amplitud de experiencias. Esto hace posible que aparezcan coordinaciones entre esquemas distintos. Así el niño es capaz de revivir una situación de alimentación con solo escuchar los pasos de la madre y vemos que empieza a dirigir la vista hacia el lugar donde se produce el sonido, queda claro entonces que existe una coordinación entre cuadros visuales auditivos y motores. Además, capta cuadros perceptivos bastante indiferenciados determinando lo que conocemos como percepción "sincrética o global”. En el 2º mes de vida se inicia en el campo de la actividad perceptiva. Finalizando este 2do estadio comienza la estructuración de las funciones de percepción visual y auditiva que determinarán la posibilidad de un adecuado conocimiento del mundo que lo rodea, permitiéndole en este conjunto el realizar un aprendizaje menos dificultoso y con mayores probabilidades de éxito. Percepción + Actividad motora: Proceso característico de esta etapa del desarrollo. Dos actividades para llegar a la construcción del objeto, del espacio, de la causalidad y del tiempo, y es en la medida en que esto se logré que podrá completarse la estructura perceptivo-motora estableciéndose las constancias. No podemos hablar de la percepción y de la motricidad en forma aislada sino en su ejercicio directo en el conocimiento del mundo externo. Podemos establecer que errores en los conceptos de espacio y tiempo determinarán dificultades en las constancias perceptuales tanto visuales como auditivas. Anterior a estos problemas en la percepción inicial, en la motricidad o en la coordinación de ambos esquemas impedirá una adecuada elaboración del mundo exterior. Tercer Estadio (4-8 meses) Hay comportamientos nuevos que señalan un avance en relación a los simples hábitos. En estadios anteriores, la actividad del niño se realizaba en relación a su propio cuerpo (reacción circular primaria), en este momento amplia sus procedimientos hacia los objetos exteriores. LECTO-ESCRITURA marca un avance importante desde la actividad
refleja hacia la actividad inteligente. También inicia la coordinación entre su actividad visual y táctil. Se presenta como evidente la relación entre este momento en el desarrollo y la función seleccionada como coordinación viso- motriz. El mayor o menor desarrollo de esta función que se inicia dependerá por tanto de la finura y precisión de los esquemas perceptivos y motores, por una parte, como de la adecuada integración de ambos. En este momento de interdependencia tanto longitudinal (en el sentido del desarrollo) como la transversal (en cuanto a los procesos que intervienen) de las funciones que implica el aprendizaje junto al surgir de la relación entre el individuo y los objetos externos aparece la percepción del espacio en forma rudimentaria. En este momento el niño coordina, esquemas heterogéneos (perceptivos y motores) y por tanto espacios heterogéneos entre sí, sobrepasa el marco estricto del espacio práctico proyectándolo en el mundo externo sobre el que él actúa, iniciando con esto la formación del espacio subjetivo. Ejemplo: El niño es capaz de tomar el chupete (espacio táctil) y llevarlo a la boca (espacio bucal). Con esto aparecen los primeros elementos que van a integrar el esquema de las relaciones espaciales, en el sentido de la posición que ocupan los objetos en relación a él mismo. Es una percepción egocéntrica y subjetiva del espacio. El niño logra una cierta evaluación de las distancias y de la profundidad dentro de su espacio próximo. Como se ve con estos procesos se está aludiendo a las relaciones de posición dentro de la función témpora-espacial. Será a partir de estos elementos que el niño podrá elaborar la direccionalidad que juega un papel importante en el aprendizaje de la lecto-escritura. El desarrollo del conocimiento espacial , sin embargo, en nuestro planteamiento inicial está integrado con el conocimiento temporal en lo que hemos llamado función témporo-espacial. Surgen y evolucionan en un conjunto. Piaget dice que en cierto sentido se puede decir tanto del espacio como del tiempo que ya están dados en toda percepción elemental. Toda percepción dura (en el tiempo) del mismo modo que toda percepción es extensa (en el espacio). Al igual que en el caso del espacio, hay elementos en los dos primeros estadios que interesan a la elaboración de las series temporales, (coordinación de movimientos y percepciones). El sujeto logra un cierto grado de conciencia de las sucesiones de los acontecimientos como hechos externos y no como una secuencia de estados internos. El niño en este momento desarrolla ciertos elementos en relación al conocimiento del espacio. Al coordinar la visión con la aprehensión percibe los resultados inmediatos de su actividad estableciendo cierta ordenación temporal en el cuadro indiferenciado que existía anteriormente. Ejemplo: El niño primero estira su brazo, luego coge el chupete y en tercer lugar, lo lleva a la boca. Es decir, establece una sucesión de movimientos. Aquí no hay una intencionalidad, sino una captación de la consecuencia de sus movimientos, si el movimiento no se realiza el niño no conoce el resultado. Junto a la evolución de la noción espacial se da la de la noción temporal, encontrándonos con que es en este tercer estadio que estas sobrepasan el campo subjetivo para empezar a relacionarse con el mundo exterior. Papel fundamental de la estimulación del niño en este período. Qué ocurre en el resto del período senso-motor: Jean Piaget define el desarrollo de la inteligencia como un proceso permanente de sucesivos desequilibrios y equilibrios en que cada solución encontrada va siendo integrada en un todo complejo, formando agrupaciones cada vez más elaboradas que permiten una mayor movilidad en su enfrentamiento al mundo, así como un mayor distanciamiento, lo que le confiere un aumento de la objetividad y certeza en la consideración de él. Cuarto Estadio (8 a 12 meses). Aparecen las primeras conductas definidas en relación al objeto. El niño busca el objeto desaparecido, con esto se presenta una primera conservación de las cosas. ¿Qué significado tiene esto en relación a las funciones que estamos analizando? A. Función corporal: Mayor independencia del sujeto frente a su mundo circundante, lo que recaería en una identificación más clara de su cuerpo. Ejemplo: el niño busca el chupete en el lugar en que lo vio desaparecer. La función corporal se enriquece en la medida en que el sujeto realiza los movimientos necesarios para llegar al lugar en que se encuentra el objeto tras los desplazamientos sucesivos a que ha sido sometido. B. Función témporo-espacial: Establece relaciones de posición entre los objetos que se encuentran en su espacio próximo y lejano. Logra una mayor evaluación de las distancias y de la profundidad. Logra
un avance en la anticipación e intencionalidad de los movimientos que se ejecutan orientados hacia determinados fines. Juegan importante papel la maduración neurológica y fisiológica que se establece con el aumento de la edad cronológica. CONCLUSIONES En los 8 primeros estadios del Período senso -motor, es decir a los nueve meses de edad, ya han aparecido las funciones que hemos considerado. Los estadios 4, 5, y 6 determinan la elaboración y estructuración de dichas funciones permitiendo un enfrentamiento objetivo del mundo que capacitará al niño para una adecuada discriminación y ubicación de los estímulos. II PARTE (Álvarez- Orellana: 1979) La percepción y la motricidad se establecen en relación a las categorías fundamentales de construcción del mundo (objeto permanente, espacio-tiempo, causalidad). Para lograr un buen aprendizaje de la lecto-escritura, en términos de comprensión y recreación, son indispensables los procesos del pensamiento que se inician con la función semiótica y el pensamiento conceptual. Describe la evolución de las funciones, ya seleccionadas, en los períodos del pensamiento pre-conceptual, intuitivo, operacional concreto y lógico formal. También se analiza la relación entre el nivel de pensamiento en que se encuentra el niño y el tipo de lectura que realiza. PERIODO PRE-OPERACIONAL Inteligencia representativa (2 a 4 años) Periodo preconceptual (2 a 4 años) Transición de las estructuras de la inteligencia senso - motora al pensamiento operatorio. Los intereses del niño en esta etapa están en el medio inmediato y en las coordinaciones de movimientos y percepciones para alcanzar objetivos a corto plazo. (Ellos no pueden considerar acciones posibles, no pueden evaluar alternativas ni pueden actuar con el fin de alcanzar una meta distinta en el tiempo o en el espacio). En este período el niño empieza a ser capaz de representarse una cosa a través de otra. El lenguaje le ayuda en el desarrollo de estas representaciones; pero dado que éste evoluciona en forma lenta el pensamiento sigue ligado en gran medida a la acción. A pesar de esto, la aparición de la función simbólica o semiótica puede observarse a través de conductas que implican la evocación representativa de objetos o acontecimientos, y supone el uso de significantes diferenciados. Estas conductas son el juego simbólico y la imagen gráfica (dibujo). A partir de estas conductas se analiza cada una de las funciones. Se interpreta la forma en que éstas se incrementan e integran mediante asimilaciones y acomodaciones sucesivas. a) Función Corporal El juego simbólico es un sistema de significantes, creado por el niño, que le permite funcionar y adaptarse a la realidad exterior. Es decir, representa con gestos realidades que no están presentes. En este período se observa que el niño tiene un manejo suficiente de su cuerpo que le permite utilizarlo como un medio de expresión. El interés del niño está centrado en el uso de su cuerpo como elemento representacional. Esto le acarrea un enriquecimiento indirecto del esquema corporal, no sólo porque realiza un ejercicio sino porque en la medida que logra satisfacciones en su acción elabora su imagen. Cuando el niño comienza a representar roles más específicos el uso de su cuerpo se hace más discriminado. Con esto se estructura en forma definitiva la función corporal en sus aspectos de concepto y esquema. El aspecto imagen, sin embargo, se irá desarrollando y modificando a lo largo de toda la vida.
Paralelamente se ve que el dibujo de la figura humana, que el niño realiza en este período incluso hasta los 8 o 9 años, corresponde a lo que sabe de ella y no a lo que ve. Es decir, en este momento prima el conocimiento intelectual sobre la percepción sensorial. Es en este período, que Luquet llama "realismo frustrado", cuando el sujeto dibuja, por ejemplo, los perfiles con dos ojos o dos orejas. etc., o a un hombre vestido y con ombligo. Esto alude directamente a lo que se ha definido como concepto corporal. A través de las conductas recién descritas se ve que el niño que es capaz de realizarlas se está apoyando en imágenes reproductoras. b) Función Témporo-espacial En este momento la función témporo-espacial adquiere otra dimensión. La mayor objetividad y descentración alcanzada por el niño le permite considerar sucesivamente aspectos particulares de la realidad. De esta forma inicia la organización sistemática del espacio y del tiempo. El espacio se estructura con base en cuatro procesos característicos de esta edad: -Nociones topológicas -Ordenación lineal -Representación a nivel sensorio-motor -Transformación espacial. Los procesos mencionados, que se manifiestan a través de acciones específicas, implican necesariamente tiempo. Estos factores de espacio y tiempo se desarrollan en forma recíproca a través de la acción del niño. Si éste pretende ir de A a B, el punto A no sólo es "aquí" sino también "ahora". En el juego simbólico el niño ya reconoce una organización -en sus actos y una regularidad en los desplazamientos de los objetos en el espacio. El niño es capaz de sacar una acción de su contexto habitual para ejecutarla en otro momento. Esto implica el reconocimiento de una secuencia temporal y supone también el manejo de sus propios movimientos en relación a los objetos. Se observa que el niño tiene conciencia de la estabilidad de las relaciones espacio-temporales y del significado permanente que éstas dan a la acción. A través de sus dibujos se ve que existe una organización espacial dentro de los marcos topológicos de referencia. Se estructuran así en esta etapa las primeras nociones intelectuales en forma de pre - conceptos de las relaciones espaciales: cerca, lejos, adentro, afuera, etc. c) Coordinación Viso-motor Los esquemas motores en esta etapa han alcanzado un nivel suficiente que le permite un desplazamiento seguro en su medio ambiente y la ejecución de movimientos para llevar a cabo tareas de cierta dificultad. Se vio en la primera parte de nuestro trabajo que la coordinación viso-motora depende directamente de la mayor objetividad de la percepción, ya que ésta permite al niño una acomodación más exacta en sus movimientos. A través del juego simbólico intenta ejecutar acciones que corresponden a los adultos. Por tanto, es capaz de anticipar acciones complejas futuras, lo que le da una mayor precisión en la coordinación de sus movimientos. En este momento los esquemas motores adquieren otra dimensión. No sólo se explicitan a través de la acción sino a través de las imágenes mentales que el niño logra de ella (anticipación-reproducción). Es decir, el esquema motor, aunque actuando en el presente permanece ligado a imágenes y representaciones evocadas. Dichas imágenes enriquecen la percepción actual y determinan que la coordinación del niño se ajuste con mayor precisión al logro de los objetivos que se ha planteado. Frente al observador las actividades que el niño desarrolla en este período aparecen como una secuencia de acciones planificadas previamente. El niño imprime un significado y una organización a su actividad gráfica, en este caso, el dibujo. Período Intuitivo (4-7 años) Este período según Piaget (1947) "señala un progreso sobre el pensamiento preconceptual o simbólico: referido esencialmente a las configuraciones de conjunto y no ya a figuras simples, semi individuales, semi genéricas, la intuición lleva a un rudimento de lógica, pero bajo la forma de regulaciones representativas y no aún de operaciones".
Esta concepción subjetiva de espacio y tiempo hace suponer cierta incidencia en el aprendizaje de la lecto-escritura. En este período, a través de la concepción euclidiana del espacio, aparece un conocimiento preciso de las relaciones espaciales. Por ejemplo, el niño es capaz de distinguir los elementos que componen una letra o palabra y la forma en que éstos se combinan entre sí. Cualquier proceso de lectura o escritura desde el punto de vista perceptivo involucra tres etapas: 1) la percepción global directa del estímulo o la percepción auditiva apoyada en una imagen mental: 2) el desglosamiento de la figura en cada una de sus partes; y 3) la reproducción gráfica u oral del estímulo inicial conservando sus características propias, tanto en la organización espacial como temporal. Desde que se inicia el concepto euclidiano del espacio el niño avanza en su capacidad de captación y reproducción de figuras. En la medida en que el niño maneja los elementos de la realidad en tres dimensiones notará la importancia de la posición de los signos. Vemos así que dentro de este proceso alcanza un rendimiento más eficiente en el plano de la lectura. En principio se observa lectura silabeante y arrítmica. En cambio, en la escritura es él quien debe organizar su tiempo y su espacio para transcribir el mensaje (en el caso del dictado) utilizando además un medio de expresión en el cual se ha iniciado recientemente que implica una mayor madurez neurológica. Vemos por esto que cuando al niño se le hace copiar tiene mayor éxito ya que nuevamente se le entrega un material organizado témporo-espacialmente para lo cual pone en juego solo uno de los dos procesos descritos. El concepto proyectivo del espacio, aun cuando complementa al concepto espacial, no tiene incidencia directa en la Iecto- escrítura por cuanto ésta se realiza siempre en un plano. Es importante, sí, en forma tangencial en la medida en que permite al niño una ubicación y desplazamiento objetivo en el ambiente que lo rodea. Esto determina un enriquecimiento de su función corporal estando ésta en estrecha relación con el éxito de este aprendizaje. c) Coordinación Viso-Motora A medida que el niño integra con mayor objetividad su percepción del mundo, logrando un análisis y una representación más exactos de él, elabora y anticipa con mayor. En esta etapa el niño ha logrado la representación euclidiana del espacio, lo que le permite conocer las relaciones concretas entre los elementos de una figura y establecer reconstrucciones mentales de ella. Esta es la base que le permite programar las acciones y movimientos precisos que necesita para reproducir el diseño inicial. Así entonces la coordinación viso-motora, con el apoyo de la imagen mental resulta más elaborada lo que se traduce en una mayor eficacia en la motricidad fina. Cuando se presenta al niño una figura para su reproducción, primero la percibe globalmente, luego analiza las partes y las relaciones exactas entre éstas y se las representa, asociando luego los movimientos necesarios para lograr un resultado satisfactorio. OPERACIONES FORMALES En este período el desarrollo de las funciones básicas no presenta modificaciones importantes. Se amplía el campo de como prensión de la lectura y la capacidad de expresión a través de la escritura. El sujeto maneja la realidad dentro del contexto de lo posible. Este pensamiento tiene las características del pensamiento hipotético-deductivo. Siendo lo hipotético-deductivo una característica de esta forma de pensamiento, a través de la lectura el niño es capaz de obtener sus propias conclusiones, haciéndose autónomo en relación al adulto. Al mismo tiempo se plantea hipótesis que soluciona a partir de su propia investigación.