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Orientación Universidad
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Psicologia comunitaria, Monografías, Ensayos de Psicología

Psicologia comunitaria: freire

Tipo: Monografías, Ensayos

2022/2023

Subido el 09/07/2025

daniel-franco-92
daniel-franco-92 🇪🇨

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PSICOLOGÍA

DE LA

C OMUNICACIÓN

D RA. M ERCÈ M ARTÍNEZ TORRES

DEPARTAMENT DE P SICOLOGÍA B ÀSICA

U NIVERSITAT DE B ARCELONA

El document original de 1997 va ser redactat com a primera part de la Memòria d’oposicions a Professora Titular d’Universitat per la plaça de “Psicologia de la Comunicació” del Departament de Psicologia Bàsica de la Universitat de Barcelona. Aquest document s’ha revisat i s’han ampliat els continguts al 2012, i forma part del material teòric de la nova assignatura del grau de Psicologia: Llenguatge i Comunicació.

  • Introducción
    1. Definición y alcance del concepto de comunicación: Una aproximación psicológica
  • 1.1 Información y Comunicación
    • Lasswell, una aproximación sociológica
    • Shannon y Weaver, una aproximación cibernética....................................................................................
    • Jakobson, una aproximación lingüística
  • 1.2 Lenguaje y comunicación
  • 1.3 Representación e intención
    • Grice y las máximas conversacionales
    • Teoría de la Relevancia ‐ Sperberg y Wilson
    • Modelo producción‐comprensión del habla de Levelt
    • Los actos de habla
  • 1.4 Objeto de estudio de la Psicología de la Comunicación
    1. Comunicación: códigos y contextos
  • 2.1 Signos para comunicar
    • Eco, un modelo semiótico de la comunicación
    • Signos, señales, símbolos…
  • 2.2 Comunicación animal ‐ Comunicación humana
  • 2.3 Comunicación verbal ‐ Comunicación no verbal
  • 2.4 El contexto sociocultural de la acción comunicativa
    • Relativismo lingüístico (Sapir, Whorf, Slobin)
    • El enfoque sociocultural de la escuela soviética
    1. Tradiciones y métodos de estudio sobre la comunicación humana
  • 3.1 La tradición sociolingüística
  • 3.2 La tradición referencial
    • Hipótesis del egocentrismo infantil
    • Hipótesis de la falta de habilidades específicas para resolver tareas comunicativas
      • evaluación del propio mensaje El papel del emisor. Mensaje: formulación, reformulación, adaptación al interlocutor y
      • las intenciones comunicativas El papel del receptor: evaluación de mensajes, formulación de preguntas, e interpretación de
  • 3.3 Incorporación de aspectos ecológicos al paradigma referencial........................................................................
    • Unidades comunicativas
    • Intervención de los interlocutores en el intercambio comunicativo
    • La producción de los emisores
    • La producción de los receptores
    • Análisis secuencial de la actividad conjunta
    • Anexo 3.1. Exemple de codificació de les proves de comunicació referencial
    • Anexo 3.2 Ejemplos de patrones comunicativos (Martínez, Forns y Boada, 1997)
    1. La comunicación como proceso autónomo: relaciones con otros procesos cognoscitivos
  • 4.1 Desarrollo cognoscitivo y desarrollo comunicativo
  • 4.2 Nivel cognoscitivo y eficacia comunicativa.........................................................................................................
  • 4.3 Capacidades mnemónicas y competencia comunicativa
  • 4.4 Capacidades lingüísticas y competencia comunicativa
  • 4.5 Habilidades específicas, procesos "meta" y competencia comunicativa
    • Conocimiento sustantivo, habilidades para hacer y conocimiento de procedimiento
    • Habilidades de evaluación y procesos “meta”
  • 4.6 Otras variables implicadas en la competencia comunicativa
  • 4.7 Clarificando el mapa de competencias...............................................................................................................
    1. Adquisición y desarrollo de la comunicación
  • 5.1 Perspectivas ontogenéticas de la adquisición de la comunicación
    • Skinner‐Chomsky........................................................................................................................................
    • Piaget‐Vygotsky
    • Las teorías interaccionistas
  • 5.2 De la comunicación prelingüística a la comunicación lingüística
    • Facultades cognitivas iniciales
    • Intersubjetividad primaria i secundaria
  • 5.3 El acceso a la representación y a la metarepresentación...................................................................................
    • Función simbólica y procesos de soporte de adquisición del lenguaje......................................................
    • Teoría de la mente
  • 5.4 De la hetero‐regulación a la auto‐regulación comunicativa...............................................................................
    1. Psicología de la comunicación aplicada a diversos ámbitos
  • 6.1 Discapacidad, Patologia y Comunicación
    • La comunicación sin palabras.....................................................................................................................
    • La comunicación sin gestos
    • La comunicación con limitaciones intelectuales
    • La barrera comunicativa del autista
    • Discurso patológico
  • 6.2 El entrenamiento de la comunicación
    • Entrenar en el período de adquisición de las habilidades comunicativas
    • Entrenamiento de habilidades comunicativas en adultos
  • 6.3 El arte de persuadir. La publicidad
  • Referencias bibliográficas

I NTRODUCCIÓN Organizar el saber sobre cualquier tema y plasmarlo en un documento supone siempre ciertas dificultades, ya que es necesario un proceso riguroso de selección, no sólo de aquello que es más relevante, sino de aquello que es coherente con la idea global que guía al autor. En este caso la dificultad ha sido mayor, ya que el fenómeno comunicativo está imbricado con tantos otros procesos y funciones de los seres vivos que resulta casi imposible diferenciarlo de otros fenómenos que no son comunicativos. Se ha intentado delimitar cual debería ser el objeto de estudio de una "Psicología de la Comunicación" a partir de los numerosos marcos conceptuales que han aportado definiciones, métodos de investigación y modelos sobre lo que es la comunicación. El mapa conceptual no es preciso, ni único y sin duda podrían proponerse otros muchos. La opción en este caso, quizás arriesgada, ha sido ofrecer un panorama amplio, intentando no caer ni en reduccionismos, ni en excesivas generalizaciones. Por tanto, no se ha limitado el concepto de comunicación a información, a lenguaje (discurso), o a comunicación humana; pero, tampoco se han adoptado conceptualizaciones que extienden el fenómeno comunicativo hasta tal punto que cualquier tipo de interacción puede ser interpretado como una actividad comunicativa. No es una manual al uso, organizado en capítulos estructurados, con conocimientos básicos sobre Psicología de la Comunicación. Refleja más bien la trama que se establece en la mente del que escribe –como si de una novela se tratara, tras una madurada elaboración mental de múltiples lecturas. También se refleja la experiencia acumulada en la investigación y, sin duda, en la práctica de habilidades comunicativas en el aula y en otros contextos. No quiere decir que carezca de estructura, sino que ésta es compleja. Está redacción en 2 tiempos, primero en 1997 como marco teórico de la memoria de oposiciones y, ahora, pensando en alumnos de Psicología, ha supuesto una restructuración de algunos contenidos y una ampliación de los mismos. Precisamente, pensando en el alumnado, al final de cada apartado se recomiendan algunas lecturas básicas que pueden facilitar una mejor comprensión y, otras, que permiten profundizar a aquellos lectores que quieran conocer mejor alguno de los temas planteados. En el primer capítulo, se presentan los modelos clásicos de comunicación, intentando distinguir información de comunicación. También se inician aquellos temas que quedan a caballo entre comunicación y lenguaje, centrándose específicamente en los conceptos de “representación e intención”. El capítulo 2, se centra en los códigos (verbales y no verbales), su significado, lo que caracteriza a los códigos humanos y los distingue de los animales y, finalmente, los contextos en que se producen.

1. D EFINICIÓN Y ALCANCE DEL CONCEPTO DE COMUNICACIÓN: UNA APROXIMACIÓN PSICOLÓGICA Definir un concepto complejo como "comunicación" no es una tarea fácil, ya que la amplitud del mismo, ha dado lugar a conceptualizaciones muy diferentes. Tal vez, esta diversidad evidencia la dificultad de desligar la comunicación del propio hecho de existir y relacionarnos con los demás, por medio de diversos códigos, en función de la especie. Códigos y pautas comunicativas que adquirimos, sin menospreciar el importante papel que juega la herencia y el substrato biológico, en las situaciones de intercambio social en las que vivimos. La comunicación es tal vez una de las funciones psicológicas más evidente del ser humano. Éste comunica ideas, intenciones, deseos, afectos, actitudes, instrucciones, incluso antes de desarrollar un instrumento privilegiado de la comunicación humana: el lenguaje. La abundante literatura sobre comunicación aparecida a partir de los años 70, la aparición de capítulos específicos sobre comunicación en tratados de psicología del lenguaje y del desarrollo, no deja de ser sorprendente, al compararlo con lo que ocurría escasamente unos años antes. Esta falta de curiosidad por un tema tan crucial sorprende todavía más cuando se investigan los antecedentes históricos del estudio de la comunicación en la psicología de este siglo. Seguramente la amplitud del tópico provocó que este tema se abordara sólo tangencialmente y que, tal como lo expresa Shatz (1981), abrir el capítulo de la comunicación es un poco como “abrir la caja de Pandora”. Sin embargo, la comunicación emerge claramente cuando analizamos el ángulo social o cognoscitivo del ser humano. Como señala Flavell (1981), los conceptos de "audiencia" ( recepción de información ) y "mensaje" ( transmisión de información ) son adecuados para la descripción de la mayor parte de tareas y problemas, sociales y no sociales, que el individuo puede afrontar en su vida cotidiana. En su sentido más amplio la noción de comunicación se confunde prácticamente con la de interacción entre organismos vivos (cf. Bresson, 1985). Ésta puede definirse tanto como un proceso instrumental (intercambio significativo entre sistemas interactivos), como un proceso constitutivo de la propia existencia y realidad del hombre; que tiene un fundamento biológico y a la vez sociocultural y que se lleva a cabo entre un ego y un alter , es decir, entre individuos. O, tal vez, como afirman Watzlawick, Beavin y Jackson para el ser humano lo difícil es no comunicar. No importa qué haga uno para intentarlo, nadie puede no comunicar. La actividad y la inactividad, las palabras y los silencios tienen el valor de un mensaje; influyen a otros y estos otros, a su vez, no pueden no responder a estas comunicaciones y comunican ellos también (Watzlawick, Beavin y Jackson, 1968, 48).

Las múltiples dimensiones que encierra el proceso comunicativo hacen a menudo necesario un abordaje multidisplinar del concepto. Si pensamos en la comunicación como el proceso que hace posible que dos o más individuos se transmitan información intencionalmente ‐cifrada en algún tipo de código‐ aparecen, por lo menos, tres de las dimensiones del mismo:

  1. una dimensión cognitiva , ya que la información transmitida está representada de alguna forma en la mente del que transmite y también debe representarse en la mente del receptor para ser comprendida y descodificada;
  2. una dimensión social , ya que todo el sistema se apoya en reglas arbitrarias y convencionales que regulan el intercambio de información y la interpretación de las intenciones comunicativas del otro en función de un contexto cultural determinado; y, finalmente,
  3. una dimensión semiótica ya que el propio código utilizado ‐sea lingüístico o no‐ tiene características propias que deben ser descritas y analizadas en tanto que instrumento de mediación de conceptos e intenciones. Por ello, una explicación psicológica del "acto comunicativo" que es lo que intentaremos mostrar a lo largo de estos capítulos debe ser contextualizada en el marco más amplio de otras disciplinas que nos han proporcionado instrumentos para el estudio de la comunicación. Mayor (1991) señala que la psicología de la comunicación surge de la intersección entre una psicología que se ocupa de la problemática de la comunicación y de una ciencia o teoría de la comunicación que descubre sus implicaciones psicológicas. A partir de la convergencia entre ambas aportaciones se ha ido configurando una psicología de la comunicación que estudia lo conductual de la comunicación y lo comunicacional de la conducta, la influencia mutua entre conducta y comunicación, su estructura y funciones, su origen y desarrollo, su eficacia y limitaciones, así como sus diferentes tipos y modalidades. La psicología se interesa por la comunicación en tanto que proceso básico, pero también en cuanto proceso implicado en cualquier actividad humana, sea cual sea el campo de aplicación (clínica, escolar, social, etc.). Así mismo, Mayor concluye, tras una revisión de las temáticas aparecidas en congresos y monografías sobre comunicación, que: con estos datos quedan patentes tres hechos: en primer lugar, que el enfoque pluridisciplinar de la comunicación es metodológicamente necesario desde la perspectiva de la historia y la elaboración de la ciencia; en segundo lugar, que la comunicación es un fenómeno pluridimensional, tanto estructural como funcionalmente; en tercer lugar, que la comunicación es un tema central para la comprensión de la conducta humana (y no humana) por su omnipresencia y polivalencia en relación con dicha conducta (Mayor, 1991, 21). Finalmente, este autor señala cinco disciplinas de la intersección de las cuales se configuraría una nueva disciplina, o cuanto menos una teoría general de la comunicación. Estas son: las filosófico‐fenomenológicas; las lingüísticas y semióticas; la teoría de la información, la cibernética y las ciencias de la computación; la sociología y la antropología; y, finalmente, la psicología. Indudablemente, no se pueden revisar exhaustivamente todas las aportaciones que desde estas disciplinas se han hecho a la psicología de la comunicación, pero si señalaremos, aquellos modelos o teorías que han legado: su terminología; sus principios estructurales o funcionales; o, sus explicaciones del contexto lingüístico o social; y, que aún hoy son útiles a quienes investigamos los procesos comunicativos.

Figura 2. Modelo de aguja hipodérmica (Lasswell, 1927) En 1948, Lasswell reformula su modelo, conocido como la “Fórmula de Lasswell” muy aplicado en el contexto de los medios de comunicación de masas (desde el márquetin y la publicidad hasta la política). El acto de comunicación en este modelo es unidireccional y se centra en las preguntas ¿Quién dice qué, en qué canal, a quién y con qué efecto? (véase figura 3). Figura 3. La Fórmula de Lasswell (1948) Esta fórmula plantea el análisis de distintos ámbitos en la comunicación de masas: medios de control de la información, contenido de los mensajes, medios de comunicación, audiencia y efectos. La concepción de la comunicación social presente en este modelo es la del poder que puede ejercer aquel que tiene el control de la información, mientras que la participación de la sociedad como destinatario es absolutamente pasiva y se limita a sufrir los efectos, postura que está en consonancia con el contexto de conocimiento de la época y que ha sido ampliamente criticada a posteriori (Pinazo y Pastor, 2006). H.D. Lasswell ha ejercido una notable influencia en todos los trabajos relacionados con los mass‐media , ya sea en el ámbito publicitario como en el político. Este modelo es el antecedente de muchos otros modelos de comunicación de masas. •análisis de los emisores sean instituciones o creadores y las representaciones de los profesionales (quien tiene el control)

QUIEN DICE

•análisis del contenido cómo estrategia de estudio de la comunicación

QUÉ DICE

•estudio de los medios de comunicación y su contexto

A través de QUÉ CANAL

•estudio del público y de los receptores

A QUIEN

•estudio de los efectos psicológicos, sociales, políticos, comerciales, etc.

CON QUÉ EFECTO

MEDIOS

ESTIMULO

AUDIENCIA

RESPUESTA

COMUNICACIÓN

S HANNON Y WEAVER, UNA APROXIMACIÓN CIBERNÉTICA

En 1949, Shannon y Weaver lanzaron una teoría matemática de la comunicación, que se trata de un modelo de comunicación o, más exactamente, de una teoría de la información pensada en función de la cibernética, la cual es el estudio del funcionamiento de las máquinas, especialmente las máquinas electrónicas (Galeano, 1997). Claude Shannon era un ingeniero que trabajaba en la empresa de telefonía Bell, éste proporcionó nuevas dimensiones a la construcción de un modelo de comunicación humana y ha tenido una notable influencia en modelos posteriores. Aunque este modelo, en su origen, no pretendía describir la comunicación humana sino formular un modelo de la transmisión de información a través de señales, a partir de la formalización matemática de los supuestos teóricos de la termodinámica (Piñuel, 1991; Martín Serrano, et al. 1982). Este modelo (véase figura 4) se aplica a cualquier mensaje, independientemente de su significación y permite estudiar la cantidad de información de un mensaje en función de la capacidad del medio. Esta capacidad se mide según el sistema binario (O ‐ 1) en bites asociados a la velocidad de transmisión del mensaje, pudiendo esta velocidad ser disminuida por el ruido (Galeano, 1997). Figura 4. Modelo matemático de Shannon‐Weaver (1949) En este caso el sentido "informativo" remite al cálculo de la disponibilidad de un intercambio que se da por supuesto, para medir una cantidad de "mensajes", constituidos y diferenciados por la secuencialidad de modulaciones energéticas ‐señales‐ físicamente posibles. La finalidad es calcular cual es la cantidad de señales que se transportan por un determinado canal, de modo que puedan ser transmitidos la mayor cantidad de mensajes posibles con la menor ambigüedad. Dicho de otro modo, las variables que calculan los teóricos de la información sirven para medir y verificar las condiciones óptimas para la transmisión de mensajes. A continuación expondremos brevemente los componentes del modelo de Shannon‐Weaver. RUIDO DESTINO RECEPTOR CANAL TRANSMISOR FUENTE DE INFORMACIÓN Mensaje Señales emitidas Señales recibidas Mensaje

Muchos de los modelos que articulan diversos elementos o componentes están claramente inspirados en la teoría de la información de Shannon (1948). Por poner algunos ejemplos: Berlo (1960) distingue entre fuente codificadora, mensaje, canal y receptor descodificador, contemplando, diferentes dimensiones en cada uno de ellos; en el primero y el último, habilidades, actitudes, conocimientos, sistema social y cultural; en el segundo, contenido, código y tratamiento; y en el tercero, distintos canales sensoriales (véase figura 5); Malmberg (1967) dos sujetos (emisor y receptor); dos tipos de elementos (código y contexto); dos procesos (codificación y descodificación); Lazslo (1973) propone diferentes niveles: receptor y efector con un ambiente interno y su aparato de control de input y output , entorno y código, percepciones y respuestas (una revisión de estos modelos en Mayor, 1977; Mayor, 1991).

JAKOBSON, UNA APROXIMACIÓN LINGÜÍSTICA

Para el funcionalismo, una de las escuelas dentro del estructuralismo lingüístico, de la cuál Jakobson es uno de sus exponentes, la lengua es un sistema funcional producto de la actividad humana y la finalidad de la lengua consiste en la realización de la intención del sujeto de expresar y comunicar. No puede negarse la influencia de la teoría de la información de Shannon, como modelo para la descripción de la comunicación humana en la adaptación hecha por el lingüista Jakobson (1960/ 1981). Éste pone en correspondencia los elementos implícitos en todo acto comunicativo, lo que él llama factores de comunicación , con las funciones del lenguaje , la mayor parte de ellas, a su vez funciones comunicativas. Así, en esta adaptación los factores considerados son destinador (EMISOR), destinatario (RECEPTOR), canal o contacto (entre los dos primeros elementos), código (o sistema de símbolos que por convención va destinado a representar o transmitir información entre la fuente y el destino), mensaje (contenido informativo) y referente o contexto (objetivo sobre el que se centra el mensaje). A este esquema superpone seis funciones (véase figura 6), tres de ellas se recogen de la propuesta de Karl Bühler en 1933 (citado por Jakobson, 1960): la referencial o denotativa es la relativa al contenido informativo del mensaje (sitúa o contextualiza sin hacer valoraciones); la expresiva o emotiva , corresponde a la expresión directa de la actitud del hablante ante aquello de lo que está hablando; y, la conativa , está dirigida al destinatario o receptor del mensaje, a modo de apelación o persuasión, para que éste atienda los requerimientos transmitidos, de una respuesta. Además añade la función fática , ya señalada por Malinowski (1946), que establece, prolonga y mantiene abierto el canal comunicativo; la poética , planteada, bajo una perspectiva semiológica, por Jean Mukarosvsky y centrada en la organización de la forma del lenguaje con fines lúdicos, expresivos o artísticos; y, la metalingüística , que implica el conocimiento y capacidad de análisis del propio código utilizado. Figura 5. Modelo de comunicación de D. K. Berlo (1960)

Figura 6. Modelo de factores de comunicación y funciones del lenguaje Jakobson (1960) Un emisor codifica, según las reglas de una lengua particular (código), un mensaje para que sea recibido e interpretado por el sujeto destinatario. El mensaje codificado tiene un contexto, es decir, se refiere a algún asunto que constituye una realidad cultural o física presente o evocada por el mensaje, incluso si el referente es inventado o falso. El mensaje llega al receptor gracias a la presencia de un contacto físico, que conduce el mensaje a su destino, y de un contacto psicológico que incluye la actitud de aceptación o rechazo del mensaje por parte del receptor y su capacidad de comprensión.

Tabla 1. FUNCIONES DEL LENGUAJE

SE REFIERE /INCIDE

SOBRE

SE MANIFIESTA EN INTENCIÓN

REFERENCIAL Hechos, cosas, ideas REFERENTE Oraciones enunciativas Informar EMOTIVA El propio hablante DESTINADOR Admirativas, enunciativas, interjecciones ‐Entonación‐ Expresar emociones, señalar cómo debe ser entendido el mensaje CONATIVA El oyente Oraciones imperativas ‐Entonación‐ Hacer que actúe FÁTICA El canal de comunicación Interrogación, repeticiones, frases hechas Abrirlo, mantenerlo POÉTICA El propio mensaje Estilo, figuras Impresionar, crear, llamar la atención METALINGÜÍSTICA El lenguaje Definiciones, aclaraciones Negociar el código, confirmar que se está usando el mismo código

CONTEXTO

función referencial DESTINADOR MENSAJE DESTINATARIO función emotiva función poética función conativa CÓDIGO función metalingüística CANAL función fática

Lecturas para profundizar Jakobson, R. (1981). Lingüística y poética (347‐395). En R. Jacobson. Ensayos de

lingüística general. Barcelona: Seix Barral. Disponible en: http://www.uned‐

terrassa.es/docs_biblioteca/jakobson.pdf

Mayor, J. (1991). La habilidad lingüística entre la comunicación y la cognición. En M. Martín y M. Siguán (Coor.). Comunicación y lenguaje. Tratado de Psicología General, tomo 6. (3‐238). Madrid: Alhambra Longman. Shannon, C.E. (1948). A mathematical theory of communication. Bell. Syst. Tech. J., 27 , 379 ‐ 423 / 623 ‐656. Disponible en: http://cm.bell‐labs.com/cm/ms/what/shannonday/shannon1948.pdf 1.2 LENGUAJE Y COMUNICACIÓN No podemos negar los estrechos vínculos, establecidos en la especie humana, entre comunicación y lenguaje. Pero aún sin negarlos debemos destacar que si bien una de las funciones del lenguaje es la comunicativa; para la comunicación el lenguaje es uno de sus instrumentos de mediación y de codificación, pero no el único. Tal como, señalaron Glucksberg et al. (1975) muchos autores presuponen que la competencia lingüística es suficiente para comunicar eficazmente, pero se ha demostrado ampliamente que no es así, sino que el lenguaje es una más de las competencias precisas para la comunicación (véase cap. 4) y que para comunicar de forma eficaz son precisas además otras habilidades. Por tanto, la psicología de la comunicación no puede limitarse al estudio de la expresión y la comprensión oral, sino que debe incluir otros niveles no verbales que posee el ser humano, que pueden ser intencionales o no, algunos compartidos con otras especies animales y otros no (véase cap. 2), muchos de los cuales se desarrollan en el hombre previamente a la adquisición del lenguaje (véase cap. 5). Bierwish (1980) se inclina por mantener separados el estudio del lenguaje y el de la comunicación aduciendo tres razones para ello: en primer lugar, el hecho de que ciertas funciones del lenguaje no tienen finalidad comunicativa; en segundo lugar, la existencia de comunicación no lingüística; y, finalmente, que los sistemas de reglas que subyacen al lenguaje y a la comunicación no son las mismas. Este razonamiento parece bien fundamentado, sin embargo, tal como expone Shatz (1983) el problema reside en que, aunque parece cierto que existen dos sistemas de reglas distintos, no quedan claras las relaciones entre ambos sistemas. Por otra parte, actualmente, conocemos mejor las reglas que rigen el lenguaje que aquellas que rigen la interacción social y la comunicación. De todos modos, estas distinciones entre comunicación y lenguaje dependen también, en gran medida del marco teórico y de la dimensión que estudie la psicología del lenguaje. Si ésta es una dimensión formal o estructural los puntos en común con la psicología de la comunicación son claros de establecer. En esta dimensión formal podemos centrarnos en dos perspectivas distintas la semiótica y la lingüística.  La primera focaliza su atención en el lenguaje como sistema de elementos (señales, signos o símbolos) que resultan relevantes para un organismo, no tanto en sí mismos o por sus

propiedades físicas, sino porque remiten a objetos o aspectos distintos de ellos mismos. Desde la perspectiva semiótica se nos abre el campo del significado (semántica) e incluye, así mismo, al usuario del signo (pragmática); dos aspectos que retomaremos más adelante y que guardan una estrecha relación.  La segunda, muy influenciada por la gramática generativa, nos ofrece una visión del lenguaje centrada en un código formal bien definido que puede ser descrito en términos de unidades y reglas de combinación o restricción de dichas unidades. La perspectiva lingüística, centrada especialmente en los procesos microestructurales de producción y comprensión, aunque valiosa por sus aportaciones está tan anclada en la descripción formal del lenguaje que ha obviado la función comunicativa del mismo y, por tanto, en este caso el solapamiento entre procesos lingüísticos y comunicativos es prácticamente nulo. Aunque, sin duda, el conocimiento sobre cómo funciona el código lingüístico es relevante para el hablante. Visto el lenguaje desde una dimensión funcional , el lenguaje deja de ser el foco de atención y este se desplaza hacia el usuario que conoce y usa este lenguaje en sus intercambios comunicativos o en sus relaciones generales con el medio. De alguna forma el lenguaje se convierte en un mediador de la actividad humana; un mediador simbólico, ya que está compuesto de signos que representan algo; y, un instrumento con el cual podemos hacer cosas (Austin, 1962). Por ejemplo, si yo digo: “prometo que la próxima semana os invitaré a tomar algo, ya que es mi cumpleaños” he establecido un compromiso. Si no lo cumplo las personas a las que prometí invitar sin duda se enfadaran. Desde esta perspectiva, la adquisición y el desarrollo del lenguaje están vinculados a la práctica de sus funciones, a la realización de actividades comunicativas, a la expresión de estados emocionales, y, también al control de la conducta y del pensamiento. Tal como afirma Bruner (1984) desde esta perspectiva pragmática, los procesos implicados son bastante diferentes de los empleados en dominar un conjunto de códigos semánticos o sintácticos, ya que estos últimos están formulados para tratar exclusivamente de la transmisión de información, y por ello podemos afirmar que incorporan un código de elementos que representan algún conocimiento del mundo real. Mientras que la pragmática consiste en el estudio de cómo se emplea el habla para lograr fines sociales como prometer, humillar, calmar, advertir, declarar, pedir, ... y sus elementos no “representan” nada: son algo. Incluso el silencio, si bien no puede especificarse sintáctica o semánticamente, puede expresar gran cantidad de cosas según el contexto en el que ocurra. Es, pues, un compromiso de interacción social mediante el uso del habla. Dado que lenguaje y comunicación, tal como hemos apuntado anteriormente, comparten muchas funciones, desde este punto de vista funcional muchas investigaciones han analizado simultáneamente lenguaje y comunicación. Finalmente, especialmente desde una perspectiva psicológica, el lenguaje puede ser examinado desde una dimensión comportamental ; considerado como un tipo de conducta o actividad, que realizan un emisor, cuando codifica o produce, y un receptor cuando descodifica e interpreta mensajes lingüísticos mediante la utilización de un código de signos o símbolos común, en un contexto determinado. Desde esta perspectiva se estudian dos modalidades básicas la producción y la comprensión del lenguaje, también, puede estudiarse cuando se realizan a la vez en lo que se ha denominado: conversación. La dimensión comportamental del lenguaje interesa especialmente a la psicología de la comunicación por el nivel de análisis aplicado a la producción y a la comprensión del discurso, dadas sus implicaciones en el proceso comunicativo. Tal como afirma Rivière:

GRICE Y LAS MÁXIMAS CONVERSACIONALES

Tal como expuso el filósofo Grice (1957) la comunicación es una actividad intencional y cooperativa. La conversación se rige por un principio de cooperación entre los interlocutores y que puede enunciarse de este modo: Haz que tu contribución a la conversación se ajuste a lo que se pide, en el momento en que se pide, de acuerdo al objetivo o dirección del intercambio en el que tomas parte (Grice 1975, 45). Grice (1957) propone cuatro supuestos o máximas que regulan el discurso. Estas máximas como expone Cortès (2006) no son reglas inviolables, sino principios razonables e indispensables para que funcione la comunicación. Evidentemente pueden transgredirse, a veces la trasgresión puede ser un recurso del hablante. Pero sean cumplidas o trasgredidas estas máximas tienen un carácter sistemático y lo que no puede pasar es algo distinto de estas dos opciones: se cumplen o se trasgreden (Cortès, 2006, 91). Podemos resumir estas máximas conversacionales del siguiente modo:

  1. Máxima de cantidad. Se refiere a la cantidad de información proporcionada. Se subdivide en: a. Da toda la información que sea necesaria b. No des más información de la necesaria
  2. Máxima de calidad. Se refiere a la veracidad de la información. Se subdivide en: a. No digas lo que crees que es falso b. No digas aquello para lo que carezcas de evidencia adecuada
  3. Máxima de relevancia. Se refiere a la pertinencia de la información.
  4. Máxima de modo. Se refiere a la manera como se da la información. Se subdivide en: a. Evitar la oscuridad de la expresión b. Evitar la ambigüedad c. Ser breve d. Ser organizado Uno de las máximas de más difícil comprensión o comprobación es la de “relevancia”, ya que es muy difícil determinar cuándo se ha violado o, simplemente, si una contribución es relevante o no (Renquema, 1999).

T EORÍA DE LA R ELEVANCIA ‐ S PERBERG Y W ILSON

En un intento de profundizar en algunas de las tesis fundamentales de Grice, Sperber y Wilson presentan la Teoría de la Relevancia (Wilson y Sperberg, 2004). Para estos autores, Grice sentó las bases de un modelo inferencial de la comunicación, alternativo al modelo clásico del código. Según el modelo inferencial: el comunicador proporciona una evidencia de su intención de transmitir un cierto significado, que el interlocutor deberá inferir a partir de esa evidencia suministrada (Wilson y Sperberg, 2004, 238). La tesis central de la teoría de la relevancia es que las expectativas de cumplimiento de la máxima de relevancia que suscita un enunciado deben resultar tan precisas y predecibles que guíen al oyente hasta el significado que tiene intención de comunicar el hablante. Sperber y Wilson (1986, 1987) indican que un discurso coherente implica, por parte del oyente, la posibilidad de relacionar el contenido proposicional de los enunciados con un conjunto de proposiciones (emitidas o implícitas) y de presuposiciones que se conocen previamente; que pueden ser recuperadas de la memoria; y, que

resultan relevantes para la interpretación del significado de los enunciados. Para el emisor, la coherencia presupone la capacidad de establecer un modelo mental también para el receptor (conocimiento común compartido, evaluación de lo nuevo‐dado, etc.) y la elaboración de enunciados relevantes para ese modelo mental. Para estos autores el procesamiento de discursos se regiría por un principio de relevancia que implica la realización de operaciones inferenciales sobre los conocimientos previos (compartidos) con el interlocutor. Sperber y Wilson confieren al contexto un carácter obligatorio en el procesamiento del discurso; precisamente a través de la contrastación entre el texto y el contexto es como se establece el principio de relevancia; una expresión es más relevante que otra en un contexto dado si tiene más amplios efectos contextuales y requiere menos esfuerzo de procesamiento que esta última; la relevancia óptima se puede definir así, en términos de costes frente a beneficios, lo que restringe la búsqueda de infinitos contextos haciendo que el procesamiento sea rápido y eficiente. La comunicación incluye la codificación de pensamientos en mensajes que pueden ser transmitidos a otros, como si se tratara de un puente entre el pensamiento de distintas personas. La conciencia que se posee de los estados de conocimiento, puede diferir entre los sujetos, ello reviste importancia en el proceso de comunicación, puesto que un mensaje sólo será efectivo si procura la información que otra persona necesita para comprender (cf. Beal, 1988). Comprender el estado intencional, esto es, representacional, supone tener en consideración los pensamientos, deseos, intenciones y sentimientos que entran en juego en la expresión de una conducta. Olson (1988), en su revisión sobre los estados intencionales, destaca la complejidad de este campo de estudio y presta especial atención a la "revolución cognitivista". Las teorías emanadas de este paradigma pretenden demostrar que la conducta está más en función de las representaciones del mundo que tienen los sujetos que de la propia realidad. Aunque, tal como destaca Rivière (1991) en Objetos con mente , la mente puede ser concebida como un artefacto natural para la interacción o como un sistema de cómputo. Particularmente, la mente 1 ‐ tal como se ha destacado desde las " theories of mind " (Astington, Harris y Olson, 1988)‐ está especialmente dotada para entendernos a nosotros mismos y a los demás en nuestras interacciones sociales (véase capítulo 5). Los procesos de inferencia sobre lo que el otro cree, piensa, desea, etc. son esenciales para la comprensión y la producción de mensajes, ya que más allá de la interpretación literal del significado de los mismos, debemos comprender el sentido y la intención comunicativa de nuestro interlocutor (un ejemplo claro de ello serían los actos de habla indirectos). No podemos detenernos aquí en una exposición detallada sobre las teorías cognitivistas sobre la representación y almacenamiento del conocimiento y la experiencia adquirida, incluido el conocimiento lingüístico, y existen numerosos textos con revisiones y compilaciones de artículos sobre el tema en lengua castellana e inglesa que pueden ser consultados (Fodor, 1975, 1981; Schank y Abelson, 1977; Anderson, 1983; Dijk y Kintsch, 1983; Vega, 1984; Rivière, 1986; Jhonson‐Laird, 1990; entre otros).

MODELO PRODUCCIÓN‐COMPRENSIÓN DEL HABLA DE L EVELT

Desde una posición, claramente funcionalista, suele enfatizarse la idea de que el habla es un acto intencional e instrumental; por tanto, implica elementos extralingüísticos como el emisor y sus