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Plantas partes y clasificacion, Apuntes de Botánica y Agronomía

Todo acerca de las plantas sus partes

Tipo: Apuntes

2018/2019

Subido el 11/04/2019

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Botánica
Anatomía de los Vegetales 160
Fisiología Vegetal 176
El Reino Monera 188
El Reino Protista 192
El Reino de los Hongos 196
El Reino Vegetal 202
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Botánica

  •  Anatomía de los Vegetales
  •  Fisiología Vegetal
  •  El Reino Monera
  •  El Reino Protista
  •  El Reino de los Hongos
  •  El Reino Vegetal

botánica • A natomía de los V egetales

Organización de las Plantas

Los organismos vegetales pueden dividirse fundamentalmente en tres tipos de organización. El más simple es el protofítico, que se mantiene a nivel unicelular. Los otros dos son el talofítico, que abarca las plantas pluricelulares inferiores, y el cormofítico, que incluye todas las restantes.

 P ROTOFITOS

Los protofitos son los organismos vegetales que no pasan del nivel unicelular. Los más primitivos carecen de un núcleo verdadero, los denominados protofitos procariotas, que comprenden las algas verdiazules o cianofíceas. Estas diminutas algas se agrupan, junto con las bacterias, dentro del reino monera. Algunas viven como células independientes y otras forman peque- ños filamentos o agregados celulares. Poseen una pared celular cuya estructura es muy parecida a la que presentan muchos grupos de bacterias. Todas las especies son acuáticas, la mayoría propias del medio marino. Los protofitos eucariotas se diferencian de los anteriores por la presencia de un núcleo verdadero y una mayor complejidad metabólica. Muchas especies son autótrofas y tienen cloroplastos, las res- tantes son incoloras. Cuando tienen uno o más flagelos, son capaces de desplazarse por el agua al igual que muchos protozoos. Dentro de este grupo, que carece de categoría sistemáti- ca, se incluyen numerosas algas unicelulares y muchos hongos inferiores, aunque estos últimos no son plantas sino que pertenecen al reino de los hongos.

 EL TALO

El talo consiste en un conjunto organizado de varias células, procede evolutivamente del tipo de organización protofítica y se define como un cuerpo vegetativo que no se encuentra diferenciado en un tallo, una raíz y unas hojas. En los grupos más evolucio- nados, se observa una cierta división del trabajo en las células, pero sin llegar a formar esos órganos típicos de la planta. Algunos grupos de algas inferiores unicelulares viven permanente- mente en una colonia, surgida a partir de una inicial que se divide, por lo que es diferente de los agregados de células ya formadas que se reúnen con posterioridad. Otro tipo análogo es el cenoblasto; consiste en una estructura de numerosos núcleos que aparece cuando la célula inicial se divide, pero sin que se formen los tabiques de separación entre las células hijas. A estas organizaciones se las considera antecesoras del talo. Hay talos filamentosos, reticulares y con estructura hística parecida a un verdadero tejido. Los organismos provistos de talo se denominan talo- fíticos, y entre ellos se encuentran las algas, los líquenes y los hongos.

Microfotografía de los filamentos de una cianofícea del género Nostoc_._

Algas clorofitas unicelulares y flageladas del género Chlamydomona_._

Tres tipos de algas microscópicas: la primera formada por células uninucleadas, como es el caso de las Ulothrix; la segunda por células polinucleadas, como las Cladophoras ; y la tercera por una sola célula polinucleada, como en las Vaucherias_._

 ESTRUCTURA

El tallo presenta una estructura lineal, con un eje principal alrededor del cual se dispo- nen los distintos elementos. Asimismo, presen- ta unos engrosamientos llamados nudos en los que se insertan las hojas. La estructura interna del tallo está formada por una pareja de cilindros concéntricos. El exterior se denomina cilindro cortical, formado por vasos libe- rianos, y el interior cilindro central, formado por vasos leñosos. Separando estos dos círculos existe un tejido meristemático denominado cámbium, que es el responsable del crecimiento en grosor del tallo. Un tercer elemento es la médula, un tejido parenquimatoso que se encuentra rodeado por tejido con- ductor y se dispone centralmente con respecto al eje.

El crecimiento secundario del tallo puede dar lugar a grandes troncos arbóreos. Es el caso de las secuoyas ( Sequoia sempervirens ), especie que en California cuenta con ejemplares espectaculares.

botánica • A natomía de los V egetales

El Tallo

El tallo corresponde al vástago de la parte aérea de la planta. Exteriormente presenta el aspecto y la forma de un largo cilindro, cuyo diámetro va disminuyendo a medida que asciende hacia su extremo superior. El tallo realiza tres funciones: proporciona un soporte mecánico adecuado para los órganos aéreos de la planta; conecta entre sí las raíces y las hojas, permitiendo de este modo el intercambio recíproco de sustancias, y actúa como órgano de reserva, almacenando almidón, proteínas y grasas, aunque esta función no es exclusiva del tallo.

Primordios foliares

Yema apical

Primordio de la yema axilar

Haces conductores

Cono vegetativo

Epidermis

Xilema Córtex Médula primario

Floema

Esquemas en sección del tallo de una planta joven de angiosperma monocotiledónea a nivel de la yema apical y de la zona media.

Nudos

 EL ÁPICE VEGETATIVO

El tallo puede crecer en longitud median- te unas estructuras formadas por tejido meristemático, denominadas yemas ter- minales, que suelen situarse en el extre- mo superior del mismo o de sus ramifi- caciones, recibiendo en el primer caso el nombre de ápice vegetativo. Las células de estos ápices son embrio- nales y se multiplican activamente por divi- sión. Forman un tejido con tres capas. La pri- mera, la más interna, es la que por crecimiento da lugar al cilindro central. La segunda es el ori- gen de la futura corteza, mientras que la tercera está formada por epidermis.

botánica • el T allo

 RAMIFICACIÓN

Los tallos se ramifican al dividirse o cuando produ- cen yemas laterales. Si el ápice vegetativo se divi- de en dos porciones iguales, la ramificación se denomina dicotómica; si las yemas laterales se desarrollan dando lugar a nuevas ramas, reci- be el nombre de lateralización. En este último caso pueden distinguirse dos tipos: racemosa o monopódica, cuando el eje principal conserva un crecimiento ilimitado superior al de los tallos secundarios, y cimosa, si el eje principal deja de crecer pero no así los secundarios. Los principa- les tipos de ramificación cimosa son el monocasio (si sólo surge una rama lateral), el dicasio (si surgen dos ramas laterales que a su vez se ramifican) y el pleiocasio (con más de dos ramas laterales a la vez).

 T IPOS

Podemos distinguir tres tipos principales de plantas: la mata, el arbusto y el árbol. La mata es la forma más pequeña, no sobrepasa general- mente el metro de altura y tiene tallos delgados y poco consistentes. El arbusto es un tipo de planta mayor que se ramifica a nivel del suelo; puede llegar a presentar tallos de consistencia leñosa, pero poco gruesos. Por su parte, el árbol es el de mayor envergadura, con una altura supe- rior a los cinco metros; para soportar el peso de

Tubérculo

Rizoma

Bulbo compuesto

Bulbo macizo

Zarcillos

las ramas y las hojas, el tronco de los árboles suele ser grueso y de gran consistencia. El tallo puede sufrir transformaciones, las principales son: los estolones, que crecen paralelos al suelo; los volubles, que se enrollan en los tallos de otras plantas; los filocladios, que imitan la forma de las hojas; los zarcillos, que salen del tallo princi- pal y se enrollan a cualquier soporte. También existen varios tipos de tallos subterráneos como los rizomas, los tubérculos y los bulbos.

Volubles Estolón

Ocho tipos de transformaciones que pueden sufrir los tallos según la función que deben desempeñar en la planta.

Filocladios

Detalle de la zona de la raíz donde se encuentran los pelos absorbentes.

botánica • la R aíz

 LOS PELOS RADICALES

La zona pilífera es delgada y posee una gran cantidad de finí- simos pelos, denominados pelos absorbentes, que proceden de las células de la epidermis y son los responsables de la absorción de los nutrientes. Estructuralmente son evaginacio- nes de la pared de las células epidérmicas, en forma de tubo, delgadas, de apenas 1 mm de longitud, y se encuentran recu- biertas de una sustancia mucilaginosa. El poder de absorción se debe a la gran superficie que forman en su conjunto. Estas pilosidades carecen de cutícula y tienen una duración limitada, de apenas unos pocos días. Al morir van siendo sus- tituidos por nuevos pelos radicales que se forman en el ápice de la raíz.

 T IPOS

En algunos casos, las raíces pueden almacenar sustancias de reserva. Al acumularse estas sustancias en su interior, se engrosan de forma caracterís- tica, dando lugar a las raíces napiformes, si el engrosamiento se produce en la raíz principal, como el caso de la zanahoria; y a las raíces tuberosas, si éste se produce en las raíces secundarias, como la remolacha. Otras veces, las raíces sirven de refuerzo del tronco. Se trata de raíces adventicias, que surgen de las ramas del árbol y se dirigen al suelo donde se anclan, como ocurre, por ejemplo, en el mangle.

 EL ÁPICE

La cofia, también denominada caliptra o pilo- rriza, se encuentra en la punta de la raíz y la pro- tege del rozamiento que sufre cuando ésta se abre camino en el interior del sustrato, facilitan- do por otra parte la penetración. Otra función importante es la de orientar al resto de la raíz en el sentido de la fuerza de la gravedad. En contacto inmediato con la cofia está el ápice, que es el punto de crecimiento de la raíz.

Consta de tres capas. La exterior, llamada der- matógeno, consiste en una única capa de células y da lugar a la epidermis. A continuación viene el periblema, que consta de varios estratos de células y da lugar a la corteza radical. La capa más interna, el pleroma, es el tejido meristemá- tico que luego formará el cilindro central.

Cuatro tipos de forma de raíces de las muchas que pueden Napiformes adoptar las plantas.

Adventicias

Adventicias en la base del tallo

Tuberiformes

La hoja es una estructura generalmente laminar y cuyas células están provistas de cloroplastos que se encargan de realizar la fotosíntesis. Sin embargo, también son hojas los cotiledones, aunque embrionarias, las que a modo de escama rodean las yemas y que a menudo no son verdes, y las que forman parte de la flor como elementos auxiliares. Igualmente, aunque más transformadas, tanto los pétalos como los sépalos son hojas.

botánica • A natomía de los V egetales

La Hoja

 ESTRUCTURA

La anatomía de la hoja está formada por tres partes bien diferenciadas: el limbo, el pecíolo y la base. El limbo es una estructura laminar casi siem- pre en forma de huso, en la que podemos distinguir la cara superior, deno- minada haz, de la cara inferior o envés. El haz es de color verde intenso y de superficie lisa. El envés es de un color más apagado y presenta unos relieves denominados nerviaciones, provocados por los haces libero-leño- sos. El pecíolo une el limbo con el tallo y puede ser muy corto o casi inexis- tente en algunas plantas. La base es el lugar por donde el pecíolo se inser- ta en el tallo. La estructura del limbo consiste en dos capas de tejido epidérmico, una superior y otra inferior, y un parénquima denominado mesófilo, situado entre ambas. La capa epidérmica superior presenta unas aberturas denominadas estomas. Los estomas pueden abrirse y cerrarse a voluntad de la planta, permitiendo la salida y entrada de gases para realizar la fotosíntesis, la transpiración y la respiración. Estos procesos se realizan en el mesófilo, que contiene una gran cantidad de cloroplastos por lo que recibe el nombre de parénquima clorofílico. Este parénquima es el que proporciona el color verde típico del envés de las hojas. Está atravesa- do en su parte inferior por la red de conductos libero-leñosos que forman las nerviaciones.

La hoja presenta una gran superficie externa a consecuencia de su especiali- zación en la fotosíntesis, que requiere la captación de gran cantidad de luz. Las funciones que desarrollan las hojas son principalmente tres: al alber- gar muchos de los cloroplastos, es don- de tiene lugar la fotosíntesis; es la res- ponsable directa de la transpiración de la planta; y es el principal órgano que realiza el intercambio gaseoso con el medio.

Hojas gigantes de una planta acuática, el loto gigante o Victoria Regia, propia de la Amazonia

Dibujo de la estructura interna de una hoja vegetativa. Bajo la epidermis, entre el parénquima en empalizada y el esponjoso se sitúan los vasos conductores rodeados de esclerénquima.

Parénquima en empalizada

Cara inferior de la hoja Parénquima esponjoso Estoma

Haz conductor Esclerénquima Cara superior

Las flores pueden nacer en el extre- mo de un tallo o en sus ramificacio- nes y pueden ser fundamentalmen- te de dos tipos: unisexuales, cuando llevan sólo órganos reproductores de un sexo, y bisexuales o herma- froditas, cuando disponen de am- bos, aunque no suele producirse autofecundación. Una flor típica y completa está for- mada por cuatro tipos de hojas modifi- cadas: sépalos, pétalos, estambres y car- pelos. De éstos, los sépalos y los pétalos son piezas estériles y cumplen funciones de pro- tección; los estambres y los carpelos son las partes fértiles y las formadoras de los gametos que darán origen a la semilla cuando se produzca la fecundación.

Partes fundamentales de una flor completa con estambres y carpelos.

botánica • A natomía de los V egetales

La Flor

La flor es una porción del brote especializada en la reproducción, que ha experimentado una serie de cambios hasta adquirir una forma apropiada para dicha función. Por esta razón, una flor puede definirse como un brote especializado en producir semillas. Procede, morfológicamente, del tallo y de las hojas.

 ESTRUCTURA

Si tomamos como ejemplo la flor bisexual, pode- mos distinguir en ella los siguientes elementos fundamentales: ovario, estambres, pétalos y sépalos. Todos ellos se disponen de modo sucesivo a distintos niveles, constituyendo los verticilos, que se encuentran colocados sobre un ensan- chamiento del extremo del pequeño tallo so- bre el que crecen, denominado tálamo o recep- táculo.

Pétalo

Sépalo

Ovario

Estilo

Estigma

Carpelo

Receptáculo o tálamo

Detalle de los diferentes verticilos que forman parte de una flor completa.

Estambres

Pistilo

Cáliz Corola

Óvulo (dentro del ovario)

Estambre

Gineceo

El conjunto de carpelos de la flor recibe el nom- bre de gineceo y constituye el aparato reproduc- tor femenino de la planta. El ovario es una estructura formada por uno o más carpelos reu- nidos que constituyen una especie de recipien- te. Los carpelos presentan una parte superior, convertida en tejido reproductor y que forma parte del ovario, y otra inferior que es estéril.

Antera Filamento

botánica • la F lor

Pétalos

Los pétalos son hojas muy transformadas que pueden presentar formas muy llamativas y colores muy vivos debido a que poseen diferentes pigmentos en unas estructuras llamadas cromoplastos. De este modo, constituyen la porción más vistosa de la flor y desempeñan el importante papel de atraer a los insectos u otros animales polinizadores. Están situados en el interior del cáliz y su número y forma son variables en las distintas especies. El conjunto de todos ellos recibe el nombre de corola.

Sépalos

Por último, los sépalos también son hojas, aunque menos transformadas que los pétalos y a menudo de color verde. Cuando la flor está todavía en formación (capullo), la recubren protegiéndola. El conjunto de todos ellos se conoce con el nombre de cáliz. En algunos casos, los sépalos pueden presentar colores inten- sos semejando pétalos, como en el azafrán; entonces, el conjunto de pétalos y sépalos recibe el nom- bre de tépalos.

El conjunto de los carpelos se une en la parte superior del ovario configurando una porción estrecha, llamada estilo. Éste, en muchas especies, finaliza en un ensanchamiento que a menudo dispone de células secretoras aptas para que el polen se adhiera y que recibe el nombre de estigma. Haciendo un corte a través de las paredes del ovario se distinguen tres capas: el exocarpo (la exterior), el endo- carpo (la interior) y el mesocarpo (situada entre las dos anteriores). En el interior del ovario, sobre las paredes de la porción fértil de los carpelos, se encuentran las células reproductoras femeninas, los óvulos.

Estigma

Estilo

Pistilo

Ovario

Gineceo

Tálamo

Androceo

El aparato reproductor masculino, el andro- ceo, está formado por los estambres, en los que es posible distinguir dos partes: el fila- mento, un delgado tallo de altura variable, y la antera, una especie de cápsula de dos lóbulos en cuyo interior se encuentran los sacos de polen. El número de estambres es variable en las distintas especies, lo mismo que su longitud, y constituye, junto con el número de carpelos del ovario, un carácter identificativo utilizado para la clasificación de las plantas. Según la disposición de los estambres, éstos pueden clasificarse en libres, si no están unidos entre sí, y soldados, si se encuen- tran unidos.

Granos de polen

Base mecánica

Filamento

Conectivo

Saco polínico

Base nutritiva Célulasmadre

Sección de la antera

Antera

Conectivo

Filamento estaminal

Detalle del gineceo o aparato reproductor femenino y del androceo o aparato reproductor masculino.

El colorido de los pétalos sirve para atraer a los insectos y facilitar la polinización.

Los magnolios presentan grandes flores de pétalos libres.

Androceo o estambre

botánica • La F lor

 El amento Semejante a la espiga, pero colgante, por ejemplo el nogal.

 El racimo Eje principal del que parten pedúnculos donde se sitúan las flores, por ejemplo el nazareno.

 La cima Cuando el eje principal y los secundarios finalizan en una flor. Puede adoptar formas muy diversas: dicótoma, alterna, arrollada, etc., por ejemplo el cuajaleche.

Tipos de inflorescencia

 El corimbo Parecido al racimo pero con los pedúnculos de distinta longitud, por ejemplo la atanasia.

 La espiga Eje alargado sobre el que se disponen numerosas flores sésiles, por ejemplo la verbena.

 La espádice Espiga con flores masculinas y femeninas dispuestas en dos segmentos y con una bráctea protectora, por ejemplo la espadaña.

 La umbela Formada por numerosos pedúnculos que parten del extremo común del tallo, cada uno con una flor (umbela simple) o ramificado a su vez (umbela compuesta) formando otras umbelas más pequeñas, por ejemplo hinojo.

 La cabezuela Formada por numerosas flores de forma tubular o en lengüeta dispuestas sobre un receptáculo plano o convexo y agrupadas unas en el centro y otras en la periferia, estas últimas parecidas a pétalos, por ejemplo la margarita.

Muchos frutos, como las naranjas, tienen colores llamativos y en muchos casos, además de comestibles tienen un agradable olor y sabor. El árbol frutal que la produce es el naranjo ( Citrus sinensis ).

botánica • A natomía de los V egetales

El Fruto

Después de la fecundación, la flor experimenta una serie de transformaciones en las que los óvulos se van convirtiendo en semillas y el ovario crece y se transforma para dar lugar a lo que se denomina fruto. El fruto consiste en la semilla más un envoltorio protector, de grosor y anatomía variables.

 ESTRUCTURA

La cubierta que envuelve las semillas procede de la pared del ovario y recibe el nombre de peri- carpo o pericarpio; éste puede ser suave, duro, seco o carnoso. En el pericarpio pueden distin- guirse tres capas distintas: el epicarpo o exocar- po, que suele corresponder a la epidermis de la hoja inferior carpelar y que casi siempre se man- tiene como una lámina delgada; el mesocarpo, que es un tejido intermedio que muchas veces adquiere un gran desarrollo y se transforma en pulpa dando lugar a los frutos carnosos; y el endocarpo, que es la capa más interna, procede de la epidermis interna del carpelo y se convier- te en una cubierta dura y lignificada que protege las semillas en su interior. En la formación del fruto también pueden intervenir otros órganos foliares como el receptáculo.

 T IPOS

Para clasificar los frutos se siguen diversos crite- rios, pero los principales son el modo de disper- sar las semillas (la función principal) y su estruc- tura. De este modo podemos diferenciar entre dehiscentes, que se abren por sí solos para soltar las semillas, e indehiscentes, cuando sucede lo contrario. Estos últimos, a su vez, pueden ser secos y carnosos. Los frutos dehiscentes en raras ocasiones son carnosos. Por último, en la formación de un fruto parti- cipan otros elementos de la flor, además del ovario, dando lugar a lo que se denomina falso fruto. Por otro lado, recibe el nombre de infru- tescencia el conjunto de frutos resultantes de las flores agrupadas en una inflorescencia.

El fruto es un elemento auxiliar importante para la reproducción de las plantas, pues con su ayuda es posible la dispersión de las semillas. Algunos flotan en el agua y, de este modo, llegan a lugares lejanos, como es el caso de los cocos. Otros poseen una parte comestible que atrae a numerosos animales. Las semillas del interior son resistentes y, tras pasar por el tubo digestivo, salen al exterior con las heces y de este modo el animal contribuye a su dispersión, como las bayas y las drupas. En otros casos, el fruto es muy ligero y se dispersa con la ayuda del viento, como el dien- te de león. Sección de un fruto carnoso, en este caso una pera, que se clasifica como pomo. En ellos, el mesocarpio se encuentra muy desarrollado dando lugar a la pulpa.

Pedúnculo floral

Semilla

Epicarpio

Endocarpio

Mesocarpio

 FRUTOS CARNOSOS INDEHISCENTES

Entre los frutos carnosos indehiscentes podemos citar los siguientes: La drupa tiene el epicarpo muy delgado y pigmentado (piel), el mesocarpo converti- do en una gruesa pulpa (carne) y el endo- carpo lignificado, adquiriendo así una gran resistencia (hueso). A modo de ejemplo podemos mencionar la ciruela y el melo- cotón. La baya tiene el epicarpo delgado y el mesocarpo y endocarpo carnosos, procede de un único carpelo o de un ovario sincárpico (con todos los carpelos soldados) y contiene una o más semillas, a veces muy numerosas, por ejemplo la uva. En sentido amplio se llama también baya a un fruto de las mismas características pero procedente de dos o más carpelos, lo que se manifiesta en la pulpa carnosa, que presenta tabiques tenues de separación. Es el caso de la grosella. El hesperidio es similar a la baya, pero procede de un gran número de carpelos; tiene el epicarpo más grueso y con numero- sas glándulas aromáticas, el mesocarpo del- gado y de color blanco y el endocarpo jugoso y dividido en porciones (gajos) separadas por tabiques membranosos, como la naranja. La pepónida es un tipo de baya de gran tama- ño procedente de un ovario de varios carpelos pero reducidos después a uno solo, con el epicarpo y el mesocarpo fusionados formando una corteza resistente y el endocarpo carnoso y muy jugoso que forma una cavi- dad central. Generalmente suele tener numerosas semillas que están inmersas en la pulpa, por ejemplo la sandía.

botánica • A natomía de los V egetales

 FRUTOS SECOS INDEHISCENTES

Entre los principales frutos secos de tipo inde- hiscente, se pueden citar los siguientes: El aquenio está formado por un único car- pelo y el pericarpo, que a veces es leñoso o coriáceo, y no se adhiere a la semilla. Los aquenios pueden aparecer solos o bien agrupa- dos por parejas (diaquenios), en número de cuatro (tetraquenios) o en mayor cantidad (poliaquenios). La bellota es un ejemplo de aquenio. El cariópside o cariopsis es similar al aquenio, pero el pericarpo es delgado y está unido al tegu-

mento de las semillas. Es el fruto característico de las gramíneas. La nuez o núcula, que no debe confundirse con el fruto del nogal del mismo nombre y que es una drupa, procede de un ovario de varios car- pelos, pero, por aborto de la mayoría, da única- mente una semilla; es el caso de la avellana. La sámara suele constar de dos carpelos y tiene una o dos semillas; el pericarpo está provisto de una expansión muy delgada que actúa a modo de alas, facilitando así su dispersión con ayuda del viento. El fruto del olmo es una sámara.

Hesperidio

Baya Drupa

 Principales tipos de frutos carnosos indehiscentes

Pepónida

Los principales tipos de frutos carnosos indehiscentes son la pepónida, el hesperidio, la baya y la drupa.

Dibujo de un cinorrodón, falso fruto de la rosa, en el que el tálamo se vuelve carnoso.

botánica • el F ruto

 FALSOS FRUTOS

Los falsos frutos se forman con la participación de diferentes elementos de la flor, además del ovario; los principales son:

  • El cinorrodón es un falso fruto donde el tálamo se vuelve carnoso y engloba en su interior numerosas pequeñas nueces. Éste es el caso de la rosa.
  • La fresa es un falso fruto producido por el gran desarrollo carnoso del receptáculo, que lleva en su superficie los frutos, que son pequeños aque- nios.
  • El pomo es un falso fruto, considerado por lo general como una forma inter- media entre la baya y la drupa, con la masa carnosa procedente del tálamo y el fruto coriáceo con las semillas en su interior. La manzana es un ejemplo de pomo.
  • El sicono es un falso fruto con un receptáculo carnoso y cóncavo, recu- bierto en su interior por numerosos aquenios de tamaño muy pequeño, como es el caso del higo.

 INFRUTESCENCIAS

Las infrutescencias son el resultado de la for- mación de los frutos en una inflorescencia. Las principales son: La sorosis es una infrutescencia formada por los cálices carnosos de las flores que per- sisten. Cada uno de los pequeños frutos con- tiene en su interior una semilla, como la mora de moral. La mora de zarza es una infrutescencia com- puesta por un gran número de drupas, reunidas formando una masa esférica.

Rosa agrestis

 Falsos frutos

Pomo

Fresa

El pomo (manzana), la fresa y el sicono (higo) son falsos frutos en cuya formación han intervenido, además del ovario, diferentes partes de la flor.

La mora y la piña son infrutescencias resultado de la formación de los frutos en una inflorescencia.

Sicono

Mora de zarza Piña

 Infrutescencias

botánica • la N utrición de las P lantas

Dióxido de carbono y agua

El dióxido de carbono es el compo- nente fundamental que la planta utiliza para fijarlo con agua y sintetizar la materia orgánica (hidratos de carbono). Este dióxido de carbono pro- cede en su mayoría del aire y entra en las hojas a través de los estomas, pero una pequeña por- ción puede absorberse mediante las raíces en forma de bicar- bonato disuelto en agua. Las raí- ces son las encargadas de obtener el agua que se encuentra en el sus- trato en que se halla la planta.

La luz

Sin la presencia de la luz no se puede realizar la fotosínte- sis. No todas las longitudes de onda del espectro visible tie- nen la misma eficacia. Así, la reacción alcanza su máxima intensidad con la luz rojo-anaranjada, mientras que es mínima cuando la luz es azul y nula cuando es verde.

La clorofila

La clorofila es un pigmento de color verde que se encuentra en el interior de los cloroplastos. La función que desempeña es la de absorber la energía solar y después incorporarla a la reacción. La eficacia de la clorofila viene determinada en parte por la longitud de onda que reciba, presentando una mayor eficacia en el espectro del rojo-anaranjado. La clorofila nunca se presenta aislada, sino que lo hace combinada con distintas proporciones de otros pigmentos (rojos, amarillos, pardos, etc.).

La temperatura

La temperatura es otro de los factores determinantes para la vida de todos los seres vivos ya que ésta solamente es posible dentro de un margen que oscila entre 0 y 50 °C. La temperatura óptima está entre los 20 y 25 °C, aunque las plantas son capaces de adaptarse al medio en el que habitan variando su fisiología y estableciendo unos puntos máximos y mínimos que están condicionados por el ambiente en el que viven.

Liberación de oxígeno

Energía solar

Fotosistema II

Fotosistema I

ATP

Sistema de transporte de los electrones

Descomposición del agua

Sistema de transporte de los electrones

NADPH

Reacciones dependientes de la luz

FASE LUMÍNICA La fase luminosa transcurre en las membranas tilacoidales de los cloroplastos

Interior del tilacoide (reserva de iones de hidrógeno)

Fosfato de azúcar

P

6

6

6

6

(CO 2 del aire) Estroma

(RuBP)

(PGA)

(PGAL)

(PGAL)

(PGAL)

ATP

NADPH 12 ADP 12 P 12 NADP +

ATP 4 P

6 ADP

(Intermedio inestable)

Fijación del dióxido de carbono

10

12 12

12

12

Empleados para formar hidratos de carbono en los productos finales de la fotosíntesis (en especial celulosa, sacarosa, almidón, etc.)

La fase oscura se realiza en los estromas de los cloroplastos

Ciclo Calvin- Benson

2

La respiración aerobia, que es aquella en la que interviene el oxígeno, es un proceso con- siderado de alto rendimiento energético, ya que el sustrato, es decir, la glucosa, se oxida to- talmente obteniéndose dióxido de carbono, agua y energía necesaria para la vida de la planta.

previamente por ellas mismas mediante la foto- síntesis, mientras que en los animales deben ingerirse en la dieta. En la degradación respiratoria de la glucosa se consumen 6 volúmenes de oxígeno, pero al mismo tiempo se generan otros 6 volúmenes de dióxido de carbono, lo que significa que no hay cambios volumétricos.

botánica • F isiología V egetal

La Respiración

de las Plantas

La respiración es el conjunto de actividades que realizan los seres vivos y que conducen a la toma de oxígeno del medio, la combustión de las sustancias alimenticias por medio del oxígeno y la conversión de la energía liberada en una forma útil para las células. Las reacciones que forman parte de este proceso se producen en el interior de las mitocondrias. Las plantas utilizan el proceso de la respiración igual que lo hace la mayoría de los animales.

De esta manera solucionan el problema de obte- ner la energía suficiente en los momentos en los que no pueden realizar la fotosíntesis, como ocu- rre durante el trascurso de la noche. Por consiguiente, debe considerarse la respira- ción como el proceso inverso al de la fotosíntesis, en el que se recupera la energía invertida en ésta.

Microfotografía del parénquima fotosintético en el que se encuentran las células capaces de realizar la fotosíntesis.

 EL PROCESO RESPIRATORIO

La respiración es un proceso de oxidación de sustancias altamente energéticas, los azúcares (como C 6 H 12 O 6 ), que, cuando se mezclan con el oxígeno incorporado de la atmósfera, se rom- pen liberando la energía que contienen. De esta manera quedan transformadas en moléculas más sencillas, como dióxido de carbono (CO 2 ) y agua (H 2 O). Estas moléculas dejan de ser aprovecha- bles y la planta las expulsa al exterior. La única diferencia entre la respiración de los animales y la de las plantas es que, en estas últi- mas, las sustancias energéticas son fabricadas

Los bosques son los auténticos pulmones de la biosfera, pero además de captar el dióxido de carbono y expelir oxígeno, también traspiran agua hecho que hace aumentar la humedad ambiental.