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Plan Nacional de Prevención Integral contra el Uso y Consumo de Drogas en Ecuador, Tesis de Matemáticas

Estadísticas sobre el consumo y tráfico de drogas en Ecuador entre enero y julio de 2017, y describe las políticas públicas implementadas desde una perspectiva de reducción de la demanda, con prioridad en la prevención integral. Se busca fortalecer la capacidad de respuesta del sistema de salud y la inclusión integral de personas con uso y consumo problemático de drogas. Se enfatiza la importancia de reducir los riesgos y daños asociados al uso y consumo de drogas, y la necesidad de fortalecer los factores protectores y reducir los factores de riesgo.

Qué aprenderás

  • ¿Cómo se busca incluir integralmente a personas con uso y consumo problemático de drogas en Ecuador?

Tipo: Tesis

2021/2022

Subido el 26/06/2022

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PLAN NACIONAL DE PREVENCIÓN INTEGRAL
Y CONTROL DEL FENÓMENO SOCIO
ECONÓMICO DE LAS DROGAS
2017-2021
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¡Descarga Plan Nacional de Prevención Integral contra el Uso y Consumo de Drogas en Ecuador y más Tesis en PDF de Matemáticas solo en Docsity!

PLAN NACIONAL DE PREVENCIÓN INTEGRAL

Y CONTROL DEL FENÓMENO SOCIO

ECONÓMICO DE LAS DROGAS

PAMELA

BRYAN

RICARDO

GHIS

MILENA

Parámetros de la planificación nacional

Debido a que el Plan Nacional de Prevención Integral y Control del Fenómeno Socio Económico de las Drogas 2017-2021, se constituye en el instrumento maestro de planificación operativa para la implementación y ejecución de las políticas públicas de drogas en Ecuador, para su correcta construcción fue necesario partir del análisis de los lineamientos, objetivos y metas de la planificación nacional. Dentro del Plan Nacional Toda una Vida, se definen intervenciones emblemáticas en cada uno de los ejes nacionales, y dentro de las 16 que fueron propuestas para el primer eje se planteó intervenir en la “Prevención y Control del Uso y Consumo de Drogas”. Dicha intervención busca reducir el impacto que provoca el uso o consumo de drogas en nuestro entorno, implementando estrategias que permitan fortalecer la prevención integral, control y reducción de la oferta. Esta intervención, debe tener énfasis en la prevención y promoción de la construcción de proyectos de vida basados en una educación en valores a nivel integral, fomentando así la toma de decisiones de manera consciente, corresponsable y autónoma, y a su vez, impulsar la formación cultural con actividades de recreación, ocio y esparcimiento. Esta intervención debe tener como principales actores involucrados a: Ministerio de Educación,

CAPÍTULO 2. DIAGNÓSTICO DEL FENÓMENO SOCIO

ECONÓMICO DE LAS DROGAS

2.1 Situación de la problemática

A nivel nacional se observa que el fenómeno socio económico de las drogas debe mantener un abordaje integral, equilibrado y multidisciplinario, que requiere la intervención de distintos actores y sectores de la sociedad, de acuerdo a las diversas realidades territoriales. En Ecuador el consumo de drogas, evidencia un comportamiento diferenciado en función del territorio, grupo etario y género. Con base en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) del año 2012, la prevalencia mensual del consumo de alcohol y tabaco, dividida por grupos de edad, se concentra mayoritariamente en personas entre 20 y 59 años. Los datos muestras que el 41,3% de las personas encuestadas consumen alcohol y el 31,5% consumen tabaco. Por su parte, la prevalencia del consumo en personas entre 10 y 19 años de edad, fue de del 25,2% de alcohol y 28,4% de tabaco. Con respecto a la prevalencia mensual de consumo de alcohol entre hombres y mujeres, se evidencian grandes diferencias, puesto que dentro del grupo etario entre 20 y 59 años de edad, los hombres tienen una prevalencia de 56,5% y las mujeres de 25,4%. De igual manera, la prevalencia mensual del consumo de tabaco en el mismo grupo etario fue de 38,2% en hombres y 15,0% en mujeres. Tomando en cuenta la distribución geográfica del consumo de alcohol, se puede observar una distribución homogénea dentro del territorio nacional. No obstante, en las provincias de Pastaza (37,5%), Pichincha (33,6%) y Azuay (33%) se concentra una mayor prevalencia mensual del consumo de alcohol para personas entre 10 y 19 años de edad. Mientras tanto, las provincias de Zamora Chinchipe (45,8%), Manabí (44,9%) y Santo Domingo (44%) cuentan con una mayor prevalencia de consumo de alcohol para la población entre 20 y 59 años de edad. En lo que respecta al consumo de drogas como la marihuana, cocaína, pasta base de cocaína y heroína, en la Encuesta sobre Uso y Consumo de Drogas en Estudiantes de 9no EGB, 1ro y 3ro de Bachillerato del año 2016, se evidencia una dinámica de aglomeración territorial, así como diferencias por género. La prevalencia anual del consumo de marihuana fue de 9,6% siendo el consumo en hombres de 13,2% y de 5,9% en mujeres. Las prevalencias a nivel territorial de marihuana se muestran con una mayor presencia en las provincias de Morona Santiago (15,3%), Manta (13,3%) y Loja (12,8%). Por otra parte, la prevalencia anual de cocaína, pasta base y heroína en estudiantes fue del 2,3%, 2% y 2,5%, respectivamente. En el caso de la cocaína la prevalencia anual en hombres fue de 3,1% y en mujeres 1,4%. La prevalencia anual del consumo de cocaína a nivel territorial, se observa con una mayor intensidad en las ciudades de Quevedo (3,4%), Durán (3,2%) y Esmeraldas (3,2%). De igual manera, el consumo de pasta base sigue la misma dinámica con

una mayor prevalencia en los hombres (2,7%) en comparación a las mujeres (1,1%), en este caso, las prevalencias más elevadas por dominio se encuentran en las ciudades de Milagro (3%), Guaranda (2,9%) y Guayaquil (1,9%). La prevalencia de heroína o “H” en los hombres es mayor que en las mujeres con 3,5% y 1,8%, respectivamente; con una presencia mucho más acentuada en la región costa en los dominios de Santa Elena (6,7%), La libertad (6,4%) y Durán (5%). Dentro de esta misma encuesta, se destaca que, la edad de inicio de cualquier tipo de droga es de alrededor de los 14,62 años en promedio, en específico, la edad de inicio de marihuana es de 14,88 años, de pasta base de cocaína es de 14,86, de cocaína es de 14, años y de heroína es de 14,39 años, por lo que el estudio en los adolescentes es de vital importancia para entender la dinámica de consumo de la población. Además, el Índice de Concentración Territorial de Drogas del año 2016 categoriza el territorio nacional en zonas, distritos, circuitos y cantones, de acuerdo a la presencia del fenómeno de las drogas, los resultados obtenidos a nivel de circuitos reflejan el siguiente detalle:  Concentración “muy alta”, representan el 2,83% de los circuitos;  Concentración “alta” representa el 12,08% de los circuitos;  Concentración “media” representa el 20,57% de los circuitos;  Concentración “baja” el 46,32% de los circuitos;  Concentración “muy baja” representa el 18,20% de los circuitos. La mayoría de circuitos con una concentración “muy alta” se encuentran localizados en Guayas. En adición a la referida identificación de las dinámicas de consumo, es igualmente esencial identificar los factores de riesgo y de protección, relacionados a la demanda de drogas, debido a que la presencia o ausencia de los mismos, puede incrementar o disminuir la probabilidad de iniciarse o mantenerse en el uso o consumo de drogas. En este contexto, desarrollar políticas que reduzcan factores de riesgo como la pobreza y desigualdad son necesarias, ya que en provincias donde estas problemáticas son significativas, como es el caso de Morona Santiago, los niveles de consumo de alcohol, tabaco y marihuana son los más altos. De igual manera, el disminuir el desempleo puede reducir los factores de riesgo asociados al consumo y venta de drogas. De esta manera, en provincias como Esmeraldas, Pichincha y Sucumbíos que mantuvieron niveles de desempleo superior al promedio nacional, el mejoramiento de esta situación podría contribuir a la reducción del fenómeno de las drogas. En similar sentido, el rol de la familia como factor de protección es trascendental. El involucramiento parental en la vida cotidiana de niñas, niños y adolescentes es un factor de protección de gran peso y podría contribuir a reducir la probabilidad de que se inicien en el uso o consumo de drogas. Al respecto, la Encuesta de Factores Asociados -sección padres- que se desarrolló en el marco de la evaluación Ser Bachiller 2016, arrojó que el 19,94% de los padres entrevistados –de

administrativos, se destacan algunos territorios que concentran tanto atenciones ambulatorias como egresos hospitalarios^3. En el caso del alcohol, las provincias con mayor tasa de primeras atenciones ambulatorias por cada 10.000 habitantes fueron las provincias de Cañar (9,31), Azuay (8,85) y Carchi (8,44). Adicionalmente, en el caso de egresos hospitalarios por alcohol, las provincias con mayor tasa fueron Cañar (5,84), Azuay (5,43) y Morona Santiago (4,85). Referente al consumo de tabaco, las provincias con la mayor tasa por cada 10.000 habitantes fueron Pastaza (0,58), Chimborazo (0,45) y Napo (0,41). En relación a los egresos hospitalarios relacionados con esta sustancia, la provincia que mayor tasa tuvo fue Cañar (0,04). En referencia al análisis por otras drogas (ilícitas); acerca de la marihuana, las provincias con mayor tasa de primeras atenciones ambulatorias por cada 10.000 habitantes fueron Orellana (7,37), Carchi (4,24) y Morona Santiago (2,73); mientras que las provincias con mayor tasa de egresos hospitalarios por cada 10.000 habitantes fueron Galápagos (1,02), Azuay (0,31) y Santa Elena (0,14). En el caso de la cocaína, las tasas de primeras atenciones ambulatorias por cada 10.000 habitantes, más altas a nivel nacional, correspondieron a Guayas (3,54), Orellana (2,48) y El Oro (2,14). Por otra parte, las provincias que mayor tasa de egresos hospitalarios por cocaína fueron Galápagos (1,02), Pichincha (0,31) y Zamora Chinchipe (0,18). Con referencia a las mayores tasas de primeras atenciones ambulatorias por heroína por cada 10. habitantes, se encontraron en las provincias de Guayas (20,65), Santa Elena (8,01) y Galápagos (4,31). Mientras que la tasa de egresos hospitalarios relacionados a esta sustancia apunta a Imbabura (0,21), Cañar (0,13) y Cotopaxi (0,11). Por otro lado, tomando en cuenta las defunciones por consumo de drogas, se observa que en el año 2015, se suscitaron 8.693 fallecimientos en el Ecuador, lo que representa el 13,42% del total de fallecimientos, mientras que la tasa bruta de mortalidad por consumo de drogas se sitúo en 534 casos por cada millón de habitantes. Estos casos pueden fraccionarse en muertes atribuibles directamente al consumo y otras que son parcialmente atribuibles, siendo estas últimas una estimación. En este contexto, del total de muertes relacionadas al consumo de drogas en 2015, sólo el 5,18% se atribuye a muertes directas, mientras que el 94,82% restante corresponde a muertes parcialmente atribuibles a dicho consumo, es decir, indirectas. Esta estimación concluye que el 72,94% de los fallecimientos están relacionados con el consumo de tabaco, el 25,38% con el consumo de alcohol, y el 1,68% con el consumo de otras drogas. En lo que respecta a la oferta de otras drogas, no está cuantificada una cantidad exacta; sin embargo, se cuenta con algunos datos que dimensionan de cierta manera su magnitud. En 2016, se registraron 19.828 incidentes por venta de drogas reportados al Sistema Integrado de Seguridad ECU-911, siendo Guayas y Azuay las provincias con mayor tasa de incidentes por cada 10.000 habitantes. En el mismo periodo, se registraron 11.220 casos de tráfico de drogas, de los cuales el 92,26% corresponde a casos de microtráfico donde se aprehendieron 12. personas y un total de 14’052.561 gramos de droga, de la cual el 80,60% corresponde a marihuana, el 12,90% a pasta base de cocaína, el 5,86% a clorhidrato de cocaína y el 0,64% a (^3) Los periodos analizados a continuación se refieren al año 2015 en casos de egresos hospitalarios y al año 2016 para primeras atenciones ambulatorias.

heroína. Más del 80% de la marihuana aprehendida se localizó en las provincias de Esmeraldas, Guayas, Pichincha y Santo Domingo de los Tsáchilas; 95% de la cocaína aprehendida se localizó en Guayas; 80% de la heroína aprehendida se localizó en la misma provincia; y cerca del 65% de la pasta base de cocaína aprehendida se concentró en las provincias de El Oro, Guayas y Pichincha. De acuerdo a los datos de la Encuesta sobre Uso y Consumo de Drogas en Estudiantes de 9no EGB, 1ro y 3ro de bachillerato 2016, los cantones donde los estudiantes afirmaron en mayor porcentaje que se les ofreció marihuana fueron Loja, Quito y Orellana; en los que en mayor porcentaje se les ofreció cocaína fueron Esmeraldas, Quevedo y Azogues; en el caso de la heroína fueron Santa Elena, La Libertad y Guayaquil; y en el caso de la pasta base de cocaína fueron Azogues, Esmeraldas y Morona Santiago. Según el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos (MJDHC), hasta el 26 de julio de 2017, se registraron 10.103 personas privadas de libertad por delitos relacionados con drogas. Del total de personas privadas de libertad, el 26,57% de la población carcelaria masculina (8.665) y el 51,45% de la población carcelaria femenina (1.438), se relacionan a delitos de drogas. Dentro de la economía ilegal que representan las drogas a nivel internacional, el Ecuador es un país de recepción, almacenamiento y tránsito de drogas hacia mercados internacionales de consumo, dada su ubicación geográfica y proximidad a dos de los principales productores mundiales de drogas derivadas de cultivos ilícitos como son Colombia y Perú. Es imprescindible resaltar que no existe evidencia reciente para asegurar que Ecuador sea productor de alguna droga. En relación a esto, para el año 2014 no se evidencia la existencia de cultivos de coca. Con respecto a plantas de amapola, se registra evidencia de la existencia de las mismas, pero estas se han generado de manera silvestre y sin fines de procesamiento para derivados opiáceos. Finalmente, con respecto a la marihuana, la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (ONUDD) aún no ha tenido acceso a información oficial que conlleve el análisis de su situación en el país (ONUDC, 2015). Dentro de la cadena productiva del tráfico ilícito de drogas, Ecuador también tiene incidencia en el tránsito de precursores químicos y otros elementos habilitantes al proceso de transformación de pasta base de cocaína en clorhidrato de cocaína, hacia centros de refinamiento o laboratorios clandestinos que se encuentran en países vecinos. Sobre la base de la información analizada anteriormente, en el presente instrumento, se definen los lineamientos para la formulación de políticas públicas efectivas, eficientes y eficaces que incluya a todos los actores sociales. En este sentido, abordan al fenómeno de las drogas, desde una perspectiva de reducción de la demanda, con prioridad en la prevención integral, procurando el bienestar físico y mental de la población, fomentando las relaciones intrafamiliares e interpersonales así como el fácil acceso a información sobre riesgos y daños asociados al uso y consumo de drogas, lo que fortalecen los factores de protección y minimizan los riesgos relacionados al fenómeno de las drogas.

Enfrentar al fenómeno socio económico de las drogas, a través de estrategias de prevención integral, control y reducción de la oferta; con un enfoque de salud pública y de derechos humanos a nivel individual, comunitario-familiar y social.

CAPÍTULO 3. LINEAMIENTOS GENERALES

3.1 Política Nacional de Drogas

3.2 Enfoques Estratégicos del Plan

Este documento está diseñado bajo los enfoques de salud pública y derechos humanos, los cuales se describen a continuación: Enfoque de salud pública Identifica necesidades de salud en la población y los factores determinantes que los explican. Además, se encarga de asegurar que los daños asociados con las intervenciones de control, no sobrepasen los daños relacionados al fenómeno de las drogas. Da importancia a factores ambientales, sociales, económicos y políticos, fortalecido con la creación de la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud en 2005, por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos determinantes reflejan las condiciones en que las personas viven y trabajan y, en conjunto, indican el grado de vulnerabilidad de las personas, respecto de algún problema de salud. La intervención se basa en cuatro pilares fundamentales: promoción de la salud, prevención integral, atención integral, reducción de riesgos y daños. Dentro de este enfoque, la capacidad del sistema de salud para brindar atención a toda la población, influye en las consecuencias del uso y consumo de drogas. Así también, el acceso a la salud pública disminuye la vulnerabilidad y ejerce un impacto sobre la calidad de vida de las personas, sus familias y la comunidad.

Una prioridad del Estado ecuatoriano, es generar atención sobre la problemática del fenómeno socio económico de las drogas, promoviendo la igualdad a partir de la democratización del acceso a los servicios del Estado, y disminuyendo las brechas de desigualdad en la sociedad, para así evitar la exclusión de las personas que se encuentran involucradas en situaciones de uso y consumo de drogas. Los objetivos y estrategias contenidos en este Plan Nacional posicionan al ser humano como eje primordial de las políticas públicas de drogas y de las intervenciones del Estado. Garantiza el pleno respeto de los derechos, propendiendo que las personas tomen decisiones libres e informadas, y a reducir prejuicios o actitudes de discriminación, marginación y estigmatización hacia los consumidores. Evitar, retrasar y reducir las consecuencias del fenómeno socio económico de las drogas. Enfoque de derechos humanos

3.3 Objetivo General del Plan

edad promedio de inicio de uso y consumo de drogas ilícitas es de 14,71 años (Secretaría Técnica de Drogas, 2016). Este objetivo pretende englobar todas las acciones que tengan que ver con la promoción de la salud y la prevención integral del uso y consumo de drogas. La promoción de la salud , comprende acciones enfocadas en: la familia, instituciones educativas, las relaciones con los pares, el buen uso del tiempo libre, la actividad física, la conducta alimentaria, las relaciones sexuales responsables, la prevención al uso y consumo de drogas; y el entorno político, social y laboral, que son temas directamente relacionados con la vida y la salud de las personas, que además interactúan entre sí. Las personas que han contado con la seguridad, el apoyo y las oportunidades para desarrollar sus potenciales, tienen una probabilidad más alta de poseer las habilidades y capacidades requeridas para mantenerse sanos y evitar los riesgos que amenacen su salud (Garcia, Ramos, & Fernandez, 2001). La prevención integral , se enfoca según el grupo de personas a las que se desea intervenir: prevención universal , prevención selectiva y prevención indicada. La prevención universal se lleva a cabo en la población en general, sin ser determinante la presencia o no del uso o consumo de drogas de las personas. La prevención selectiva se dirige a grupos específicos de personas que están en mayor riesgo de uso de drogas y los problemas que este acarrea. Por último la prevención indicada está destinada a personas concretas que presentan un comportamiento de alto riesgo para generar en el futuro un consumo problemático de drogas. En virtud de lo anterior, con la finalidad de retrasar la edad de inicio del primer uso y a su vez prevenir el consumo de drogas, este objetivo está orientado a fortalecer los factores protectores y reducir los factores de riesgo relacionados al uso y consumo de drogas, promocionando la salud e implementando programas de prevención integral.

4.2.2 Estrategias y Líneas de Acción del Objetivo 1

Eje 1: Reducción de la Demanda. OBJETIVO 1 Prevenir el uso o consumo de drogas. Estrategia 1: Disminuir factores de riesgo en el ámbito social. Líneas de acció n. 1.1. Mejorar los espacios públicos para crear ambientes que favorezcan la salud con ámbito de aplicación de acuerdo a la realidad de cada Gobierno Autónomo Descentralizado y en coordinación con los mismos. 1.2. Generar procesos de prevención integral territorial de drogas adaptados a la realidad de los Gobiernos Autónomos Descentralizados y en coordinación con los mismos. 1.3. Generar procesos culturales, deportivos y recreativos sostenidos que

promuevan el buen uso del tiempo libre, con enfoque en niñas, niños,

acció n intervención temprana del desarrollo de conductas positivas. 6.3. Fomentar la convivencia armónica entre todos los actores que conforman la comunidad educativa. Estrategia 1: Disminuir factores de riesgo en el ámbito social

Investigaciones realizadas en la actualidad, demuestran que las intervenciones encaminadas a reducir los factores de riesgo en la sociedad, tienen eficacia para evitar y retrasar el abuso de drogas, la delincuencia, la violencia y otros problemas sociales (Hawkins, Catalano, Arthur, Brown , & Abbott, 2008). En este sentido, esta estrategia determina territorialmente las causas sociales que ponen en riesgo a las personas frente al uso y consumo de drogas. Desarrolla acciones encaminadas a fomentar que las personas tengan un mayor control de su salud, con intervenciones destinadas a beneficiar y proteger la calidad de vida, mediante la promoción de la salud y la prevención universal. Líneas de acción de la Estrategia 1: 1.1 Mejorar los espacios públicos para crear ambientes que favorezcan la salud con ámbito de aplicación de acuerdo a la realidad de cada Gobierno Autónomo Descentralizado y en coordinación con los mismos. Dentro de los territorios se establecen lineamientos y acciones en coordinación con los Gobiernos Autónomos Descentralizados y otras entidades relacionadas, para la provisión de servicios y espacios públicos que permitan entornos saludables, para la convivencia armónica entre las personas. 1.2 Generar procesos de prevención integral territorial de drogas adaptados a la realidad de los Gobiernos Autónomos Descentralizados y en coordinación con los mismos. La evidencia científica muestra que los individuos tienen características diferentes y viven en entornos también diversos, que los hace más o menos vulnerables al uso de drogas (CICAD, 2013). Además, las realidades de cada territorio, de acuerdo a lo evidenciado en el diagnóstico, son distintas, lo que requiere intervenciones que consideren dichos contextos y le den la atención requerida para cada caso. En este sentido, esta línea de acción busca que los Gobiernos Autónomos Descentralizados, estructuren procesos de prevención integral y aterricen los lineamientos establecidos en el presente Plan en sus territorios, tomando en cuenta sus características y particularidades. 1.3 Generar procesos culturales, deportivos y recreativos sostenidos que promuevan el buen uso del tiempo libre, con enfoque en niñas, niños, adolescentes y jóvenes. La evidencia científica demuestra que los programas que fomentan actividades deportivas, culturales y recreativas, previenen el uso o consumo de drogas en las personas, al desarrollar habilidades y brindar la oportunidad de ocupar el tiempo libre en actividades saludables.

jóvenes inicien el uso o consumo de sustancias, por no disponer de las habilidades necesarias para tomar decisiones informadas. Esta línea de acción propone programas que ayudan a fomentar la comunicación y el diálogo en la familia, sobre las drogas como un riesgo. 2.3 Implementar procesos de prevención selectiva e indicada que apunten a evitar la transición del uso esporádico al consumo problemático de drogas. Esta acción se dirige a grupos principalmente de adolescentes, que tienen un riesgo mayor de ser consumidores, además para el grupo de adolescentes que suelen ser consumidores o que ya tienen problemas de comportamiento relacionados al consumo de drogas. Esta línea de acción previene que estos grupos pasen a ser consumidores problemáticos y necesiten atención especializada. Estrategia 3: Disminuir factores de riesgo en niñas, niños, adolescentes y jóvenes La familia y la sociedad tienen un gran compromiso en ayudar a los niñas, niños, adolescentes y jóvenes a superar las vulnerabilidades propias de cada una de esas etapas, estimulando el crecimiento saludable y su desarrollo. Las conductas de riesgo en las mencionadas etapas, son determinantes en la salud, sobre todo en la adolescencia en donde están más expuestos al consumo de drogas, embarazo precoz, mala alimentación, infecciones de transmisión sexual, depresión, entre otras; mismas que implican un deterioro considerable en la salud y la calidad de vida. La familia juega un rol primordial en la prevención de conductas de riesgo, siendo el primer agente protector y facilitador del desarrollo sano de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, comprobándose que a mayor apoyo parental y control conductual, hay un menor consumo de drogas, autoagresión, violencia y depresión, entre otras (Valenzuela Mujica, Ibarra , Zubarew , & Correa, 2013). Líneas de acción de la Estrategia 3: 3.1. Implementar procesos de prevención e identificación oportuna de comportamientos de riesgo, asociados al uso o consumo de drogas a través de Departamentos de Consejería Estudiantil, Departamentos de Bienestar Estudiantil y Direcciones de Talento Humano. Los ambientes educativos y laborales son parte de los espacios donde se puede facilitar la identificación de conductas de riesgo en las personas, ya que en estos existen profesionales que dan seguimiento al comportamiento de los estudiantes y trabajadores de manera permanente.

La presente línea de acción instaura procesos de identificación de comportamientos de riesgo, como una acción preventiva enfocada a personas que sean más vulnerables al uso o consumo de drogas por la naturaleza de su conducta. Además plantea capacitar a las personas encargadas en detección, y crear, dar seguimiento y fortalecimiento a las rutas y protocolos de tamizaje en posible uso o consumo problemático de drogas. 3.2 Capacitar a los responsables del hogar y maestros en la transmisión y desarrollo de habilidades para la vida en niñas, niños, adolescentes y jóvenes. La capacidad para comunicarse, negociar, tomar buenas decisiones, rechazar actividades que pueden resultar riesgosas, tener habilidades para resolver problemas o adversidades, desarrollar autonomía y comportamientos prosociales, reconocer la igualdad entre las personas, así como haber sobrevivido a situaciones adversas (CICAD, 2013), son factores protectores que no necesariamente se encuentran en la mayor parte de la población. Esta línea de acción involucra a los responsables del hogar y a los maestros, para desarrollar dichas habilidades en niñas, niños, adolescentes y jóvenes, para disminuir la probabilidad de iniciar el uso o consumo de drogas. Estrategia 4: Fortalecer factores protectores en el ámbito social La estrategia busca potenciar las características protectoras frente al uso y consumo de drogas a nivel estatal. Con esta estrategia se plantean acciones macro que tengan alcance a la mayoría de la población, a través de campañas comunicacionales preventivas, estandarizadas, basadas en evidencia y focalizadas a los distintos grupos poblacionales. Abarca las normas y reglas generales de convivencia que reducen el uso y consumo de drogas enmarcadas en los principios de la prevención ambiental. Líneas de acción de la Estrategia 4: 4.1 Generar campañas comunicacionales con mensajes preventivos estandarizados y basados en evidencia La comunicación e información sobre drogas hacia las personas debe ser responsable y debe tratar de llegar a la mayor parte de la población. La presente línea de acción busca que a través de una campaña de comunicación masiva se informe a la ciudadanía sobre los tipos de droga, sus riesgos y consecuencias, para que puedan tomar decisiones informadas sobre el consumo de estas sustancias. Se recalca que los mensajes transmitidos sean estandarizados, para que la información sea única y no contraponga criterios que puedan generar confusión en la población. Las campañas comunicacionales son un proceso de influencia social que pueden establecer y cambiar las actitudes, valores y conductas de la gente. De ahí la gran relevancia que estas tiene, no solo a nivel científico y humano, sino cara a la mejora