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pedagogía educación no formal pedagogía educación no formal
Tipo: Resúmenes
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La sociedad actual cada vez es más plural y la educación debe estar preparada para adaptarse a las necesidades individuales. En esta línea se convierte en esencial la aceptación y promoción de nuevos espacios y tiempos en los que educar a través de otros recursos como el juego o el aprendizaje en valores sea posible. Los términos Educación Formal y Educación No Formal se muestran como una dualidad educativa difícil de acotar y definir. Sin embargo, el objetivo debería ser poder extraer de cada contexto lo más positivo para unificar logros. En el presente trabajo, se hace un recorrido tanto conceptual como experiencial de los diferentes entornos educativos que aportan en la vida de cada individuo, para poder concluir con las ventajas e inconvenientes de cada uno, y la forma de poder aunar ambas opciones, totalmente válidas las dos. Para ello, se acude a una serie de experiencias reales, en colegios, en centros de aprendizaje o simplemente en metodologías, que ponen en práctica esta significativa combinación. PALABRAS CLAVE Educación No Formal, Educación Formal, Ocio Educativo, Tiempo Libre. RESUM La societat actual cada vegada és més plural i l'educació ha d'estar preparada per adaptar-se a les necessitats individuals. En aquesta línia esdevé essencial l'acceptació i promoció de nous espais i temps en què educar a través d'altres recursos com el joc o l'aprenentatge en valors sigui possible. quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado
Els termes Educació Formal i Educació No Formal es mostren com una dualitat educativa difícil d'acotar i definir. No obstant això, l'objectiu hauria de ser poder extreure de cada context el més positiu per unificar èxits. En el present treball, es fa un recorregut tant conceptual com experiencial dels diferents entorns educatius que aporten a la vida de cada individu, per poder concloure amb els avantatges i inconvenients de cada un, i la forma de poder unir les dues opcions, totalment vàlides les dues. Per a això, es va a una sèrie d'experiències reals, en col·legis, en centres d'aprenentatge o simplement en metodologies, que posen en pràctica aquesta significativa combinació. PARAULES CLAU Educació No Formal, Educació Formal, Oci Educatiu, Temps Lliure.
1. Introducción Vivir en sociedad comporta que los individuos que pertenecen a cada comunidad, de manera inconsciente, aprenden los rasgos más característicos de su cultura, a través de las relaciones personales y también de las instituciones con fines educativos. En este sentido, no solo se habla de la escuela, sino que también se deben tener en cuenta “un cúmulo de espacios, procesos, instituciones…” que se producen fuera de las paredes del centro escolar o dentro, pero en tiempos no escolares, que también tienen su función educadora y a su vez ayudan a establecer la propia cultura e incluso la propia personalidad (Pacheco, 2007, p. 1). En este sentido, actualmente, son varios los estudios que han tratado de delimitar esos espacios y tiempos en los que se da un aprendizaje, diferenciando entre los términos ya socialmente reconocidos, “educación formal” y “educación no formal”. Trilla (2004), explica en su artículo La educación no formal y la ciudad educadora , el origen histórico de la consideración de la educación no formal como otro agente fundamental en la educación del individuo. El autor realiza un extenso, pero claro recorrido de como la escuela, a mediados del siglo pasado, comienza a perder valor y surgen un gran número de teóricos dispuestos a mostrar la peor cara de la educación formal o escolar. La educación formal se vislumbra como una institución insuficiente, de escasa calidad, y también desde algunos puntos de vista más extremos, quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado
Como Gómez Palacios (2001) afirma, el tiempo libre educativo ha ayudado a mejorar la propia autonomía al dejar en manos de la persona la elección de cómo disfrutar y emplear su tiempo libre. A su vez, en la faceta más social o colectiva, el tiempo libre educativo promueve una mayor interacción entre las personas, propiciando el diálogo, la comunicación y el respeto. Sin embargo, y a pesar de las evidencias que el tiempo libre educativo ha mostrado en la mejora de todas las dimensiones humanas, aún existen personas que se empeñan en separar los espacios y contextos de educación formal como la escuela, donde los objetivos son otros, y los de educación no formal como puede ser el caso de asociaciones juveniles en las que los individuos acuden por otros motivos. Frente a esta situación, Gómez Palacios (2001) pide textualmente “romper la «esquizofrenia» que separa drásticamente el tiempo de diversión de los espacios de producción”, ya que “esta ruptura sitúa a la persona humana en una fragmentación que no facilita el crecimiento integral” (p. 2). 2.1. Definición de conceptos A pesar de las distintas referencias encontradas de los términos “educación formal” y “educación no formal” y del amplio escenario detrás de cada situación, la terminología aún sigue causando una gran confusión en muchas personas. Por ello, es necesario que antes de analizar el recorrido histórico y las características fundamentales de cada situación educativa y con el objetivo de encontrar un punto de encuentro, se definan los conceptos a desarrollar para lograr una mayor comprensión del lector. En el artículo Contextos de aprendizaje: formales, no formales e informales , Martín (s.f.) muestra la variabilidad terminológica que sufren los conceptos de educación formal, educación no formal y educación informal. Para algunos autores el término correcto es “situación”, para otros “educación” y para otros “aprendizaje”. Así pues, en esta parcela de confusión terminológica es donde el autor Vázquez (1998) establece cuatro criterios clave que sirven para enmarcar las actividades dentro del contexto correspondiente: quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado
CRITERIOS Educación informal Educación no formal Educación formal Estructuración No existe una estructuración. Estructuración muy alta. Jerárquicamente estructurada (niveles o ciclos). Universalidad 100%. Afecta a toda la población. Todas las personas reciben educación no formal pero no todas comparten las mismas situaciones educativas. Es universal en un determinado período de tiempo y determinado grupo de la población. Duración Ilimitada. Se da durante toda la vida. Limitada. Solo mientras dure el programa. Limitada. Durante los años de obligatoriedad, al menos. Institución No está institucionalizada, puede darse en cualquier lugar. 50% de institucionalidad. Puede o no darse en instituciones regladas. Altamente institucionalizada. Centros educativos. Tabla 1. Criterios clave de diferenciación entre educación formal, no formal e informal. Elaboración propia a partir de Vázquez (1998). Educación informal El primero de los términos que vamos a definir se trata de la educación informal o como otros autores la denominan, “asistemática, incidental, difusa…” (Vázquez, 1998, p. 17). Quizá es uno de los conceptos que menos controversia genere, ya que la mayoría de los autores están de acuerdo en su concepción. Así pues, para enunciar una definición clara, es preciso apoyarse en los primeros autores que establecieron dichos términos. Coombs, Prosser y Ahmed (1973) establecen que la educación informal es un proceso que se desarrolla a lo largo de la vida mediante el cual las personas adquieren habilidades y conocimientos a partir de las vivencias diarias. quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado
Otro aspecto que la autora Herrera (2006) también destaca guarda relación con los profesionales que se dedican a la educación formal. En este caso, son personas preparadas para la educación, a las que se les retribuye por ello y que han sido formadas en unos contenidos específicos, es decir, el profesorado. Sin embargo y como se verá un poco más adelante, no cabe confundir espacios en la definición de la educación formal o la que a continuación se detallará, la educación no formal. Si bien es cierto, la educación formal se desarrolla en escuelas, en universidades o en institutos, pero se trata entonces de espacios formales, no de situaciones formales, ya que, por ejemplo, las asociaciones cívicas y las instituciones culturales también son espacios formales pero el aprendizaje que en ellos se desarrolla es no formal (Viché, 2020). Educación no formal Además de los dos anteriores, el tercer término en discordia se trata de la educación no formal, un concepto que se ha ido fraguando con los años y del que muchos autores han querido tomar partida. De esta forma, se pueden encontrar definiciones ofrecidas tanto por autores internacionales, como por autores españoles. En el primer caso, y como en los dos anteriores, Coombs, Prosser y Ahmed (1973) definen inicialmente este concepto como “cualquier actividad educativa organizada fuera del sistema formal establecido —tanto si opera independientemente o como una importante parte de una actividad más amplia— que está orientada a servir a usuarios y objetivos de aprendizaje identificables” (p. 11). Pero, además de la definición ofrecida por los autores precursores de los términos, también es preciso mencionar la definición que da uno de los organismos más relevantes en educación, la UNESCO. Según esta organización, la educación no formal tiene como principal objetivo poder proporcionar un aprendizaje de calidad a aquellas personas que no pueden permitirse la educación formal (UNESCO, 2006). Sin embargo, muchos otros autores han optado por descripciones diferentes del término. Por ejemplo, bajo la perspectiva de Colom (2005), la educación no formal se identifica con aquella que es propia de una sociedad o aquella que promulgan los medios de comunicación, es decir, una modalidad “educativa no convencional” (p. 10). Desde otro punto de vista, y de acuerdo con el autor Pacheco (2007), la educación no formal, quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado
vendría a ser esa modalidad educativa cuyas actividades o programas se llevan a cabo con la participación de determinados grupos sociales, identificados como educativos, “pero cuya estructura institucional no certifica para los ciclos escolarizados avalados por el estado” (p. 9). Bajo esta conceptualización, el autor ofrece ejemplos de lo que considera prácticas de educación no formal: “educación del tiempo libre, pedagogía del entorno, museo pedagogía, educación permanente, educación comunitaria” (p. 9). Si por el contrario, se fija la vista en la definición de la autora Herrera (2006), la educación no formal se correspondería con “un proceso educativo voluntario, pero intencionado, planificado, pero permanentemente flexible, que se caracteriza por la diversidad de métodos, ámbitos y contenidos en los que se aplica” (p. 13). Como puede observarse, es tal la precisión terminológica que incluso algunos autores como Caride (2004), insisten en denominar a la educación no formal con un título diferente, el de “educación social”. Ocio educativo y Tiempo libre A pesar de su uso indiferente, los términos “ocio” y “tiempo libre” no pueden ser considerados meros sinónimos, pues ambos admiten algunas diferencias. Según Sarrate (2008), “el tiempo libre es una condición para el ocio, pero no la única y suficiente” (p. 52). Es decir, la autora lo que está intentando transmitir es que el tiempo libre, se trata de ese tiempo extra que dispone cada individuo para poder realizar lo que quiera o simplemente no hacer nada. Así pues, este tiempo libre se convierte en ocio cuando ese tiempo además de ser disfrutado con alguna actividad que es valorada por el individuo, también le hace crecer personalmente (Sarrate, 2008). El autor Fanger (1999), muestra en su artículo El tiempo libre y la autonomía: una propuesta , como el tiempo libre tiene su origen en la época de Aristóteles, no obstante, dicho término cobra especial relevancia en la época industrial donde los trabajadores luchan por su derecho a un pequeño tiempo de descanso, un tiempo libre, que está sujeto al tiempo laboral. Sin embargo, si se habla de tiempo libre y ocio educativo, es fundamental mencionar a uno de los autores más valorados en este campo, J. Dumazedier. El sociólogo, en los años 70, en su libro Hacia una educación del tiempo libre , define el término ocio como: un conjunto de ocupaciones a las que el individuo puede dedicarse voluntariamente y de buen grado, sea para descansar, sea para quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado
2.2. La educación formal y no formal: recorrido histórico, características y puntos de encuentro. Para comprender en profundidad el significado del término de educación no formal y todo lo que ha supuesto con el paso de los años, es fundamental partir del inicio, de los orígenes de este concepto. Según el autor Luque (1997), la educación no formal surge alrededor de los años 60 con el objetivo de “dar respuestas extraescolares para atender a una gran variedad de demandas educativas existentes” (p. 313). Es decir, la escuela ya no era suficiente en sí misma, necesitaba de otras instituciones que tuvieran un carácter educativo para poder garantizar una educación de calidad e integral en los individuos. Y así es como se relata en el informe del Instituto Internacional de Planeación de la Educación dirigido por Philip H. Coombs, autor también del señalado escrito La Crisis Mundial de la Educación (1971), en el que se demuestra la necesidad de que la educación no formal también tome partida en la enseñanza (Pacheco, 2007). En definitiva, la escuela “ya no se puede considerar como un monopolio” (Luque, 1997, p. 314). Además de lo anterior, los cambios en la sociedad y las nuevas metodologías y modelos educativos emergentes han propiciado una “revalorización de los programas de educación no formal” (Luque, 1997, p. 314). De la misma forma, el crecimiento de numerosos movimientos juveniles y sociales ha colaborado a una mejor valoración del aporte educativo de las entidades de educación no formal. Hablamos aquí de “los países nórdicos con los movimientos naturistas; Alemania, con los grupos excursionistas como el wandervogel; e Inglaterra, con el movimiento scout (…). En España, destaca la Institución Libre de Enseñanza como entidad pionera en la realización de colonias de vacaciones” (Tejedor, 2001). Como consecuencia al éxito de estas instituciones no formales, muchos son los autores que han intentado comparar las distintas situaciones educativas para poder establecer cuál es la mejor modalidad para el aprendizaje. Sin embargo, hay algo que es fundamental desmitificar y que el autor Colom (2005) describe a la perfección: la educación no formal no nace como una posición contraria a la escuela, a la educación formal, sino que pretende ser un “ continuum de la educación formal”, es decir, una complementariedad, una continuidad, que satisfaga “una necesidad plural y permanente” (p. 12). Es decir, no existe una por encima de la otra, sino que ambas se complementan. En este punto, también es importante destacar la perspectiva de Thomas La Belle (1976) quien pone quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado
de manifiesto la necesidad de considerar cada una de las modalidades interconectadas con las otras, y no como estilos totalmente diferentes e inconexos, pues en muchas ocasiones, se dan características de informalidad en situaciones no formales (conversaciones en acampadas sin previa intencionalidad educativa), o características formales en modalidades no formales (entrega de un diploma). En definitiva, educación formal y no formal, tienen la finalidad de poder ampliar todo lo aprendido e interiorizado en situaciones informales de la vida diaria y perfeccionar el proceso de aprendizaje de los individuos, ya que, es evidente que el aprendizaje informal ocurre cada día, pero, la educación formal y no formal pueden cooperar en que ese aprendizaje sea más profundo y significativo (Pastor, 2001). La pregunta que surge entonces es, ¿en qué posición se encuentra la escuela en todo esto? ¿Cuál es el papel de los centros educativos? Resulta evidente que el ocio está al alcance de cada individuo independientemente de la edad que tenga, pero es innegable considerar a los niños y jóvenes como los mayores destinatarios del ocio actual. Es por ello por lo que la escuela se convierte en un actor decisivo en la atención al tiempo libre y al ocio. Es esencial transmitir al alumnado, desde la etapa de Educación Infantil, la importancia de hacer un buen uso de su tiempo libre, de manera que este pueda enriquecerles como personas y ser un tiempo también educativo y de aprendizaje (Sarrate, 2008). Para ello, el primer paso es conocer los intereses y las actividades de ocio más habituales que realiza el alumnado, de manera que el profesorado pueda orientarles o reconducir aquellas actividades que pueden desembocar en problemas de conducta o a la hora de relacionarse con los demás. Asimismo, es preciso ser conscientes de que el ocio tal y como es conocido ha ido evolucionando y adaptándose a la sociedad, estableciendo en primera línea de actividades, aquellas relacionadas con las nuevas tecnologías. De modo que la escuela tendrá que ser partícipe también de esa realidad y sumarse a las tendencias, pero siempre desde una perspectiva educativa que ofrezca al alumnado distintas posibilidades (Sarrate, 2008). La misma autora propone dos factores de gran relevancia en la aplicación de ese ocio educativo en el contexto escolar: “la intervención socioeducativa y el profesional responsable de la misma” (Sarrate, 2008, p. 58). Con respecto al primer factor, la intervención socioeducativa, es fundamental tener en cuenta en su aplicación: quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado
formales de alfabetización de adultos.
otras que se declaran laicas, así como entidades que orientan su actividad hacia un determinado modelo de sociedad, sin embargo, Trilla (2012) argumenta que las semejanzas que existen entre estas instituciones de tiempo libre son mayores y de mayor relevancia: “se apuesta por el desarrollo integral de las personas, por su dignidad, por la formación de individuos activos, críticos, participativos y comprometidos con la mejora o transformación social” (p. 39). Discursos de legitimación conceptual y académica En este bloque cabe mencionar aquellos aspectos más academicistas, es decir, todo lo relacionado con las carreras universitarias que colaboran en dar voz a la educación en el tiempo libre, así como revalorizan el campo de la educación no formal (Trilla, 2012). Tal y como el autor explicita, la introducción de asignaturas sobre la educación en el tiempo libre “aportan un mayor rigor teórico, contribuyen a sistematizar y ordenar el ámbito, ayudan a prestigiar determinadas acciones educativas hasta entonces menospreciadas o no suficientemente valoradas…” (Trilla, 2012, p. 41). Llegados a este punto, es conveniente resumir todo lo que se ha ido explicando con antelación. Para ello, a continuación, se muestra una tabla resumen en la que se exponen las características de ambos contextos educativos. La tabla original es del autor Luque (1997), pero a esta se le han sumado las características de la educación formal. quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado
Tabla 3. Características de la Educación Formal y la Educación No Formal. CARACTERÍSTICAS EDUCACIÓN FORMAL EDUCACIÓN NO FORMAL Objetivos Objetivos mayormente didácticos. Proceso intencionalmente educativo. Proceso intencionalmente educativo. Responde a necesidades básicas educativas. Destinatarios Toda la población en edad de escolarización. Grupos o subgrupos concretos de población. Mucha diversidad en función de las necesidades. Temporalización de actividades Duración de un curso académico (normalmente, septiembre-junio). Horario fijo y no cambiante. Suelen ser de corta duración. Buscan el efecto a corto plazo. No hay un horario estricto. Espacios de acción Escolar, en las escuelas o centros educativos (institutos, universidades…). Rol educativo por excelencia: profesor. Extraescolar y de ámbito local. Mayor diversidad y versatilidad de espacios. Numerosos roles educativos. Tipo de aprendizajes Contenidos marcados por un currículum común a todos los centros educativos. Aprendizajes significativos. Encaminados a la obtención de un título. Contenidos básicos: habilidades, destrezas… Aprendizajes funcionales, aplicados a la vida diaria. Normalmente relacionados con objetivos sociales. Grados de institucionalización Contexto puramente institucionalizado. Contexto centralizado. Es una actividad organizada pero no institucionalizada. Menor grado de centralización. Elaboración propia a partir de Luque (1997). quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado
diferenciarlas: la universalidad de la educación no formal y la creencia de que la educación no formal es menos costosa y más eficaz que la formal. Por un lado, mientras algunos autores optan por conectar la educación no formal a aquellos contextos más desfavorecidos y aquellos destinatarios con menos posibilidades, Coombs (1985) añade que la educación no formal se da en cualquier parte del mundo y frente a todo tipo de personas, independientemente de su clase social. Por otro lado, la educación no formal, no puede ser comparada con la formal a niveles económicos, pues no persiguen los mismos objetivos ni tienen las mismas características. Es más, las actividades de educación no formal no siempre son muy económicas, sino que tampoco son siempre eficaces ni dan buenos resultados, todo depende del contexto en el que se desarrollen y la forma en qué lo hagan. Si bien es cierto, en el caso de la educación no formal y como decíamos anteriormente, cabe la posibilidad de que el número de instituciones que financien esa educación sean mas que las que financian la educación formal (Ídem). Para otros autores, como Colom et al. (2001), la diferencia entre educación formal y no formal reside en los aspectos jurídicos y estructurales más que en la pedagogía de fondo. Los autores argumentan que existen muchos factores comunes en ambas modalidades y que tener en cuenta algunos de ellos por que se dan en mayor medida en una u otra podría llevar a la confusión. Como por ejemplo los espacios, los profesionales o la planificación. Estos tres aspectos podrían ser determinantes a la hora de decidir si un programa se corresponde con la educación formal o no formal, sin embargo, existen excepciones que no confirman la regla, pues hay actividades de educación no formal que se desarrollan en la escuela, otras que se desarrollan por el propio profesorado y no por otros profesionales, e incluso actividades de educación no formal que conllevan mucha más planificación que cualquier actividad curricular. Así pues, y como establece Colom (2005), a nivel pedagógico no existen discrepancias ya que ambas modalidades educativas pretenden enriquecer personal, social y culturalmente la vida de cada individuo. Una finalidad, que como ya hemos visto, está contemplada en la Constitución. En esta misma línea en la que se exponen las argumentaciones de algunos autores que consideran que la educación no formal y la formal deben ser dos situaciones complementarias y no opuestas, es posible enmarcar una de las aportaciones que ofrece la autora Tejedor (2001), quién considera que los recursos propuestos por las organizaciones de educación no formal son totalmente válidos para la formación del profesorado de secundaria. Es decir, la autora afirma que en la mayoría de las entidades de educación no formal juveniles se trabaja poniendo los intereses del joven en el centro, quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado
así como otra serie de valores y métodos que pueden beneficiar en gran medida al profesorado de educación secundaria: el trabajo cooperativo, la educación a través del juego, la educación para la participación ciudadana o la educación para el desarrollo, la paz y la educación ambiental. Y quizá, en este punto es donde puede llamar la atención la gran distancia que existe entre el profesorado de la educación formal y el profesional de las entidades de educación no formal. En un estudio realizado por González y Campos (2011), se observa la posible coordinación existente entre la asignatura de educación física de diferentes centros educativos tanto públicos como privados, con las actividades físico-deportivas extraescolares de dichos centros. Los resultados obtenidos a partir de encuestas muestran que es más probable la coordinación en centros de carácter privado que en centros de titularidad pública, ya que algunos de los motivos son que los propios profesores de educación física son los encargados de las actividades extraescolares, o incluso los coordinadores de estas. En cambio, en los colegios públicos, las razones por las que existe esta coordinación, que es escasa (12%), son por meros aspectos organizativos. No obstante, y a pesar de que entre todos los centros encuestados casi no superan la mitad del porcentaje en cuanto a coordinación, un gran número de profesores de actividades extraescolares encuestados (66%) opina que sería muy positivo que existiera esa coordinación, aunque para ello deberían plantearse nuevos objetivos comunes que siguieran una misma línea educativa. Con todo lo visto anteriormente, el objetivo principal es mostrar como afirma Colom (2005) que desde hace ya unos años se ha producido una “ósmosis pedagógica entre ambos tipos de educación” (p. 15). Y es que la educación no formal era la encargada de la enseñanza en temáticas como educación ambiental, la educación para la igualdad de sexos… sin embargo, la escuela se ha apropiado de estos contenidos considerándolos ya parte de su patrimonio educativo e incluso incluyendo algunos de ellos en el currículum educativo. A su vez, las actividades de educación no formal también han ido ocupando espacios de la educación formal como es el caso de las actividades extraescolares que se llevan a cabo en las propias escuelas o centros educativos (Colom, 2005). quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado