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Orientación Universidad
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Paraplejía aguda, diagnóstico, manejo y tratamiento, Apuntes de Neurología

Definición, diagnóstico, manejo y tratamiento de la paraplejía aguda

Tipo: Apuntes

2024/2025

Subido el 08/07/2025

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UNIVERSIDAD LAICA “ELOY ALFARO DE MANABÍ”
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
CARRERA DE MEDICINA
TEMA:
Paraplejía aguda
INTEGRANTES:
Andrade Lucas Gema
Bañol Aricapa Andres
Burgos Bailón Hodalis
Izurieta García María
Plaza Delgado Kaela
CURSO:
7to “B”
ASIGNATURA:
Neurología
DOCENTE:
Dr. Michael Castelo
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UNIVERSIDAD LAICA “ELOY ALFARO DE MANABÍ”

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

CARRERA DE MEDICINA

TEMA:

Paraplejía aguda INTEGRANTES: Andrade Lucas Gema Bañol Aricapa Andres Burgos Bailón Hodalis Izurieta García María Plaza Delgado Kaela CURSO: 7 to “B” ASIGNATURA: Neurología DOCENTE: Dr. Michael Castelo

PARAPLEJÍA AGUDA

La lesión medular (LM) traumática constituye una emergencia neurológica devastadora que requiere una atención sanitaria especializada y multidisciplinaria. Este tipo de lesiones no solo compromete la fase aguda del manejo médico, sino también implica un seguimiento a largo plazo debido a las múltiples complicaciones secundarias que pueden surgir. A nivel mundial, la incidencia de lesión medular traumática es variable; se estima una tasa global de 2,3 casos por 100.000 habitantes. La lesión medular puede producir un amplio espectro de disfunciones neurológicas, tales como pérdida de la función motora y sensitiva, trastornos en la función vesical e intestinal, espasticidad, dolor neuropático y disreflexia autonómica. Desde el punto de vista fisiopatológico, se reconocen dos mecanismos principales de lesión: el primario, que ocurre en el momento del trauma y es irreversible, y el secundario, que incluye procesos como isquemia, degeneración axonal, disfunción vascular, estrés oxidativo, excitotoxicidad, desmielinización e inflamación. Estos mecanismos secundarios son reversibles y representan el principal blanco terapéutico para mejorar el pronóstico del paciente. Atención Prehospitalaria y Traslado Las LM suelen estar asociadas a traumatismos de alta energía (accidentes de tránsito, caídas desde altura). No obstante, en personas mayores o con patologías previas de la columna, incluso traumatismos leves pueden desencadenar una LM. En el escenario prehospitalario, se debe seguir la secuencia de evaluación ABCDE, priorizando el manejo de la vía aérea, la circulación y la estabilización general antes de la inmovilización. La identificación temprana de signos clínicos sugestivos (debilidad o parálisis, alteraciones sensitivas, priapismo, disfunción autonómica) es esencial para sospechar una posible LM aguda. Inmovilización y Criterios de Riesgo Se recomienda una inmovilización selectiva, ya que la inmovilización indiscriminada puede generar complicaciones como aumento de presión intracraneal, dificultad en el manejo de la vía aérea, hipoventilación, dolor, agitación y úlceras por presión.

  • En pediatría y personas con deformidades, puede requerirse almohadillado adicional para mantener alineación.
  • Es clave disponer de sistemas de inmovilización compatibles entre servicios prehospitalarios y hospitalarios. Criterios de inmovilización cervical (Canadian C-Spine Rule)
  • Inmovilizar si existe: edad > 65 años, parestesias, o mecanismo lesional de alto riesgo (caídas > 1 m, zambullidas, accidentes a alta velocidad, etc.).
  • Si se identifican criterios de bajo riesgo, evaluar movilidad cervical voluntaria (rotación de 45° a cada lado). Si el paciente no puede realizarla, inmovilizar. Transporte y traslado
  • Priorizar traslado rápido al hospital más cercano si hay compromiso vital, derivando luego a centro especializado idealmente en las primeras 24 horas.
  • El transporte aéreo no es obligatorio, pero recomendable si la distancia supera los 80 km. Manejo hospitalario: prioridad del ABC
  • La inmovilización y el soporte vita deben mantenerse en todo momento.
  • El tratamiento de condiciones con riesgo vital tiene prioridad sobre estudios diagnósticos. Vía aérea y respiración en LM cervical
  • Las lesiones por encima de C5 suelen requerir soporte ventilatorio inmediato.
  • Lesiones en C1-C2 anulan toda la musculatura respiratoria; C3-C4 producen parálisis frénica.
  • Lesiones por debajo de C5 afectan músculos intercostales y abdominales.
  • Factores como agotamiento muscular, edema medular o secreciones pueden agravar la insuficiencia respiratoria.
  • La intubación debe hacerse con mínima movilización cervical, idealmente con inducción rápida y estabilización manual en línea.
  • Se recomienda el uso del dispositivo Airtraq para reducir fallos.
  • Si no se requiere intubación inmediata, monitorizar mediante PCO2, capacidad vital y presión inspiratoria máxima (PImax), siendo estos últimos marcadores clave de la fuerza diafragmática CIRCULACIÓN: PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA HIPOTENSIÓN

La hipotensión arterial en el contexto de una lesión medular (LM) aguda representa un importante factor de empeoramiento del daño neurológico, ya que puede comprometer aún más la perfusión espinal y favorecer los mecanismos secundarios de lesión (isquemia, necrosis, inflamación). Objetivo hemodinámico

  • No existe un valor universalmente aceptado de presión arterial media (PAM) óptima, pero estudios no controlados recomiendan mantener la PAM ≥ 85 mmHg durante al menos 7 días , lo cual ha mostrado efectos beneficiosos en la recuperación neurológica. Manejo clínico
  • Se debe realizar resucitación inicial con fluidos isotónicos para restaurar el volumen intravascular.
  • En caso de que no se logre la presión objetivo, es necesario administrar vasopresores (noradrenalina o dopamina) para mantener la PAM adecuada. Evaluación y diagnóstico diferencial
  • Antes de asumir que la hipotensión es debida a shock neurogénico, se deben descartar causas más comunes en el paciente politraumatizado: o Hemorragia o Taponamiento cardíaco o Neumotórax a tensión o Sepsis abdominal o Lesión miocárdica o Insuficiencia suprarrenal Shock neurogénico
  • Típico en lesiones por encima de T.
  • Se utiliza la clasificación ASIA para determinar el nivel neurológico y tipo de lesión (completa o incompleta), mediante exploración sensitiva (28 dermatomas) y motora ( miotomas clave), además de la valoración anal.
  • Las lesiones completas presentan ausencia de función sensitiva/motora en S4-S5 , mientras que las incompletas conservan alguna de estas funciones. Los estudios por imagen incluyen TAC helicoidal como primera línea en politraumatizados, y resonancia magnética para valorar compromiso medular y tejidos blandos. La RM permite diferenciar entre edema, contusión o hemorragia medular, aspectos cruciales para el pronóstico. También se recomienda explorar lesiones asociadas (craneoencefálicas, toracoabdominales, vasculares), y usar escalas pronósticas (ASIA, APACHE, SOFA, TRISS) para orientar el manejo y la rehabilitación. Escala de discapacidad ASIA Las LM generalmente se clasifican como «completas» o «incompletas», basándose en la presencia de preservación Las LM generalmente se clasifican como «completas» o «incompletas», basándose en la presencia de preservación. Una lesión completa se define como la ausencia de preservación sacra (función sensitiva o motora en los segmentos S4-S5) Una lesión incompleta se define como la presencia de preservación sacra (alguna preservación sensitiva o motora en S4-S5).

La escala ASIA consta de 5 grados Síndromes clínicos Centro medular. Es el más frecuente de las lesiones incompletas. Caracterizado por mayor debilidad motora en miembros superiores que en inferiores, trastornos esfinterianos y grados variables de afectación sensitiva. Más frecuente en personas con cambios neurodegenerativos vertebrales. Brown-Sèquard (hemisección medular). Cursa con parálisis y pérdida de sensibilidad profunda ipsilateral a la lesión y afectación contralateral de la sensibilidad termoalgésica. La hemisección pura es rara en LM traumática, combina síntomas de Brown-Sèquard y centro medular (síndrome de Brown-Sèquard plus). Medular anterior. Puede ocurrir por lesión directa de la parte anterior de la médula por retropulsión de un fragmento óseo o discal, o por lesiones de la arteria espinal anterior. Cursa con parálisis y afectación de la sensibilidad termoalgésica, con preservación de los cordones posteriores (tacto ligero y sensibilidad posicional). Cono medular. Lesión de médula sacra (cono) y de las raíces nerviosas lumbares dentro del canal neural. Produce parálisis de vejiga, intestino y miembros inferiores. Dependiendo del nivel, puede manifestarse como un cuadro mixto de motoneurona superior e inferior. Cola de caballo. Lesión de las raíces lumbosacras por debajo del cono medular dentro del canal neural. Su clínica es similar a la lesión de cono medular, del que puede ser difícil de distinguir. NÓSTICO POR IMAGEN

Evaluaciones clave:

  • Craneoencefálico: con Escala de Glasgow.
  • Toracoabdominal: con ecografía FAST o TAC.
  • Extremidades/pelvis: estabilización precoz para facilitar rehabilitación.
  • Lesiones vasculares cerebrales: si hay fracturas cervicales altas (C1-C3), se recomienda angioTAC o angioRM.
  • Se deben usar escalas para estimar gravedad y pronóstico: Injury Severity Score (ISS), Revised Trauma Score (RTS), TRISS. Esta valoración permite establecer un pronóstico funcional y planificar la rehabilitación. NEUROPROTECCIÓN En cuanto a las estrategias de neuroprotección, el enfoque actual prioriza la descompresión quirúrgica temprana y el mantenimiento de la estabilidad hemodinámica. El uso de corticoides, en particular la metilprednisolona, ha sido motivo de controversia. Si bien en el pasado se utilizó ampliamente, en la actualidad no se recomienda su administración rutinaria debido a la falta de evidencia sólida sobre su eficacia y por los efectos adversos asociados, como infecciones, complicaciones respiratorias, hemorragia gastrointestinal y aumento de la mortalidad. Su uso debe valorarse caso por caso, en fases muy iniciales y solo si no existen contraindicaciones clínicas importantes. Por otro lado, se están investigando terapias farmacológicas y biológicas con potencial neuroprotector y regenerativo. Entre ellas destacan agentes como riluzol, minociclina, factores de crecimiento (G-CSF, FGF-2) y polietilenglicol. Las terapias celulares, incluyendo diversas líneas

de células madre (embrionarias, neurales, mesenquimales, olfatorias, de Schwann), también han mostrado resultados prometedores en estudios experimentales.