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Investigación
Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones
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La palabra discurso proviene del sustantivo latino discursus , y éste a su vez del verbo "discurro", que significa "correr o ir hacia o desde un sitio".
La palabra "discurso" ha adquirido diversas connotaciones según la disciplina desde la que se estudia. Una de ellas es la que tiene en el ámbito de la lingüística,
Ejemplos de respuestas:
El Presidente que todos queremos.
Ayudemos todos con las donaciones al club Huracán.
Colaboremos con la Escuela Pública de la ciudad.
Una reflexión final siempre es importante a la hora de la finalización del discurso. También es importante motivar a los oyentes para determinada tarea a llevar a cabo.
Ejemplos de respuestas:
¡Ayudemos a los pequeños de la Villa Miseria!
¡Apoye a Sebastián Abreu como nuevo Director General!
¡Continúe colaborando con el mismo esfuerzo y empeño!
Siempre en un discurso unos temas son más importantes que otros, por lo que tendremos que establecer un orden adecuado. Habrá que ordenarlo desde su problemáticas hasta su posible solución.
Ejemplo de orden en un discurso:
Problemática: por mala actuación del hogar de menores, los pequeños están enfermos y no concurren a la escuela.
Solución: Lo mejor será conseguir dineros suficientes para la mejor atención sanitaria de los pequeños y su reintegro inmediato a los estudios.
La interrogante que nos tenemos que plantear aquí sería ¿Cómo lograr anticipar el tema del discurso? En el punto anterior ya definimos el orden por lo que debemos
emplearlo para realizar una interesante introducción. Su extensión tiene que depender de los tiempos que dispongamos para la presentación del discurso.
Ejemplos de introducciones de discurso:
En primer término analizaremos la problemática de...
En segundo término, señalaremos las mejores soluciones para...
Como primer punto detallemos los perjuicios de...
Como segundo punto estudiemos lo más conveniente para....
También es necesario establecer los primeros vocablos a emplear, lo que nos ayudará a lograr la máxima atención por parte de los oyentes. Un discurso con importantes "primeras palabras" podrá despertar el interés de todos los presentes.
Ejemplos de primeras palabras a utilizar:
¡Tres cosas son fundamentales para el proyecto son...!
¿Cómo reaccionaría usted si en la escuela de su pequeño no hay...?
El saludo o despedida final es algo que queda a criterio de cada orador. Es una opción que a veces se hace necesaria y en otras no tanto, dependiendo del discurso y el auditorio. De todas formas en caso de emplearse debe ser claro, preciso y corto, un saludo muy extenso puede llegar a tener efectos negativos en el discurso.
Ejemplos de saludos de discursos:
¡Amigos y amigas, muchas gracias por el tiempo dispensado y tengan muy buenas noches!
¡Damas y caballeros, agradezco su presencia y tengan muy buenas tardes!
"El cine español se encuentra en un buen momento, (INTRODUCCION) con un
mercado en expansión y con poca competencia, está claro que los beneficios van
en aumento. El problema es que nosotros no lo notamos, seguimos pagando
mucho y las entradas siguen subiendo (NUDO).
Las personas que disfrutamos con el cine en la pantalla grande no escatimamos
esfuerzos para ir al cine y obtenemos buenos resultados, estamos satisfechos en
cantidad y calidad (DESARROLLO).
Pero como la mayoría de empresarios, se olvida de los clientes de verdad cuando las cosas funcionan bien. Por tanto, si queremos entradas más baratas se lo
tenemos que manifestar (CONCLUSION)."
Busca hacer al auditorio benévolo, atento y dócil. Su función es señalizar que el discurso comienza, atraer la atención del receptor, disipar animosidades, granjear simpatías, fijar el interés del receptor y establecer el tema, tesis u objetivo. Es necesario afectar modestia para capturar la simpatía del público y explotar su tendencia a identificarse con quien está en apuros o es débil.
EXPOSICIÓN O NARRACIÓN:
La narratio, desarrollo o exposición es la parte más extensa del discurso y cuenta los hechos necesarios para demostrar la conclusión que se persigue. Si el tema presenta subdivisiones, es preciso adoptar un orden conveniente (partitio o divisio). En la partitio tenemos que despojar al asunto de los elementos que no nos conviene mencionar y desarrollar y amplificar aquellos que sí nos convienen. Los recursos estilísticos que se suelen usar en la partitio son taxis, merismo, diéresis, diálisis, eutrepismo, prosapódosis, hipozeuxis y distributio.
Esta sección enseña al público los puntos fuertes que vamos a defender. Se persigue la brevedad (no aburrir al auditorio, no traspasar el umbral de atención del público y evitar la desproporción entre discurso y tema), la claridad (es imposible convencer al público si no se ha enterado de lo que se trata, aunque literariamente la oscuridad y ambigüedad puede ser un mérito) y la verosimilitud (ya dijo Aristóteles que es preferible lo falso verosímil a lo verdadero inverosímil). No hay que hacer increíbles unos hechos ciertos y el abogado que haga creíbles unos hechos falsos logrará que el jurado vote por su cliente. En este punto la ética no tiene nada que ver con la retórica. En el mundo literario, el principio de verosimilitud es importantísimo, ya en estética realista o fantástica.
ARGUMENTACIÓN:
Es la parte donde se aducen las pruebas que confirman la propia posición revelada en la tesis de la exposición (confirmatio o probatio) y se refutan las de la tesis que sostiene la parte contraria (refutatio o reprehensio), dos partes que
Quintiliano considera independientes, de forma que para él el discurso forense tendría cinco. La confirmación exige el empleo de argumentos lógicos y de las figuras estilísticas del énfasis; los de la refutación serían por el contrario metástasis, contrarium, contradicciones, el progymnasma de la refutación. También es un lugar apropiado para el postulado o enunciado sin prueba, siempre que no debilite nuestra credibilidad, para lo cual hay que recurrir al postulado no veraz pero plausible (hipótesis), a fin de debilitar al adversario desorientando su credibilidad; lo mejor en ese caso es sugerirlo y no decirlo. Se recurre a una lógica retórica o dialéctica que no tiene gran cosa que ver con la lógica científica, pues su cometido no es hallar la verdad sino con-vencer. Se funda más en lo verosímil que en lo verdadero, de ahí su vinculación con la demagogia. Para los discursos monográficos enfocados a la persuasión, convienen las estructuras gradativas ascendentes. En el caso del discurso periodístico, la tendencia a abandonar al principio del lector recomienda el uso de la estructura opuesta: colocar lo más importante al principio. La retórica clásica recomienda para los discursos argumentativos monográficos el orden nestoriano, el 2,1,3: esto es, en primer lugar los argumentos medianamente fuertes, en segundo lugar los más flacos y débiles y en último lugar los más fuertes.
Es la parte donde se aducen las pruebas que confirman la propia posición revelada en la tesis de la exposición (confirmatio o probatio) y se refutan las de la tesis que sostiene la parte contraria (refutatio o reprehensio), dos partes que Quintiliano considera independientes, de forma que para él el discurso forense tendría cinco. La confirmación exige el empleo de argumentos lógicos y de las figuras estilísticas del énfasis; los de la refutación serían por el contrario metástasis, contrarium, contradicciones, el progymnasma de la refutación. También es un lugar apropiado para el postulado o enunciado sin prueba, siempre que no debilite nuestra credibilidad, para lo cual hay que recurrir al postulado no veraz pero plausible (hipótesis), a fin de debilitar al adversario desorientando su credibilidad; lo mejor en ese caso es sugerirlo y no decirlo. Se recurre a una lógica retórica o dialéctica que no tiene gran cosa que ver con la lógica científica, pues su cometido no es hallar la verdad sino con-vencer. Se funda más en lo verosímil que en lo verdadero, de ahí su vinculación con la demagogia. Para los discursos monográficos enfocados a la persuasión, convienen las estructuras gradativas ascendentes. En el caso del discurso periodístico, la tendencia a abandonar al principio del lector recomienda el uso de la estructura opuesta: colocar lo más importante al principio. La retórica clásica recomienda para los discursos argumentativos monográficos el orden nestoriano, el 2,1,3: esto es, en primer lugar los argumentos medianamente fuertes, en segundo lugar los más flacos y débiles y en último lugar los más fuertes.