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Muestra los inicios de la administracion y algunas teorias
Tipo: Apuntes
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La administración, tal como la conocemos hoy, es el resultado histórico e integrado de la contribución acumulada de numerosos pioneros: filósofos, físicos, economistas, estadistas e incluso empresarios que con el transcurso del tiempo fueron desarrollando y divulgando obras y teorías en su campo de actividades.
Ciertas referencias históricas acerca de las magníficas construcciones erigidas durante la Antigüedad en Egipto, Mesopotamia y Asiria atestiguan la existencia de dirigentes capaces de planear y guiar las actividades de millares de trabajadores en monumentales obras que perduran todavía. Los papiros egipcios que datan, aproximadamente, del año 1300 a. de C. indican la importancia de la organización y administración de la burocracia pública en el antiguo Egipto. En China, las parábolas de Confucio sugieren prácticas para la buena administración pública.
A pesar de todo el progreso alcanzado por el conocimiento humano, la llamada "ciencia de la administración" sólo surgió a principios del siglo XX, y fue un acon- tecimiento histórico de gran trascendencia. La TGA es una área nueva del conoci- miento humano. Para que surgiese se necesitaron muchos siglos de preparación y muchos antecedentes capaces de hacer viables las condiciones indispensables para su aparición.
Most rar la hist oria de la admi nist raci ón y la preo cupa ción por ésta desd e la Anti güedad hasta el siglo pasado.
Seña lar la infl uencia de los filó sofo s, de la orga niza ción ecle siá stic a, de la mil itar y de los economistas liberales en el pensamiento administrativo y en las formas de organización y administración existentes en el pasado.
Most rar la infl uenc ia de la Revo lució n Indu stria l y la form a como prep aró el terr eno de dond e surg iría n los prim eros inte nto s de cons trui r una cien cia de la administración.
Most rar la infl uenc ia de los pion eros indu str iale s y de los empr esar ios, cuyo esfuerzo individual dio origen a las grandes empresas actuales.
Sól o a par tir del sig lo XX la adm inis tra ció n atr ave só etap as de des arro llo de not abl e pu jan za e in no vac ión. A fi na le s del sig lo XI X la soc ied ad er a dif ere nte , pu es la s or ga ni za ci on es er an po ca s y pe qu eñ as : pr ed om in ab an lo s pe qu eñ os ta lle re s, lo s ar te sa no s in de pe nd ie nt es , las pe que ña s es cu el as , lo s pr of es io na le s indep endie ntes (méd icos y aboga dos, que traba jaban por cuent a prop ia), el labra dor, el tendero de la esquina, etc. A pesar de que en la historia de la humanidad siempre existió el trabajo , la hist oria de las orga niza cione s y de su admi nist raci ón es un capí tulo que comenzó en época reciente.
Desde la Antig üedad , la admin istra ción ha recib ido gran influ encia de la filos ofía ', El filósofo griego Sócrates (470 a. C.-399 a. C.), expone su punto de vista acerca de la administración como una habilidad personal separada del conocimiento técnico y de la experiencia^1.
Platón (429 a. C.-347 a. C.), filósofo griego discípulo de Sócrates, se preocupo profu ndame nte por los problemas políticos y socia les inher entes al desar rollo socia l y cult ural del pue blo grie go. En La Repú blic a expo ne su punt o de vist a
Autor. Chiavenato, I.
principios de la administración moderna: división del trabajo, orden, control, etc.
Con el surgim iento de la filosofía modern a, el objeto de estudi o de la filosofía se aleja de los asuntos organizacionales.
A trav és de los siglo s, las norm as admi nistra tiva s y los prin cipi os de la orga niza ción públ ica se fuer on tran sfiri endo de las inst ituc ione s esta tale s (com o en el caso de Atenas, Roma, etc.) a las institu ciones de la nacient e Iglesia católic a y a las organiza ciones militares.
En el transcu rso del tiempo la Iglesia católic a estruct uró su organi zación, su jerarquía de auto ridad , su estad o mayor (ases oría) y su coord inaci ón func ional. La Igles ia cuent a con una organ izaci ón jerár quica tan simp le y efici ente que su enorm e organ ización mund ial puede operar satis facto riame nte bajo el mando de una sola cabe za ejecutiva: el Papa, cuya autorid ad coordin adora, según la Iglesia católic a, le fue delegad a por una autor idad divi na super ior 3. La estru ctura de la organ izaci ón ecles iásti ca sirvi ó de mode lo a muc has orga niza cion es que, ávid as de expe rien cias exit osas , inco rpor aron numerosos principios y normas administrativas utilizadas en la Iglesia católica.
La orga niza ción mili tar tamb ién ha infl uido en el desa rrol lo de las teor ías de la administración durante largo tiempo. La organización lineal, por ejemplo, tiene sus orígenes en la organ izaci ón mili tar de los ejérc itos de la Antig üedad y de la época medie val. El prin cipi o de unid ad de mand o, segú n el cual cada subo rdinado sólo pued e tene r un supe rior, es el núcl eo cent ral de toda s las orga niza cion es mili tare s. La esca la jerá rqui ca, es deci r, la esca la de nive les de mand o de acue rdo con el grado de auto rida d, es un elem ento cara cter ísti co de la orga niza ción mili tar, utiliz ado en otra s orga niza cion es. Con el paso del tiempo, la ampliación gradual de la escala de mando trajo también la cor resp ond ien te amp liac ión del gra do de auto rida d dele gad a a los niv ele s más baj os dentr o de la organ izaci ón mili tar. Toda vía en la época de Napol eón (1769-1821) , el genera l, al dirig ir su ejérc ito, tenía la respo nsab ilida d de vigil ar la total idad del campo de batal la. No obsta nte, frent e a batal las de mayor alcan ce, inclu so de ámbit o conti nenta l, el coma ndo de las ope raci one s de guer ra exigió nue vos prin cipi os de orga niza ción , lo que condu jo a una plane ación (plan ifica ción) y un contr ol centr aliza dos para lelos a las opera cione s desce ntrali zadas. Se pasó así a la centra lizació n del mando y a la desce ntralización de la ejecución.
El conc epto de jerar quía dent ro de la orga niza ción mili tar es tan anti guo
Autor. Chiavenato, I.
como la prop ia guerr a. El esta do mayo r form al, como cuar tel gene ral, sólo apar eció en 1665 en el Dist rito de Bra nden burg o, prec urso r del ejér cito prus iano. La evo luci ón del prin cipio de ase soría y la for mac ión de un est ado may or gen era l tuv o su ori gen en el sig lo XVIII en Prusi a, con el empe rador Fede rico II, El Grand e (1712-1786 ), quien , deseo so de aume ntar la efic ienc ia de su ejér cito , creó un esta do mayo r (st aff) para ase sora r el mand o (línea) mili tar. Los ofic iale s de línea y de ases oría actua ban indep endi ente mente, en una nít ida sepa rac ión ent re la pla nea ció n y la eje cuc ión de las ope rac ion es de guer ra. Los ofic iale s form ados en el esta do mayo r se tran sfer ían post erio rmen te a posicion es de mand o (líne a) y reto rnab an de nuev o al esta do mayo r, lo que aseg urab a una inten sa expe rienc ia y viven cia en las func iones de gabin ete, de campo y nueva mente de gabinete^4.
Otra contribuc ión de la organizac ión mili tar es el princ ipio de direc ción, según el cual todo soldad o debe conoce r perfec tamente lo que se espera de él y aquell o que debe hace r. Napo león , el gene ral más autó crat a de la hist oria mili tar, nunc a dio una orde n sin expl icar su obje tivo y verif icar que se habí a comp rend ido corr ectam ente , pue s esta ba conve ncido de que la obed ienci a ciega jamás lleva a la ejecu ción intel igent e de cual quier acto.
A comi enzos del siglo XIX Carl von Clau sewit z (178 0-1831 ), escr ibió un trat ado sobre la guerra y los principios de la guerra^5. Clausewitz inspiró a muchos teóricos de la administración que se basaron después en la organización y en la estrategia militar, adapta ndo sus princi pios a la organi zación y a la estrat egia empre sarial. Consid eraba la disc ipli na como un requ isito bási co para una buen a orga niza ción. Toda orga niza ción requiere una planeación cuidadosa en la cual las decisiones deben ser científicas y no simplemente intuitivas.
Con la inven ción de la máqu ina de vapor por James Watt (1736-1819) , y su poste rior aplic ación en la prod ucció n, una nueva conce pción del traba jo modif icó por compl eto la estr uctu ra soci al y come rcia l de la épo ca y ori ginó , en el laps o apro xima do de un siglo , prof undo s y rápi dos camb ios econ ómic os, polí tico s y soci ales much o mayo res que los ocurr idos en el milen io anter ior. Es la llama da Revol ución Indus trial que pasó por dos épocas distintas^6 :
1780 a 1860, Primer a Revolu ción Indus trial o revolu ción del carbón y el hierro. 186 0 a 191 4, Seg und a Rev olu ció n Ind ust ria l o rev olu ció n del ace ro y de la electricidad.
La Primera Revolución Industrial puede dividirse en cuatro fases^7 :
1. Primera fase: mecanización de la industria y de la agricultura. Con la aparición de la máqu ina de hilar, del tela r hidr áuli co, del tela r mecá nico y de la máqu ina de smota dora de algod ón se susti tuyó el traba jo del hombre y su
Autor. Chiavenato, I.
un avión.
Desa rrol lo de nuev as form as de orga niza ción capi tali sta. Las empr esas de soci os solid ario s, que toma ban part e acti va en la dire cció n de los nego cios , dier on lugar al llamado capitalismo financiero, que tiene cuatro características principales:
Expa nsió n de la indu stri ali zaci ón hast a Euro pa Cent ral y Orie nta l y el Extr emo Oriente.
De la tra nqu ila pro duc ció n art esa nal en que todos los trab aja dor es esta ban org aniza dos en corp orac ione s de ofic ios regi das por esta tuto s, dond e todo s se cono cían , se pasó con rapide z al régim en de produ cción de las máquin as, dentr o de grande s fábric as. Hubo una súbita modificación provocada por dos aspectos, a saber: la transferencia de la habilidad del artesano a la máquina, que pasó a producir mayor cantidad, con mayor rapidez y mejor calidad, lo cual posibilitó la reducción del costo de producción, y la sustitución de la fuerza del animal o del músculo humano por la mayor potencia de la máquina de vapor (y posteriormente por el motor), que permitía mayor producción y mayor economía.
La organización y la empresa modernas surgieron con la Revolución Industrial, gracias a varios factores, entre los que podemos destacar:
Autor. Chiavenato, I.
A finales del siglo XVIII las teorías de los economistas clásicos liberales obtienen gran aceptación y llegan al punto máximo con el advenimiento de la Revolución Francesa.
Las ideas liberales surgen del derecho natural: el orden natural es el orden más perfecto. Los derechos económicos humanos son inalienables y existe una armonía preestablecida en toda colectivid ad de individuo s. Según el liberalis mo, la vida económica debe separarse de la influencia estatal, puesto que el trabajo sigue los principios económicos, y la fuerza laboral está sujeta a las mismas leyes económicas que rigen el mercado de materias primas o el comercio. La libre competencia es el postulado principal del liberalismo económico.
Las ideas básicas de los economistas clásicos liberales constituyen los gérmenes iniciales del pensamiento administrativo de nuestros días^9. A Adam Smith (1723-
El liberalismo económico corresponde al periodo de máximo desarrollo de la eco- nomía capitalista, la cual se basa en el individualismo y en el juego de las leyes económicas naturales, y pregona la libre competencia.
El socialismo y el sindicalismo, que se convierten en los agentes esenciales de la nueva civilización, obligan al capitalismo de comienzos del siglo XX a perfeccionar, al máximo posible, todos los factores de producción involucrados, así como la remuneración adecuada. En consecuencia, cuanto mayor sea la presión de las exigencias proletarias, menos graves se vuelven las injusticias, y el proceso de desarrollo de la tecnología se configura en forma más acelerada e intensa.
Dentro de esa nueva situación, surgen los primeros esfuerzos de las empresas capitalistas para la introducción de métodos y procesos de racionalización del trabajo, cuyo estudio metódico y exposición teórica coincidirán con el inicio de este siglo.
Autor. Chiavenato, I.
aparecen los gerentes profesion ales, los primeros organizad ores que se preocupaban más por la fábrica, las ventas y las compras.
Se buscaba mayor eficiencia en producción, compras, distribución y ventas. Se agotaron los métodos para reducir costos, el margen de ganancias bajó, el mercado se fue saturando y las empresas empezaron a buscar nuevos mercados diversificando los productos. La antigua estructura funcional comenzó a volverse obsoleta y surgió la empresa integrada y multidepartamental.
La etapa siguiente fue controlar el mercado de distribución, eliminando los intermediarios para poder vender más barato al consumidor final. Entre 1890 y 1900 tuvo lugar una serie de fusiones de empresas cuyo fin era la utilización racional de las fábricas y la reducción de precios. La más famosa de esas fusiones originó la U.S. Steel Corporation, negocio que costó varios miles de millones de dólares.
Los grandes capitanes de industrias —como John D. Rockefeller, Gustavus Swift, James Duke, Westinghouse, Daimler y Benz, Henry Ford y muchos otros— no tenían cómo sistematizar con eficiencia sus vastos negocios, pues eran empresarios, no organizadores. La organización era tarea tanto o más difícil que la creación de esas empresas.
Además, la impresionante magnitud de los recursos que lograron reunir complicaba la situación. El final del siglo XIX fue testigo del crecimiento de los grandes imperios corporativos y de la expansión de la industria. La preocupación reinante se dirigió hacia los riesgos que significaba el elevado crecimiento, sin tener una organización adecuada^11.
A comienzos del siglo XX varias de las grandes corporaciones sucumbieron financieramente. Dirigir grandes empresas no era sólo una cuestión de habilidad personal,como muchos empresarios pensaban. Así, estaban dadas las condiciones para el surgimiento de los grandes organizadores de la empresa moderna. Los capitanes de las grandes industrias —pioneros y empresario s— cedieron su lugar a los organizado res, pues se acercaba la era de la competitividad y la competencia, debido a factores como la profundización y divulgación del conocimiento tecnológico, que propició la presencia de un creciente número de empresas y de paises en los mercados mundiales; el libre comercio; la transformación de los mercados vendedores en mercados compradores; el aumento de la capacidad de inversión de capital y la elevación de los niveles del punto de equilibrio; la rapidez de los avances tecnológicos, que puede volver obsoleto un producto o reducir drásticamente sus costos de producción".
Estos complejos factores abonaron las condiciones propicias que permitieron es- tablecer la búsqueda de las bases científicas para el mejoramiento de la práctica empresarial y el surgimiento de la teoría administrativa.
Autor. Chiavenato, I.
En el transcurso de la historia de la humanidad siempre existió alguna forma rudimen taria de adminis trar las organizaciones , desde las más simples hasta las más complejas.
El desarrollo de las ideas y teoría s acerca de la admin istrac ión fue extrem adamente lento hasta el siglo XIX, pero se aceleró increíb lemente a comienz os del siglo XX.
En la Antigüedad, es notable la influencia de filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles en la administración. Con el surgimiento de la filosofía moderna, se destacan Bacon y Descartes.
La organización de la Iglesia católica influyó profundamente en el pensamiento administrativo.
La organización militar también tuvo gran influencia en la administración, al contribuir con algunos principios que la teoría clásica asimilaría e incorporaría más adelante.
La Revolución Industrial produjo los contextos industrial, tecnológico, social, político y econó mico de situa cione s, problemas y varia bles, de los que surgi ó la teoría clásica de la administración:
Los economistas liberales (como Adam Smith, James Mill, David Ricardo y otros) diero n un apoyo razon able a la apari ción d e algun os prin cipio s de admin istra ción que tendrían enorme aceptación posterior.
La inf luen cia de los pio ner os y de los emp res ario s fue fun dame nta l par a la creación de las condiciones básicas que motivaron el surgimiento de la teoría administrativa.
Autor. Chiavenato, I.
1 Theo Haiman, Dirección y gerencia. Madrid, Ed. ropera, 1965.
2 Harold Koontz y Cyril O'Donnell, Principios de Administracao, Sao Paulo, Livraria Pioneira Editora. 1964. 3 James D. Mooney, The Principies oí Organization, Nueva York. Harper & Bros, 1947, pp. 102-117. 4 lbid., p. 131. 5 Carl von Clause witz, On llar, Nueva York, Barne s & Noble. Inc.. s.d., Carl von Clause witz, Princ ipies of War, Harrisburg, Military Service Publishing Co.,
6 Edward McNall Burns, História da Civilizacao Ocidental, Porto Alegre, Ed. Globo, 1957, pp. 647-658. 7 Ibid., pp. 658-674.
8 lbid. 9 Claude S. George, Jr., The History oí Managem ent Thought , Nueva York, Prentice-Hall, Englewo od Cliffs, 1968. Véase la traducción brasileña História do Pensamento Administrativo. Sdo Paulo, Ed. Cultrix, 1974. 10 Adam Smith, An Inguiry Itrio the Natura oí the Wealth oí Nations, Londres, A. Strahan & T. Cadell, 1776. 11 Alfred Chandler, h.. Strategy and Structure: Chapters in the Toronto. Doubleday, 1966. 12 Harold Koontz, Cyril O'Donnell y Heinz \Veihrich, Management. Tokio. McGraw- Hill. Kogakusha, 1980, p. 33.
Autor. Chiavenato, I.