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poemas de la literatura europea, versos
Tipo: Apuntes
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¡No te pierdas las partes importantes!
(Poema sobre las áreas de la tutoría y la formación docente) En el jardín donde brota la esperanza, camina el maestro con luz en su andar, tejiendo en silencio con voz de confianza los hilos del alma que quiere educar. Área personal : espejo Sereno, allí se cultiva el amor propio fiel, se aprende a mirarse con ojos de lleno y a abrazar las sombras que habitan la piel. Área social : la voz compartida, respeto, justicia y comunidad, el aula se vuelve la tierra querida donde florece la solidaridad. Área académica , firme y despierta, abre caminos al saber sin fin, y cada pregunta que el niño interpreta es una estrella que alumbra el jardín. El tutor no impone, tan solo acompaña, es guía que escucha, que siembra y que ve, con manos humildes, jamás se engaña: educa en valores, en ser y en fe. La formación docente es fuego y raíces, es arte, es ciencia, es reflexión, un puente que crece con cicatrices y sueños bordados con el corazón. Allí se aprende a mirar profundo, a transformar el error en motor, y a ser arquitecto del nuevo mundo desde la ternura y el gran amor. Tutoría y formación : semillas eternas, que el alma del niño saben tocar. Maestros del alma, con huellas tan tiernas, ¡gracias por nunca dejar de enseñar!
(Poema sobre las áreas de la tutoría y la formación docente) En el aula donde el mundo comienza, y el silencio aún no sabe hablar, camina el maestro, llama encendida, tejiendo destinos con verbo y mirar. No solo enseña lo escrito en los libros, va sembrando auroras en cada rincón, porque su ciencia no es solo saberes, es ternura que escucha con el corazón. No es sólo un rol, es un arte callado, es alma que cuida, que sabe esperar, es guía que en medio del ruido agitado cultiva la calma, el bien y el amar. La tutoría es puente, es abrazo, es faro, que al joven perdido le brinda calor, es mirar al otro sin juicio ni amparo, con la fe sencilla del puro educador. En el área personal-social florece la dignidad que al niño fortalece, y en la académica , con firmeza y vuelo, le enseña a soñar más allá del cielo. La vocacional revela su estrella, descubre en su voz lo que en su alma destella. La salud mental y corporal abraza, y el dolor silente también tiene casa. En la convivencia se siembra respeto, y en la cultura , un mundo completo. La ayuda social es la mano tendida, que enseña que el otro también es mi vida. Y nace el maestro no por decreto, sino en cada paso que elige aprender, en su formación continua y su honesto reto de no dejar nunca de florecer. Se forma en la entrega, en la acción compartida, en comunidades de aprendizaje vivo, donde cada duda se vuelve semilla y el saber se cultiva sin ser exclusivo.
Poema inspirado en las áreas de la tutoría y la formación docente En el rincón donde el mundo empieza, donde la duda aprende a caminar, brota el maestro —no de promesas— sino del fuego que el alma da. No trae corona, ni cetro brillante, trae preguntas, ternura y voz, trae la luz de aquel caminante que acompaña sin ser Dios. Tutor es quien escucha sin juicio, quien ve en el silencio una señal, quien abraza el miedo sin artificio y siembra confianza en lo emocional. Área personal , espejo del alma, fortalece el yo con sabia calma. Área social , vínculo profundo, teje puentes hacia el mundo. Área académica , camino y raíz, la brújula sabia que orienta feliz. Área vocacional , luz en la niebla, descubre la pasión que en el pecho tiembla. Salud corporal y mental , abrigo, refugio en días de frío consigo. Ayuda social , mano extendida, recordando que el otro también es mi vida. Cultura y actualidad , horizonte abierto, y en la convivencia , un pacto cierto. Porque educar no es solo instrucción, es transformar el alma con compasión. El docente no nace, se forja en el tiempo, como el acero que canta al fraguar, su oficio es templo, es cielo y es viento, es arte sagrado de amar y guiar. Formarse es hurgar en la propia herida, es aprender a mirar desde el dolor, es saberse guía, faro en la vida, sin dejar jamás de ser sembrador.
Formación continua , ética , crítica , humana, compleja, también poética. El maestro se entrena con sangre y razón, con entrega humilde y convicción. Que tenga escucha y empatía viva , liderazgo noble y alma compasiva. Que sepa enseñar con su autenticidad , y guíe con firmeza, pero con bondad. Que inspire respeto, no desde el temor, sino desde el ejemplo, la ética y el honor. Que vea en sus alumnos no un deber, sino el milagro de ayudarles a crecer. Cuando el reloj de la historia se apague, y el aula quede en penumbra total, quedará su voz en cada paisaje, como eco de un canto espiritual. Porque el maestro no muere ni parte, vive en los sueños que supo encender, en cada joven que alzó su estandarte, y en cada alma que supo creer. "Si sabes poco, aprende. Si sabes mucho, enseña.” Despierta el genio que llevas dormido, porque en cada niño hay un sol escondido.
Debe escuchar sin juzgar al herido, ser auténtico , cálido, y sin vestido. Liderazgo democrático , sin estridencia, que inspire por acto , no por apariencia. Que vea en su alumno un campo fecundo, y en cada error... un nuevo segundo. Que abrace la vida en toda su forma, en niños, adultos y en toda norma. Formarse es vida , no un evento aislado, es un río que fluye, nunca estancado. Desde la formación inicial que despierta, hasta la especialización que el alma conecta. Es continuidad , es trayecto extendido , es perfeccionar lo ya conocido. Es indagar, es errar, es atreverse a fallar, es volver a mirar para volver a enseñar. Con enfoque por competencias , se da el inicio, unir saberes con práctica y juicio. Y el trabajo colaborativo , fuerza secreta, convierte al maestro en red que respeta. Es formación contextualizada , con corazón, que responde a la región y su condición. Es interdisciplinaria , emocional y ética , es crítica, libre, humana y poética. Calidad, equidad y progresividad , sin esos pilares, no hay dignidad. Inclusión que abraza al distinto, igualdad de género , sin labio extinto. Interculturalidad , respeto profundo, por todo saber y por todo mundo. Autonomía del docente en formación , quien guía su ruta, su propia misión. Innovación, reflexión, y pasión por enseñar , construyendo saber para transformar. Aprendizaje situado , pensamiento crítico , acciones con raíz, no discursos políticos. Conocer al alumno y su realidad, detectar sus sueños, su necesidad. Planificar, ejecutar y evaluar, y si es preciso, el camino ajustar.
Dialogar con familias, tender el lazo, crear comunidad con firme abrazo. Con los pares, construir soluciones, tejer redes, tender puentes, sanar tensiones. Ser mediador, arquitecto de paz, ante el conflicto, enseñar a más. Aliado del cambio, del niño, del sol, voz del que calla, fuerza sin control. Y cuando el tiempo nos lleve al silencio, y el aula vacía guarde su voz, quedará su legado en cada comienzo, en cada niño, en cada adiós. Porque el maestro no muere jamás, vive en los sueños que supo sembrar. En los pasos que un día ayudó a levantar, y en los ojos que aún saben amar. “Si sabes poco, aprende. Si sabes mucho, enseña.” Despierta el genio que habita en tu ser, pues formar no es repetir… es renacer.