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Una reflexión filosófica sobre el lenguaje y su papel en la comunicación humana, a partir de citas de Friedrich Nietzsche y Jean-Jacques Rousseau. Se abordan temas como la importancia del lenguaje en la formación social, la interdependencia de las personas en el uso del lenguaje, y la relación entre el pensamiento consciente y el lenguaje. Además, se discute la semántica y la comunicación no verbal.
Tipo: Monografías, Ensayos
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Universidad de Margarita Alma Mater del Caribe Vicerrectorado Académico Decanato de Estudios Generales Asignatura: Desarrollo del Pensamiento Lógico
Álvaro G. Rivera María J. Maldonado T.
El Valle del Espíritu Santo, 6 de abril de 2022
“La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio”
Friedrich Nietzsche La palabra, tal como la refiere Nietzsche, tiene más valor en 7 letras que un silencio de mil años. Es el lenguaje, por medio de la palabra, la forma social en que se ve representado el ser humano, puesto que instintivamente busca la comunicación y manifestación de sus ideales hacia otros, así como la reciprocidad de sus acciones. Y es que, es algo de absoluta comprobación, aquello que hace al hombre actuar, buscar cercanía en otros, expresar lo que piensa y lo que siente, e incluso formar parte del contrato social (como lo plantea Jean-Jacques Rousseau) es obra del lenguaje, la mediación, la comunicación, o cualquier nombre que se le quiera dar al acto de articular sonidos o representaciones con significantes, cargados de intensiones lingüísticas comunicativas. Entonces, si comprendemos al lenguaje como el medio empleado para comunicar, con una serie de símbolos, normas, y técnicas de pronunciación, ¿por qué no se le da tanta importancia en el día a día?, ¿somos lo que comunicamos o comunicamos lo que somos?, ¿serán los lenguajes no verbales más fuertes que los verbales?
Definido por la Real Academia Española (s/f), el lenguaje viene siendo “la facultad del ser humano de expresarse y comunicarse con los demás a través del sonido articulado o de otros sistemas de signos”. Es decir, el conjunto de palabras, símbolos gráficos, o sencillamente gestos, hechos por el hombre, para transmitir o difundir algún tipo de información. Si pensamos en “otros sistemas de signos” como movimientos, notas musicales o íconos, podemos reconocer en la danza, la música y la vida misma, una expresión de lenguaje; quizá, dependiendo del contexto, es posible hallar en el silencio una forma de comunicación, pero retomando nuevamente la cita del pensamiento nietzscheano, las palabras son “mejores, más educadas” que la ausencia completa del sonido, por lo que tal vez, algunos tipos de lenguaje y comunicación terminen siendo más contundentes y expresivos que otros.
escenario sin tener el método para expresar lo que nos está atormentado por dentro, buscando opiniones o explicaciones que den fin a nuestras dudas, pero hacerlo sin lenguaje, ello sin lugar a dudas sería la causa de locura de muchos en la actualidad, incluyéndome. Como individuos curiosos, para responder incógnitas debemos formular respuestas y encontrar las mismas, es aquí donde entra la capacidad de comunicación, la necesidad de emplear el lenguaje para transmitir el conocimiento en masa. El carácter social y lingüístico, van de la mano.
Aristóteles dijo una vez “él que no puede vivir en sociedad, o no necesita nada para su propia suficiencia, no es miembro de la sociedad, sino una bestia o un dios”. Analizando dicho pensamiento lógico, podemos reforzar que, como humanos, por naturaleza, hemos de convivir con un sinfín de personas, pero esto no sería posible si no se reafirma el lenguaje como método de comunicación y entendimiento, lo que nos haría capaces de desatender motivos, razones y circunstancias a nuestro alrededor y de quienes nos rodean. Hay una obvia disociación entre nosotros, y nuestros pensamientos, es decir, nuestro cerebro es más grande de lo que pensamos, son entidades separadas, pero a la vez unidas, que como dice Hernández (s/f), nos ha llevado al desarrollo de nuevas formas de pensamiento, y adquisición de conocimiento. La vida misma carece sentido sin conocimiento del mundo que nos rodea, y ello es obra del sistema comunicativo que empleamos.
Ahora bien, si pensamos un poco en el lenguaje, como unidades, y no como un todo, nos encontramos frente a palabras, formadas por grafemas, morfemas, y fonemas. De ellos, lo que, quizá, más relevancia tiene es el mismo fonema, debido a que es la representación mental de cada sonido. Es decir, lo que viene a representar una /k/ en la palabra “casa”, que si la cambiamos por una /m/, se transforma en “masa”, y si varía a una /p/ queda “pasa”. Lo interesante del asunto es que, con solo el cambio de un sonido, producido por una articulación diferente, pasamos de imaginarnos una construcción de cemento a un fruto seco. Allí es donde entra la semántica, que según Bréal (1897) viene siendo la “ampliación y reducción de los significados, transferencia de significados, elevación y degradación de su valor”, en otras palabras, un estudio profundo de las variaciones de los significados de cada unidad vista como palabra.
No obstante, si nos ponemos a debatir qué es el significo, tendemos a caer en un ciclo sin fin, ya que al definirlo, este está compuesto por palabras, que a su vez tienen otro significado, por lo que un concepto genérico no abarcaría toda la extensión de lo que comprende, y tarde o temprano, buscando el significado de cada palabra que constituye a “significado”, y así sucesivamente, terminaríamos agotando las palabras, sin aún habernos acercado al asunto en sí; por lo que, creo que, tenemos una percepción común sobre los significados, pero no sobre sus conceptos, y ello viene formando parte del lenguaje.
Volviendo al tema, un rasgo natural entre nosotros, que tiende a comunicar más que mil palabras es “la primera impresión”, esa idea que le damos sobre nosotros mismos a los demás. Conjurado a lo largo de nuestra vida, nuestro lenguaje corporal, y la forma en la que nos percibimos al mundo, es igualmente, un tipo de lenguaje, una comunicación no verbal. Nuestro cuerpo es un libro abierto, contando historias y pensamientos sea inconsciente o no, donde emociones y sentimientos son una forma de comunicación transmitidos en gestos corporales o palabras. Con ello, a lo que quiero llegar es que, nuestros niveles comunicativos superan expresión sistémicas lingüísticas basadas en símbolos escritos o sonoros, (para ejemplificar, es todo lo contrario al proceso de transcripción fonética, en el cual, sencillamente se representa lo que se escucha, basado en un conjunto de símbolos fijos, preestablecidos; si bien forma parte del lenguaje, no representa ni ¼ del mismo).
La comunicación, y por consiguiente, el lenguaje, transcienden lo oral o escrito, pues personifican al ser, por cómo es, y por cómo quiere llegar a ser, y es tan solo una muestra de nuestra capacidad cerebral. De tal modo, nuestras mentes, aun siendo entidades separadas, logran captar ideas, imágenes o percepciones similares, entre una y otra, pues están preparadas para recibir el conocimiento lingüístico; la capacidad para almacenarlo es inconmensurable, lo cual nos permite poder coexistir y demostrar dicha información almacenada a distintos niveles, ya sea cultural, político, económico, social, entre otros.
Concluyendo, en el lenguaje está el instrumento y la herramienta esencial para el entendimiento total de nuestro mundo y de quienes nos rodean. Es el pensamiento lógico
Bréal, M. (1897). Semántica. Enciclopedia Herder. Versión Digital. Extraído el 6 de abril de 2022 en: https://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Sem%C3%A1ntica#:~:text=Seg%C 3%BAn%20Br%C3%A9al%2C%20la%20sem%C3%A1ntica%20era,y%20degrad aci%C3%B3n%20de%20su%20valor.
Hernández, I. (s/f). El lenguaje: Herramienta de Reconstrucción del Pensamiento. Razón y Palabra N°72. Revista electrónica. Extraído el 6 de abril de 2022 en: http://www.razonypalabra.org.mx/N/N72/Varia_72/27_Rios_72.pdf
Real Academia Española (s/f). Lenguaje. Diccionario de la Lengua Española. Versión en línea. Extraído el 6 de abril de 2022 en: https://dle.rae.es/lenguaje