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La continuada existencia de la nación Wampís y su territorio - Prof. Zuñiga, Esquemas y mapas conceptuales de Historia

Informe sobre la nación wampís, pueblo indígena de la amazonía peruana. Se describe su historia, organización territorial y relación con otros grupos. Se destaca la importancia de lugares como kampankis y el proceso de reasentamiento de la población. También se aborda la lucha por el reconocimiento de derechos y la colaboración con el pueblo awajún. El informe ofrece una visión detallada de la continuada existencia y vínculo ancestral de los wampís con su territorio.

Tipo: Esquemas y mapas conceptuales

2022/2023

Subido el 26/11/2023

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“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”
FACULTAD DE EDUCACIÓN INTERCULTURAL Y HUMANIDADES
CARRERA DE EDUCACIÓN PRIMARIA BILINGÜE
TEMA: WAMPIS
CURSO: HISTORIA, CIUDADANÍA Y DERECHOS DE LOS PUEBLOS
AMAZÓNICOS
DOCENTE: ZUÑIGA REBAZA MARIANELLA
INTEGRANTES:
LINO PANAIFO, OLIVER HELMER
JULIAN CANAQUIRI, RAUL
PEAS JUM, LLONMER HERNANDO
GÓMEZ SÁNCHEZ WILKYJUNIOR
FLORES DAVILA GILDER
GABRIEL ANTONIO TELLO ZUTA
CICLO: I
PUCALLPA-PERÚ
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¡Descarga La continuada existencia de la nación Wampís y su territorio - Prof. Zuñiga y más Esquemas y mapas conceptuales en PDF de Historia solo en Docsity!

“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

FACULTAD DE EDUCACIÓN INTERCULTURAL Y HUMANIDADES

CARRERA DE EDUCACIÓN PRIMARIA BILINGÜE

TEMA: WAMPIS

CURSO: HISTORIA, CIUDADANÍA Y DERECHOS DE LOS PUEBLOS

AMAZÓNICOS

DOCENTE: ZUÑIGA REBAZA MARIANELLA

INTEGRANTES:

LINO PANAIFO, OLIVER HELMER

JULIAN CANAQUIRI, RAUL

PEAS JUM, LLONMER HERNANDO

GÓMEZ SÁNCHEZ WILKYJUNIOR

FLORES DAVILA GILDER

GABRIEL ANTONIO TELLO ZUTA

CICLO: I

PUCALLPA-PERÚ

Introducción

Los Wampis son un pueblo indígena u originario perteneciente a la familia lingüística Jíbaro. Al igual que otras culturas de la alta Amazonía, los Wampis se caracterizaban por una forma de vida guerrera, con eventos de enfrentamiento en torno a su espacio territorial, lo cual les permitió mantenerse como comunidad. Actualmente, se caracterizan por la defensa de su territorio y el uso de estrategias políticas y organizativas que guardan una estrecha relación con su cosmovisión ancestral. El territorio del pueblo Wampis abarca un área amazónica extensa, entre el sur de Ecuador y el norte del Perú, que en pre-épocas coloniales habría llegado hasta las costas del Pacífico. Actualmente, viven en el cruce de dos importantes cursos de agua: los ríos Morona ( Kankaim ) y Santiago ( Kanús). Precisamente, son estas las vías de acceso más importantes para el comercio y contacto con el territorio. Misiones de los wampis. El Wampís, está poblado de referencias culturales y topónimos que hoy corresponden a territorio Shuar del Ecuador, pero no por ello se puede desatenderse al hecho de que varios relatos de gran antigüedad hacen referencia a las actuales cuencas peruanas del Kanús y Kankaim y sobre todo a la región de Kampankias. Puede suponerse que en algún momento era un sector de gente Shuar que empezó a desplazarse cada vez más hacia el sur. En este proceso debió continuar más tarde, a partir de la era colonial, facilitado por los procesos de despoblación de las cuencas bajas (ríos donde pierde velocidad, fuerza) de los afluentes del Marañón, producto de la imposición de trabajos forzados, los traslados y epidemias que azotaron a los pueblos. A partir de mediados del siglo XX, el arribo del Instituto Lingüístico del Verano (ILV) y la fundación de misiones jesuitas en territorio Wampís tuvieron un impacto profundo sobre la organización socio-política de este pueblo y la ocupación espacial de su territorio. El intenso proceso de escolarización en el territorio Wampís provocó el reasentamiento de una parte de la población en comunidades nucleadas, reuniendo a diferentes grupos locales,

difícil. caucho en los wampis El ciclo del caucho afectó directamente también a los Wampís. Sin embargo, la principal, única referencia escrita que tenemos se halla en Guallart (1990), quien recogió testimonios orales de los ancianos en la segunda mitad del siglo XX. El recuerdo de esta dramática época aún queda vivo en la memoria colectiva de los Wampís bajo la forma de narraciones orales transmitidas de generación en generación. Los comerciantes extractores de gomas (de caucho, balata y shiringa), empezaron a interesarse en el territorio de los Wampís a fines del siglo XIX y siguieron haciéndolo durante toda la primera mitad del siglo XX. Los patrones, que surcaban el río Marañón para entrar en el Kankaim (Morona) y en el Kanús (Santiago), venían principalmente de Iquitos, transportando en botes la mercancía necesaria para habilitar a los jefes indígenas locales con ropa, fósforos, sal, mosquiteros, escopetas, pólvora, cartuchos, machetes, ollas, lamparines y todo lo que se necesitaba para extraer la goma en la selva), y regresaban con las preciosas balas de shiringa. Muy pronto, los poblados de Barranca, Borja y Santa María de Nieva se volvieron los principales centros de comercio para esta zona, experimentando un nuevo crecimiento demográfico. La extracción de recursos se valía de una densa red de caminos que conectaban los puertos fluviales con las zonas más internas de las cuencas. Estos caminos que los antepasados de los Wampís abrieron y transitaron son todavía conocidos por los Wampís. Especialmente en la cuenca del Morona, la memoria del trabajo cauchero queda viva en muchos de los topónimos actuales, en quechua o en castellano, que fueron puestos en esa época por los peones caucheros llegados de distintas partes de Loreto y San Martín. Aún en los casos en que los indígenas eran tratados como esclavos, la relación entre los jefes locales y los patrones gomeros era representada como un intercambio, en el marco del sistema llamado “habilitación”. Los patrones se presentaban como comerciantes e instauraban relaciones económicas con sus “socios” nativos dentro de un marco de aparente reciprocidad. Sin embargo, sobrevaluando a su placer las mercancías que entregaba, el patrón mantenía el manejo de las cuentas de manera que los jefes locales siempre permanecieran endeudados y obligados a seguir trabajando para él. La rivalidad entre caucheros también tuvo graves repercusiones sobre sus peones indígenas, provocando situaciones de conflicto entre familias, que en muchos casos terminaron en homicidios y encarcelamientos. Según varios ancianos del Morona, en la primera mitad del siglo XX, los patrones fomentaron también el conflicto interétnico utilizando a los

indígenas Awajún, enemigos tradicionales de los Wampís, en correrías para capturar a trabajadores y jóvenes mujeres Wampís que eran luego vendidos en Barranca. Por otro lado, a partir de la primera década del siglo XX, en concomitancia con el comercio del caucho, se intensificó la presencia del ejército en las regiones fronterizas, con un fuerte aumento del número de guarniciones y conscriptos. Aprovechando su superioridad armamentística, los militares peruanos practicaron todo tipo de abuso con los nativos, violando y secuestrando a las mujeres, y torturando y matando a los hombres que se atrevían a reclamar. En todas las comunidades que, visitadas para este estudio, tanto en el Kanús como en el Kankaim, escuchamos historias parecidas de abusos sexuales por parte de los soldados y del terror que ellos impusieron con las armas. En ambas cuencas, en las comunidades Wampís se mantiene en la memoria el recuerdo de verdaderas guerras de resistencia, por un lado, contra los patrones y los militares, y por otro contra los Awajún. Según los relatos orales recogidos en el Santiago, hacia la mitad del siglo XX Sharián “selló la paz” con el pueblo Awajún, derrotando a los tres grandes guerreros awajún Tukup, Uum y Ugkum e invitando a Petsa, el descendiente de una mujer Wampís raptada por los Awajún del Cenepa, a establecerse en la margen derecha del río Kanús. Según esta memoria, el núcleo de parientes y aliados de Petsa, que migró del Cenepa al Kanús, conformó el primer asentamiento Awajún en la cuenca del río Kanús o Santiago. En la parte peruana del Kanús y del Kankaim, después de un segundo auge del caucho en la década de 1940, las familias de patrones loretanos y los colonos de Cajamarca y Piura que poblaron el Marañón, empezaron a dedicarse al comercio de otros productos forestales: distintas especies de madera (caoba, lupuna, cedro, moena, tornillo), cueros de animales (jaguar, tigrillo, venado, huangana, sajino, nutria) y barbasco. Si bien en general se mantuvo inalterado el sistema de explotación laboral de la época del caucho, basado en la dinámica de la “habilitación”, en algunos casos los patrones llegaron a insertarse profundamente en la sociedad indígena, estableciendo familia entre los Wampís y conduciendo el negocio a nivel familiar. Otros patrones son recordados por su “comportamiento maldito”. En los campamentos y puertos fluviales de los comerciantes madereros establecidos en territorio Wampís surgieron más adelante algunos pequeños asentamientos a orillas del Kanús, como fueron La Poza, Soledad y Ayampis.

como ya se ha visto, con lo que podríamos denominar la dimensión territorial del arutam, el espíritu eterno de sus antepasados. Para concluir, se puede afirmar que como en el pasado los Wampís tienen una organización de la residencia y el territorio basada en las relaciones sociales colectivas, fundamentalmente de parentesco (la familia, el clan), en el mantenimiento de una comunicación a nivel territorial más amplio, a través de alianzas colectivas con otras familias, y también en la especificidad del lugar, es decir, en el reconocimiento del vínculo entre un grupo local y un lugar topográfico concreto (Greene 2009: 73). Así, junto con una territorialidad, tradicionalmente asociada a un nexo parental específico, se presentan, como se ha visto, procesos itinerantes de dispersión y rotación, migración, y segmentación, vinculados históricamente con la escasez de recursos, epidemias, guerras y conflictos sociales, así como también relaciones de intercambio y comunicación con otros grupos locales, localizados incluso en otras cuencas. De esta forma, estos procesos permiten la existencia de amplios refugios ecológicos, sociales y culturales, asociados a las purmas de los antepasados, y culturalmente respetados por los distintos grupos locales. Titulación en los wampis A partir de la mitad del siglo XX, este proceso de reasentamiento de la población en las orillas de los grandes ríos se vio impulsado de manera significativa por los misioneros católicos (Jesuitas) y evangélicos (pertenecientes al Instituto Lingüístico de Verano), encargados por el gobierno peruano de la escolarización y “civilización” de la población indígena. Se fueron haciendo cada vez más frecuentes las relaciones comerciales con los patronos hispanohablantes, pero también la conciencia de ser explotados por éstos, lo que motivó a los Wampís a acudir a las escuelas con el objetivo de aprender el castellano y el manejo de las cuentas. Los misioneros, por su parte, adoptaron una actitud paternalista y asistencialista, interviniendo a veces en casos de abuso de patrones y militares, y repartiendo herramientas, ropa y otros pequeños objetos que necesitaban con el objetivo de lograr que los Wampís adoptaran las formas de vida misionales que muchas veces violentaban las tradiciones antiguas. Desde la década de 1960 una parte creciente de la población Wampís, tradicionalmente asentada en grupos familiares dispersos en las partes medias y altas de las quebradas, se trasladó a las orillas del Kanús y Kankaim y de sus principales afluentes, adoptando progresivamente un patrón de asentamiento concentrado. Este proceso no estuvo exento de problemas, ya que la concentración demográfica causó casi inmediatamente la difusión de

enfermedades contagiosas como el sarampión, la tos ferina y los parásitos, que provocaron a su vez nuevos desplazamientos para alejarse de los focos infecciosos. Debido principalmente a esto, casi ninguna de las comunidades existentes en la actualidad se encuentra ubicada en el lugar de su primera fundación. Con el tiempo, la concentración de población ha generado mayor presión local sobre la fauna. Desde la promulgación de la Ley de Comunidades Nativas de 1974, y frente a la amenaza de la expansión de los colonos llegados con la construcción de la carretera de penetración en la década de 1960 en la zona Marañón en el marco del estatal “plan de colonización de la selva”, los Wampís empezaron a organizarse en “federaciones étnicas” y, en 1977, se integraron al Consejo Aguaruna y Huambisa (CAH), estableciendo oficialmente una relación de paz y colaboración con sus tradicionales enemigos étnicos. Las organizaciones Wampís, así como el Consejo Aguaruna Huambisa, nacieron principalmente con el objetivo de asegurar a la población los derechos sobre su territorio y sus recursos. Se inició de esta manera un intenso trabajo de titulación territorial, que partió de los núcleos de población concentrados alrededor de las escuelas establecidas por los misioneros. La titulación de comunidades respondió a criterios territoriales estratégicos: se dio prioridad a las zonas ubicadas en las orillas de los ríos para evitar su invasión y controlar el tránsito hacia las zonas más internas. En un segundo momento se titularon las comunidades más internas y finalmente se titularon las zonas menos pobladas que constituyen reservas de caza. Se dejó sin titular algunos territorios que se podrían llamar inter-comunales que son utilizados colectivamente por el pueblo Wampís (zonas de reserva, zonas de importancia espiritual, etc.), como la cordillera de Kampankis, y que se considera no pueden ser adjudicados a ningún grupo en particular en desmedro del derecho colectivo de la nación Wampís. Asimismo, desde 1980 hasta nuestros días, las organizaciones Wampís se han comprometido activamente para enfrentar el saqueo de recursos naturales por parte de las empresas madereras, poniendo fuertes restricciones y en algunos casos prohibiendo totalmente esta actividad. La mayor conciencia de sus propios derechos, y las posibilidades legales de hacerlos respetar, han llevado en algunos casos a los Wampís a realizar acciones de fuerza, desalojando a los colonos que habían invadido su territorio u obligando a los comerciantes a precios más justos. Finalmente hay que subrayar los esfuerzos para enfrentar los desafíos de la modernidad que estas organizaciones de base, desde su nacimiento, vienen realizando, a través de una serie

Bibliografía Cornejo Chaparro, M. (2015). Los pueblos achuar, awajún, kandozi y wampis. Obtenido de https://repositorio.cultura.gob.pe: https://repositorio.cultura.gob.pe/handle/CULTURA/ L., c. p. (2013). Hacia una radiografía de los pueblos awajún y wampis del Alto Marañón, Amazonas. Mayor, P. &. (2009). Pueblos indígenas de la Amazonía peruana. Obtenido de https://www.researchgate.net: https://www.researchgate.net/profile/Pedro- Mayor/publication/356760138_Pueblos_Indigenas_de_la_Amazonia_Peruana/ links/61aa74e5aade5b1bf501acab/Pueblos-Indigenas-de-la-Amazonia- Peruana.pdf O., c. (2011). Cavero, O. (2011). Después del Baguazo: informes, diálogo y debates. Obtenido de https://repositorio.pucp.edu.pe: https://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/ pueblo, D. d. (2010). del Pueblo, D. (2010). Informe de la Defensora del Pueblo a la Comisión del Congreso de la República que investiga los sucesos de Bagua, aledaños y otros. Raúl, R. G. (2017). Informe antropológico sobre la continuada existencia de la nación Wampís y su territorio. Obtenido de https://nacionwampis.com: https://nacionwampis.com/wp-content/uploads/2023/01/5-INFORME- ANTROPOL%C3%93GICO.pdf