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Herramientas y nuevas tendencias en la comunicación interna de las empresas
Tipo: Apuntes
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Para ello se han analizado las empresas españolas mediante dos aproximaciones metodológicas :
En el capítulo correspondiente se profundiza más acerca de los objetivos perseguidos y la metodología aplicada.
Dado que existe gran confusión y ambigüedad sobre los diferentes aspectos que abarca la innovación, se ha dedicado un esfuerzo de análisis y síntesis de la bibliografía existente para explicar de forma resumida los principales conceptos teóricos.
Se pretende que el presente estudio tenga un enfoque práctico para el lector, y especialmente que sirva para que los gestores de empresas encuentren en el mismo una herramienta útil, que no sólo despierte el interés en la materia, sino que ilustre y aporte la información básica necesaria para la posterior aplicación de la innovación en sus empresas. Así se ha recopilado la información más relevante sobre el sistema español de innovación, profundizando en los sistemas de las cuatro comunidades autónomas en las que se ha realizado la encuesta, y prestando especial atención a las ayudas públicas a la innovación.
2.1. La herejía de Galileo
En 1616 Galileo fue citado a Roma donde fue advertido de que no debía animar ni defender la idea de que la Tierra se movía alrededor de un Sol estacionario. Al saber que la Iglesia se oponía oficialmente al sistema de Copérnico, Galileo esperó a que llegara un momento más oportuno para convencerles del error de sus métodos aristotélicos. En 1623 Galileo pensó que había llegado el momento. Por aquel entonces, su amigo y protector, el cardenal Barberini, fue elegido Papa con el nombre de Urbano VIII. Para reforzar su caso, Galileo escribió un libro: se trataba de un diálogo entre dos personajes que debatían los sistemas de Aristóteles y Copérnico. Galileo desplegó como autor sus dotes de político inteligente. Así, el personaje aristotélico argumentaba a lo largo de la obra con gran maestría y fue declarado finalmente vencedor. Era un truco que tenía que ser la defensa del propio Galileo frente a los que le acusaran de abogar por las enseñanzas de Copérnico. A pesar de semejante desenlace, muchos de sus lectores vieron que los argumentos de Copérnico en el libro eran mucho más sólidos. Quizás lo peor de todo fuera que esas argumentaciones estaban escritas en italiano, en vez de latín, de modo que los italianos corrientes podían comprenderlas fácilmente. En opinión de la Iglesia, Galileo cometió otros errores adicionales al verter sus juicios: por la boca del personaje que defendía Aristóteles en su ficción utilizó los mismos argumentos que había utilizado anteriormente el Papa y, además, llamó al personaje casualmente Semplicione, esto es, El Simple. Para agravar aún más si cabe la situación, el nuevo libro de Galileo retaba a la Iglesia precisamente en el momento en que ésta estaba siendo desafiada por todas partes.
En 1634 Galileo fue procesado. Como consecuencia de aquel juicio, Galileo rechazó públicamente el sistema planetario de movimiento copernicano. Irónicamente, en el futuro, ningún científico respetable negaría la evidencia de Galileo. El principio de inercia concebido por Galileo constituiría la base de la primera ley de la mecánica de Isaac Newton.
Harvard expresa en su libro “Acerca de la Competitividad”: “… la compañía (o la persona), que exitosamente implanta una nueva o mejor manera de competir, es porque ésta (compañía, organización, persona) continúa (en sus actividades) con obstinada determinación, frecuentemente de cara al criticismo agrio y obstáculos graves. De hecho, para tener éxito, la innovación nos impone presión, necesidad e inclusive adversidad, quedando claro que el temor de pérdida frecuentemente es más poderoso que la esperanza de ganar…”
A pesar de los obstáculos que a veces es necesario vencer para defender un pensamiento innovador, y aunque pueda resultar sorprendente, ya en la economía preindustrial la innovación tenía un papel muy importante, incluso tratándose de producciones artesanales en las que la cantidad de unidades fabricadas de cada producto era muy pequeña. Por aquel entonces el proceso de innovar era tan artesanal como cualquiera del resto de procesos negocio del artesano encargado de su puesta en práctica. Una vez alcanzada la era industrial, con el grado de automatización en las tareas que ésta trajo consigo, la innovación acarrea la producción masiva de bienes, la reducción en los tiempos de fabricación, incluso la reducción del ciclo de vida de dichas productos debido al continuo cambio y mejora en las características de los mismos. Así nos encontramos que los fabricantes japoneses del sector automoción trabajan en ciclos de vida de producto de dos años, la industria electrónica japonesa considera ciclos de tres meses, existen productos financieros cuya esperanza de vida es de días o incluso de horas. Y todo ello porque transcurridos dichos periodos de tiempo, los productos están obsoletos y fuera de mercado, y la empresa que no repare en dicha apreciación puede llegar a encontrarse con que otro competidor, quizás más pequeño y humilde, le ha ganado la delantera. En los últimos treinta años hemos visto como grandes corporaciones se han visto relegadas en sus respectivas industrias por “relajarse” en su proceso de innovación, contándose por cientos las que en dicho periodo han caído por el mismo motivo de la preciada lista de las Fortune 500. C.K. Parlad lo resume muy bien en la frase: “Si queremos escapar a la atracción gravitacional del pasado tenemos que ser capaces de replantear nuestras propias ortodoxias. Debemos volver a generar nuestras estrategias esenciales y replantear nuestras creencias fundamentales sobre cómo vamos a competir”.
La nueva economía es una economía basada en la innovación, la cual incluye un compromiso continuo en la renovación de productos, procesos, organizaciones y personas. Hoy en día es comúnmente aceptada la innovación como herramienta indispensable para la supervivencia y desarrollo de las empresas, y por lo tanto para el crecimiento económico, para el desarrollo y para el bienestar de las naciones. No son por tanto casuales los importantes esfuerzos desplegados por las Administraciones Públicas de todo el mundo para fomentar, impulsar y apoyar la innovación, lo cual implica, entre otros, la financiación de actividades innovadoras, las ayudas fiscales, la formación en la materia y un largo etcétera. Todas estas medidas no hacen sino reflejar la indudable determinación de los diferentes gobiernos por desarrollar una economía basada en la innovación y esto se hace patente tanto a nivel de administraciones nacionales, como regionales y locales, convirtiéndose incluso esta materia, y en concreto el fomento de la misma, en arma arrojadiza entre diferentes contrincantes cuando de una contienda electoral se trata.
Diferentes estudios (OCDE 2000) muestran el creciente interés que la economía de la innovación ha suscitado, adquiriendo un papel determinante en el crecimiento económico, que se materializa en el cada vez mayor número de patentes registradas, en el mayor gasto en I+D (Investigación y Desarrollo) y sobre todo en innovación para lograr mejoras en la rentabilidad y productividad de la empresa.
Podríamos decir que la innovación es un concepto de actualidad que nos invade; ya sea en la literatura, en los medios de comunicación, en diferentes soportes publicitarios, en los planes estratégicos y memorias de las empresas, en los programas de formación de post-grado, etc. Ahora bien, si hubiésemos de establecer una definición formal sobre qué consideramos innovación posiblemente nos asaltarían dudas incluso pequeñas confusiones acerca del verdadero significada del concepto: ¿qué relación existe entre invención e innovación? ¿ y entre innovación e I+D? ¿ es la innovación un fenómeno casual o por el contrario consta de un proceso metodológico y reflexivo? ¿ ha de circunscribirse la innovación únicamente al ámbito tecnológico? ¿ afecta la innovación al sector servicios o ha de considerarse sólo en sectores industriales? Podríamos seguir formulando preguntas que seguramente despierten en
comparación entre los diferentes estudios que se realicen en diferentes geografías y momentos.
La citada Tercera Edición es el resultado del trabajo realizado por el Grupo de Trabajo de Expertos Nacionales en Indicadores de la Ciencia y la Tecnología de la OCDE (GENICT), el Grupo de Trabajo de EUROSTAT en Estadísticas de la Ciencia, la Técnica y la Innovación (WPSTI) y un grupo de expertos externos.
Para la realización del presente estudio sobre “ La innovación como herramienta de transformación empresarial ” se han seguido las pautas marcadas por el Manual de Oslo en aquello en que ha sido de aplicación, dado que el alcance del mismo contempla estudios mucho más detallados que éste, incluso la revisión periódica de los mismos. Más adelante, en el capítulo de Presentación y Definición de indicadores, se detallarán las guías seguidas así como las simplificaciones realizadas, sin que éstas últimas, en absoluto, contradigan los estándares y recomendaciones del Manual.
2.4. Definición formal de innovación
Tendemos a pensar que la innovación está necesariamente ligada a un descubrimiento o invento genial, a la creatividad de un científico sabio (al estilo de Galileo) y cuyo resultado supone una novedad mundial. Si bien es cierto que estos elementos son esenciales, no son los únicos que caracterizan un proceso cuyo alcance es mucho más amplio y en el cual podemos distinguir a su vez diferentes subprocesos que se irán desgranando a lo largo de los próximos capítulos. Sirva como adelanto en este punto la afirmación de uno de los académicos más prestigiosos, el profesor Peter Drucker (1994): “… la innovación es trabajo duro, más que una genialidad ”. El gran reto es no sólo de tener ideas, sino que éstas sean buenas y además ser capaces de generarlas de manera continua, ya que el mercado es cambiante y los competidores no se detienen. Estas buenas ideas deben ser susceptibles de ser aplicadas a la creación de ventajas competitivas para la empresa, ya sea en forma de nuevos productos y servicios, nuevos modelos de negocio, nuevos o más eficientes procesos de negocio y nuevas estructuras organizativas.
Innovar es un proceso continuo
Peter Senge, en su obra La Quinta Disciplina (Granica, 1992) , utiliza el siguiente ejemplo para ilustrar la sutil diferencia entre “invento” e “innovación”:
“ En una fría y clara mañana de diciembre de 1903, en Kitty Hawk, Carolina del Norte”, la frágil aeronave de Wilbur y Orville Wright demostró que era posible volar con máquinas de motor. Así se inventó el aeroplano, pero pasaron más de treinta años hasta que la aviación comercial pudiera servir al público en general ”.
Según Senge, “inventar” es el proceso mediante el cual se demuestra que una idea nueva funciona en el laboratorio. “Innovar” requiere un paso más, que consiste en que dicho “invento” pueda ser reproducido sin problemas, a gran escala y a costes prácticos. Los hermanos Wright demostraron que el vuelo con motor era posible, peo el DC-3 de McDonnell Douglas, introducido en 1935, inauguró la era del viaje aéreo comercial.
También podemos considerar una innovación como la agregación de uno o más tipos de innovaciones, como por ejemplo de producto y de proceso. Así encontramos por ejemplo el caso de la maquinilla de afeitar Mach 3 de Gillete, que contó con una inversión de 750 millones de dólares y dio lugar a 35 patentes diferentes, antes de su comercialización.
2.5. Tipos de innovación
Tradicionalmente se ha hablado de la innovación como algo que afecta únicamente a productos y servicios. Sin embargo, hoy en día es admitido que pueden ser varios los tipos de cambios introducidos en la empresa que pueden desencadenar una aportación de valor para la misma, sin que necesariamente impliquen la introducción de nuevos elementos en su oferta.
Es extensa la literatura referente a esta materia, no existiendo un convenio en cuanto a las posibles clasificaciones. Incluso aquellas ya establecidas y que podríamos considerar como “oficiales”, en sus sucesivas revisiones han ido ampliando el grado de cobertura. Es este el caso de los tipos de innovación definidos en el Manual de Oslo, cuya Tercera Edición extiende la clasificación establecida en la edición anterior manteniendo al máximo la continuidad de la misma. Puesto que vamos a abordar aquí los tipos de innovación atendiendo a diferentes criterios para su clasificación, nos alinearemos con el Manual de Oslo en aquel criterio coincidente con uno de los nuestros y que utiliza para establecer su propia clasificación. A saber: la distinción entre innovaciones en función del resultado obtenido por las mismas.
Considerando los tres diferentes criterios, se obtienen los siguientes tipos de innovación:
Así hablaremos de cuatro tipos innovación: o Innovación de producto
o Innovación de proceso o Innovación de mercadotecnia o Innovación de organización
En este caso distinguiremos los siguientes tipos: o Innovación tecnológica o Innovación no tecnológica
Hablaremos de dos tipos de innovación en este caso: o Innovaciones radicales o Innovaciones incrementales o graduales
2.5.1. Innovaciones en función del resultado obtenido de la innovación
Tal y como ya se ha anunciado anteriormente, bajo este criterio de clasificación nos alinearemos con lo definido en el Manual de Oslo, Tercera Edición (2005), en el cual se encuentran recogidos cuatro tipos de innovaciones.
la introducción por primera vez de prácticas de gestión del conocimiento o externalizar por primera vez una determinada función de la empresa.
Una manifestación evidente de la posibilidad de que los diferentes tipos de innovación pueden combinarse dando lugar a una innovación más compleja, lo tenemos en el hecho de que cada vez se está concediendo más importancia a la innovación en modelos de negocio. Según un estudio realizado a nivel mundial por IBM (Global CEO Study 2006) 2 , la mayoría de los directivos de empresas se están dando cuenta de que pueden acceder de nuevas maneras a los recursos y capacidades que necesitan para diferenciarse de la competencia, incluso pasando por poner en duda modelos negocio ya consagrados.
Áreas prioritarias de innovación (porcentaje de respuestas)
Fuente: IBM Global CEO Study 2006
(^2) Con el objeto de estudiar en profundidad el papel de la innovación en el éxito de las empresas, IBM elaboró el informe Global CEO Study 2006, que recoge la opinión de 765 consejeros delegados y máximos responsables del sector público en todo el mundo, y que es continuación de una primera encuesta publicada también por IBM en2004. Los directivos entrevistados trabajan para organizaciones pertenecientes a veinte sectores y once regiones geográficas distintas -267 Europa, 191 Américas, 307 Asia/Pacífico- en mercados maduros y también en importantes mercados emergentes, como China, India y países de Europa del Este y Latinoamérica.
Las empresas buscan cada vez más la especialización como camino de supervivencia, y para lograrla de una manera eficiente se ven obligadas a innovar en sus modelos de negocio, lo cual pasa por realizar importantes cambios en su organización y por establecer alianzas estratégicas, pudiendo ser éstas últimas incluso con sus competidores.
2.5.2. Innovaciones en función del vehículo empleado para obtener la innovación
No cabe duda de que, cualquiera que sea el tipo de innovación conforme a la clasificación anterior, la tecnología actúa en gran número de ocasiones como el vehículo inductor de la innovación. Ahora bien, la importancia del papel jugado por la tecnología no le confiere la exclusividad de ser el único vehículo capaz de dar lugar a innovaciones. Así hemos de distinguir entre innovaciones tecnológicas e innovaciones no tecnológicas^3. Las primeras se refieren a aquellas en las que el cambio en la empresa viene producido por la utilización de una tecnología. Este tipo de innovación se ha relacionado habitualmente con los cambios aplicados en los medios de producción. Hablaremos de innovaciones no tecnológicas cuando el cambio venga promovido por un vehículo no tecnológico, como pueda ser un cambio organizativo, nuevos sistemas de distribución o de comercialización. Ambos tipos de innovaciones se encuentran directamente relacionados, hasta el punto de que la adopción de nuevas tecnologías en la empresa ha de ir acompañado casi necesariamente por una adaptación de las estructuras organizativas y el rediseño de procesos de negocio. Esto es, la innovación tecnológica no viene sola sino que trae consigo también innovaciones no tecnológicas. Estas últimas se configuran, por tanto, como una alternativa y/o complemento de las primeras.
En el lenguaje habitual, quizás por un abuso del mismo, se ha venido asimilando la innovación al concepto de innovación tecnológica, aunque como hemos visto, se
(^3) Las innovaciones no tecnológicas son denominadas por algunos autores como innovaciones administrativas o innovaciones organizativas. Incluso no es extraño encontrar literatura que considera innovación tecnológica aquellareferida a productos o procesos. Ahora bien, puesto que la tecnología puede dar lugar a innovaciones de cualquiera de los tipos establecidos en la clasificación referente al objeto de la innovación, y además, para que se den cualquiera de dichas innovaciones no es condición imprescindible la componente tecnológica, hablaremos en estecontexto únicamente de innovación tecnológica e innovación no tecnológica. De esta forma se evitarán confusiones semánticas derivadas del hecho de no existir un convenio único.