






Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Prepara tus exámenes con los documentos que comparten otros estudiantes como tú en Docsity
Los mejores documentos en venta realizados por estudiantes que han terminado sus estudios
Estudia con lecciones y exámenes resueltos basados en los programas académicos de las mejores universidades
Responde a preguntas de exámenes reales y pon a prueba tu preparación
Consigue puntos base para descargar
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Comunidad
Pide ayuda a la comunidad y resuelve tus dudas de estudio
Descubre las mejores universidades de tu país según los usuarios de Docsity
Ebooks gratuitos
Descarga nuestras guías gratuitas sobre técnicas de estudio, métodos para controlar la ansiedad y consejos para la tesis preparadas por los tutores de Docsity
Diapositivas con breve explicacion
Tipo: Diapositivas
1 / 10
Esta página no es visible en la vista previa
¡No te pierdas las partes importantes!
(^) Por el contrario, en la concepción cristiana se da un cambio de sentido en el movimiento del amor, es decir, una inversión del movimiento amoroso. El amor parte de lo superior y se dirige hacia lo inferior no con el temor de ser contaminado sino con la convicción de alcanzar lo más alto en ese acto de humildad y humillación de rebajarse a sí mismo. De ahí que la primera iniciativa en el amor parta de Dios. (^) El amor es sobrepuesto a la esfera racional, según San Agustín, para quien el amor a Dios nos hace más bienaventurados que toda razón. El amor es considerado por San Agustín la dimensión más fundamental del espíritu humano, responsable de su movimiento tendencial: (^) «El peso mío es mi amor; por el peso de mi amor soy llevado adondequiera que voy» [Confesiones: XIII, 9].
(^) La clave de la vida moral del hombre no es tanto si ha de amar cuanto qué es lo que debe amar. Un amor equivocado puede llevarle a la más irremisible de las desgracias haciendo de la felicidad una meta inalcanzable por sí misma. Por esa razón advierte el santo de Hipona que se debe tener especial cuidado al escoger el amor: (^) Amad, pero pensad qué cosa améis. El amor de Dios y el amor del prójimo se llama caridad; el amor del mundo y el amor de este siglo se denomina concupiscencia. Refrénese la concupiscencia; excítese la caridad [Enarraciones sobre los salmos: 31, II, 5].
(^) Por consiguiente, se puede afirmar que de la distinción agustiniana entre caritas y cupiditas resulta claramente una jerarquización fundamental. Los amores deben situarse en un correcto orden u ordo amoris: en la cúspide de la pirámide se halla el amor a Dios y, por debajo del mismo, sucesivamente, el amor al prójimo, el amor a uno mismo y, por último, el amor al cuerpo. (^) San Agustín no niega absolutamente su valor a los bienes temporales, pero los sitúa en su orden correcto: el cuerpo debe someterse al alma y el alma a Dios. En el mandamiento de amor a Dios y al prójimo se incluye todos los géneros de bienes y su cumplimiento coincide con el ordo amoris que lleva a una vida buena, justa y feliz.
(^) CONCLUSIONES