

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity
Prepara tus exámenes con los documentos que comparten otros estudiantes como tú en Docsity
Los mejores documentos en venta realizados por estudiantes que han terminado sus estudios
Estudia con lecciones y exámenes resueltos basados en los programas académicos de las mejores universidades
Responde a preguntas de exámenes reales y pon a prueba tu preparación
Consigue puntos base para descargar
Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium
Comunidad
Pide ayuda a la comunidad y resuelve tus dudas de estudio
Descubre las mejores universidades de tu país según los usuarios de Docsity
Ebooks gratuitos
Descarga nuestras guías gratuitas sobre técnicas de estudio, métodos para controlar la ansiedad y consejos para la tesis preparadas por los tutores de Docsity
El utilitarismo es una doctrina filosófica que sitúa a la utilidad como principio de la moral. Es un sistema ético teleológico que determina la concepción moral en base al resultado final.
Tipo: Resúmenes
1 / 3
Esta página no es visible en la vista previa
¡No te pierdas las partes importantes!
El utilitarismo es una doctrina filosófica que sitúa a la utilidad como principio de la moral. Es un sistema ético teleológico que determina la concepción moral en base al resultado final. Una de las éticas filosóficas más importantes del siglo XIX fue el utilitarismo que, podemos dejar patente, tiene entre sus principios fundamentales lo que se conoce como bienestar social. Todo ello sin olvidar tampoco otra de sus máximas u objetivos más relevantes como sería el caso del fomento del conjunto de las libertades. Los resultados, por lo tanto, son la base al utilitarismo. Jeremy Bentham (1748–1832) fue uno de los pioneros en el desarrollo de esta filosofía, al plantear su sistema ético en torno a la noción de placer y lejos del dolor físico. El utilitarismo de Bentham aparece relacionado con el hedonismo, ya que considera que las acciones morales son aquellas que maximizan el placer y minimizan el dolor. Es interesante tener en cuenta que la ruptura que Bentham estableció respecto al clasicismo de las sociedades anteriores la expresó perfectamente en obras tales como la titulada “Introducción a los principios de la moral y de la legislación”. En este tipo y en otros de corte similar dejaba patente que lo bueno será todo aquello que dé placer a un mayor número de personas sin que en ningún caso se tenga en consideración lo que es el estatus social de ellas. Una afirmación que asentó además con la creación y desarrollo de lo que dio en llamar cálculo de placeres, una serie de reglas que le servían para tener claro, en base a esos criterios, qué era bueno y qué era malo. John Stuart Mill (1806–1873) avanzó con el desarrollo de esta filosofía, aunque apartándose del hedonismo. Para Mill, el placer o felicidad general debe calcularse a partir del mayor bien para el mayor número de personas, aunque reconoce que ciertos placeres tienen una “calidad superior” a otros. Entre las aportaciones que realizó Mill al utilitarismo destaca el hecho de que consideraba que la sociedad para poder tener calidad moral debía estar instruida e informada. Es importante tener en cuenta que el utilitarismo supuso un quiebre en la forma de pensar. Mientras que la moral religiosa se basaba en reglas y en revelaciones divinas, el utilitarismo antepuso los resultados. De esta forma, la razón reemplazó a la fe en la determinación de la moral. El utilitarismo siempre sobresalió por su relativa sencillez. Para pensar si una acción es moral, no hace falta más que estimar sus consecuencias positivas y las negativas. Cuando lo bueno supera a lo malo, puede considerarse que se trata de una acción moral. Más allá del sistema filosófico, la noción de utilitarismo tiene un sentido crítico para nombrar a la actitud que valorar la utilidad de forma exagerada y que antepone su consecución a cualquier otra cosa.
El utilitarismo es la teoría ética que afirma que la corrección moral de una acción se justifica y fundamenta sólo en su mayor utilidad, es decir en la mayor cantidad de bien que produce. Queda entendido que la utilidad de un acto es su capacidad de producir bien. Un acto, por tanto, se juzga moralmente sólo por su resultado y consecuencias teniendo en cuenta la cantidad total de bien producido. El bien producido por una acción es el balance de todas sus buenas y malas consecuencias, a corto y largo plazo, sobre todos los afectados. Por consiguiente, una acción es correcta moralmente porque produce más bien (o evita más mal) al mayor número de personas que cualquier otra acción alternativa. Los utilitaristas clásicos son Jeremy Bentham (1748-1873) y Henry Sidgwick (1838-1900). John Stuart Mill Según el utilitarismo, una acción es moralmente correcta u obligatoria si y sólo si produce mayor cantidad de felicidad que cualquier otra acción alternativa posible. Así, es moralmente correcto u obligatorio cumplir las promesas, no humillar a las personas o no infligir sufrimiento a inocentes, porque estas acciones producen mayor cantidad de felicidad que las respectivas alternativas de incumplir las promesas, humillar o infligir sufrimiento. En general, se supone que actuar de acuerdo con las normas generalmente aceptadas maximiza la felicidad. ¿Qué sucede, sin embargo, si el cumplimiento de una promesa claramente no maximiza la felicidad, sino que, al contrario, la felicidad se maximiza con su incumplimiento? En este punto, el utilitarismo no es unánime. Según el utilitarismo del acto, aunque en general las normas morales socialmente aceptadas maximizan la felicidad, si en algún caso no es así, quizás, habrá que transgredirlas, porque el fundamento de la corrección moral es la mayor cantidad de bien que es consecuencia de cada acción concreta. En cambio, para el utilitarismo de la regla, aunque en algún caso concreto el cumplimiento de una norma moral no maximiza la felicidad, hay que cumplirla, porque le fundamento de la corrección moral de una acción es la mayor cantidad de bien que es consecuencia de un tipo de acción. Hay tipos de acciones, como las promesas, que maximizan la felicidad, no importando si alguna promesa concreta no la maximiza; menos felicidad se produciría si las promesas no se cumplieran. Así pues, según el utilitarismo de la regla, las mejores consecuencias se obtienen de la aceptación o el cumplimiento de ciertas reglas morales. Sin embargo, los distintos tipos de utilitarismo parece que favorecerían la modificación o eliminación de normas morales, o de leyes e instituciones políticas, si hubiese la evidencia que no maximizan la felicidad humana. Como vemos hay varias versiones del utilitarismo pero podemos decir que hay unos elementos comunes. En primer lugar, el utilitarismo da prioridad al bien y lo identifica con el placer (y la ausencia de dolor), con la felicidad o con la satisfacción de las preferencias y deseos. En algunas versiones del utilitarismo, el bien se identifica con más de una cosa, como, por ejemplo, la felicidad y la igualdad. En segundo lugar, el utilitarismo es universalista, ya que da prioridad no solo al bien, sino al bien universal. No distingue entre el bien de unos y el de otros, sino que el bien- supuestamente, la felicidad- de cada persona cuenta por igual; adopta, por tanto, un punto de vista imparcial al no considerar, por ejemplo, que la felicidad del agente sea más importante.