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Tipo: Apuntes
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pteitsen 1859 significó el fin de la acep- taCi6n automática de la naturaleza de .". moralidad humana dada por Dios. Los fil6sofos antes de ese tiempo se hablan cuestionado acerca de la fuente
civo era encontrar cómo se podían de- [mninar las mejores o más correctas normas éticas. En este ensayo no me concentraré en esa cuestión. Yo no rra- m/ de establecet la norma de lo que "bueno y de lo que es malo, de lo que ,,/rico. Tomo pOt hecho que nuestra cultura así como cualquier individuo que pertenece a ella tiene una idea defi-
bueno y malo. En lugar de eso, intenta-
desde sus ancestros primates, y comen-
Una conducta es altruista cuando beneficia a Otro organismo. no ctrcanarn.ente relacionado. a pesar de que actúa en detrimento del organis- OJo que lleva a cabo esa conducra. Ge- neralmente se acepta que la presencia
truista, distingue a los seres humanos
ci6n que patece tan drástica y discontinua, a menudo fue usada en la
!omado con permiso de: Erost Mayhr The Origins of Human Ethics", en Toward a new Philosophy far 8iol09Y. Harvard University Press, 1988. Traducido por Juan Pedro Ladette.
Primera d d dtl tnsa e. os entregas; la segunda parte dIs las yo Incluy~ el tema: ¿son adecua- normas étIcas Occidentales?
argumentación temprana en contra del darwinismo como evidencia de un ori- gen especial de la humanidad. Darwin se dio cuenta cabal de la diferencia en-
cio de esos escritores que mantienen
tido moral o conciencia es, con mucho,
ello, como veremos mas adelante, él pre- sentÓ una teorla totalmente elaborada de cómo esto pudo habet evolucionado gradualmente. En los úlrimos cincuenta años se ha reconocido que una forma particular de altruismo está muy disrribuida en los animales, primariamente en las es- pecies en que los padtes cuidan a las crías o en las que forman grupos socia- les que consisten sobte todo de f.unilias extendidas. Ahí uno encuentra defensas altruisras de la progenie pOt la madre y en algunos casos por el padte, una disposición a defendet o alertar a los familiares cercanos, así como a compartir comida y otras clases de conducta que, es evidente, benefician al teceptor, pero que son dafiinas, al menos en potencia, para el actor. Como ha sido apuntado por Haldane, Hamilton y por numerosos sociobió- logos, tal conducta puede set favoreci- da por la selección natural puesto ~ue aumenta la adaptación del genotipo altruista. En tanto que la conducta te-
del altruista, si se examina críticamente, es una conducta egoísta mas que al-
literalmente contiene cientos de ejem- plos de conductas en apariencia
altruistas que en realidad esllln di.rígi.
El altruismo adaptativo incluyente es uno de los principales marcos con""p- ruales de la lireratura evolutiva aaual. Algunos autores piensan que toda la érica huunana es, deralles más Odeta- lles menos, alttuismo adaptativo inclu- yente. Otros autores piensan que cuando la genuina ética humana se de- sarrolló, remplazó al altruismo adaptativo incluyente. Mi propia po- sición es intermedia en algún punto. Yo distingo muchos remanenles del alttuismo adaptativo incluyente en la
la diferente actitud moral que
exreanjeros comparada con las de nuestro propio grupo. Las norm...
mento son características de esa hcrr.n-
adaprarivo incluyente es todo lo que hay en la ética humana.
balmente consciente de la exi tencia de la adaptación incluyente. Hablando de la presencia de un hombre con f.acul- tacles superiores en una tribu humana,
fios que heredaran su superioridad mental, las oportunidades de que na- cieran miembros rodavía más ingenio-
rribu pequefia, decididame.~te mejo~ Aún si ellos no dejaban hiJOS, la tnbu trararía de incluir su relación de san· gre" (1871:161), a quiene, como Darwin explica, tienen una dote genética similar. La ",I=ión del al-
UNIVERSIDAD DE M!XICO • Ab<a 200'/ 77
SENDEROS
rruismo adaprativo incluyente ocurrió. de manera narucaL no s610 en los hombres primitivos sino en codos los
milias extendidas son el núcleo de los gtUpos sociales. La notable habilidad de los animales sociales para reconocer
vez por Darwin: "Los instintos socia- les nunca se extienden a rodos los in- dividuos de la misma especie" (1871:85). Que tan bien desarrollado
animales ha sido muy bien documentado de forma experimental en años recientes por Par Bareson y su grupo en la Universidad de Cambridge. Los animales solitarios no tienen oportunidad de adquirir este comportamiento. Ellos no tienen una conducta que la selección natural pueda convertir en altruismo. En contraste, las tendencias altruistas de los organismos que viven en grupos
desarrollo de la moralidad humana.
Como veremos. la ética humana genuina surgió del altruismo adaptativo incluyente en nuestros ancestros primates. Aunque no es posible estable- cer en cada caso una línea de demarca- ción enrre la verdadera érica y el altruismo adaptativo incluyente. en ge- neral se puede afirmar que la conducta ética se basa en el pensamiento cons- ciente que conduce a realizar decciones deliberadas. La conducta altruista de una madre ave no está basada en la elección; es instintiva, no ética. Simpson caracterizó la situación muy bien: "El concepto de ética carece de significado a menos que existan las si- guientes condiciones:
a) Hay modos alternativos de acción. b) El ser humano es capaz de juzgar las alternativas en términos éticos. c) El ser humano es libre de escoger lo que juzgue éticamente bueno."
78 Abril 2002· UNIVERSIDAD DE MÉXICO
Por ello, claramente depende de la capacidad humana prever los resulta- dos de sus acciones e incluye la acepta- ción de la responsabilidad individual por sus resultados. Esta es la base para el origen y la función del sentido ético. Ayala (1987) expresó más o menos el mismo pensamiento cuando dijo que los humanos exhiben conducta ética porque su constitución biológica de-
termina la presencia en ellos de tres condiciones necesarias y suficientes: (1) la capacidad de anticipar las conse- cuencias de sus propias acciones; (2) la capacidad de hacer juicios de va- lor, y (3) la capacidad de escoger entre rutas alternativas de acción. La capacidad para la conducta ética, está pues, cercanamente correlacionada con la evolución de Otras capacidades
un animal. que actúa por instinto, y un ser humano, que tiene la capacidad de elegir, es la línea de demarcación de la ética. Yo acepto totalmente que una
bar o no a alguien, o de disparar una bala a su cabeza. Puesto que una persona es. capaz de predecit la consecuencia de sus actos, es en absoluto responsable de la evaluación ética de ese resultado. Los humanos tie- nen la capacidad de hacer tales juicios por su poder de razonamiento producto de la evolución del cerebro humano. El cambio de un alttuismo instintivo basado en la adaptación in- cluyente a una ética basada en la toma de decisiones fue quizá el paso más importante en la humanización. Na-
coincidió con varios cambios evoluuvos
prolongación del petiodo de infancia y juventud, o como el cuidado paternal, lo que hace imposible determinar en esos eventos correlacionados cuál fuela causa y el efecto. Otros factores asocia-
de homínidos más allá de la familia ex- tendida y el desarrollo de las ttadicio- nes tribales y de la cultura.
la ética descansa sobre la firme convic- ción de que una persona es capaz, has- ta cieno punto, de controlar sus ae(O~
bre albedrío. Y muy apropiadamente el problema del libre albedrío h~ ocu- pado un gran espacio en el análiSIS que los filósofos han hecho de la ética. Este no es e11 ugar para defender la exiSlen- cia del libre albedrío; todo lo que yo ., no quiero decir es que su aceptaelon. niega la causalidad. En rettospectlva cada acción puede ser explicada poesus
modo, una causalidad a postenofl. yo tengo la opción dIe e eglf entr ·^ euna u otra, enrre dos respuestas en una situación ética, no importa euaJ haya escogido, ésta siempre resultará en una secuencia estrictamente causaJ. Uno de los más importantes proble.
el crecimiento de los grupOSd.de
SENDEROS
especial porque, en contraste con la se- lección individual, la selección del gru- po cultural puede recompensar el altruismo y algunas Otras virtudes que fortalezcan al grupo, aun a expensas de los individuos. Como la historia mues- era en repetidas ocasiones. esas conduc- [as serán preservadas y esas normas tendrán una larga sobrevivencia para
de un grupo cultural como entidad. La capacidad de aplicar normas de manera apropiada está íntimamente asociada con el desarrollo de la capacidad de razonamiento del cerebro humano. La evolución correlacionada de un cerebro más grande y un grupo social mayor posibilitó dos aspectos de la conducta ética: (1) una recompensa selectiva para ciertos rasgos que bene- fician al grupo, y (2) la conducta ética por elección deliberada, en lugar de la mera adaptación incluyente instintiva. Sin embargo, estas conclusiones to- davía dejan dos preguntas centrales sin resolver:
l. ¿Cómo desarrolla un grupo cul- tural una serie de normas éticas?
¿Cómo adquiere el grupo cultural una serie de normas éticas? Esta pregunta ha sido debatida por los filósofos desde Aristóteles, Espinoza. Kant, hasta los tiempos mo-
mente adoptadas son que las normas
producto de la razón humana. Peto si la razón fue el factor causal, uno debe preguntar de quién era la razón y so- bre qué criterios. No discutiré aquí las calificaciones de las respuestas a esas preguntas. Después de la adopción de la teoría de la evolución, se hicieron numerosos intemos para derivar normas morales a panir de ella. Por ejemplo, se ha
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sugerido que lo "bueno" o lo "superior" es aquello que tiende a elevar al ser humano por encima de los animales. Pero no hay evidencia de que tal acercamienro racional fue alguna vez utilizado conscientemente con el ob- jeto de desarrollar un sistema ético. De hecho, la eugenesia fue concebida por sus fundadores como una manera de lograr una mayor perfección en los
este noble objetivo original en algún momento llevó hasta algunos de los crí- menes más abominables que la huma- nidad haya visto. Para Darwin la medida ética consis- tía en la telación del individuo con su sociedad. Consideraba moral aquello que se expresaba como obediencia a los
Esta solución resuelve lateralmente la cuestión puesto que sólo lleva a la si- guiente pregunta: ¿dónde se originaron los instintos sociales? Bertrand Russell promovió un principio similar. considerando como objetivamente co- necto ... "(lo que) mejor sirve al interés del grupo". Una compatación de las normas éticas a través del mundo mues- tra que los grupos más exitosos fueron aquellos en los cuales el interés indivi- dual fue subordinado, al menos hasta
dad. Pero la aseveración de Russelllleva a una respuesta más satisfactoria que la de Darwin, puesto que se refiere al éxito relativo de los diferentes grupos culturales humanos. Algunos tenían normas que aumelllaban la ptobabili-
dad de éxito (la longevidad) del gru. po; mIentras que ros Otros tenían nor. mas morales que los llevaban a Una rápida extinción.
de valores en particular llevaría a 1, prosperidad y al crecimiellto num/ri. co de un grupo, el cual podría, a su vez conducir a una guerra genocida COntra sus vecinos. donde el grupo victorioso se apoderaría del terrilOtio del grupo derrotado. Cualquier tendencia, dividir el grupo lo debilitaría y a su debido tiempo lo llevaría a su extin·
tribu o grupo social sería modificado
to y fracaso, así como por la ocasional
deres. El altruismo intragrupal y cual· quier Olra conducta que fortalezca al grupo sería preservado por la selección a lo largo del tiempo. Por lo tanto,las normas morales que dependen de quien en un grupo decide si un acto en panicular es correcto o equivocado no son el resultado de la evolución biológica sino de la evolución cultural. Cuando preguntamos si las normas morales son un producto de la razón o sólo resultan azarosamente de la sobrevivencia entre grupos competido- res, a partir de aquellos que tienen una ética más constructiva, encontramos respuesras divetsas. La enorme variedad en las normas morales de las tribus humanas primitivas indicaría que muchas de las diferencias se deben simplemente al azar. Pero cuando como
losofías, incluyendo las de Chilla e India, descubrimos códigos éticos que son notablemente similares, a pesar de que sus historias son independientes en lo fundamental. Esto sugiere qu^.^ e^ los filósofos los profetas o los responsables de hace: leyes deben haber estudiado con cuidado a sus sociedades y, usan~ do su capacidad de razonar sobre la base de esas observacIOnes,.^ d b e^ en haber^ de· cidido cuáles reglas eran benéficas Y
cuáles no. Las normas anunciadas por Moisés O por Jesús en el Sermón de la Montaña seguramente fueron en lo fundamenral producto de la razón. Una vez adoptadas, esas normas se vuelven parte de la tradición culrural y son he- redadas culrutalmente de generación en gtneración.
¿Cómo adquiere el individuo unas normas morales?
controvertida durante generaciones y varía entre dos extremos. Algunos lOCiobiólogos. Alexander (1987) y Ruse (1986) creen que aun en el hombre hay poco de altruismo genuino, pues rodo
adaprativo incluyente. que a final de
supuesro altruista. Ellos también creen que tales conductas son principalmen- te innatas, esto es, que tienen bases genétioas. Los psicólogos que han estudiado los rasgos éticos, por otro lado. dudan que tengan alguna base en
haber más evidencia de la heredabilidad
buenas. Darwin citó la presencia de la cleptomanía en miembros de familias acaudaladas a través de varias generaciones como evidencia de la heredabilidad estricta. Con cierta fre- cuencia se infiere una predisposición genética también en el caso de los psicópatas. Pero como Danvin acerta-
SOn transmitidas. es probable que las buenas t (^) am b'. len (^) se transmitan. " (1811:102). Yo no creo que se haya demostrado Jue genes específicos controlan rasgos he carácter con alto valor ético. Las que
~dades. La predisposición genética CIa una alta calidad ética es dificil de ptobar
'Oundan. tes 10. d' ICélciones de diferencias Innaras d. e personalidad que afecran la
conducta ética. Esto no niega que las tendencias de conductas que son cla- ramente egoístas sean preponderantes
tra capacidad conducrual; la conducta egoísta fue favorecida fuertemente por la selección natural desde los días
de la ética humana es de importancia menor, en rérminos generales. Con mucho la mayor parte de los valores morales de un ser humano son adqui- ridos individualmente a través de interacciones con otros miembros de su grupo culrural. Hay evidencia abru- madora para la no-heredabilidad de la bondad ética humana. La evidencia en esta dirección es muy diversa. pero haré mención de algunas:
en la guerta. por ejemplo, el bom- bardeo desinhibido sobre la población civil.
Tales observaciones han llevado a puntos de vista opuestos e igualmente extremos. unos suponen que al nacer somos, por así decirlo. una tabula rasa,
ta es aprendido. Muchos conductlst~ y sus seguidores han adoptad~ esta VI- sión. Ellos niegan la exIStenCia de un componente innato y creen que toda conducta moral es resultado del raro- namiento, basado en respuestas con- dicionadas.
Ambas concepeiones. en su unilate- ralidad. son comradichas por mucha
bos enfoques es que se aproximan a la cuestión con una visión tipológica. Se tiende a prestar poca arención a dos aspectos particulares. Primero, como se ha establecido ames. est~ la gran varia. ción individual en propensiones morales. Hay algunos individuos que desde su infancia muestran conduetas ofensivas, crueles. en absoluto egoLltas. profundamente deshonestas, entre otras. Hay orros que parecen peque· ños ángeles desde el principio -cálidos. desprendidos. siempre confiables y eo- opetadores. honestos hasta la midula. Estudios modernos de adopción de gemelos documentan que existe un componente genético considerable en esas diferentes tendencias. Segundo. y mucho más importante.
cusiones modernas hacia la diferencia entre establecer que unas normas mo· rales definidas son innatas y afirmar
tar una conducta ética es innara. Si un individuo tiene tal capacidad. es capaz de adoptar una segunda serie de nor- mas éticas que complememen y que remplacen en parte las normas hereda- das biológicamente basadas en adap. tación incluyente. Esta capacidad permite que el individuo adopte las normas heredadas culruralmeme por la
importancia de las normas cuhurales es que contrarrestan las tendencias egoístas básicas del individuo y le so- breponen un altruismo que beneficia al grupo como un todo; en úhima ins- tancia. el bienestar del individuo estl
estar del grupo. Los valores transmitidos eultural· mente se caracterizan por su considc· rabIe plasticidad. Esto. eSli comprobado no sólo por las dlfe~n cias entre las normas morales de d,k- rentes grupos humanos que en
UNIVERSIDAD DE M(XICO • Abr" 1001 11