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El hombre unidimensional, resúmen, Apuntes de Sociología Urbana

Indágine de Marcuse sobre los rezagos de sometimiento en la Sociedad industrial avanzada

Tipo: Apuntes

2018/2019
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INTRODUCCIÓN
El hombre unidimensional, publicado en 1964, es uno de los textos filosóficos
más prominentes de la última centuria en Occidente. El pensamiento marcusiano fue
semilla de movimientos sociales, estudiantiles y cívicos que todavía siguen vigentes.
Calificado por sus contemporáneos como “el padre de la nueva izquierda”, es el autor
de una obra calificada como “subversiva” hasta por los miembros más sectarios de la
izquierda organizada de los 60´s. Está situado en la Teoría Crítica, que hizo una
relectura del marxismo y se erigió a misma como el fundamento de un
compromiso político y dialéctico, que pretendía la real liberación de las estructuras de
la modernidad1. Esta corriente filosófica, universalmente conocida como la Escuela
de Frankfurt, tuvo entre sus miembros a Theodor Adorno, Erich Fromm, Max
Horkheimer, Walter Benjamín, Jurgen Habermas, entre otros.
En El hombre unidimensional, Marcuse asumió como suya la Horkheimeriana
"Teoría crítica de la sociedad" y realizó un análisis cuya meta fue la recuperación
marxista de la dialéctica hegeliana, para plantear correctamente la conexión entre
"teoría" y "praxis". Rechazó la histórica polarización de ambas categorías, debido a
que condenó la subjetividad como lente epistemológico válido. Rescató la
experiencia como componente esencial de la actividad académica, y reclamó la
1 . En las raíces epistemológicas de la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt, está presente una gran
desconfianza hacia la excesiva sicologización del mundo, que a largo plazo ha influenciado lo que Marx
denominó la alienación. Al imponer unos arquetipos conductuales de lo “correcto” y lo “incorrecto”, de lo
ajustado o no a la sociedad, se propende por la esclavitud mental, que hace nula la posibilidad de liberación de
lo humano de los medios de producción.
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INTRODUCCIÓN

El hombre unidimensional , publicado en 1964, es uno de los textos filosóficos más prominentes de la última centuria en Occidente. El pensamiento marcusiano fue semilla de movimientos sociales, estudiantiles y cívicos que todavía siguen vigentes. Calificado por sus contemporáneos como “el padre de la nueva izquierda”, es el autor de una obra calificada como “subversiva” hasta por los miembros más sectarios de la izquierda organizada de los 60´s. Está situado en la Teoría Crítica, que hizo una relectura del marxismo y se erigió a sí misma como el fundamento de un compromiso político y dialéctico, que pretendía la real liberación de las estructuras de la modernidad^1. Esta corriente filosófica, universalmente conocida como la Escuela de Frankfurt, tuvo entre sus miembros a Theodor Adorno, Erich Fromm, Max Horkheimer, Walter Benjamín, Jurgen Habermas, entre otros. En El hombre unidimensional , Marcuse asumió como suya la Horkheimeriana "Teoría crítica de la sociedad" y realizó un análisis cuya meta fue la recuperación marxista de la dialéctica hegeliana, para plantear correctamente la conexión entre "teoría" y "praxis". Rechazó la histórica polarización de ambas categorías, debido a que condenó la subjetividad como lente epistemológico válido. Rescató la experiencia como componente esencial de la actividad académica, y reclamó la (^1). En las raíces epistemológicas de la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt, está presente una gran desconfianza hacia la excesiva sicologización del mundo, que a largo plazo ha influenciado lo que Marx denominó la alienación. Al imponer unos arquetipos conductuales de lo “correcto” y lo “incorrecto”, de lo ajustado o no a la sociedad, se propende por la esclavitud mental, que hace nula la posibilidad de liberación de lo humano de los medios de producción.

desacralización del conocimiento axiomático para aterrizarlo al caso concreto. Por lo tanto, Marcuse se salta la visión dualista – capitalismo/socialismo- que hasta el momento había permeado, estudiando concienzudamente los hilos neo-esclavizadores de las estructuras capitalistas. La influencia recibida de la teoría crítica de Horkheimer, marcó en definitiva la posición marcusiana sobre lo que debería ser la conducta plausible del hombre ante la sociedad alienante. Marcuse indaga por los rezagos de sometimiento en la “sociedad industrial avanzada”. El filósofo, mira con escepticismo ese “aparente” halo de felicidad humana, que parece circundarlo todo e indaga sospechosamente en el trasfondo de la “paz” y “prosperidad” que hace ver remotos los tiempos bárbaros. A través de un planteamiento consistente, Marcuse hace una relación entre avances técnicos, tecnológicos e industriales y las causas de la felicidad humana, indagándose acerca de la verdadera naturaleza de las democracias – antagonistas históricas y “obvias” de los absolutismos monárquicos-. Se pregunta si acaso no se esconde un totalitarismo disfrazado e imperceptible, pero no menos dañino y efectivo que sus “homólogos”. En la obra antes mencionada, Marcuse se refiere a las “Nuevas formas de control” de la civilización industrial avanzada, y describe minuciosamente de qué modo el progreso industrial va de la mano con una neo-dominación, que repercute en la homogenización de las conciencias individuales y en su exitoso encuadramiento en las grandes estructuras socio-políticas. De tal manera, que por ninguna razón el individuo entre en contradicción con los direccionamientos del establecimiento.

Finalmente, en el tercer capítulo, tomando como base la noción de behaviorismo o conductismo, que fue una expresión pragmática de la psicología que surge como reacción al psicoanálisis freudiano o mentalista, daremos cuenta de cómo Marcuse, criticó ácidamente esa reducción de la psicología a lo meramente material. Lo que redujo el hombre- reflejos y causas-efectos desconociendo su dimensión inconsciente y libre. Ha sido amplio, el discurrir académico que ha tratado el manejo freudiano que Marcuse le dio a sus posturas filosóficas y como pudo de manera magistral, unir la plusvalía marxiana y el concepto pulsional de Freud, para mostrar la represión de las necesidades fundamentales del hombre con los progresos tecnológicos e industriales, y la sustitución de la consumación de la libido – máxima expresión vitalista- con las necesidades falsas creadas por los medios de comunicación. Además, en este capítulo, analizaremos los puntos principales dentro de la razón instrumental que se deben derrotar en el discurso y en la práctica. Tal como dice Marcuse, el hecho de que haya una totalización del discurso alienante, significa que esta actitud es la aceptación irrestricta. Hay que concientizarse – así sea con lo poco de conciencia que deja el sistema- de cuáles son los aspectos que guían “la racionalidad de la irracionalidad ” para trabajar eficazmente en su superación. De este modo, veremos que la alienación producida por las nuevas formas de control que ha traído la industrialización, ha sido un tema recurrente en diversas indagaciones académicas, así como las múltiples lecturas que se han hecho de ella continúan siendo tópico ineludible dentro de la academi

1. EL CONDUCTISMO

La palabra behaviorismo es de origen anglosajón: “behavior" que significa comportamiento. El behaviorismo es una teoría psicológica moderna, originada en los Estados Unidos y luego relativamente difundida en Europa y en el resto del mundo. Postula el estudio rigurosamente empírico del hombre, mediante la observación directa de su comportamiento, entendido a través de las ideas de Skinner (1)- como "una característica primaria de las cosas vivas" que actúa como "variable dependiente" respecto de las "condiciones externas, de las cuales el comportamiento es una función". Para Skinner, estas "relaciones causa-efecto en el comportamiento son las leyes de una ciencia...expresadas en términos cuantitativos" (Arnoletto, 2007, pág. 72). La máxima aspiración del behaviorismo es equiparar a las ciencias del espíritu con las ciencias de la naturaleza, en las que el sujeto y el objeto de la investigación no se confunden entre el conductismo. Según su fundador John Watson, es una ciencia natural que se arroga todo el campo de las adaptaciones humanas. Así, según el pensamiento de B. F. Skinner, se trata de una filosofía de la ciencia de la conducta, que define varios aspectos esenciales de su objeto de estudio. Sin embargo, este objeto es entendido de diversos modos, según el enfoque conductista del cual sea parte. Otro reconocido autor de esta corriente en su modalidad interconductual, J. R. Kantor (1963-1990), define el behaviorismo como: una renuncia a las doctrinas del alma, la mente y la consciencia, para ocuparse del estudio de los organismos en

profesionales del comportamiento, incluso por buena parte de los que no se considerarían a sí mismos "conductistas" en términos doctrinarios y académicos.

1.1 El conductismo radical de Skinner Skinner llamaba “radical” a su clase de conductismo. Este Conductismo es la filosofía de la ciencia del comportamiento, que busca entender el comportamiento como una función del medio ambiente del pasado. Pues un análisis de la función del comportamiento hace posible producir tecnologías del comportamiento. Este conductismo radical, es diferente a un conductismo menos austero. No acepta eventos privados como el pensamiento, la percepción, o emociones no observables en encuentros casuales del comportamiento de un organismo. La posición puede ser declarada de la siguiente manera: lo que se siente o se observa introspectivamente no es un mundo no físico de conciencia, mente, o vida mental para el cuerpo del observador. Esto no significa, como demostraré luego, que la introspección es una clase de investigación psicológica, tampoco significa que lo que se siente o se observa introspectivamente son las causas del comportamiento. Un organismo se comporta de la manera que lo hace, debido a su presente estructura, pero la mayoría de esto está fuera del alcance de la introspección. Por ahora, tenemos que contentarnos como insisten los metódicos que estudian el comportamiento, con la historia genética y del medio ambiente de una persona. Lo que se observa introspectivamente son ciertos productos colaterales de esas historias. De esta manera reparamos el gran daño influido por mentalistas. Cuando lo que una persona hace es atribuido a lo que está sucediendo dentro de él, la investigación es traída a un final. ¿Por qué explicar la explicación? Por dos mil quinientos años la gente se ha preocupado por los sentimientos y la vida mental,

El castigo y la extinción tienen el efecto de debilitar un comportamiento o de reducir la futura probabilidad de que un comportamiento ocurra, por la aplicación de un estímulo/evento adverso (castigo positivo o castigo por medio de estímulo contingente), el retiro de un estímulo deseado (castigo negativo o castigo por medio de retiro contingente), o la falta de estímulo de recompensa, lo cual causa que el comportamiento pare (extinción). La introspección o inspección interna es el conocimiento que el sujeto tiene de sus propios estados mentales. Asimismo, es la condición previa para conseguir la interrupción del automatismo de la indignación y hacer una nueva valoración. La introspección o percepción interna tiene como fundamento la capacidad reflexiva que la mente posee de referirse o ser consciente de forma inmediata de sus propios estados. Cuando esta capacidad reflexiva se ejerce en la forma del recuerdo sobre los estados mentales pasados, tenemos la llamada "introspección retrospectiva" ; pero la introspección puede ser un conocimiento tanto de las vivencias pasadas como de las presentes y de las que se dan conjuntamente en el presente del propio acto introspectivo. El mentalismo clásico - tanto el de la filosofía moderna como el científico- ha utilizado la introspección como el método más adecuado para acceder al mundo psíquico. El psicoanálisis es la forma de introspección retrospectiva y la psicología experimental de Wundt la introspección de las vivencias actuales. Külpe (1862-1915) discípulo y colaborador de Wundt (v:), comienza a utilizar en 1900 una modalidad de i, como sistema de investigación que deja constituida la escuela psicológica instrospeccionistas. Las experiencias psíquicas eran

estudiadas hasta entonces indirectamente, mediante el correlato fisiológico de las mismas (v. - Psicología Fisiológica). Külpe pretendía dilucidar por la i provocada o sistemática la naturaleza de los procesos psíquicos superiores (el pensamiento, la voluntad y la conciencia). Esta pretensión era muy excesiva para un método que exigía al sujeto referir lo que en él ocurría, entre la formulación de un ejercicio y la respuesta al mismo. Centrándose preferentemente en el análisis de las sensaciones y otros elementos periféricos de la vida mental, cuyos resultados fueron mediocres. Uno de sus discípulos, Michotte, reconoce que la llamada psicología introspectiva - en contraposición a las psicologías naturalista y fenomenológica- concluyó con un balance deficiente. No obstante se advierte, que esta orientación de la psicología ha resultado fructífera en la perspectiva metodológica. Con su concurso la psicología de la conciencia adquiere un método propio, la i y sin perder su cualidad de ciencia empírica deja de ser una disciplina científico-natural para incorporarse al seno de las ciencias histórico-culturales. La Escuela de Külpe estuvo representada en la psicología americana por Titchener, autor de varias obras psicológicas importantes. En Francia, A. Binet, en sus investigaciones sobre las funciones psíquicas superiores, adoptó una postura análoga a la de Külpe. Lo mismo hizo Woodworth en los Estados Unidos. Bühler, Lindworsky, Marbe, Messer, Michotte y Solz que integran la lista de discípulos directos de Külpe más caracterizados. Titchener de nacionalidad inglesa, era discípulo de Wundt. Su psicología se puede esquematizar de la siguiente manera (1922 : 20 - 21): objeto, el hombre blanco, adulto y civilizado. Método, la i existencial, hipótesis de trabajo, el paralelismo

Margaret F. Washburn, citada por Fernández, afirmaba que «la introspección es el único método de que disponemos para llegar al objeto de la psicología» (Fernández, 1991). Esta convergencia de las distintas escuelas psicológicas en la i no debe ocasionar extrañeza. El objeto primordial de la psicología es el mundo interior. Y para conocer este mundo sólo se dispone de una vía: las referencias del sujeto que vive la experiencia psíquica. De aquí que para muchos autores no sea posible construir una psicología sin i. La escuela conductista discrepa de este modo de pensar, en la medida que sólo admite el procedimiento de las ciencias exactas, la observación objetiva - método trascendido por la moderna física, al aceptar la participación del sujeto en el resultado del experimento-. Pero los conductistas olvidan algo fundamental: el objeto de la psicología es la experiencia del sujeto, y el de las ciencias fisicomatemáticas, la realidad objetiva, accesible muchas veces a la medición y la determinación exacta. La i representa para la psicología lo que la observación objetiva para las ciencias exactas: en ambos casos se trata de vías de investigación directas. La experiencia directa es la materia prima tanto para las ciencias fisicomatemáticas como para la psicología y la psicopatología. Las distintas escuelas psicológicas se sirven hoy más de la i informativa que de la llamada i científica. La información sobre las vivencias propias constituye la materia fáctica en la psicología y la psicopatología de hoy. A continuación, el investigador tratará de captar en ella los rasgos esenciales, la estructura básica y la conexión de sentido con el desarrollo de la existencia del sujeto. La i informativa, utilizada por distintas escuelas psicológicas, se inserta en el método global

correspondiente. De esta suerte, la i, deja de ser un método y se transforma en una parte sustantiva de distintos métodos: sobre todo de los métodos fenomenológico, psicoanalítico y de la psicología de la forma. Quizá sería más preciso decir que la i es la técnica que proporciona el material informativo a estos métodos diversos Para la mayor parte de los psicólogos actuales se deben estudiar los fenómenos psíquicos, no como una experiencia meramente interior, sino como una modificación de las relaciones del ser con los otros y con el mundo. La pura contemplación interna, según algunos fenomenólogos, es una ficción; debe acompañarse en cualquier caso de la observación del comportamiento o la conducta. La actividad cotidiana del psicólogo cursa por unos cauces donde se integran los datos objetivos y los subjetivos. Los inconvenientes de la técnica de la i, pueden resumirse así: las vivencias se modifican cuando en ellas se concentra la atención voluntaria y también cuando los datos captados por la i, han de comunicarse por medio del lenguaje, con lo que la misma pierde en parte su cualidad de vía directa. Titchener definió la introspección como la descripción de la experiencia consciente desmenuzada en componentes sensoriales elementales sin referentes externos (1922 : 19).

adelante, "el comportamiento de individuos y grupos que actúan políticamente". En forma congruente se produjo en el plano metodológico, el pasaje desde el uso casi exclusivo de documentos de archivos históricos, hacia el empleo de la observación, mediante técnicas psico-sociológicas como el sondeo, la encuesta o la entrevista. El concepto central del behaviorismo es desde luego, el de "conducta política". Este concepto apareció por primera vez en el título de un libro en 1928. Un factor promocional del behaviorismo fueron los nuevos problemas prácticos que tuvo que encarar la administración federal de los EE.UU, para su propia racionalización y para llevar adelante los programas de ayuda técnica y económica característicos del "new deal". Hasta antes de la mitad del siglo pasado, el enfoque predominante en la investigación en Ciencia Política era el Institucionalismo, cuyo centro de atención recaía sobre las reglas, los procedimientos y las organizaciones formales del sistema político y cuyos referentes de fundamentación estaban dados básicamente por la Filosofía, el Derecho y la Historia. Se caracterizaba, por una marcada abstracción y atención en la teoría por encima de ejercicios empíricos del estudio de la política (Burnham y colaboradores). En complemento de lo anterior, el Institucionalismo, además, centraba su atención en la reflexión del “deber ser” de la política, a partir de conceptos morales y juicios de valor, discusión normativa e información descriptiva, elementos que más tarde van a ser el detonante para el surgimiento de una nueva corriente: el Conductismo.

El Conductismo nace precisamente como movimiento de reacción ante los cortos alcances de la Ciencia política tradicional (lente sobre las instituciones) y ante la insuficiencia de los métodos usados por ella (“histórico, filosófico y descriptivo institucional” (Duhl, 1964 : 92)), para explicar fenómenos y dinámicas diferentes en el tema de lo político. Se puso en evidencia la necesidad de empezar a mirar las realidades y dinámicas de interés, haciendo uso de estrategias de contrastación con la realidad y los hechos a contrastar la teoría y la realidad, los esfuerzos llamados del Social Sciences Research Council – SCRC (a mediados de los 40’), respecto a la necesidad de “desarrollar un nuevo método para el estudio del comportamiento político, enfocado sobre el comportamiento de los individuos en situaciones políticas (…) con objeto de formular y comprobar hipótesis en relación con uniformidades de comportamiento en diferentes escenarios institucionales, la creación en 1949 de un nuevo Comité para el estudio del comportamiento político encargado de aportar en la construcción de teorías y métodos que permitan desarrollar investigación social sobre procesos políticos; el auge de los métodos para el abordaje directo de los individuos, con la intención de conocer sus preferencias, características y actitudes frente al voto” (Felizzola, 2010, pág. 3). Poco a poco, y ante la presión de ciertas coyunturas, el Conductismo fue tomando más campo en la Ciencia política. En la década del 50, la Teoría política puso en evidencia la crisis que en términos de Laslett, mostraba que “la tradición de la Teoría política estaba rota y la práctica muerta”. En respuesta a esta preocupación, por la coyuntura del Movimiento de derechos civiles, las manifestaciones en contra de la guerra de Vietnam, entre otras situaciones, se hacían más evidentes la necesidad

La política no está separada de la actividad y de la vida pública. Por el contrario, comprende todas las actividades de cooperación y de conflicto, dentro de las sociedades y entre ellas, donde la especie humana organiza el uso, protección y distribución de los recursos humanos, naturales y de otro tipo en el proceso de producción y reproducción de su vida biológica y social”. (Felizzola, 2010, pág. 3) Pero el alcance del Conductismo llegó más allá. Pues según Sartori (1984, pág. 249), la transición entre una Ciencia política precientífica y otra de orden científico, se dio precisamente en función de la revolución conductista, con la introducción de técnicas cuantitativas. Es decir, permitió dimensionar la investigación como vinculante del “trabajo de escritorio y el trabajo de campo”. Para reafirmar lo anterior, Harrison manifiesta, que “es esta aproximación la que marca la diferencia entre los estudios políticos y la Ciencia política” (2001, pág. 8). La investigación, cambió la forma de acercarse a los individuos y a la información (de la indagación histórica a la observación de los hechos-sujetos en campo) y también moldeó el lenguaje, al obligar a los conceptos a transformarse en elementos observables. El predominio del behaviorismo en la Ciencia Política norteamericana se alcanzó en la inmediata posguerra de la segunda guerra mundial. En 1945 se creó el "Comité on Political Behavior" en el seno del "Social Science Research Council". En 1 950, un behaviorista, Peter Odegard, alcanzó la presidencia de la "American Political Science Association". En la década de los sesenta, siete de los diez politólogos americanos más famosos eran declaradamente behavioristas: V.O. Key, D. Truman, R. Dahl, H. Lasswell, H. Simon, G. Almond y D. Easton. En la práctica, "behaviorismo" es un nombre genérico para una gran cantidad de enfoques bastante heterogéneos. Una expresión humorística lo compara con un

paraguas bien grande, que ofrece cobijo temporal a un grupo dispar, cuyo único punto en común es su descontento respecto de la Ciencia Política tradicional. No obstante, tienen una cantidad de rasgos y creencias similares - que la Ciencia Política puede ofrecer explicaciones y predicciones en forma semejante a las ciencias naturales (aunque más bien del tipo "biología" que del tipo "físico-química"); y ofrecer también análisis sistemáticos elaborados en base a teorías a experimentar; - que el límite del estudio científico de la política está en los fenómenos observables; - que las instituciones son "conductas sociales estancadas" y que el efecto político de las instituciones no puede analizarse por el estudio de la conducta en las instituciones;

  • que los datos deben ser cuantificados al máximo posible; - que en la opción investigación pura-investigación aplicada se debe elegir ésta última, apuntando a la solución de problemas políticos concretos y a la innovación de los programas de acción política; - que la valoración no debe ser considerada como parte de la actividad científica: no se puede demostrar científicamente la veracidad o falsedad de los valores; - que la Ciencia Política debe ser interdisciplinaria. Algunos teóricos han llevado esta posición al extremo de negar su carácter de ciencia autónoma y tienden a subsumirla en la Sociología. El behaviorismo politológico originario utilizaba un paradigma proveniente de la Psicología: S-R (estímulo-respuesta). Al combinarse el behaviorismo con la Teoría de los Sistemas, como por ejemplo ocurrió en la obra de David Easton (1965), se adoptó un paradigma más complejo: S-O-R (estímulo-organismo-respuesta) y se empezaron a tomar en consideración aspectos subjetivos tales como sentimientos, motivaciones y finalmente la cultura.