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Orientación Universidad
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Corazón de la ciudad, Monografías, Ensayos de Urbanismo

lectura de el corazón de la ciudad

Tipo: Monografías, Ensayos

2019/2020

Subido el 26/10/2020

alejandro-molina-17
alejandro-molina-17 🇨🇴

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plaza del barrio egipto al oriente de bogotÁ. dibujo de roberto londoño.
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¡Descarga Corazón de la ciudad y más Monografías, Ensayos en PDF de Urbanismo solo en Docsity!

52 plaza del barrio egipto al oriente de bogotÁ.^ dibujo de^ roberto^ londoño.

ablar del centro de Bogotá y de la importancia que este ha tenido en la historia de la ciudad y de sus habitantes es una tarea permanente. El ritmo de vida, la velocidad como las ciudades se transforman y la forma como sus ciudadanos adoptan y se apropian de los espacios, son acciones propias de nuestros tiempos. El presente artículo se introduce en una reflexión sobre la espacialidad del centro de Bogotá y cómo ésta fue interpretada por Le Corbusier, José Luis Sert y Paul Lester Wiener, un grupo de arquitec- tos de gran importancia en el siglo XX, que pasó por Bogotá hace 60 años, y que asumió el encargo realizado por la alcaldía para elaborar un plan que le permitiera a la ciudad introducirse a la modernidad. En el desarrollo del mismo plan y, en especial, en el desarrollo de la propuesta para el centro de la ciudad, se observan dos po- siciones muy diferentes. Posiciones que son de gran importancia en el desarrollo de la propuesta y que tienen relación con la manera como son asumidos el hombre y el espacio por los postulados de los arquitectos llama- dos modernos. Hoy, la historia de la existencia de este plan para Bogotá se encuentra archivada y en propiedad de muy pocos. Los que la vivieron y los que han acometido la tarea de estudiarla, conocen la importancia de incorporar estas reflexiones al conocimiento de una ciudad actual, que aún no ha encontrado una respuesta a la mayoría de sus problemas. Esta es parte de dicha historia…

El “corazón” de la ciudad

Carlos Eduardo HErnándEz

Entre el funcionalismo y el nuevo humanismo

H

que borra las casas existentes y transforma parte de este sector de la ciudad con las nuevas premisas de la arquitectura moderna. (Imagen 1) Con la aparición de los planes modernos en América comienza la labor de Sert y Wiener, arqui- tectos de los CIAM, que a la par con Le Corbusier di- funden este tipo de arquitectura en América, implan- tando formalmente las ideas del urbanismo moderno en el continente americano. Urbanismo que ya venía experimentado un desarrollo de más de 30 años y que se prepara para penetrar en Colombia –luego de reali- zar un preámbulo de varios años entre intelectuales y estudiantes, políticos y dirigentes de avanzada– como una ayuda innovadora para enfrentar los nuevos desa- fíos que plantean las ciudades colombianas. De esta manera los planes del urbanismo mo- derno inician su recorrido en la ciudad de Tumaco en 1947 con una invitación realizada a la firma Town

Planning Association, liderada por Sert y Wiener y que realizaba una labor muy importante para las ciudades de Lima y Chimbote, en Perú, y el proyecto Ciudad de Dos motores, cerca de Río de Janeiro, en Brasil. De este plan de Tumaco, que se enfoca en la recons- trucción de una ciudad del Pacífico colombiano, Sert y Wiener parten hacia Cali y Medellín para la elabo- ración de sus respectivos planes como parte de la ini- ciativa de sus alcaldes que encuentran en estas gran- des personalidades una oportunidad para validar una nueva visión de sus ciudades.

La invitación a Le Corbusier y el encuentro con Sert y Wiener en Bogotá Bogotá decide acoger las ideas modernas y apro- vecha la obligatoriedad de realizar un plan en la ciudad para iniciar conversaciones con Sert y Wiener, que ya se encuentran en Colombia, y paralelamente con el

imagen 1. Ciudadela del empleado. propuesta revista proa 1946, para el centro de la ciudad de bogotá.

gran maestro Le Corbusier, quién llega a nuestra ciudad luego de haber perdido el encargo para el diseño y construcción del edificio de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York. Es el propio presidente de la comisión para elegir el lugar de la sede de la ONU, el colombiano Eduardo Zuleta Angel, ministro y embajador, quien invita al maes- tro a conocer el país. Esta invitación es refrenda- da por sus amigos Sert y Wiener con un acuerdo entre los tres para trabajar en las diversas fases del plan para la capital colombiana. Para Le Corbusier, esta se convierte en una oportunidad para consignar, en una capital americana, las ideas sobre una ciudad legíti- mamente moderna. “El día 16 de junio de 1947 pisa por primera vez suelo bogotano, lo que hará en cinco oportunidades.” 2 Le Corbusier es recibido por el alcalde de la ciudad, Fernando Mazuera, y una “multitud de jóvenes arquitectos colombianos unidos al grito de ¡abajo la academia!”.^3

El ingreso de la ciudad a la “modernidad” Al aceptar Le Corbusier el encargo de diseñar un plan para la ciudad de Bogotá, se conforma un equipo que incluye a la firma de Sert y Wiener y se acuerda con la alcaldía la elaboración de un plan que comprende tres fases: una fase de análisis que es encar- gada a una nueva oficina llamada la Oficina del Plan Regulador manejada desde Bogotá por arquitectos de la administración; la segunda fase es el Plan Piloto, que se encarga de desarrollar las ideas fundamentales y es asumido por Le Corbusier; y, la tercera, la fase del Plan Regulador encargada a Sert y Wiener y cuyo rol fundamental es desarrollar y aplicar, a plenitud, las ideas del Plan Piloto. Lo que sigue es una serie de reuniones, visitas, correos a diferentes partes del mundo en un triángulo Bogotá, New York, París, que se asocia más con los perfumes y la ropa de moda que con la misma elaboración de un plan para Bogotá. De este triángulo en cu- yos vértices se encontraban Le Corbusier en París (con arquitectos colombianos como Germán Samper, Reinaldo Valencia y Rogelio Salmona intentando entender a Bogotá); Sert y Wiener en su oficina de New York (trabajando paralelamente en propuestas para Cali, Medellín e incluso conversaciones con Barranquilla); y Carlos Arbeláez, director de la oficina del plan de Bogotá (donde se construyen los insumos de análisis para alimen- tar a los grandes maestros); se gesta una propuesta para la ciudad que es consignada en el Informe del Plan Piloto y que es acompañada de 37 planos.

El efecto negativo de la visión desintegradora de los antiguos centros de ciudad y la proliferación de centros de todo tipo se manifestó en la pérdida de valor del centro de la ciudad, especialmente en América.

2 Bannen Lanata, Pedro. “Cinco viajes y un plan para una ciudad Latinoamericana” en Le Corbusier y Sudamérica. Viajes y Proyectos. Santiago: Departamento de publicaciones escuela de Arquitectura Pontificia Universidad Cató- lica de Chile. (1991) 73 pp. 3 Idem p1. 75 pp.

cEntRo intERnacional

dE BoGotá

cra. 7, entre calles 24 a 32 Este nombre se le dio al grupo de construcciones con estilo “internacional” entre los parques de la independencia y centenario. después del edificio Bavaria, surge la torre de Seguros tequendama, en 1972; la de Seguros fénix, en 1975; la del centro de las américas, en 1977; el Hotel Hilton, en 1973; y la torre colpatria, en 1978. Sin embargo, son las oficinas y locales comerciales adyacentes al hotel tequendama las que se reconocen como el centro internacional.

éste y su posterior desarrollo en el Plan regulador se convierten en uno de los cambios de postura más inusitados de que tenga registro la arquitectura moderna a principios de los años cincuenta. Para Le Corbusier, el desarrollo del Centro Cívico es una posibilidad real de cons- truir, por primera vez en una ciudad americana, la gran visión transformadora moder- na, que coincide con una primera etapa de los CIAM y que se desarrolla durante las primeras décadas del siglo XX. Las grandes avenidas de conexión, la posibilidad del automóvil y la capacidad de supeditar a la arquitectura el valor cívico de una ciudad, se convierten en el fundamento de los planteamientos que para Bogotá realiza el gran maestro. (Imagen 2) Enormes edificios de habitación y oficinas comienzan a revelarse respondiendo a las ideas más importantes de la Carta de Atenas, con la posibilidad de concentrar los tres poderes más representativos de la ciudad, el poder político, el poder administrativo y el poder religioso, hecho que valida la concentración de todos los poderes en un centro ca- paz de irradiar su importancia a todo el país. Es en el Centro Cívico de Bogotá donde la arquitectura moderna desarrolla toda su capacidad renovadora, supeditando el espacio libre al edificio y transformando parte de las antiguas calles y manzanas del centro en enormes vacíos, donde orgullosamente se erigen los nuevos edificios de vivienda y ofici- nas, complementados por iglesias y arquitecturas de singular valor urbano. El espacio de las llamadas calles y plazas de los bogotanos del centro, que había sido construido por una disposición de vacíos y llenos provistos de valor histórico y formal, es remplazado

El principio básico de la renovación urbana fue y es todavía la sustitución de tejidos antiguos por nuevos tejidos en operaciones de “borrón y cuenta nueva” y como sustitución de estratos sociales con miras a atraer inversión y permanenecia de una nueva población.

imagen 2. Centro de bogotÁ en el plan piloto. imagen realizada por el autor.

iGlESia dE San iGnacio

calle 10 n° 6-

actualmente en remodelación, este templo data del siglo XVii. Sufrió en 1763 de un terremoto que terminó por arruinar su cúpula. En su interior se destaca el altar mayor con su retablo de diego loessing. cuenta con obras pictóricas de los siglos XVii y XViii de Gregorio Vásquez de arce y ceballos y antonio acero de la cruz. Sobresalen el altar de las Reliquias y las imágenes de pedro laboria del rapto de San ignacio.

por una nueva noción de monumentalidad que atien- de a la idea del renacer a la modernidad. El Centro Cívico confirma la situación fundacio- nal de la ciudad y ubica las funciones cívicas de gran importancia en torno a la Plaza de Bolívar: Es alrededor de la plaza de Bo- lívar que se reunirán las funciones cívicas relativas a la religión, al go- bierno, al municipio y a los ciuda- danos. El espacio así considerado ocupa un largo de 200 metros y una profun- didad de este a oeste de 600 metros. Esta superficie ocupa un plano incli- nado descendiendo de la montaña. La Plaza Bolívar ocupa su centro, el Palacio Presidencial el alto, el Palacio de los Ministerios, el Palacio Munici- pal y el de los Sindicatos el bajo. Liga- das íntimamente a estas nuevas obras que serán construidas, aparecen la

Catedral, el Parlamento, el teatro Co- lón y un cierto número de calles y de edificios históricos españoles. Sobre todo reunirá aquí el espíritu de la ciu- dad, la escala humana, la diversidad y la unidad. Una verdadera sinfonía ar- quitectónica y paisajística se desarro- llará. La montaña servirá de fondo a la composición.^6

(Imagen 3). La montaña es observada como una reserva paisajística planteando la restricción de las alturas en el piedemonte para asegurar su silueta, se conserva la catedral y su contexto inmediato, y en- frente de ella se propone el edificio de los ministerios, en 15 pisos, y el edificio municipal, que enfrenta a la catedral y que termina de conformar la plaza cívica, duplicando el espacio existente.

imagen 3. plaza de bolívar en el plan piloto. imagen realizada por el autor.

6 Ibid, p1. 82 pp. Tomado del informe del Plan Regulador entregado por Le Corbusier.

Así, en Bogotá, las acciones del Plan Piloto, que concuerdan con las ideas de los CIAM de la prime- ra etapa y que se desarrollan hasta el principio de la posguerra con una visión más cercana al funcio- nalismo, van a ser confrontadas al aparecer la etapa del Plan Regulador y cuya razón de ser en el Plan de Bogotá apunta al desarrollo y formalización de los planteamientos realizados en la fase realizada por Le Corbusier, hecho que comienza a desdibujarse en manos de Sert y Wiener, los encargados de su de- sarrollo y cuyo rol, lejos de ser el de dirigir el desa- rrollo de las ideas del Plan Piloto, se convierte en el de protagonistas de una producción de ideas nuevas que transforman radicalmente la posición del hombre frente al espacio y recogen las nuevas discusiones de los CIAM de postguerra de Bergamo y Hoddesdon, convirtiendo a Bogotá en el plan que soporta dos visiones de ciudad, cimentadas sobre maneras muy diferentes de ver al hombre y a los espacios donde el hombre habita. Es en el CIAM de Hodessdon donde Sert for- mula su crítica al funcionalismo ortodoxo, del cual la arquitectura debe mantenerse aparte en búsqueda de una “arquitectura más completa”: La necesidad de lo superfluo es tan vieja como la humanidad. Ya es hora de reconocerlo abiertamente y acabar con las engañosas actitudes que intentan bus- car una justificación funcional a elemen- tos que resultan francamente superfluos si se los juzga según los rígidos paráme- tros arquitectónicos de los años veinte. Esto no significa que los edificios no de- ban ser funcionales. Deben serlo, tanto como siempre hemos pretendido.^9

En el CIAM de Bergamo arquitectos holandeses sugieren la idea del Centro Cívico como tema para

este nuevo congreso. Sert defiende la idea y la tra- duce en el “corazón de la Ciudad”; se trata de ir más allá de las ideas del Centro Cívico, en el logro de una ciudad más humana, con corazón, el lugar donde se conjugan las expresiones y sentimientos. En este sen- tido Sert aboga por un proceso de “humanización”, opuesto a las ideas meramente funcionalistas. Así mismo, su discurso se enfoca en la recuperación de los centros de las ciudades, movimiento opuesto a las ideas descentralizadoras que son vistas por Sert como degradantes de los centros urbanos. Es entonces de suma importancia para las ciuda- des modernas la creación de un centro físico para el hombre y desde el hombre, la necesidad de él se torna fundamental, pues es allí donde se desarrollará la vida de la colectividad y las actividades humanas sensibles. La idea de concebir un Centro Cívico en Bogotá, me- ramente funcional reflejado en su arquitectura monu- mental ya no es una posibilidad para Sert: La función social de los nuevos centros o núcleos comunitarios consiste fundamentalmente en unir a la gente y facilitar los contactos directos y el inter- cambio de ideas que estimulen la libre discusión. Hoy en día, en nuestras ciudades, la gente se reúne en las fábricas y en las calles transitadas, en condiciones muy poco favorables al intercambio de ideas. Los centros de reunión de la colectivi- dad, debidamente organizados, propor- cionarán un marco donde se desarrolle una nueva vida social y un saludable es- píritu cívico. Las más diversas activida- des humanas, espontáneas u organiza- das, encontrarán su lugar adecuado en esos centros comunes... Estas personas podrán así descubrir nuevos valores hu- manos entre los ciudadanos y tendrán ocasión de mantener contactos sociales de los que hoy carecen. El planeamiento

9 Ockman, Joan , “Nueva York nueva monumentalidad” en Catálogo de la Exposición de Barcelona. Sert Arquitecto en Nueva York. Barcelona: Museo de Arte Moderno. (1997) 133 p.

de estos nuevos centros y la forma de sus edificios tendrán en cuenta está función social.^10

10 Rovira, Josep. “Sol y Sombra” en Catálogo de la Exposición de Barcelona. Sert Arquitecto en Nueva York. Barcelona: Museo de Arte Moderno. (1997) 133 p.

imagen 4. Centro CíviCo del plan regulador. imagen realizada por el autor.

En la figura de José Luis Sert (Imagen 4), el “core” o corazón de la ciudad, alcanza su mayor realce en los congresos CIAM al dar la primacía al Centro Cívico y cultural como el elemento más importante de la ciudad moderna y además proponiéndolo como una “quinta función”, reflexión que se verá reflejada en las transformaciones propuestas para el Plan Regulador de Bogotá. En estas discusiones de carácter “mundial” se desarrollan y enmarcan las decisiones del Plan Regulador, la tercera etapa del plan de Bogotá, con un Le Corbusier distanciado de las primeras reflexiones y más cercano al nuevo plan de la ciudad de Chandigard en la India, su nuevo proyecto de trabajo. Sert, ahora protagonista del plan y protagonista también de primer orden en los CIAM, lucha por la vida emocional de la comunidad. Es el hombre y sus emociones, sus necesidades, lo que ahora rige el urbanismo de Bogotá y sus propuestas no pueden pasar por alto este hecho fundamental. No por la vía del rechazo a lo ya hecho, sino por un reencuentro, una revisión y una autocrítica. Las funciones de la Carta de Atenas deben ahora recentralizar su objetivo, el papel de la comunidad y la nueva visión del hombre. La escisión entre pensamiento y emoción debe ser reparada y es el Centro Cívico el que puede hacerlo. Un espacio abierto para proyectar el nuevo hombre más allá de algo estrictamente funcional, es el vacío y no la

iGlESia dE la VERacRuz

calle 16 n° 7- construida por el año de 1546, en 1631, tras la con- formación del mercado de San francisco, el tem- plo se amplió. El terremoto de 1827 la destruyó en parte, fue reconstruida a comienzos del siglo XX y declarada panteón nacional. a la derecha del altar están los restos de patriotas condenados a muer- te durante la reconquista. por eso, llama la aten- ción la presencia del crucifijo llamado cristo de los agonizantes y el lienzo cristo de los Mártires.