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Este documento proporciona una descripción completa de bordetella pertussis, el agente etiológico del coqueluche. Se explora la clasificación taxonómica, la descripción del microorganismo, la transmisión, la resistencia y el crecimiento de la bacteria. Se detalla la patogenia del coqueluche, incluyendo la adhesión a las células epiteliales ciliadas, la producción de toxinas y la respuesta inflamatoria. Se describen las tres fases clínicas del coqueluche: catarral, paroxística y convaleciente, con sus síntomas característicos y complicaciones. Se abordan los métodos de diagnóstico, incluyendo el cultivo, la pcr y el diagnóstico serológico, así como las ventajas y limitaciones de cada uno. Se explica el tratamiento del coqueluche, incluyendo el uso de antibióticos, el manejo sintomático y los cuidados de soporte. Finalmente, se destaca la importancia de la profilaxis a través de la vacunación con dtpa y tdap.
Tipo: Resúmenes
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**1. Coqueluche (Tos Ferina)
Es un componente de la membrana externa de Bordetella pertussis. El LPS desencadena una respuesta inflamatoria significativa y juega un papel en la severidad de los síntomas respiratorios. Datos importantes sobre su transmisión Transmisión: Se propaga principalmente por gotas respiratorias que son expulsadas al toser, estornudar o hablar. Debido a su alta contagiosidad, puede diseminarse rápidamente en poblaciones no vacunadas. Reservorio: El ser humano es el único reservorio conocido de la bacteria, lo que significa que no hay otros animales involucrados en su ciclo de vida. Período de incubación: La enfermedad generalmente se desarrolla dentro de 7 a 10 días después de la exposición, pero puede variar hasta los 21 días. Resistencia y crecimiento Bordetella pertussis es muy sensible a las condiciones ambientales adversas. No sobrevive bien fuera del cuerpo humano, siendo fácilmente destruida por la desecación, la luz solar directa, el calor y los desinfectantes comunes. Crece lentamente en medios de cultivo especializados como el medio Bordet-Gengou, que es selectivo para aislar esta bacteria a partir de muestras clínicas. Epidemiología Distribución mundial: A pesar de la vacunación, el coqueluche sigue siendo endémica en muchos países, con brotes ocasionales. Esto puede deberse a la disminución de la inmunidad en adultos y adolescentes que no reciben refuerzos de la vacuna. Grupos de riesgo: Principalmente afecta a niños menores de 5 años, especialmente aquellos que no han sido completamente vacunados o no tienen acceso a vacunas.
3. Patogenia y cuadros clínicos Patogenia La patogenia del coqueluche está determinada principalmente por la interacción entre la bacteria Bordetella pertussis y el tracto respiratorio del huésped, además de la liberación de varias toxinas bacterianas que causan daño celular y alteran las defensas inmunitarias del cuerpo. Adherencia a las vías respiratorias Al inhalar las partículas infectadas, la bacteria Bordetella pertussis entra en el tracto respiratorio y se adhiere específicamente a las células epiteliales ciliadas del revestimiento de las vías respiratorias superiores. Utiliza factores de adhesión como la hemaglutinina filamentosa y las fimbrias para asegurar su fijación. Estas estructuras permiten que la bacteria se adhiera a los cilios, que normalmente ayudan a mover el moco y partículas extrañas fuera de las vías respiratorias. Producción de toxinas Una vez adherida, Bordetella pertussis libera varias toxinas que son responsables de los síntomas graves:
Complicaciones: Durante esta fase, la tos severa puede causar complicaciones, como hemorragias subconjuntivales, hernias o incluso fracturas de costillas debido a la presión intensa. Fase de convalecencia (2 a 3 semanas) La recuperación es gradual. La tos paroxística disminuye en frecuencia y severidad, pero puede persistir durante semanas o incluso meses, particularmente después de la exposición a irritantes como el frío o el ejercicio. Síntomas principales: Tos menos intensa, pero aún presente, especialmente por la noche. Fatiga persistente. Aunque la infección ha sido controlada, el daño a las vías respiratorias y la inflamación residual pueden tardar en resolverse completamente. Complicaciones: La tos ferina puede ser particularmente peligrosa en lactantes y niños pequeños, quienes corren un mayor riesgo de complicaciones graves, como: Neumonía: Es una de las principales causas de muerte en lactantes con coqueluche. Convulsiones: Ocurren en casos severos, debido a la falta de oxígeno (hipoxia) durante los ataques de tos prolongados. Apnea: En bebés, puede haber pausas respiratorias prolongadas durante o después de los episodios de tos. Deshidratación y desnutrición: Debido a la dificultad para alimentarse durante los ataques de tos y vómitos frecuentes.
4. Diagnostico El diagnóstico del coqueluche puede ser un desafío, especialmente en las fases tempranas, ya que los síntomas iniciales se asemejan a los de infecciones respiratorias comunes. Por lo tanto, es fundamental utilizar varios métodos para confirmar la infección por Bordetella pertussis. Los métodos más utilizados son los clínicos, microbiológicos, moleculares y serológicos. Diagnóstico clínico El diagnóstico clínico se basa en la presentación de los síntomas, especialmente en los casos en los que la tos paroxística es evidente. Signos clínicos característicos: Tos paroxística (ataques severos de tos seguidos de un sonido agudo o "gallo"). Vómitos post-tusígenos. Cianosis (especialmente en lactantes). Historia de contacto con un caso confirmado o sospechoso de coqueluche, particularmente si la persona afectada no está vacunada o si pertenece a un grupo de riesgo. El diagnóstico clínico es más fiable durante la fase paroxística, ya que los síntomas son muy distintivos en esta etapa. Sin embargo, en fases tempranas o atípicas, el diagnóstico clínico puede no ser suficiente. Diagnóstico microbiológico
El aislamiento de Bordetella pertussis en cultivos sigue siendo el estándar de oro para el diagnóstico, aunque es más útil en las primeras etapas de la enfermedad (fase catarral), antes de que el uso de antibióticos interfiera con los resultados. Las muestras más adecuadas para el cultivo provienen de la secreción nasofaríngea obtenida mediante hisopados nasofaríngeos o aspiración nasofaríngea. Cultivo Las muestras se cultivan en medios selectivos especiales como el medio Bordet-Gengou o el medio Regan-Lowe, que contienen componentes como carbón y antibióticos para inhibir el crecimiento de bacterias contaminantes. Bordetella pertussis es un microorganismo de crecimiento lento, por lo que puede tardar de 7 a 10 días en obtener resultados. Aunque el cultivo es específico y confirma la presencia de la bacteria, su sensibilidad es baja, especialmente en fases tardías o si el paciente ya ha recibido antibióticos. Limitaciones: La sensibilidad del cultivo disminuye considerablemente después de las primeras dos semanas de la enfermedad o si el paciente ha sido tratado con antibióticos. Diagnóstico molecular: Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) La PCR es una técnica altamente sensible y específica que permite detectar directamente el ADN de Bordetella pertussis en las muestras nasofaríngeas. Ventajas Es más sensible que el cultivo, especialmente en fases avanzadas de la enfermedad o en pacientes tratados con antibióticos. Proporciona resultados más rápidos (generalmente en 1 o 2 días), lo que es crucial para el diagnóstico temprano y el control de brotes. Muestras: Se recolecta una muestra nasofaríngea mediante un hisopo o aspirado nasofaríngeo, similar al procedimiento utilizado para el cultivo. Limitaciones: Aunque la PCR es muy sensible, no distingue entre bacterias viables e inactivas, lo que puede llevar a resultados positivos después de que la infección haya sido tratada y eliminada. Diagnóstico serológico El diagnóstico serológico se utiliza para detectar anticuerpos específicos contra Bordetella pertussis, pero generalmente es útil en fases más avanzadas o retrospectivas de la enfermedad, cuando la bacteria ya no está presente en grandes cantidades. Pruebas serológicas: Miden los niveles de anticuerpos IgG e IgA contra antígenos específicos como la toxina pertussis. Esto es útil para confirmar infecciones pasadas o recientes en personas que no fueron diagnosticadas en las etapas iniciales. Ventajas: Puede ser útil en pacientes con una presentación clínica tardía en los que no es posible aislar la bacteria mediante cultivo o PCR. Limitaciones: Es menos útil para el diagnóstico temprano, ya que los anticuerpos solo se detectan en etapas avanzadas de la enfermedad. En individuos vacunados, la interpretación de los resultados puede ser complicada debido a la respuesta de anticuerpos inducida por la vacuna.
Los pacientes hospitalizados suelen necesitar un manejo intensivo, que incluye monitoreo respiratorio y oxígeno suplementario. Soporte respiratorio: Los ataques severos de tos pueden causar episodios de apnea, especialmente en lactantes, por lo que se puede necesitar soporte respiratorio con oxígeno o ventilación mecánica en los casos más graves. En casos de neumonía secundaria o dificultad respiratoria severa, puede requerirse el uso de respiradores mecánicos o dispositivos de presión positiva. Hidratación: La hidratación adecuada es crucial, ya que los episodios severos de tos y vómitos frecuentes pueden causar deshidratación. En los pacientes más graves, puede ser necesario administrar fluidos intravenosos. Nutrición: En casos graves, los pacientes pueden tener dificultades para comer debido a la tos constante, lo que puede llevar a una pérdida de peso significativa. Puede ser necesario administrar nutrición por sonda en lactantes o en personas que no pueden alimentarse adecuadamente.
6. Profilaxis La profilaxis del coqueluche es fundamental para prevenir la diseminación de la bacteria Bordetella pertussis, especialmente en poblaciones de alto riesgo como lactantes no vacunados, personas inmunodeprimidas y ancianos. Se enfoca en dos grandes estrategias: la vacunación y la profilaxis antibiótica post-exposición. Vacunación La vacunación es la medida más efectiva para prevenir el coqueluche. La inmunización se administra principalmente a los niños, pero también hay recomendaciones para adultos, especialmente mujeres embarazadas, para reducir la transmisión a los lactantes vulnerables. Vacuna DTPa (difteria, tétanos y tos ferina acelular) La vacuna acelular (DTPa) es preferida por tener menos efectos secundarios que las antiguas vacunas de células completas (DTPw). Esta vacuna combina la protección contra la difteria, el tétanos y la tos ferina en una sola dosis, y se administra en una serie de inyecciones durante la infancia. Esquema de vacunación en niños: Primera dosis: A los 2 meses de edad. Segunda dosis: A los 4 meses de edad. Tercera dosis: A los 6 meses de edad.
Primera dosis de refuerzo: A los 15-18 meses de edad. Segunda dosis de refuerzo: A los 4-6 años. Vacuna Tdap (para adolescentes y adultos) Tdap es la versión de la vacuna que se recomienda para adolescentes y adultos. Es similar a la DTPa, pero contiene menores cantidades de antígenos de tos ferina, lo que la hace más adecuada para estas edades. Se recomienda una dosis única de Tdap para adolescentes (11-12 años) y adultos que no hayan recibido una dosis de refuerzo anteriormente. Profilaxis antibiótica post-exposición La profilaxis antibiótica está indicada para los contactos cercanos de una persona diagnosticada con coqueluche, con el fin de prevenir la infección en aquellos que han estado expuestos y para limitar la propagación de la enfermedad. ¿Quiénes deben recibir profilaxis antibiótica? Contactos cercanos: Miembros del hogar del paciente infectado. Cuidadores de lactantes menores de 12 meses, ya que estos son especialmente vulnerables a las formas graves de la enfermedad. Personas que interactúan regularmente con individuos en riesgo (ej., trabajadores de la salud, personal de guarderías). Grupos de riesgo: Lactantes menores de 12 meses (particularmente aquellos que aún no han recibido las tres dosis iniciales de la vacuna). Mujeres embarazadas en el tercer trimestre. Personas inmunocomprometidas o con enfermedades pulmonares crónicas. Estrategia de "cocooning" El cocooning es una estrategia de protección indirecta que consiste en vacunar a todas las personas cercanas a un lactante, especialmente aquellas que están en contacto frecuente con él (padres, abuelos, cuidadores, etc.), para crear un "escudo" protector alrededor del bebé. Esta estrategia es importante porque los lactantes menores de 6 meses, especialmente los que aún no han recibido su serie completa de vacunación, son el grupo de mayor riesgo para formas graves de coqueluche. Además de los contactos cercanos, también es crucial vacunar a los trabajadores de la salud, en especial aquellos que atienden a recién nacidos y mujeres embarazadas.
7. Conclusiones El coqueluche es una enfermedad altamente contagiosa causada por Bordetella pertussis, que afecta principalmente a niños no vacunados o con vacunación incompleta. A pesar de ser prevenible mediante la vacunación, sigue siendo una preocupación de salud pública en algunos lugares. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado con antibióticos pueden mitigar las complicaciones graves, aunque la prevención a través de la vacunación sigue siendo la estrategia más efectiva.