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Orientación Universidad
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Ambiente y Gestión Local / Capitulo 1, Tesinas de Gestión Ambiental

primer capitulo del libro "Ambiente y Gestión Local" de Guillermo Bengoa, publicado por la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata

Tipo: Tesinas

2017/2018
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Ambiente y
Gestión Local
Guillermo Bengoa.
Arquitecto, Mcs en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano
Universidad Nacional de Mar del Plata
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¡Descarga Ambiente y Gestión Local / Capitulo 1 y más Tesinas en PDF de Gestión Ambiental solo en Docsity!

Ambiente y

Gestión Local

Guillermo Bengoa.

Arquitecto, Mcs en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano Universidad Nacional de Mar del Plata

FACULTAD DE ARQUITECTURA, URBANISMO Y DISEÑO UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA .......................................................................................................... cENTRO DE INVESTIGACIONES AMBIENTALES

equipo de investigadores: arq. A. Allen / arq. G. Bengoa / lic en antropología M. Burmester / lic. en ecología R. Ferraro / arq. J. Garamendy / arq. H. Goyeneche / arq. L. Navarro / cartógrafa A. Ols 0 0 1 Fzewski / lic. en geografía M. Sagua / lic. en gestión ambiental Laura Zulaica

equipo docente del GADU edición 2007/ 2008 Mg. arq. Guillermo Bengoa (UNMdP) / Mg. lic.Mónica Burmester (UNMdP) Arq. Andrea Catenazzi (UNGS) / Arq. Héctor Echechuri (UNMdP) Esain Dr. José Esaín (UNMdP) / Dr. arq. Roberto J. Fernández (UBA-UNMdP) Mg. lic. Rosana Ferraro (UNMdP) / Arq. Alfredo Garay (UNGS) Mag. Ana Gennero de Rearte (UNMdP) /Arq. Horacio Goyeneche (UNMdP) Arq. María Elena Guaresti (UBA) / Dr. lic. Miguel Lacabana (CENDES /Venezuela) Mg. lic. Guillermina Oliva (UNMdP) / Mg. lic.Ana Olszevski (UNMdP) Lic. Patricia Pinto (UNLP) / Arq. Eduardo Reese (UNGS) Mg. lic. Marisa Sagua (UNMdP) /Dr. lic. Ricardo Stern (FLACSO) Mg. arq. José Zingoni (UNS) /Mg. lic. Laura Zulaica (UNMdP)

Docentes que han participado en anteriores ediciones de la Maestría Dr. Adrian Atkinson (DPU, Londres) / Dra. Adriana Allen (DPU, Londres) Dr. Antonio E. Brailosky (UBA) /Dr. Roberto Bustos Cara (UNS)Dr. Miguel A Craviotto (Secretaría de Desarrollo Sustentable), /Lic. Elena Chiozza / Dr. Carlos De Matos (Chile),/ Dr Axel Dourojeanni (CEPAL). arq. E. J. Fernández Figueroa(Cuba) /Dr. Roberto Guimaraes (Chile) Dr. David Kullock (UBA) /Dr. Enrique Leff (México), /Dra. Carmen Schlotfeldt / Ing. Carlos Lizana (UNSJ), /Lic. Raúl Montenegro (FUNAM),/Arq. Roberto Monteverde (IGC) Dr. Jorge Morello (UBA) / Dr. Pedro P írez (UBA) / Lic. Nora Prudkin (UBA) / Dr. Héctor Poggiese (FLACSO), Dr. Carlos Reboratti / Dra. Lic. Alejandra Roca (UBA) / Dr. Luis del Río (UNMdP) /Dr. Héctor Sejenovich (UNL)

Las Maestrías de la

Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño

Hasta el año 1994 la FAUD / UNMdP no contaba con ningún programa permanente de postgrado. Existían sí cursos aislados, en general de actualización profesional, que si bien eran de satisfactorio nivel, no constituían un currículum coherente. En ese momento se detectó, a través de una encuesta de demanda organizada por Universidad Abierta de la UNMdP, que el interior de la provincia tenía necesidad de capacitar en la temática general de la Gestión Ambiental del Desarrollo, a toda una gama de funcionarios y técnicos que trabajaban tanto en instituciones públicas (municipalidades, institutos provinciales) como privadas (cooperativas, bancos). A raíz de eso, se diseñó la primera de las Maestrías de la FAUD, en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano, que con un amplio abanico de alumnos, tanto disciplinar (hay arquitectos, geógrafos; ingenieros, biólogos F 0 2 Csociólogos, etc.) como regional (provenientes de Mar del Plata, Olavarría, Tandil, Buenos Aires, Bahía Blanca, Santa Fe, Paraná, La Plata, Tres Arroyos, Balcarce, etc.) se viene dictando desde 1994. Sobre la base de esta experiencia, desde 1996 se trabajó en la redacción y elaboración de otras dos propuestas de postgrado que cubrieran sendos déficits detectados en la región: El primero era la carencia de profesionales que estuvieran capacitados para gestionar formas alternativas de vivienda y mejoramiento del hábitat que hoy día no se enseñan adecuadamente en la currícula de grado, en ninguna Facultad. El segundo déficit era la ausencia casi total de profesionales que estuvieran capacitados para intervenir en las acciones de gestión, preservación e intervención en el patrimonio arquitectónico-urbano de las ciudades y pueblos de nuestra región. En resumen, el programa de Maestrías de la FAUD apunta a solucionar tres déficits en la oferta de profesionales para la resolución de problemas concretos de la región. Estos tres temas-problema no son exclusivos del campo de acción de la Facultad de Arquitectura, por lo que se ha decidido trabajar con postgrados interdisciplinarios. Las tres problemáticas seleccionadas son:

  • Carencia de capacitación y actualización en los problemas de la Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano de parte de los profesionales y organismos técnico-políticos regionales y municipales.
  • Carencia de capacitación en los egresados de la Facultad de Arquitectura en particular y de la UNMdP en general en los problemas derivados de las nuevas formas de gestión de la vivienda y el hábitat, generados por los cambios socioproductivos y la desaparición del Estado Benefactor.
  • Carencia de capacitación de los profesionales de la región en las nuevas técnicas y enfoques sobre la gestión, preservación e intervención en el patrimonio arquitectónico-urbano, que afecta no solo al acervo cultural sino incluso a las actividades económicas, como el turismo. La inscripción registrada en las sucesivas ediciones de las tres Maestrías, ha demostrado su factibilidad y el interés existente a nivel regional por este tipo de tareas académicas. Durante 1999, además, las dos de las tres Maestrías han sido categorizadas por CONEAU como "C" y la restante, como "B" Desde 1998 se dicta también una Carrera de Especialización, de tres cuatrimestres de duración, en Higiene y Seguridad en la Construcción; y desde el 2006, la Carrera de especialización en Diseño Arquitectónico.

LA MATERIA. Dentro del marco general de esta Maestría, la materia “Gestión Local del Desarrollo” ha sido dictada en los ciclos 2005/2006 y 2007/ 2008 por la lic. Ana Gennero de Rearte, con la colaboración del lic. Fernando Graña. Este módulo es complementario a los contenidos –relativamente más ligados a la economía y al desarrollo local- de la materia, y pretende dar una vuelta de tuerca ambiental a la gestión local EL MODULO. Este módulo está dividido en seis capítulos, que, manteniendo coherencia entre sí, barren un espectro más amplio que el estric 0 0 1 Ftamente incluido en el programa de la materia, extendiéndose en cuestiones de gestión ambiental. Cada capítulo finaliza coin una bibliografía utilizada y una serie de preguntas que, sin llegar a ser una texto de enseñanza programada, sirven de “guía de estudio” EL AUTOR. Guillermo Bengoa (Mar del Plata,1964) estudió en escuelas públicas y en la Universidad Nacional de Mar del Plata, en donde fue consejero Académico Alumno, se graduó de arquitecto en septiembre de 1990 y de Magister en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano en 2006. Cursó también la Maestría en Epistemología y Metodología de la Ciencia. Entre sus publicaciones se encuentran “Horizonte velludo: paisaje y poder en la pampa” (Revista Nómadas, Bogotá, 2005) "Siete notas sobre historia ambiental" (I+A Nº 6, Mar del Plata 2000); "Desarrollo histórico y actores sociales en la gestión ambiental de los recursos" , en colaboración con R. Ferraro y P. Nigoul, (Theomai, 2000). Con respecto a libros, ha publicado L ´invention de un désert. La conquête des "terres vierges" de la Pampa argentine" París,1998); y "Evaluación de Impacto Ambiental: entre el saber y la práctica" (ed. Espacio, Buenos Aires, 2002). También realizó numerosas notas de divulgación sobre temas arquitectónicos y ambientales. Actualmente, se desempeña en docencia de grado como Profesor de "Historia de la Arquitectura" en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de Mar del Plata, y de de "Evaluación de Impacto Ambiental" y "Gestión Ambiental Empresaria" en la UNICEN; y dicta materias electivas de la Facultad de Arquitectura, entre ellas " Evaluación de Impacto Ambiental". Escribió junto con Claudia Cutrera el módulo de la materia "Bienes Naturales y Paisajísticos" de la Tecnicatura en Gestión Cultural de la UNMdP. En docencia de postgrado, ha dictado materias en las Maestría en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano, Maestría en Gestión y Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbano, ambas de la UNMdP; Maestría en Morfología del Hábitat de la UNSJ y en el exterior, en la Maestría en Proyecto y Producción del Diseño de la Universidad del Azuay, Cuenca, y en la Maestría en Gestión del Patrimonio y Desarrollo Territorial de la Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba. Ha sido jurado para la evaluación de becarios de investigación de la UNMdP y de tesis de grado. También ha realizado numerosos trabajos de Evaluación de Impacto Ambiental. En el 2000 fue integrante del equipo del Plan Director de Colonia Turística Chapadmalal; y en el 2004 fue coordinador del área Urbano- Ambiental del Plan Estratégico de Mar del Plata, dirigido por el arq. R. Monteverde. Fue varias veces Consejero Académico y Consejero Superior de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Actualmente es miembro de la Comisión de Medio Ambiente del Distrito IX del Colegio de arquitectos.

AMBIENTE Y GESTION LOCAL

CAPITULO1: DEFINICIONES

Marco de actuación

Definiciones: Gestión, Ambiental, Local

¿Ambiental versus local?

¿Hasta donde llega lo local?

El barrio y la ciudad

Urbano y rural

¿Porqué local y no simplemente urbana?

Gestión ambiental local pública y privada

Bibliografía capítulo 1

Actividades

CAPITULO 2: ANTECEDENTES

Ciudad y poder local.

Polis griega

Roma, paredón y después.

Desurbanización en la Edad Media

La ciudad argentina.

Ciudades modernas

Ciudades sitiadas

Experiencias municipales de entreguerra

Utopía y ciudad

Experiencias comunitarias

Conclusión

Bibliografía

Actividades

CAPITULO 3: TEMAS

¿Todos los temas son aptos para la GAL?

La tragedia de los comunes.

El rol del Estado.

Temas apropiados e inapropiados para la GAL.

Temas locales

Abastecimiento de agua

CAPITULO 5: EXPERIENCIAS

Casos en papel, casos en la red

Desarrollo económico local y gestión ambiental local.

Desarrollo endógeno y territorio.

Desarrollo local y nuevas tecnologías

Desarrollo local y ambiente.

El marco legal para la Gestión Local

Bibliografía capítulo 6

actividades

CAPITULO 6: FUTUROS

Tendencias

Globalización y poder local.

Nuevos actores y nuevas formas

Dependencia de energía e insumos externos.

El lado oscuro de la descentralización.

Futuros

Bibliografía capitulo 6

actividades

Capítulo 1: definiciones.

Marco de actuación

A lo largo de la historia, han existido y coexisten actualmente numerosas maneras de enfocar cualquier temática. A partir del paradigma universalista que se comienza a constituir en el siglo XVII con Descartes en filosofía y con Galileo en ciencias naturales, es común comenzar cualquier tema con la descripción de vastos marcos teóricos que luego bajan a la aplicación en casos concretos. Según el filósofo alemán J. Habermas, la era moderna comenzó cuando I. Kant, demostró que se podían aplicar categoría morales universales para juzgar las intenciones y las actuaciones en el ámbito político. La Ilustración encontró expresión filosófica en Kant y desde entonces, la política ha estado cada vez más dirigida por los imperativos de la equidad kantiana. A pesar de sus errores, la Revolución Francesa abrió un camino democrático y participativo –del cual fue heredera lo mejor de nuestra Revolución de Mayo-, y su legado moral es tan poderoso en la actualidad como lo fue a finales del siglo XVIII. 1 Este esquema racional y universalista, sumamente exitoso en la expansión de la cultura occidental desde el siglo XVIII a esta parte y con impresionantes logros en el campo de la física –las teorías de Newton, por ejemplo, sirvieron durante tres siglos para predecir todos los fenómenos desde la escala micro hasta la estelar- ha encontrado limitaciones en su aplicación a la relación sociedad-naturaleza. Desde la experiencia, propia y ajena, de los últimos años, parece tal vez más apropiado encarar los temas de la Gestión Ambiental Local (GAL) desde una perspectiva menos ambiciosa, más cercana al pragmatismo, que permita desarrollar distintas escalas de gestión ambiental de una manera relativamente rápida y eficiente, sin espera a la constitución de un supuesto y buscado “paradigma ambiental” que aún se encuentra en ciernes y que posiblemente, por su misma entidad, no llegue nunca a constituirse.

(^1) “Sin embargo, esta datación es sólo un peldaño que nos retrotrae a un comienzo más temprano. La obra de Kant no surgió de la nada. Su especial hincapié en las máximas morales universales extiende a la ética un ideal de “racionalidad” que ya había sido formulada por Descartes, en el campo de la lógica y de la filosofía natural, más de un siglo antes. Así, la “modernidad” es una vez más una fase histórica que arranca con la adopción por Galileo y Descartes de unos métodos de investigación nuevos, de índole racional; y cualquier sugerencia de que la modernidad se encuentra hoy acabada y finiquitada es sospechosa de ser al menos reaccionaria y muy probablemente también irracionalista (...) La política progresista de los viejos tiempos descansaba en la creencia a largo plazo de que la ciencia era el camino más seguro para alcanzar la salud y el bienestar humanos, creencia que configuró la agenda tecnológica de al menos media docena de Exposiciones Universales. Este sueño aún resulta convincente para mucha gente de hoy. Detrás de su continuada confianza en la ciencia y la industria se esconde una concepción de racionalidad que se extendió entre los filósofos de la naturaleza europeos en el siglo XVII y prometió una certidumbre y una armonía de orden intelectual. Las bendiciones científicas de la época moderna (sobre todo en el campo de la medicina), que estuvieron disponibles para todo el mundo hacia finales del siglo XIX, fueron en realidad el resultado de avanzar desde los tiempos de Galileo y Descartes y, por tanto fueron el producto a largo plazo de las revoluciones del siglo XVII emprendidas en el campo de la física por Galileo, Kepler y Newton, y en el de la filosofía por Descartes, Locke y Leibnitz.”

Toulmin, Stephen (2001) “Cosmópolis, el trasfondo de la modernidad” ed. Península, Barcelona

acción o acciones. Acción es un acto de transformación de la realidad y gestión sería el campo integral en que se manifiesta y concreta tal acción o acciones (la evaluación o diagnóstico de la realidad, la oportunidad y costo de la transformación que conlleva la acción, la definición operativa de la misma, la evaluación de los efectos deseados y / o no deseados, etc.).”

Acercándose a nuestro campo de acción, D. Gómez Orea 3 califica a la gestión territorial como “las diligencias para conducir el sistema territorial hacia un sistema objetivo o, de forma simplificada, fase de ejecución de un plan territorial , proceso a través del cual se llega a la imagen objetivo prevista en él”

Con respecto a la segunda palabra de esta definición, Fernández define a lo ambiental “como el campo de la realidad en que se establecen y definen interacciones entre las esferas de la naturaleza y la sociedad, abarcando el concepto naturaleza tanto los soportes específicamente vírgenes (o de dominante natural, ya que actualmente casi no queda vestigio ajeno a alguna clase de antropización) como los soportes transformados o antropizados que ya son objeto de una clase de intervención social estable (asentamientos).”

Lo ambiental, a su vez, y como se deduce del párrafo anterior, es una construcción histórica, que en lo que respecta al campo de la gestión debería incorporarse a la gestión como un aspecto intrínseco a la realidad y no como un ingrediente adicional que se puede incorporar más tarde a la mezcla de la gestión. Como dice J. Sachs “e n realidad, a largo plazo, el medio ambiente, asimilado como dimensión permanente del campo de visión del planificador, está destinado a desaparecer como domi 0 0 1 Fnio concreto de acción”.

Es interesante incluir una definición que da el Tribunal Constitucional Español, ya que viene de un campo, el judicial, que implica un reconocimiento no sólo de expertos sino de uno de los poderes de un Estado sobre las características de lo ambiental.

Dice un Pronunciamiento de este tribunal; “el medio ambiente consiste en el conjunto de circunstancias físicas culturales, económicas y sociales que rodean a las persona ofreciéndoles un conjunto de posibilidades para hacer su vida (...) es una concepción esencialmente antropocéntrica y relativa. No hay ni puede haber una idea abstracta, intemporal y utópica del medio, fuera del tiempo y del espacio. Es siempre una concepción concreta perteneciente al hoy y operante aquí”.

(^3) Gomez Orea (2002) “Ordenación Territorial”, editorial Agrícola Española-MundiPrensa, Madrid.

Tenemos ya la Gestión y lo Ambiental: ¿Qué sucede con lo Local? ¿Por qué aparece necesario agregarle este adjetivo a una gestión ya caracterizada por lo ambiental?. Dice H. Santcovsky 4 , sociólogo español “es notorio que los municipios se encuentran en un momento complejo respecto a los temas de desarrollo y promoción económica a nivel local. Los efectos de una crisis de larga duración, los procesos llamados de deslocalización industrial, el emergente fenómeno económico mundial conocido como globalización e integración de procesos; la transformación de los mercados, en particular por la situación derivada del fin de la guerra fría ; la aparición de bolsones de paro estructural derivados de las nuevas formas de organización del trabajo y de la reestructuración de sistemas productivos; las nuevas formas de discriminación y exclusión social, con aparición de nuevas pobrezas de difícil abordaje; los efectos de la mala planificación territorial, con distribuciones de recursos y población en situaciones de extrema gravedad (hiperconcentración urbana, desertización, abandono del medio rural...); los problemas derivados del reto producido por las transformaciones tecnológicas; la preponderancia progresiva del sector terciario que modifica, sustancialmente, la configuración de las rentas a los territorios; el aumento de la población activa, con la incorporación de la mujer al mercado de trabajo; la degradación progresiva y acelerada del medio ambiente; etc. han dado paso a un fenómeno al que denominamos, como la crisis de los modelos de planificación, gestión, y desarrollo local a nivel territorial, fenómeno que ha obligado a los gobierno locales a tomar medidas para afrontar esta situación.”

Esta situación, si bien está descrita para la realidad europea, se repite, agravada, en América Latina. La crisis de los años ´90 trajo como reacción positiva (o tal vez, la única posible para sobrevivir) que cientos de gobiernos locales intentaran suplir la retirada del Estado de los temas más sensibles –salud, educación, promoción industrial- con distintas estrategias de desarrollo local. En suma, se comenzaron a implementar técnicas e ideas que no dependieran de condicionantes externos, si bien pudieran aprovechar estos “buenos vientos” cuando fueran favorables (lo que en las matrices DAFO 5 se denominan “oportunidades”)

Comienza así un proceso (cientos de procesos, en realidad, todos similares pero todos distintos para cada ciudad latinoamericana) que intentan implementar el desarrollo local –en su amplia concepción- entendido éste, según Santcovsky, “como un modelo que, oponiéndose a las percepciones denominadas ”desarrollistas”, intenta ofrecer un proceso de construcción de la sociedad , en ámbitos de dimensiones (^4) Santcovsky, H. “Planificación Estrategica”, módulo del curso del mismo nombre, Mar del Plata, 1999 (^5) DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) es un método de análisis que ha alcanzado una gran importancia dentro de la dirección estratégica de la empresas y ciudades. Su objetivo consiste en concretar, en un gráfico o una tabla resumen, la evaluación de los puntos fuertes y débiles (competencia o capacidad para generar y sostener sus ventajas competitivas) con las amenazas y oportunidades externas, en coherencia con la lógica de que la estrategia debe lograr un adecuado ajuste entre sus capacidad interna y su posición competitiva externa.

de resolver problemas efectivos. Para gestionar, entonces, se hace sustancial “ referir los problemas ambientales a los limites de un determinado correlato territorial según el cual, será posible:

* establecer una clase de racionalidad en la relación recursos / necesidades,

* definir un marco de autonomía - o autovalimiento 6 como dice I.

Sachs, dentro del cual establecer los términos de soluciones,

* formular al contrario de lo anterior, una determinada limita 0 0 1 Fción de los subsidios, tanto los que ofrezca o los que reciba el territorio en cuestión.”

Aceptado entonces que es posible bajar a una escala de actuación local para realizar un gestión ambiental, la pregunta siguiente entonces es ¿desde donde y hasta donde es el espacio local? O tal vez mejor: ¿cuál es el espacio de gestión local mínimo y máximo? Intentaremos avanzar con ella en el ítem siguiente.

¿Hasta donde llega lo local?

La respuesta a esta pregunta depende de diversos factores. Si trabajáramos, por ejemplo, con el concepto de “huella ecológica” 7 ,

(^6) Como una “actualización” o complementación en los ’80 del concepto de ecodesarrollo, Ignacy Sachs (1982) propone la noción de autovalimiento: "Significa autonomía en la toma de decisiones: la habilidad para resolver los propios problemas en forma independiente, imaginación para señalar las soluciones adecuadas, y determinación para llevarlas a cabo. Esto implica un alejamiento radical de la situación de dependencia cultural, que se manifiesta a través de la internalización de valores ajenos, de metas y modelos conducentes a una modernización y a un crecimiento imitativos, pero no a un proceso de desarrollo" (^7) La Huella Ecológica es una herramienta de contabilidad, desarrollada por Wackernagel y Rees (1996), que indica la cantidad de tierra y agua que son requeridas para sostener a una población humana, en otras palabras, mide el consumo que un país (o ciudad o comunidad o individuo) hace de la naturaleza: cuánta tierra y agua ocupa para producir todo lo que consume y para absorber todo lo que desecha en su estilo de vida. La HE es la sumatoria de la superficie de tierra ecológicamente productiva utilizada para:

  • el consumo de energía fósil (expresada en la tierra requerida para absorber el CO2)

  • construcciones (tierra degradada)

  • jardines (producción casera de flores, frutas y vegetales)

  • cultivos

  • pasturas para producción de lácteos, carne y lana

  • bosques.

Actualmente a cada persona le corresponden 2 ha para satisfacer sus necesidades. Se estima que para el año 2050 si la población humana alcanza los 10.000 millones corresponderán 1.2 ha/per cápita.

Así tenemos, por ejemplo, que en términos de energía y degradación ambiental un francés consume 4355 kg (equivalentes de petróleo) y emite 6,2 TM de CO2, mientras que un nigeriano consume 722 kg y emite 0,3 TM. Se puede afirmar, generalizando, que un francés consume más petróleo y libera más carbón que un nigeriano, que "usa" más energía y "degrada" más el ambiente, pero ¿cuál es el impacto global de esto?

La HE de un francés es de 5.3 y la de un nigeriano de 1.0, es decir, un francés requiere 5.3 hectáreas para conservar su estilo de vida y el nigeriano 1 hectárea.

diríamos que las acciones locales tienen un alcance que depende del tamaño de la ciudad y de su patrón de consumo. Pero este concepto, interesante desde el punto de vista teórico, es escasamente operativo para la gestión local.

Desde el punto de vista de los conceptos teóricos ambientales, podemos definir tres conceptos territoriales posibles para una GAL. Estos, según Fernández son:

a) El concepto de sistema de asentamientos. Un sistema de asentamientos puede definirse por un estilo de ocupación terri 0 0 1 Ftorial según el cual un conjunto de instalaciones puntuales (ciudades de diverso rango) vinculadas estrechamente - con mas conectividad interna que externa - induce alternativamente y según la clase de gestión que se proponga a la competitividad o a la complementariedad / integración.

b) El concepto de cuenca. Una cuenca se define como un área de borde continuo caracterizada por una fuerte modelación de un recurso natural dominante, por ejemplo un curso de agua o una clase determinada de suelo. Una cuenca en rigor, supone una determinada asociación agua / suelo / vegetación. La cuenca tiene una dinámica natural muy fuerte, tal que la manipulación no integrada de un componente ( por ejemplo, el agua ) define problemáticas agudas en alguna parte de la cuenca así como beneficios cir 0 0 1 Fcunstanciales, generalmente no permanentes, en otra parte de la misma.

c) El concepto de región ambiental. Una región ambiental se define como una porción de territorio de marcada homogeneidad interna con unos limites según los cuales, las áreas externas son marcadamente diferentes de las internas. Una región am 0 0 1 Fbiental en otra acepción, podría caracterizarse como la super 0 0 1 Fposición armónica de cuencas y sistemas de asentamientos o sea, por una clase de homogeneidad finalmente definida por una sub-homogeneidad natural (presente en las cualidades de la cuenca), interactiva con una sub-homogeneidad antrópica (presente en las cualidades del sistema de asentamientos ), ambas desarrolladas genéticamente ( o históricamente, en el caso antrópico) hasta alcanzar o un grado de clímax (equilibrio maduro) o una potencialidad todavía susceptible de acceder a tal equilibrio maduro o un grado de deterioro dado la ruptura de dicho clímax o la incapacidad de soporte del subsistema natural”

Sin embargo, parece más útil pensar en las posibilidades efectivas de gestión local, que se relacionan con las entidades administrativas. Aunque existen situaciones en las cuales se está avanzando bastante – consorcios regionales, administraciones de cuenca, entidades interprovinciales- en nuestro país los municipios manejan, al menos

lado europeo, A. Tocqueville, J. Stuart Mill y otros. También desde la propia racionalidad ecológica aparecen planteos de este tipo. El ecólogo norteamericano H.T.Odum escribe en su libro “Ambiente, energía y sociedad” (1980): "La antigua discusión acerca de qué sociedad humana es la mejor, si la descentralizada o la centralizada, se resuelve por el principio general de que tiene que haber cierta concentración de potencia para realizar cualquier acto de gran escala que sea necesario, pero el grueso de las decisiones y controles sobre los procesos de pequeña escala tiene que estar descentralizado entre las distintas unidades menores de gobierno. Es necesaria una gran confianza en las decisiones individuales, grandes y pequeñas. A la distribución del control de la potencia a muchos niveles la llamamos democracia."

En América Latina, desde otras vertientes, vienen ocurriendo fenómenos similares. Si bien las décadas de dictadura militar en todo el continente durante los años 60 y 70 reprimieron cruelmente toda acción comunitaria, con el paulatino retorno a la democracia comenzaron a aparecer formas organizativas que retoman la idea de la vecindad como unidad mínima de autogestión, y más específicamente, actualizan y amplían los temas típicos de años pasados (vivienda, transporte) con componentes ambientales, menos revolucionarios desde los dichos pero a veces más efectivos en la práctica del mejoramiento barrial.

Armando Páez, un experto chileno, dice: La nueva visión del desarrollo subraya la importancia de las organizaciones locales para transitar a sociedades sustentables y equitativas destacando las capacidades endógenas de autogestión existentes en las comunidades; por esta razón es relevante estudiar tanto los motivos como los procesos que originaron la creación espontánea de organizaciones comunitarias que tienen como propósito mejorar las condiciones de vida de sus asociados o de la población en su conjunto, es decir, cómo fue el proceso de construcción (problematización) social de la realidad que devino en una experiencia comunitaria autoorganizativa.

Urbano y rural.

De las definiciones anteriores podemos claramente deducir que la problemática ambiental abarca igualmente al campo y a la ciudad. Sin embargo en este módulo nos centraremos en la problemática urbana, por dos tipos de razones:

El primer conjunto de razones hace alusión a las posibilidades efectivas, técnicas, administrativas y legales de manejo de instrumentos, y ya fue relevado más arriba.

El segundo conjunto de razones tiene que ver con el desarrollo histórico del tema urbano en América Latina y es el que trataremos en los próximos párrafos.

El informe de CEPAL Alojar el desarrollo , presentado en 1996 en la conferencia de Hábitat en Istambul, consigna que hacia 1970 la población urbana había llegado en la región al 57.2 % y en 1995 ya trepó al 73.4 %, con 351 millones habitando áreas urbanas. CEPAL infiere que hacia el 2025 el porcentaje habrá llegado al 85%, una de las tasas más urbanizadas del planeta.

Según los datos aportados por J. E. Hardoy y D. Saterthwaite (1987) las tendencias migratorias en los países del Tercer Mundo agudizan los procesos de urbanización. Actualmente en tales áreas, un 75% de la población global reside en áreas urbanas y un 60% de tal población total lo hace en asentamientos de más de 100.000 habitantes; el 38% en ciudades de más de 1 millón y el 24% en concentraciones de más de 5 millones. Estos datos han tendido a crecer en los últimos 10 años, manifestándose en sínte 0 0 1 Fsis una progresiva concentración demográfica en áreas urbanas, específicamente en América Latina.

Argentina en particular es una sociedad eminentemente urbana. Desde el primer censo de 1895, que marcó un 37,4 % de población en las ciudades, al último del año 2001 en el cual más del 89 % de la población demostró ser urbana, el crecimiento de las ciudades ha sido constante. Por lo tanto, si se plantea un espacio de acción para la gestión local, estará casi en su totalidad referido a la problemática urbana.

Dice Fernández (2000), refiriéndose al problema de la urbanización “Los resultados son diversos y todos negativos desde el punto de vista ambiental. En primer lugar el crecimiento urbano supone un crecimiento de las problemáticas ambientales urbanas ya que la mera agregación poblacional no supone el acceso a las ventajas comparativas de la modernización que por ejemplo en los años ‘60 preconizaban los sociólogos desarrollistas como G. Germa 0 0 1 Fni.”

Este crecimiento urbano resultó en realidad frustrante, y generó gran parte de los problemas ambientales actuales, sobre todo los que son consecuencia de la pobreza urbana (aunque también generó en la mayoría de los países latinoamericanos una maquinaria electoral- clientelística que se automantiene, pero ese es otro tema)

Continua Fernández: “En segundo lugar el desmantelamiento de las poblaciones rurales implica la transformación de pautas tradicionales de manejo agrario y la desaparición de vigorosas culturas locales. En rigor los procesos de transformación productiva agraria - en torno de su