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Teorías del Autismo, su evolucion y posibles causas, para entender y estudiar, Study notes of Psychology

entender teorías del autismo y estudiar para evaluaciones referentes

Typology: Study notes

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AUTISMO
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AUTISMO

Intersubjetividad: primaria y secundaria. La intersubjetividad alude a la condición de intersubjetivo, un adjetivo que se vincula a lo que ocurre en la comunicación afectiva o intelectual entre dos o más personas. La filosofía, la psicología y otras ciencias apelan a este concepto y lo definen desde diversas perspectivas. Puede afirmarse que la intersubjetividad es un espacio común donde distintos sujetos mantienen una interacción. Dicho lugar simbólico posibilita la comprensión mutua: es decir, que los individuos se entiendan entre sí. La intersubjetividad enfatiza que la cognición compartida y el consenso son esenciales en la formación de nuestras ideas y relaciones. El lenguaje se ve como comunal más que como privado. De esta manera, resulta problemático ver al individuo de forma separada, en un mundo privado, definido de una vez y para siempre. El campo de mayor aplicación de la intersubjetividad es el de la psicología social, ya que analiza la formación de las relaciones interpersonales mediante la generación de normas, actitudes, y valores que generen cohesión social en un determinado grupo de individuos. En la intersubjetividad subyace un acuerdo que permite la interacción social. En ella hay una cognición que es compartida y el conocimiento se construye socialmente. Por lo tanto la intersubjetividad favorece el aprendizaje a través del diálogo y el consenso. La teoría de la intersubjetividad en el autismo plantea que las personas con trastorno del espectro autista (TEA) presentan dificultades en el desarrollo primario de la comprensión interpersonal. Esto se manifiesta desde edades tempranas en una menor respuesta a la comunicación no verbal, como el contacto visual y las expresiones faciales. La intersubjetividad primaria y secundaria son conceptos clave para entender el desarrollo social y comunicativo en el autismo: La intersubjetividad primaria se refiere a la capacidad innata de los bebés para conectar con otras personas a un nivel básico, compartiendo experiencias y emociones desde los primeros meses de vida. Esto incluye componentes como el contacto visual, la atención compartida y la imitación afectiva. En el autismo, esta forma de intersubjetividad puede verse alterada. La intersubjetividad secundaria, que emerge alrededor de los 9 a 12 meses, implica una comprensión más profunda de las intenciones, pensamientos y creencias de los demás. Involucra habilidades como la teoría de la mente, que permiten interpretar las complejas redes de interacción social. En el autismo, la intersubjetividad secundaria también puede verse comprometida, reflejándose en desafíos con el juego de simulación, la interpretación de emociones complejas y la participación en conversaciones significativas.

representaciones, es decir, de tener pensamientos sobre pensamientos. Implica la habilidad de atribuir estados mentales, como creencias, deseos e intenciones, a uno mismo y a los demás. La teoría de Leslie (1987) es relevante para el Autismo porque tanto el juego de ficción, como la capacidad mentalista, presentan deficiencias en los niños autistas. Está comprobado que los niños autistas no hacen nunca (o casi nunca) juegos de ficción; dedican su tiempo a hacer juegos orientados a la realidad. Recordemos de forma resumida que Wing distingue tres subgrupos de autistas: a) autistas reservados o individuos que evitan activamente la interacción; b) autistas pasivos, es decir, personas que aceptan la interacción social pero no la buscan; c) autistas activos, pero extraños o raros, es decir, personas que buscan la interacción, pero se comportan de forma extraña o rara. El autista puede cambiar de subtipos en función de la edad, lo cual sugiere una fuerte vinculación con el desarrollo (Wing, 1989). La falta de teoría de la mente en el autismo ayuda a entender los diversos síntomas conductuales que se presentan. Lo que parece un problema de lenguaje, en realidad se debe a dificultades para comprender el significado de los estados mentales. De la misma manera, los problemas en las relaciones sociales son consecuencia de la incapacidad de entender que los demás pueden pensar, creer y sentir de manera diferente a uno mismo. Lo que se percibe como problemas de habilidades sociales, en realidad se debe a la dificultad para "leer entre líneas" y comprender los pensamientos y perspectivas de los otros. No basta con aprender superficialmente las normas sociales, sino que se requiere la capacidad de metarrepresentación.

Teoría Afecto-Social de Hobson La teoría de Hobson (1995) plantea que los déficits cognitivos y sociales en el autismo son de naturaleza afectivo-social. Hobson defiende el papel de la emoción en el desarrollo de las relaciones interpersonales como déficit primario en las personas con autismo. Sugiere que las personas con autismo manifiestan una mayor dificultad en comprender la emoción, y que esto afecta negativamente sus interacciones sociales. Hobson estudió el lenguaje espontáneo de los autistas para conocer sus primeras verbalizaciones sobre los estados mentales, y encontró deficiencias específicas en su capacidad de hablar sobre estados como pensar, saber y creer. Algunas ideas clave de su teoría son:

• Déficit primario en la intersubjetividad:

  • Hobson propone que el problema fundamental en el autismo radica en una alteración en la capacidad innata de conectar emocionalmente con otras personas (intersubjetividad primaria).
  • Esto afecta el desarrollo de habilidades sociales y de comunicación desde edades tempranas.

• Papel de la emoción en las relaciones interpersonales:

  • Hobson defiende que el déficit primario en el autismo se encuentra en la dificultad para comprender y compartir emociones con los demás.
  • Esto repercute negativamente en el desarrollo de las relaciones sociales e interpersonales.

• Dificultades con los estados mentales:

  • Hobson encontró que las personas con autismo presentan deficiencias específicas para hablar sobre estados mentales como pensar, saber y creer.
  • Esto sugiere un déficit en la capacidad metarrepresentacional, es decir, para representar y comprender los estados mentales propios y ajenos.

• Implicaciones para la intervención:

  • La teoría de Hobson enfatiza la importancia de abordar los aspectos afectivos y emocionales en la intervención con personas con TEA, más allá de los enfoques puramente cognitivos.
  • Destaca la necesidad de trabajar en el desarrollo de la intersubjetividad y la comprensión de los estados mentales. La teoría de Hobson plantea que los déficits cognitivos y sociales en el autismo tienen un origen primario en alteraciones de la dimensión afectivo-social, en contraste con otras teorías que enfatizan más los aspectos cognitivos.

En resumen, la teoría de Trevarthen propone que el autismo tiene su origen en un trastorno precoz de la capacidad innata para la intersubjetividad (primaria) y la conexión emocional con otros, lo cual afecta el desarrollo posterior de habilidades sociales y comunicativas.

Teoría de la Coherencia Central Frith formuló en 1989 la teoría de la coherencia central, que postula que las personas con autismo tienden a no integrar información en su contexto sino a procesar los diferentes elementos de información de forma aislada. Busca explicar algunas de las características cognitivas y perceptuales de las personas con trastornos del espectro autista (TEA). La teoría plantea que las personas con desarrollo típico tienden a procesar la información de manera global, buscando significado y coherencia, a menudo a expensas de los detalles. A esta tendencia se le ha llamado "impulso por el significado" o "coherencia central". En contraste, la teoría propone que las personas con TEA presentan una "coherencia central débil", es decir, una tendencia a procesar la información de manera fragmentada, focalizando la atención en detalles específicos a expensas de una visión global. La teoría de la coherencia central propone que el estilo de procesamiento centrado en detalles observado en las personas con TEA puede tener implicaciones en diversos ámbitos:

• A nivel perceptual y conceptual, con una tendencia a focalizar la atención en detalles

específicos.

• En la integración sensorial, necesaria para comprender situaciones sociales y la perspectiva

de los demás.

• En el desarrollo de habilidades de teoría de la mente, que implican atribuir estados

mentales a otros. Sin embargo, se ha observado que el procesamiento centrado en detalles y el desempeño en tareas de teoría de la mente no están necesariamente relacionados. Según Frith, nuestro cerebro siempre busca una línea de coherencia en todos los estímulos que capta del entorno a través de todos los sentidos, para poder integrarlos y agruparlos rápidamente. De esta manera se le da forma a toda la información con que nos vemos bombardeados a cada instante, creando conjuntos de estímulos que han accedido por vías diferentes (la vista, el oído, etc.) y automáticamente se agrupan para establecer la coherencia que necesitamos para poder comprender la realidad que tiene lugar a nuestro alrededor y que percibimos en todo momento. Imaginemos por un instante lo caótico que resultaría si no fuéramos capaces de interpretar que lo que percibe nuestra vista, nuestro oído o nuestro tacto, en un momento determinado, forma parte de un mismo estímulo, y no pudiéramos establecer una conexión entre toda esa información. Esto ocurre en algunos individuos, en aquellos afectados por los Trastornos del Espectro Autista, y es en lo que la doctora Frith centró su investigación. Lo veremos en el siguiente punto. Este fenómeno hace que muchas veces las personas que sufren de autismo tiendan a focalizar su atención en detalles muy concretos de la realidad y no en el conjunto de los elementos que la conforman. Esto tiene los inconvenientes que ya hemos visto, pero a cambio puede generar un

Teoría de la Función Ejecutiva Las funciones ejecutivas son actividades mentales complejas, necesarias para planificar, organizar, guiar, revisar, regularizar y evaluar el comportamiento necesario para adaptarse eficazmente al entorno y para alcanzar metas (Bauermeister, 2008). La teoría de las funciones ejecutivas es una de las más influyentes en la comprensión del autismo. Esta teoría propone que las dificultades características del autismo, como los problemas de flexibilidad cognitiva, planificación y control inhibitorio, se deben a un déficit primario en las funciones ejecutivas. La investigación ha encontrado evidencia consistente de que las personas con trastornos del espectro autista (TEA) presentan:

• Déficits en el control inhibitorio: Tienen dificultades para suprimir respuestas automáticas

o impulsivas.

• Problemas de flexibilidad cognitiva: Les cuesta adaptarse a cambios en las demandas o las

rutinas.

• Dificultades de planificación y organización: Tienen problemas para establecer metas,

hacer planes y organizarse.

• Alteraciones en la memoria de trabajo: Presentan limitaciones para mantener y manipular

información relevante. Estos déficits en las funciones ejecutivas se observan tanto en niños como en adultos con TEA, y parecen estar relacionados con las dificultades sociales, de comunicación y de adaptación que caracterizan a este trastorno. Desde el punto de vista neurobiológico, las funciones ejecutivas se asocian principalmente con la actividad de la corteza prefrontal. En el autismo, se han encontrado diferencias en la estructura y función de estas áreas cerebrales. Además, algunas investigaciones sugieren que las alteraciones en la conectividad entre la corteza prefrontal y otras regiones cerebrales podrían explicar los déficits ejecutivos observados. El término funciones ejecutivas hace referencia a los procesos más evolucionados de nuestro cerebro y que constituyen el sistema de control y regulación de la mente. Es decir, las actividades mentales que se ponen en marcha cuando queremos conseguir una meta u objetivo, resolver una tarea o encontrar la solución adecuada a un problema. La organización, la anticipación, la planificación, la memoria de trabajo, la flexibilidad mental, la autorregulación, la inhibición y el control de la conducta son habilidades vinculadas a estos procesos mentales que llamamos funciones ejecutivas. La adquisición de dichas habilidades debe iniciarse de manera temprana, desde el primer año de vida y van desarrollándose paulatinamente a lo largo de toda la existencia de la persona. En el caso concreto de las personas con autismo,

muchas de las dificultades que podemos observar, podrían deberse a una alteración en las funciones ejecutivas y sus componentes. Algunas funciones ejecutivas:

• Planificación y anticipación: Las dificultades de planificación en niños/as con autismo,

pueden aparecer sobre todo en aquellas situaciones que implican un mayor nivel de complejidad, lo que explicaría por qué las personas con autismo pueden tener dificultades a la hora de desenvolverse en la vida cotidiana. A la hora de anticipar las tareas, podría ser necesario el uso de apoyos visuales como pictogramas.

• Inicio y Finalización de tareas: la decisión de comenzar y decidir cuándo terminar una tarea

supone una actividad cognitiva muy importante, que requiere de pensamientos elaborados en los que se contemplan varios aspectos a la vez. A menudo, las personas con TEA, necesitan del uso de agendas y de estructuración de tareas, definiendo un principio y un fin de las mismas, para solventar las dificultades que puedan presentar a la hora de iniciar y finalizar tareas.

• Flexibilidad: es la habilidad de cambiar planes para adaptarse a los cambios que pueden surgir

en el entorno, por ello, la flexibilidad te ayuda a encontrar alternativas adecuadas para superar los obstáculos que puedan aparecer en el camino. Las estereotipias, la rigidez e inflexibilidad cognitiva y conductual, los rituales y rutinas son propias de las personas con autismo y son indicadores relacionados con las funciones ejecutivas. Esta inflexibilidad conduce a una limitación de la creatividad, de la espontaneidad, y de la adaptación a los entornos, y en el peor de los casos a una repetición continua de la conducta o a un empleo estereotipado de los objetos y/o juegos.

• Inhibición de respuesta: Esta inhibición es uno de los procesos mentales necesarios para la

regulación y el control del comportamiento, su flexibilidad y adaptación. Si la persona con autismo no es capaz de inhibir pensamientos o acciones antes o durante la actividad y/o tarea, tenderá a la rigidez y la persistencia, sin ser capaz de parar y dirigir su atención y/o conducta en otra dirección.

• Habilidades Mentalistas: Esta capacidad nos permite ser capaces de atribuir estados mentales

y emocionales a los demás y poder anticipar sus comportamientos e intenciones. Es imprescindible para relacionarse, convivir con la familia, coordinarnos con otras personas, enfrentarnos a las situaciones sociales que puedan ocurrir, etc.

• Memoria de trabajo: es la capacidad de mantener la información en la mente durante la

transición de tareas complejas, ayudándonos a recordar los pasos que se han de seguir para realizar una tarea, así como resolver problemas matemáticos, realizar la lista de la compra, etc.