Elaborado por: Manuel Esteban Diaz Paternina.
Hace 2 años estando en Medellín con mi hermana, salimos a comer a un
restaurante. Al llegar al restaurante había una pareja de extranjeros, que estaban sentados en
la mesa ubicada al lado nuestro.
Los jóvenes extranjeros miraban a mi hermana y se reían, ella no entendía porque
y se molestó. Al salir uno de ellos la saludo y ella lo ignoro, pero la sorpresa ocurre cuando
vamos a pagar la cuenta que estaba por 70.000 pesos, la mesera se ríe y dice “los señores
que estaban en la mesa vecina ya la pagaron, fue un regalo”.
Yo me puse feliz porque no me tocaba pagar la cuenta y mi hermana apenada por
no haber dado las gracias.
