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Shub-Niggurath: La Diosa Negra de la Fertilidad en el Necronomicón, Schemes and Mind Maps of Latin literature

Este ensayo explora la figura de shub-niggurath, una deidad de la fertilidad y la sexualidad presente en el necronomicón. Se analiza su simbolismo, sus atributos, su relación con otras deidades y su papel en la cosmología del universo lovecraftiano. El texto también explora la conexión entre la sexualidad, la fertilidad y la muerte en la mitología y la religión.

Typology: Schemes and Mind Maps

2024/2025

Uploaded on 01/04/2025

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Sexo, Sangre, Caos y
Muerte
Presentación de Shub-Niggurath
Escrito conjuntamente con Adam Kosciuk
Shub-Niggurath, Gran Señor de los Bosques, dador
de Vida, concede tu fertilidad a este rito. Confiérele
tu fertilidad. Los portentos de tu fecundidad son
regocijados aquí. Ruegos sean siempre hechos a
Shub-Niggurath, la Cabra Negra de los Bosques. ¡Ia!
Shub-Niggurath.” Parker Ryan
El elemento femenino de la naturaleza siempre se ha
relacionado con lo oscuro, lo desconocido y lo oculto. Para los
antiguos, la Madre Tierra fue la única que dio vida a todos, del
mismo modo que todas las plantas nacen de la tierra. Pero al
mismo tiempo ha sido un eterno mbolo del misterio de la vida
después de la muerte, ya que todo lo que ha emergido de ella
siempre ha tenido que volver a su fuente. Por un lado, este punto
de vista se debió a la observación de las relaciones entre el Sol y
la Tierra, a la que se creía “impregnada” con los rayos solares. Por
otro lado, los antiguos observaron las relaciones entre nuestro
planeta y la Luna que también realiza una función significativa en
la regulación de los ciclos naturales de la Tierra. Hay muchos
ejemplos de diosas que aparecen en la iconografía como una
trinidad representando las fases de la Luna y el ciclo eterno:
nacimiento-vida-muerte y renacimiento. Esto se reflejaba en las
atribuciones y simbolismo de figuras como Kore, Deméter,
Perséfone o Hécate. A todo esto hemos de añadirle influencias
culturales posteriores - las religiones patriarcales han eliminado
el elemento femenino de la esfera de lo sacro. La feminidad fue
demonizada, vista como algo malo e impuro, y la mujer devino el
símbolo del pecado. La sexualidad humana pasó por un proceso
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Sexo, Sangre, Caos y

Muerte

Presentación de Shub-Niggurath

Escrito conjuntamente con Adam Kosciuk

“Shub-Niggurath, Gran Señor de los Bosques, dador de Vida, concede tu fertilidad a este rito. Confiérele tu fertilidad. Los portentos de tu fecundidad son regocijados aquí. Ruegos sean siempre hechos a Shub-Niggurath, la Cabra Negra de los Bosques. ¡Ia! Shub-Niggurath.” Parker Ryan

El elemento femenino de la naturaleza siempre se ha relacionado con lo oscuro, lo desconocido y lo oculto. Para los antiguos, la Madre Tierra fue la única que dio vida a todos, del mismo modo que todas las plantas nacen de la tierra. Pero al mismo tiempo ha sido un eterno símbolo del misterio de la vida después de la muerte, ya que todo lo que ha emergido de ella siempre ha tenido que volver a su fuente. Por un lado, este punto de vista se debió a la observación de las relaciones entre el Sol y la Tierra, a la que se creía “impregnada” con los rayos solares. Por otro lado, los antiguos observaron las relaciones entre nuestro planeta y la Luna que también realiza una función significativa en la regulación de los ciclos naturales de la Tierra. Hay muchos ejemplos de diosas que aparecen en la iconografía como una trinidad – representando las fases de la Luna y el ciclo eterno: nacimiento-vida-muerte y renacimiento. Esto se reflejaba en las atribuciones y simbolismo de figuras como Kore, Deméter, Perséfone o Hécate. A todo esto hemos de añadirle influencias culturales posteriores - las religiones patriarcales han eliminado el elemento femenino de la esfera de lo sacro. La feminidad fue demonizada, vista como algo malo e impuro, y la mujer devino el símbolo del pecado. La sexualidad humana pasó por un proceso

similar. El acto divino de unión entre el elemento masculino y femenino fue originalmente una expresión de lo más sagrado, el principio divino presente en la esfera mundana. Pero el sexo se asoció siempre al poder, y el control sobre la sexualidad fue la clave a la dominación sobre la sociedad. En todas las culturas a lo largo del mundo hallamos patrones de comportamiento en torno al sexo, ya sea disfrutando la aprobación social o castigándolo severamente. Pero, lo que es más importante, el sexo nos da poder sobre nosotros mismos porque es la expresión última de la vida. De este modo, tenemos la convicción, característica de todas las religiones monoteístas, que nos dice que el sexo es pecado, dado que todo el dominio sobre la vida está reservado a Dios y al hombre no se le permite aspirar al poder divino. El objetivo de este capítulo es explorar el rol y significado de Shub- Niggurath, la 'diosa' de la sexualidad perversa, presente en el Necronomicón, la única que dota a sus adoradores con toda la abundancia y el elixir de la inmortalidad. Después de esta corta introducción procedamos con la parte principal de este capítulo: las características de Shub-Niggurath, la deidad conocida como la Gran Cabra Negra de los bosques con un Millar de Retoños. El Necronomicón la describe como la manifestación terrenal del poder de los Antiguos. Es la única que preside el Sabbat de las brujas. Su elemento es Tierra, 'simbolizado por el símbolo de Tauro en el cielo, y en el Mundo por la Puerta del Viento del Norte'. Sus días de poder, cuando su energía es más fuerte es Beltane (el inicio del quinto mes), y Rodmas (el catorceavo día del noveno mes), y durante el resto del año se le puede invocar durante la Luna Nueva. En el Necronomicon: The Wanderings of Alhazred se nos informa que está adscrita al planeta Venus – el único siempre asociado al amor y la fertilidad. El culto de Shub-Niggurath no se localiza en un único lugar, sino esparcido entre grupos de adoradores del mundo entero. De acuerdo a la leyenda, vino del planeta Yaddith, colonizado tempranamente por los Nug-Soths. Aunque sus poderes mágicos eran grandes, no pudieron parar a los Dholes, que empezaron a multiplicarse bajo la superficie de Yaddith. Durante muchos miles de años sus sabios trataron de encontrar, sin éxito, un modo de librarse de ellos. Finalmente, los Dholes

nacieron dos deidades: Nug y Yeb. También se apareó con Yig, siendo Byatis el hijo surgido de esta relación. La apariencia de la diosa se describe la mayor parte de las veces como una enorme y flexible masa de negros tentáculos reptantes, una boca goteando limo y cortas patas de cabra. De acuerdo a Tyson es mostrada por lo general de pie, con cuatro cuernos erizándose por encima de su cabeza peluda, su boca gruñendo con salvajes dientes. Sus brazos y manos son los de una mujer, pero sus pies y piernas los de una cabra. Siempre está desnuda, con la vagina expuesta, de la que emergen todas las criaturas oscuras. Su torso está cubierto con numerosos pechos redondos que representan la fertilidad de la diosa. Teniendo en mente la información expuesta, tratemos de enfocar la atención en el simbolismo esotérico de la diosa. En primer lugar trataremos acerca de la oscuridad que es uno de sus atributos principales. Por un lado, en muchos cultos antiguos, p.ej. en Mesopotamia o Egipto (los países asociados con el origen del simbolismo de Shub-Niggurath en los escritos de Parker Ryan) el color negro (aunque representa también la muerte y el inframundo) habitualmente simboliza fertilidad y vida, debido esto al color del fértil lodo depositado por el Nilo, permitiendo el crecimiento de las plantas. Debido a la muerte de Osiris (a menudo llamado 'el dios negro' podemos asociar también este color con la metáfora del renacimiento y la resurrección – justamente como un ciclo natural. La Muerte es igualmente la eterna contrapartida del sexo (los cuales se representan por Eros y Thanatos). Desde un punto de vista biológico la unión sexual esta enlazada con las enfermedades venéreas, y simultáneamente es el proceso de reproducción lo que permite la supervivencia de las especies. A través del sexo el hombre trata de derrotar a la muerte. De todos modos, desde un punto de vista psicológico, el Sexo y la Muerte son dos instintos básicos en el hombre, representando simbólicamente el proceso de creación: en lo que lo viejo debe ser destruido con objeto de crear algo nuevo, tal y como está establecido en el principio alquímico de 'Solve et Coagula'. El ciclo natural está íntimamente (y no sólo de manera metafórica) conectado con el simbolismo de la Luna. Una de las más antiguas diosas lunares es la egipcia Ta-Urt, la madre de Set

en la Tradición Tifoniana. Esta diosa draconiana representa la rueda de los eternos cambios que constantemente ocurren en el mundo de la naturaleza. De manera similar a la diosa dragón Tiamat, ella es una deidad de un carácter muy oscuro y caótico en gran medida conectado con el elemento agua. El simbolismo de este elemento es un atributo común de las diosas Tifonianas, representando la fuente de la dinámica, la vida y el caos. Las Aguas y la Oscuridad también simbolizan una suma infinita de todas las potencialidades. Tal vez esta es la razón por la que Shub- Niggurath se representa como una reptante masa de tentáculos – como señal de las eternas fuerzas del caos, asumiendo la forma de la serpiente enroscada Ouroboros. Podría alguien preguntarse porque en unos mitos tan futuristas como son los de Cthulhu la deidad de la fertilidad está adscrita a una entidad tan horrible – y la respuesta es simple: el sexo ha pertenecido siempre a una esfera temida y reprimida. Por un lado fue limitado por el trasfondo cultural y por otro, fue este oscuro e instintivo elemento en el hombre, lo oculto y lo desconocido, la fuente del miedo. Este tema está presente en especial en los tiempos modernos, con la gente apartada de la naturaleza, lo que resulta en problemas en el contacto con la propia sexualidad. La esfera de Eros es una de las más primitivas y atávicas en nosotros, la confrontación con el elemento animal e instintivo es por ello uno de los más difíciles desafíos vitales. Esto trae también como consecuencia la represión de una gran cantidad de energía procedente de la libido que podría ser usada creativamente si se pudiera acceder a la sexualidad. La diosa arquetípica de este proceso es Lilith (identificada con la Cabra Negra por Tyson), el símbolo de las prácticas sexuales oscuras, los impulsos eróticos liberados y las pasiones ocultas. En este sentido es muy similar a Kali (la segunda diosa que, de acuerdo con Tyson, es la misma que Shub-Niggurath) – la madre y la asesina, la única que aporta vida y la única que se la lleva. En las religiones monoteístas el sexo sólo sirve para un propósito: la procreación. No hay lugar para el placer en la unión sexual. El elemento femenino que osa rebelarse contra esta regla y es consciente de su potencial es demonizado y deviene un símbolo del mal. Ello se refleja en uno de los apócrifos en el que Lilith

descendencia que nace de su interior. Pero la Madre Tierra es también Muerte, ya que no hay vía de escape del retorno a su interior. Históricamente, esto se enlaza con el motivo de la sangre de una manera muy interesante: algunas antiguas tribus pintaban a los que habían fallecido con ocre, lo que los coloreaba de rojo. Como los niños que nacen cubiertos de la sangre de sus madres, también los muertos deben retornar a la matriz de su madre eterna pintados color sangre. La vagina es también un símbolo del cáliz. De ahí que podamos asociar a Shub-Niggurath con Babalón, la Mujer Escarlata. El cáliz de Babalón es la matriz de la diosa, el sagrado Grial, llenado con sangre que es el elixir del conocimiento acerca del misterio de la vida y la muerte. Por medio de beber de esta poción, un mago se llena de la felicidad y poder inherentes a la vida, y al amargo beso de la muerte. Kenneth Grant identifica este líquido con la poción mágica bebida por las brujas durante los misteriosos sabbats, el símbolo de la sexualidad integrada:

“Es en la fusión de las energías solares y lunares que el secreto de la vida y la regeneración yacen. La sangre es vida, pero el brebaje de los Ritos Sabáticos no era la roja sangre de la vida animal tal y como fluía por las venas del cuerpo viviente, sino el esencial prana u ojas guardado en los centros secretos de energía la cual emanaba en ciertas épocas específicas. El Rito del Sabbat implicaba un conocimiento de estas épocas al igual que de los centros donde la primal Bindu moraba previa a su concentración en forma de carne. De hecho, el vinum sabati se preparaba y embebía con el objeto de convertir esta sangre o esencia de nuevo en sí misma, de modo que pudiera convertirse en un cuerpo no material. Fue de hecho la matriz de toda creación espiritual o - mejor aún - creación en la forma de espíritu; un proceso mágico más bien que uno religioso.”

En el Árbol de la Noche esta fórmula se nos presenta por medio del túnel de Characith, el siddhi mágico que es la

capacidad de conseguir la integridad sexual plena, asumiendo aquí el cáliz la forma de un recipiente, repleto del elixir de la inmortalidad. Esta poción es el resultado de la unión entre los elementos masculino y femenino. Provee al adepto de energía ilimitada, creatividad y eterna juventud. En el caso de Shub- Nigurath, este proceso se refleja en un ritual en el cual Gof’nn hupadgh' es formado – el amado adorador de la diosa. Si la Cabra Negra halla digno al adorador, se celebra una ceremonia en la cual la deidad lo devora y después lo transforma en un sátiro inmortal. Ahora tratemos brevemente el rol y el significado de las ya bien conocidas deidades cornudas de la fertilidad, asociadas con la imagen de la diosa. Los más interesantes son los cultos de la cabra de la ciudad egipcia de Mendes - los únicos que fueron posteriormente asimilados en los misterios del dios griego Pan, y la forma más moderna de Bafomet. Podemos postular que es un símbolo universal que une a todos los opuestos en sí: la cabeza de una cabra, las alas, las pezuñas, la parte superior del cuerpo de forma femenina, y la antorcha ardiente sobre la cabeza, entre los cuernos. Por medio de tales atributos, como las pezuñas (que señala a su contacto con el elemento tierra), o el pelaje grueso (un símbolo universal de vitalidad y fertilidad), Pan/Bafomet representa la fertilidad de la tierra – lo cual se expresa también por medio de los cuernos, recordándonos las mitológicas 'vacas sagradas', asiendo la tierra con sus cuernos. Un símbolo similar es a cabra griega Amaltea, la cual se asocia en nuestra cultura con la abundancia. Bafomet es también la criatura que representa el equilibrio entre la energía sexual masculina y el resto de los elementos. Simbólicamente esto incluye la creatividad, la sabiduría y el conocimiento. Es la imagen de lo que une lo humano y lo divino – o lo humano y la bestia, formando conjuntamente una imagen de divinidad despertada. Tal y como escribe Peter J. Carroll:

“Bafomet es el campo psíquico generado por la totalidad de seres vivos del planeta. Desde el Eón Chamánico ha sido representado como Pan, Pangenitor, Panfage, Todo-Creador, Todo-Destructor,

la Luna y todo lo que se alimenta de ella, abriendo la conciencia humana a puntos de contacto extraterrestre. Y aunque también seamos criaturas de las estrellas, tendemos a sumergirnos en un sueño confortable en nuestro planeta y olvidarnos de las sutiles corrientes que tratan de penetrar el aura de la Tierra. Esto no trata de confirmar la existencia de Ovnis, aliens o extraterrestres. La clave es abrirse uno mismo a las corrientes de energía y los mensajes que llegan a nosotros desde las estrella a través del plano astral, y sacarles partido en el progreso evolutivo del individuo y la humanidad. La sexualidad es el camino de la expresión y la expansión a través del cual grandes cantidades de energía se derraman en el universo. De hecho, toda energía es sexual por naturaleza y el mundo material no es nada más que formas variadas de esta estructura. Por medio de una cuidadosa atención y una mente abierta, el hombre es capaz de abrirse él mismo sexualmente hacia nuevas experiencias que lo expandan más allá del mundo de los humanos. Esto puede significar tanto contactos sexuales como energéticos con las deidades de los Mitos de Cthulhu en el plano astral, en sueños o durante meditaciones acerca de la naturaleza de estas fuerzas. Pero debemos en primer lugar explorar el reino de nuestra propia sexualidad para descubrir la conexión con otros seres que viven en las estrellas. Cuando ves la verdadera cara de la diosa y le abres la puerta, entonces la Cabra Negra vendrá a ti con Mil Retoños, cuyos aullidos emergerán de la Tierra.

La Comunión Negra

Un Rito de Magia Sexual para Invocar a

Shub-Niggurath en el Templo de la

Carne

Este ritual está diseñado para dos compañeros, hombre y mujer como un acto de hechicería sexual. El participante masculino actuará como el sacerdote que invoca a la Diosa y que busca la comunión con ella, a través del éxtasis de la carne. La participante femenina asume el rol de sacerdotisa, que busca la

posesión y la identificación total con la Diosa, y la manifestación como su avatar material. La sacerdotisa debe de estar desnuda durante el ritual, con el sello de Shub-Niggurath pintado en su vientre, por debajo del ombligo en donde se sitúa el chakra Svadisthana. En el templo debe arder un incienso fuerte (p.ej. opio o musk). Los participantes deben también preparar el altar, en donde la comunión sexual tomará lugar. Aparte de esto, serán necesarias velas negras, un cáliz con vino tinto, que representa el elixir de la Diosa.

Sello de Shub-Niggurath

El ritual comienza con la sacerdotisa recostada en el altar y cantando: 'Ia, Ia, Shub-Niggurath'. Mientras que el sacerdote recita el encantamiento la sacerdotisa se debe concentrar en ser poseída por la fuerza invocada. Ella debe visualizar a la Diosa con todos sus atributos, e identificarse plenamente con ella de modo que la consciencia de la diosa y de la sacerdotisa se conviertan en una. Ella debe despertar la energía sexual de la serpiente Kundalini, inflamándose hasta sentir la lujuria primitiva insaciable, enviada por Shub-Niggurath.

El sacerdote:

¡Shub-Niggurath! la Cabra Negra de los Mil Retoños. ¡Yo te convoco a este templo de carne! ¡Entra en el cuerpo de esta sacerdotisa Y únete a mí en el éxtasis de la unión! ¡Me ofrezco a ti en tu altar de perversión!

punto ella es la manifestación de la Diosa, la personificación del libertinaje, la lujuria primaria encarnada. Ambos participantes deben relajar el espíritu y recibir la comunión de las fuerzas. El resto del ritual depende mucho de cómo la fuerza se manifieste a través de la sacerdotisa. Sin embargo, ábrete a una experiencia extática, y deja que tus instintos y deseos más oscuros sean revelados. Cuando la comunión esté completa, bebe del cáliz y absorbe el néctar mágicamente cargado. Se recomienda un destierro después de la práctica.