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Una revisión de las teorías de Piaget y Freud sobre la función del juego en el desarrollo psiquiátrico infantil. Se discuten los tipos de juegos y sus características en el contexto del desarrollo infantil, destacando el papel del juego en la construcción de conocimientos y la evolución del lenguaje. Se incluyen ejemplos de juegos simbólicos y de reglas.
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Aportes del Psicoanlisis y de la psicologa gentica. Argonautas. Ao 5, N 5: 64- 75
Two perspectives on child game. Contributions of Psychoanalysis and genetic Psychology
Norma Alicia Sierra (1) (nasierra@unsl.edu.ar) Facultad de Ciencias Humanas.UniversidadNacional de San Luis (Argentina)
Resumen El juego cumple una funci n central para el desarrollo humano y ha sido una actividad fundamental para los nios en todas las pocas hist ricas. Reviste una gran importancia para la vida afectiva y la relaci n con el otro, a su vez ofrece a los nios infinitas posibilidades de aprendizaje y para elaborar y expresar su fantasas infantiles. Entre las teoras que se han ocupado de investigar la funci n del juego en el psiquismo infantil, los dos aportes ms relevantes, son los de Piaget y los de Freud. Dos perspectivas diferentes que es necesario conocer por las implicancias que ambas tienen en la clnica y en la educaci n.
Palabras claves: Juego - psicoanlisis - psicologa gentica Abstract The game plays a central role in human development and has been a key activity for children in all historical periods. Of great importance to the emotional life and relationship with the other, in turn offers children endless possibilities for learning and to develop and express their childhood fantasies. Among the theories that have been taken to investigate the role of play in child psyche, the two most important contributions are those of Piaget and Freud. Two different perspectives that are needed to know about the implications that both have in clinical and education.
Keywords: Game - psychoanalysis - Genetic Psychology
Aportes del Psicoanlisis y de la psicologa gentica. Argonautas. Ao 5, N 5: 64- 75
IntroducciÉn
El juego cumple una funci n central para el desarrollo humano y ha sido una actividad fundamental para los nios en todas las pocas hist ricas. Si observamos a los nios jugando podemos apreciar la importancia que el mismo tiene para ellos, para su vida afectiva, de relaci n con el otro, un medio que les ofrece infinitas posibilidades de aprendizaje y para elaborar y expresar sus fantasas infantiles.
Hay registros sobre la variedad de juegos en diferentes culturas, desde las ms antiguas hasta las formas actuales del juego infantil. Los arque logos han encontrado entre los vestigios de las culturas ms antiguas, juguetes prehist ricos, que han quedado como testigos de los juegos infantiles de un pasado remoto. Entre estos objetos se han encontrado sonajeros, muecas, carros, barcos, todos ellos de caractersticas de universalidad, presentes en la mayora de las culturas y pocas.
Varios investigadores se han abocado a estudiar el tema del juego en la cultura, entre uno de los ms destacados podemos citar a Johan Huizinga (1938) autor de “Homo Ludens”, ensayo en el cual plantea que la cultura humana brota y se desarrolla del juego y como juego. Su inters no es pensar el juego en la cultura, sino la cultura como el gran juego de la humanidad. El juego es para este autor, una actividad libre, pero enmarcada dentro de ciertas reglas obligatorias aceptadas por el individuo. A su vez, se trata de una acci n que tiene un fin en s misma que est acompaada de tensi n y disfrute.
A travs del juego los nios construyen su propio mundo de sentidos, expresan sus fantasas, elaboran subjetivamente acontecimientos y circunstancias vividas, se van integrando al mundo social que los rodea.
Entre las teoras que se han ocupado de investigar la funci n del juego en el psiquismo infantil, dos de los aportes ms relevantes son los de Piaget y los de Freud. Dos perspectivas diferentes que es necesario conocer por las implicancias que ambas tienen en la clnica y en la educaci n.
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a- Juegos de ejercicio simple: son los que se limitan a producir una conducta originariamente adaptada a un fin utilitario, pero sacndola de su contexto y repitindola por el solo placer de ejercer su funci n. Un ejemplo de esto es cuando el beb juega con los sonidos que emite no s lo por inters f nico sino por placer funcional, riendo para s mismo.
b- Combinaciones sin objeto: el nio no se limita a ejercer actividades ya adquiridas en el plano de la adaptaci n inteligente, sino que construye nuevas combinaciones que son ldicas desde el comienzo. La ocasi n ms frecuente de producir tales juegos es el contacto con material nuevo destinado a la propia diversi n o a la construcci n, por ejemplo utilizando bolos, cubos o bloques. Un juego tpico es cuando el nio mezcla todos los bloques de colores la primera vez que se los presentan, sin preocuparse por las correspondencias y luego los coloca sobre una mesa para hacer nuevamente pequeos montones.
c- Combinaciones con objeto o finalidad: en este caso ya combina elementos con una finalidad ldica. Por ejemplo cuando ordena bloques, superficies y bolas de diferentes maneras, puede ser segn el color, la forma, etc.
Estas combinaciones que se originan por propio juego evolucionan en dos direcciones distintas, de acuerdo a si prevalece lo ldico o la conducta adaptativa:
- El juego es ms importante y las actividades se convierten en combinaciones simb licas, como por ejemplo imaginar que el objeto es un puente o una casa. - Se transforman en juego de construcci n, es decir, la conducta adaptativa predomina sobre la ldica. Por ejemplo cuando el nio que jugando, comienza a desarmar un autito para ver c mo funcionan los mecanismos que tiene.
Los juegos de ejercicio reaparecen durante toda la infancia. An el adulto lo pone en prctica cuando, por ejemplo, adquiere un artefacto nuevo y lo hace funcionar una y otra vez, sin ningn otro fin que no sea el de divertirse. Sin duda, todo juego de ejercicio termina por desaparecer cuando su objetivo ya no da lugar a ningn aprendizaje nuevo.
Si bien, esta forma de juego puede aparecer en cada nueva adquisici n, sobrepasando ampliamente a la primera infancia, disminuye cuando aparece el smbolo y la regla.
2- Juego de ficciÉn o simbÉlico: En el curso del segundo ao de vida y en continuidad con el VI Estadio del Sensoriomotor, aparece la funci n semi tica, que consiste en un conjunto de conductas que
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implican la evocaci n representativa de un objeto o acontecimiento ausente y que supone en consecuencia la construcci n de significantes diferenciados que pueden referirse a elementos que no sean perceptibles en ese momento. Se trata de la funci n por la cual se puede representar algo, cualquier significado : objeto, acontecimiento o esquema conceptual, por medio de un significante diferenciado , es decir un significante que s lo sirve para esa representaci n.
Se distinguen cinco conductas de aparici n casi simultnea y que segn un orden de complejidad creciente son: imitaci n diferida, juego simb lico, dibujo, imagen mental y lenguaje.
Para Piaget, el juego simb lico seala el apogeo del juego infantil. El nio, obligado a adaptarse a un mundo social cuyos intereses y reglas le son exteriores y a un mundo fsico que todava comprende mal. Pero, como no logra satisfacer las necesidades afectivas e incluso intelectuales de esas adaptaciones, le resulta indispensable para su equilibrio afectivo e intelectual, disponer de un sector de actividad cuya motivaci n no sea la adaptaci n a lo real sino por el contrario, la asimilaci n de lo real al Yo, sin coacciones ni sanciones.
El juego simb lico cumple con esa funci n, porque permite transformar lo real por asimilaci n ms o menos pura a las necesidades del yo. Se diferencia de la imitaci n porque esta ltima es por el contrario, acomodaci n ms o menos pura a los modelos externos. Por el juego, como vemos podra permitirse el alivio de tener que adaptarse a lo exterior y no comprendido mientras no logre una nueva equilibraci n intelectual.
Por otra parte, el instrumento esencial de adaptaci n en esta etapa, es el lenguaje, que no es inventado por el nio, sino que le es transmitido y est compuesto por formas ya hechas con anterioridad. A travs del juego, el nio puede disponer de un medio propio de expresi n, o sea, un sistema de significantes construido por l mismo: el sistema de smbolos propios del juego simb lico.
Los mencionados hasta aqu constituyen los principales rasgos caractersticos del juego simb lico segn Piaget. En el pr ximo apartado plantearemos la postura del psicoanlisis, y veremos que hay diferencias en el punto de partida sobre la concepci n de lo simb lico y de la funci n del juego para el psiquismo del nio. Para Piaget ligado a una necesidad de equilibrio afectivo e intelectual; para Freud esto se complejiza al tener en cuenta los procesos
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La referencia psicoanaltica ms relevante sobre el juego, la encontramos en la misma obra de Freud. Se trata de la observaci n y anlisis del juego de un nio de aproximadamente un ao y medio, juego que se conoce como el juego del fort-da. Est relatado en el texto “Mas all del principio del placer” de 1920.
Se trata de una observaci n realizada por Freud, de las acciones repetitivas de su nieto de dieciocho meses, a las que nombra como “el primer juego autocreado” e interpreta su significaci n.
Podramos considerar que este juego constituye una explicaci n acerca de la entrada del nio al mundo simb lico. Freud sola recurrir al mito para dar cuenta de aquello a lo cual no era posible penetrar con la investigaci n, referido al origen de las cosas, a lo cual el conocimiento humano solo puede tener una aproximaci n, sin lograr por ello un saber exacto. Es este el caso del origen del simbolismo para el ser humano, c mo es que se produce el acceso al lenguaje? c mo es que el nio puede pasar de habitar el espacio real, a un espacio simb lico, donde las representaciones son las que marcan al mundo pero fundamentalmente al propio sujeto? El juego del fort-da le dar la posibilidad de teorizar sobre las condiciones estructurales de ese paso, del origen del simbolismo en el nio. Por tal motivo es que este juego se ha convertido en el paradigma de los juegos infantiles, retomado por multiplicidad de psicoanalistas, entre ellos, J. Lacan, quien en distintos momentos de su enseanza hace alusi n a este juego, produciendo una lectura innovadora que permitir comprender con mayor alcance la funci n del mismo para la constituci n subjetiva, al dimensionar la estructura significante y la relaci n entre los registros simb lico, imaginario y real que se entrelazan en dicho juego.
En este recorrido te rico nos remitiremos fundamentalmente al anlisis de Freud sobre dicho juego, punto de partida para comprender la perspectiva psicoanaltica sobre el juego infantil.
La descripci n del juego realizada por Freud (1929), es la siguiente:
“Ahora bien, este buen nio exhiba el hbito, molesto en ocasiones, de arrojar lejos de s, a un rinc n o debajo de una cama, etc., todos los pequeos objetos que hallaba a su alcance, de modo que no sola ser tarea fcil juntar sus juguetes.
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Y al hacerlo profera, con expresi n de inters y satisfacci n, un fuerte y prolongado “o-o-o-o-o”, que, segn el juicio coincidente de la madre y de este observador, no era una interjecci n, sino que significaba “fort” (se fue). Al fin ca en la cuenta de que se trataba de un juego y que el nio no haca otro uso de sus juguetes que el de jugar a que “se iban”. Un da hice la observaci n que corrobor
mi punto de vista. El nio tena un carretel de madera atado con un pioln. No se le ocurri , por ejemplo, arrastrarlo tras s por el piso para jugar al carrito, son que con gran destreza arrojaba el carretel, al que sostena por el pioln, tras la baranda de su cunita con mosquitero; el carretel desapareca ah dentro, el nio pronunciaba su significativo “o-o-o-o”, y despus, tirando del pioln, volva a sacar el carretel de la cuna, saludando ahora su aparici n con un amistoso “Da” (ac est). Ese era, pues, el juego completo, el de desaparecer y volver. Las ms de las veces s lo se haba podido ver el primer acto, repetido por s solo incansablemente en calidad de juego, aunque el mayor placer, sin ninguna duda, corresponda al segundo.” (Pg. 15)
Luego manifiesta que esta interpretaci n fue certificada plenamente por otra observaci n:
"Un da que la madre haba estado ausente muchas horas, fue saludada a su regreso con esta comunicaci n: “Beb o-o-o-o!”; primer esto result
incomprensible, pero pronto se pudo comprobar que durante esa larga soledad el nio haba encontrado un medio para hacerse desaparecer a s mismo. Descubri
su imagen en el espejo del vestuario, que llegaba casi hasta el suelo, y luego le hurt el cuerpo de manera tal que la imagen del espejo se fue ”. (Pg. 15)
Es importante agregar que el nio es descripto por Freud como obediente, no se lo observaba llorar cuando su madre lo abandonaba durante horas, a pesar de tenerle mucho cario.
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El juego es una va para convertir en recuerdo y elaboraci n psquica, lo que en s mismo es displacentero. Por eso Freud dice que lo que se opone al juego no es la seriedad, sino la realidad.
Este juego del fort-da es el primero que el nio realiza solo y completo. Es considerado como una matriz de la estructura ldica, tiene todos los elementos y las leyes de funcionamiento que tendrn todos los juegos posteriores:
- Representaci n psquica de vivencias penosas que debe admitir, lo cual significa que a travs del juego admite la realidad que se opone a sus deseos. - Le otorga al nio un “resarcimiento” al escenificar por s mismo la vivencia penosa, y por la repetici n de la misma en el juego, obtiene una ganancia de placer. - Lo desagradable es convertido en juego por el nio y esto le permite vivenciar de manera activa lo que fue vivido anteriormente de manera pasiva, con lo cual domina la situaci n penosa. - Todo juego est inmerso en el deseo de ser grande y obrar como los mayores, con lo cual cumple una funci n esencial en el aprendizaje y desarrollo del nio.
Para Freud es fundamental la funci n de lo simb lico en el juego, compuesta por un conjunto de acciones, un objeto y dos significantes diferenciados (en el ejemplo del nieto, seran los significantes fort y da), que nombran su acto y lo instituyen como sujeto activo en su acci n. Al mismo tiempo, al constituirse como sujeto activo, es que es posible que elabore psquicamente la vivencia penosa.
Como fue mencionado anteriormente, el fort-da es un juego inaugural que marca el momento en el cual, en acto, el nio se aduea del lenguaje para operar con l. Por medio de los simb lico as inaugurado lo penoso y desagradable podr de este modo ser elaborado, proceso fundamental para el desarrollo del nio.
Conclusiones La psicologa gentica y el psicoanlisis ofrecen dos perspectivas diferentes para comprender y analizar los juegos infantiles, ambas han tenido impacto en el medio educativo,
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como as tambin en la formaci n clnica, por los aportes que ofrecen estas teoras para la detecci n de problemticas subjetivas y del desarrollo de la primera infancia.
Sabemos que el hecho de que un nio no juegue, nos indica que est atravesando alguna dificultad en su constituci n psquica. De acuerdo a la perspectiva te rica con la que intentemos comprender y explicar la relaci n del juego con la subjetividad, tanto en su dimensi n intelectual como afectiva, ser la manera en que abordaremos dichas dificultades. Esto quiere decir que el problema podr ser pensado fundamentalmente como una cuesti n de desarrollo y aprendizaje, o se podr advertir que puede tratarse de fallas a nivel de los procesos de simbolizaci n inherentes a la constituci n subjetiva.
Por otra parte, no se trata de buscar una complementaci n entre estos aportes desde la idea que lo que uno ofrece es el entendimiento de lo intelectual y el otro lo afectivo, esto es una simplificaci n que nos desva de la riqueza de las investigaciones de ambos autores. Sin embargo, desde sus diferentes enfoques y a partir de la especificidad de cada uno han influido ampliamente de manera y proporciones variadas en los mbitos educativo y clnico. As como la psicologa gentica es una frecuente referencia para ubicar los periodos del desarrollo intelectual del nio, los aportes psicoanalticos permiten comprender la dimensi n del juego con una amplitud mayor, al incluir el proceso de constituci n subjetiva a travs de la matriz simb lica que es el juego del fort-da, la dimensi n afectiva y de elaboraci n psquica que se produce en el jugar. Desde el psicoanlisis, todo el proceso de aprendizaje y el desarrollo del nio, estarn determinados, marcados, por su relaci n con lo simb lico, por lo tanto con el jugar, en la medida que ste es algo instituyente del propio psiquismo infantil.
Notas (1) Lic. en Psicologa. Psicoanalista. Especialista en Educaci n Superior. Docente de la FCH de la UNSL. Directora del Proyecto de Investigaci n “Educaci n y Psicoanlisis: Consecuencias en el vnculo educativo de las formas del sntoma que se presentan en los nios y adolescentes en la poca actual” C y T de la FCH de la UNSL: PROICO 4-
BibliografÅa: