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Proceder es básico de salud en el consult
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Procederes básicos en Atención Primaria de Salud LOS PROCEDERES BÁSICOS, DIAGNÓSTICOS Y TERAPÉUTICOS. Son técnicas fundamentales que los profesionales de salud emplean en la Atención Primaria para preservar, proteger y mejorar la salud de la población. Su dominio es esencial para garantizar un desempeño profesional competente y seguro, ya que constituyen la base de la atención inicial, prevención, diagnóstico y tratamiento. LAVADO DE MANOS Y SU IMPORTANCIA El lavado de manos es un procedimiento básico imprescindible en todos los ámbitos de la atención en salud, considerado la medida más efectiva para prevenir infecciones y contaminación cruzada. Se clasifica en tres tipos principales: LAVADO SOCIAL DE LAS MANOS: Es la limpieza mecánica con agua y jabón convencional para eliminar suciedad visible, utilizado en actividades cotidianas o sociales, antes y después del contacto con el paciente en procedimientos no invasivos y sin riesgos. LAVADO HIGIÉNICO O MÉDICO DE LAS MANOS: Incluye enjuague con agua y jabón enérgico durante al menos un minuto, seguido de la aplicación de solución antiséptica. Es obligatorio antes de procedimientos semicríticos y en contacto con piel o mucosas no intactas, protegiendo tanto al personal como al paciente. LAVADO QUIRÚRGICO DE LAS MANOS: Es una limpieza más rigurosa con agua, jabón y cepillo, seguido de antisepsia, antes de procedimientos invasivos o quirúrgicos, para reducir la flora microbiana y prevenir infecciones en heridas o áreas estériles. Importancia: Cada vez que se va a tocar a un paciente, realizar un procedimiento diagnóstico o terapéutico, es obligatorio lavarse las manos para evitar la transmisión de gérmenes. La técnica adecuada y la higiene correcta en el lavado de manos son pilares en la prevención de infecciones nosocomiales y en la protección del personal y la comunidad. MENSURACIONES Y PONDERACIONES (PESO Y TALLA).
Las mediciones de peso y talla son procedimientos diagnósticos esenciales para evaluar el crecimiento, desarrollo y estado nutricional de niños, adolescentes y adultos. Además, estos datos son indispensables para calcular dosis de medicamentos, anestésicos, medios de contraste y para valorar la relación peso-talla, que indica el estado nutricional.
FRECUENCIA RESPIRATORIA: número de ciclos respiratorios por minuto, normal entre 12 y 16 en adultos. Se evalúa sin que el paciente se dé cuenta, contando inspiraciones y espiraciones. TENSIÓN ARTERIAL: fuerza ejercida por la sangre en las paredes arteriales, medida con esfigmomanómetro y estetoscopio. La hipertensión o hipotensión indican alteraciones en la función cardiovascular y requieren seguimiento y manejo. Importancia: La evaluación de estos signos permite detectar condiciones de emergencia, valorar la gravedad de la enfermedad y ajustar tratamientos de forma oportuna. OXIGENOTERAPIA Y SU ADMINISTRACIÓN La oxigenoterapia es un procedimiento terapéutico que suministra oxígeno suplementario para tratar hipoxia, mejorar la función respiratoria y aliviar dificultades respiratorias. Se puede administrar mediante diferentes dispositivos: CATÉTER NASAL: introducido en las fosas nasales, con oxígeno humidificado, adecuado para pacientes con dificultad respiratoria moderada. TENEDOR O MÁSCARA: adaptados para administrar oxígeno en diferentes concentraciones y volúmenes, en casos de mayor requerimiento. AEROSOL: nebulización de medicamentos finamente dispersados en oxígeno, para fluidificar secreciones, estimular la tos y mejorar la oxigenación. Precauciones: verificar la integridad del equipo, evitar fuentes de ignición, mantener la humidificación, controlar la concentración y flujo de oxígeno, y vigilar signos de intoxicación por oxígeno (irritabilidad, convulsiones, alteraciones neurológicas). Objetivos: reducir la hipoxia, mejorar la función pulmonar, administrar medicamentos inhalados y prevenir complicaciones respiratorias. VENDAJES COMO TÉCNICA TERAPÉUTICA
Los vendajes son procedimientos para inmovilizar, proteger, sujetar apósitos, controlar hemorragias o aplicar presión. Existen diferentes tipos según la región y finalidad: VENDAJE CIRCULAR: para regiones cilíndricas como brazos, piernas o muñecas. VENDAJE EN OCHO: para articulaciones como codos, rodillas o tobillos, que requiere distribución de presión y flexibilidad. VENDAJE EN ESPIRAL: para partes con circunferencia uniforme, como dedos o muslos. CAPELINA: para cubrir el cuero cabelludo o muñones, con dobleces y refuerzos. Técnica general: comenzar en la parte distal, avanzar hacia proximal, sobreponiendo vueltas de 2/3 de la anchura de la venda, sin ejercer presión excesiva, evitando zonas en contacto directo con heridas o puntos de presión, y revisando signos de trastornos circulatorios. Objetivos: inmovilizar, sujetar apósitos, detener hemorragias, corregir deformidades y aplicar calor o compresas. CURA DE HERIDAS: TIPOS Y TÉCNICAS La cura de heridas es un procedimiento que favorece la cicatrización y previene infecciones, adaptándose al tipo de herida y su estado: HERIDAS LIMPIAS: sin signos de infección, se realiza cura seca o con apósitos estériles, empleando técnicas asépticas para prevenir contaminación. HERIDAS INFECTADAS: requieren cura húmeda, con apósitos húmedos y cambios frecuentes, además de control bacteriológico y uso de antibióticos tópicos o sistémicos. CLASIFICACIÓN DE HERIDAS: SEGÚN ETIOLOGÍA: traumática, quirúrgica, accidental. SEGÚN FORMA: abrasiones, contusas, incisas, lacerantes, penetrantes, punzantes.
Inmovilizar la columna cervical en todos los casos con sospecha de lesión, usando férulas o inmovilización manual. Mover al paciente solo en caso de peligro inminente, y siempre con técnicas que respeten la columna vertebral. Realizar un traslado cuidadoso, con soporte adecuado y en posición estable, preferiblemente en camillas rígidas o dispositivos de inmovilización. El correcto traslado puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, además de reducir secuelas por lesiones secundarias.