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Este documento explora la problemática de la violencia contra niños y niñas, presentando estadísticas alarmantes sobre su prevalencia a nivel mundial. Se analizan las diferentes formas de violencia, incluyendo el abuso físico, sexual y emocional, así como el abandono y la explotación. Se destaca la importancia de la intervención temprana para mitigar las consecuencias negativas de la violencia en el desarrollo del niño. Se mencionan estrategias de prevención y detección temprana, así como la importancia de la sensibilización de la comunidad educativa.
Typology: Lecture notes
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Aunque ha sido una práctica durante siglos, el abuso infantil lo es ahora, antes que el. incidentes violentos con altas tasas de mortalidad y morbilidad. Debido a esto, ha recibido más atención a nivel mundial y nacional lograr e identificar situaciones que ponen en peligro la vida de los infantes. A lo largo del tiempo se han utilizado diferentes definiciones de abuso infantil análisis de los temas que plantean estos niños y sus efectos ataques en todas sus formas. Según numerosos estudios, los niños son víctimas de abusos o abandonados al menos un 25% más susceptible a problemas como estos delitos juveniles, embarazos prematuros, resultados académicos deficientes, consumo de drogas y problemas de salud mental (Kelley et al., 1997). Del mismo modo, el abuso y. La probabilidad de conducta criminal violenta aumenta con el abandono. (Widom y Maxfield, 2001) Entre un 28 y un 30% en comparación con los adultos. Aunque no, la cuestión va a peor. Si se cree que los padres están abusando de sus hijos, esto debe parar. Con frecuencia han sufrido abusos contra sus propios hijos, y como resultado ambos tienen el potencial de abusar; se supone que uno lo hará. Un tercio de los niños abandonados y maltratados sufrirán abuso en algún momento el trato violento de sus propios hijos (Prevent Child Abuse New York, 2001). Diversos estudios y trabajos internacionales se han basado en estos hallazgos. El éxito, a pesar de cómo la nación se ha posicionado para afrontar el tema no ha sido suficiente, dados los efectos del abuso infantil hasta la fecha el crecimiento de los niños en todos los ámbitos como personas y como individuos todavía representa una amenaza para la salud pública debido a sus efectos secundarios en todos los ámbitos geográficos, de otros
sectores de la economía, la economía y la salud todas las naciones industrializadas del mundo.
La violencia y su papel en la sociedad, uno de los temas más acuciantes no sólo en nuestra ciudad sino en todo el mundo, es quizás uno de los temas de mayor actualidad y objeto de más investigaciones en el campo de la psicología. La visión del mundo que tenían nuestros abuelos sobre cuestiones fundamentales como su propia existencia en este mundo ya es muy distinta a la realidad. Los cambios sociales como el crecimiento demográfico, los cambios culturales como la globalización e incluso los cambios ecológicos como el calentamiento global hoy han obligado a los humanos a modificar su estilo de vida. Uno de los cambios más significativos en nuestra sociedad ha sido el cambio en los estilos de vida, donde la dinámica de las relaciones en el trabajo, la escuela o el hogar frecuentemente se vuelve extremadamente estresante, dando lugar a lo que comúnmente se conoce como violencia doméstica. Esta es el área del abuso infantil donde centraremos la mayor parte de nuestra atención. Con base en lo anterior, crearemos una revista como herramienta que sirva de guía a aquellas personas (principalmente padres de familia) que se sientan interesadas en mejorar la calidad de vida dentro de su dinámica familiar, identificando, promoviendo y reemplazando relaciones familiares saludables.
estadísticas alarmantes. Cada año, 850 mil niños y niñas sufren abusos en sus hogares severo. De cada 1.000 niños, 361 niños y niñas sufren algún tipo de abuso. La mortalidad en relación con esto es igualmente preocupante porque, en promedio. Anualmente se producen 57.000 homicidios, y cada día mueren 7 niños y niñas menores de 15 años en todo el mundo. Los niños muy pequeños son los que las tasas de homicidio en la población de niños de 0 a 4 años los ponen en mayor riesgo en comparación con los niños de entre 5 y 14 años son más del doble años (5,2 frente a 2,1 por 100.000). La muerte ocurre con mayor frecuencia por esta causa. Lo siguiente que viene es traumatizar el cráneo. Asfixia con propósito y dolor de estómago. el Sistema de en 2004. Información médico legal procedente de decisión del Instituto Nacional de Medicina Legal. Ha habido 9847 informes de abuso infantil.
o PREVENIR EL MALTRATO El maltrato infantil debe abordarse desde perspectivas multisectoriales para poder prevenirlo y responder a él. Cuanto mayor sean los beneficios para el niño (en términos de desarrollo cognitivo, habilidades sociales y conductuales y nivel educativo, por ejemplo) y para la sociedad (reducción de la delincuencia y la criminalidad, por ejemplo), más temprano se realizará esta intervención en el entorno del niño. vida. ejemplo). Las intervenciones que se enumeran a continuación son exitosas y esperanzadoras. apoyo a padres y cuidadores: sesiones de información y formación para fomentar una crianza
amable y no violenta, impartidas en el hogar o en la comunidad por enfermeras, trabajadores sociales o personas no profesionales debidamente cualificadas; Dispositivos para la preparación y el entrenamiento para la vida. tasas más altas de inscripción en educación de alta calidad, que brinda a los niños el conocimiento, las habilidades y las experiencias que necesitan para ser resilientes y reducir los factores de riesgo de violencia. programas que eduquen a los jóvenes sobre el abuso sexual y les brinden los conocimientos y habilidades necesarios para integrar la idea del consentimiento, evitar y detener el abuso y la explotación sexual, y solicitar apoyo y asistencia; intervenciones diseñadas para mejorar el clima en la escuela, crear una zona libre de hostilidad y fortalecer las conexiones entre alumnos, profesores y administradores. trabajar sobre normas y valores: iniciativas para cambiar las normas sociales y de género restrictivas y dañinas relacionadas con la crianza de los hijos, la disciplina infantil y la igualdad de género, así como para promover el papel de crianza de los padres. Legislación que prohíbe el uso de la fuerza contra los delincuentes y protege contra la explotación y el abuso sexual de niños. Los servicios de respuesta y apoyo incluyen la identificación temprana de casos y el apoyo continuo a los niños maltratados y sus familias en un esfuerzo por limitar la recurrencia y disminuir los efectos del abuso. La OMS sugiere incluir intervenciones en una estrategia de salud pública que se divida en cuatro pasos para maximizar el impacto de las actividades de prevención y atención. La violencia contra los niños incluye todas las formas de violencia contra las personas menores de 18 años, ya sea perpetrada por padres u otros cuidadores, compañeros, parejas
Eliminar todo tipo de prácticas dañinas, como el matrimonio infantil, temprano o forzado, así como la mutilación genital femenina. Eliminar las peores formas de trabajo infantil, incluyendo la esclavitud, el tráfico de personas, el reclutamiento y uso de niños y niñas soldados, y para 2025 terminar con el trabajo infantil en todas sus formas. Crear entornos de aprendizaje seguros, pacíficos, incluyentes y efectivos para todas y todos. Asegurar que todas y todos los educandos obtengan conocimientos… para la promoción de una cultura de paz y no violencia. En concordancia con los puntos anteriores, el 12 de julio de 2016 durante la presentación pública de la Alianza Global en Nueva York, Estados Unidos, el Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, estableció cuatro estrategias en el marco de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (#LGDNNA), los Objetivos Nacionales de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes al 2025 (#25al25) y los Objetivos de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030: El fortalecimiento del Sistema Nacional y los Sistemas Estatales de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (#SIPINNA). El fortalecimiento de la Procuraduría Federal y las Procuradurías Estatales de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes en cada entidad federativa. La elaboración de datos, estadísticas e indicadores sobre violencia contra la infancia, a efecto de sustentar objetivamente las acciones en la materia. Fomentar entornos seguros con estrategias de atención y prevención de la violencia contra niñas, niños y adolescentes tanto en el ámbito público como en el privado.
Uno de los conceptos que rigen las estrategias que se plantea México para cumplir con los objetivos de la Alianza Global es la Prevención. Si se generan de origen las condiciones de paz y no violencia, los incidentes violentos contra la niñez decrecerán drásticamente. Con la participación de las autoridades de los tres órdenes de gobierno y los distintos sectores de la sociedad mexicanas, sí es posible lograr un mejor presente y futuro para las niñas, niños y adolescentes que viven en México. Hay maneras de detener la violencia contra niños y niñas. Esto requiere una estrategia multisectorial que tenga en cuenta los determinantes sociales de la violencia. Aunque no es el único sector, el de la salud es importante. Las responsabilidades del sector de la salud incluyen ayudar en la detección muy temprana de abusos, brindar a los sobrevivientes la atención y el apoyo necesarios y dirigir a los jóvenes a servicios cruciales en otros campos. El sector de la salud debe contribuir a los esfuerzos para detener la violencia trabajando con otros. Es posible una intervención temprana para reducir el impacto de la violencia en la región, por ejemplo, incorporando la prevención de la violencia en iniciativas más amplias para mejorar la salud y el bienestar de las niñas y los niños. Objetivo General. Proporcionar elementos conceptuales, estrategias y mecanismos para la prevención, detección y actuación en casos de abuso sexual, acoso escolar y maltrato en niñas, niños y adolescentes en las escuelas de educación básica públicas y privadas del Estado de Chihuahua, con la finalidad de salvaguardar la integridad del alumnado y sensibilizar a la comunidad educativa para garantizar acciones a favor del respeto de los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes.
Lo primero que deben evitar los medios de comunicación es revictimizar a las personas en situación de violencia, para lo cual hay que prestar atención pues, en ocasiones, queriendo resolver una situación, reproducen estereotipos. Quienes trabajan en los medios tienen también un rol educativo, ya que influencian y colocan opiniones. Resulta importante reconocer la existencia del problema y dar voz a todas las personas que son parte de él. No ayuda interpretar lo que las víctimas sienten, sino dejar que ellas cuenten. Los medios necesitan alentar el cambio de imaginarios que refuerzan las violencias y abrir más el debate sobre el tema. ¿Cómo? Asistiendo o promoviendo campañas de sensibilización y educativas, asegurando la formación de periodistas y comunicadoras/es, ofreciendo alternativas en sus narrativas. Es primordial visibilizar el tema y también mostrar caminos. Por ejemplo, en el país existe un protocolo de atención a menores, en los centros de protección a niños, niñas y adolescentes, los medios de comunicación podrían profundizar en estas temáticas. ¿Cuáles son las secuelas del abuso sexual infantil? El daño es severo y lo más común es que deje huellas para toda la vida. Necesita atención y apoyo especializado; por eso, la sociedad también debe prepararse y ayudar a todas y todos en la recuperación de quienes han sufrido violencia sexual. Existen efectos del abuso sexual infantil a corto y largo plazo. Por solo citar dos ejemplos, puede impactar en el desempeño escolar y ser una causa para intentos de suicidio. Dependerán del tipo de agresión, la edad de la persona agresora y la víctima, el tipo de relación entre ambos, la duración y frecuencia de la agresión, la personalidad del niño, niña o adolescente víctima, la reacción del entorno, las redes de apoyo, etcétera. Efectos iniciales Aparecen en los dos primeros años de la agresión
Hacia el agresor y/o familiares: desconfianza, miedo, hostilidad, abandono del hogar, conducta antisocial. Hacia sí mismo: vergüenza, culpa, baja autoestima. Estados de ánimo: ansiedad, angustia, depresión. Sexualidad: exceso de curiosidad, precocidad, aversión o rechazo. Otros: trastornos del sueño, de la alimentación, problemas escolares. Efectos a largo plazo Depresión que puede llevar a ideas suicidas y suicidio, pérdida de la autoestima, ansiedad y diversos problemas en las relaciones interpersonales. Pueden acompañarse de un sentimiento de indefensión que les vuelven vulnerables a otros abusos en la adultez. En las secuelas a corto y largo plazo influye el manejo que se le dé al hecho. Resulta primordial acompañar a las víctimas, buscar ayuda y, por supuesto, denunciar. Con esto protegemos a nuestros hijos e hijas, a otras niñas y niños y puede disminuir la culpabilidad de las víctimas.
Las principales hipótesis que propuse para resolver y confirmar los problemas planteados en este estudio son las siguientes:
abofetear, pellizcar, patear, empujar, sacudir, tirar del pelo, tirar de las orejas y asfixiar.
El abuso infantil es un fenómeno terrible que significa que los bebés y los niños pequeños se ven privados de la protección, el cuidado, la atención y la reciprocidad que son característicos de cómo los humanos (y muchas otras especies) cuidan a los niños pequeños. Se ha demostrado que los niños que son víctimas de violencia corren un mayor riesgo de desarrollar problemas conductuales, emocionales y sociales en el futuro. Sin embargo, no se comprenden completamente los mecanismos exactos que vinculan las experiencias de violencia con el desarrollo de estos problemas. El abuso infantil altera el desarrollo emocional normal de un niño. Los niños maltratados corren el riesgo de sufrir una amplia gama de problemas de salud mental, como depresión, ansiedad, abuso de sustancias, delincuencia y otras formas de abuso emocional. Nuevas investigaciones prometedoras se centran en los sistemas de atención y estrés del cerebro y proporcionan pistas sobre cómo la violencia afecta el desarrollo emocional. Hasta entonces, se necesita más investigación para desarrollar intervenciones exitosas para estos niños. El abuso infantil ocurre en todos los niveles socioeconómicos, pero la pobreza y el estrés ambiental lo hacen más probable. Los adultos que viven en la pobreza a menudo experimentan niveles más altos de estrés, inestabilidad social, problemas emocionales, abuso de sustancias y/o depresión, todo lo cual afecta su capacidad de ser padres eficaces. Sin embargo, la pobreza no explica todos los casos de abuso infantil. Las familias víctimas de abuso a menudo carecen de vínculos sociales como amistades, vínculos familiares y vínculos vecinales. Si bien esta falta de conexiones sociales puede reflejar dificultades interpersonales de los padres, la consecuencia obvia para los niños es que tienen un número limitado de adultos que pueden modelar el comportamiento social y menos oportunidades para formar relaciones adultas estables. Esto es importante porque los padres abusivos a menudo no están en contacto con buenos modelos de crianza y carecen de conocimientos
sobre el desarrollo de sus hijos, las estrategias de crianza, la resolución de problemas sociales y las habilidades para manejar la ira y el estrés. La investigación sobre los servicios de tratamiento para niños maltratados y sus familias se ve obstaculizada por una falta general de comprensión de los procesos específicos que deben abordarse para encontrar soluciones. Se están realizando nuevas investigaciones sobre los mecanismos neurobiológicos. La prevención del maltrato infantil es prometedora porque la mayoría de las intervenciones actuales carecen de evidencia empírica consistente de su efectividad. Información importante Cada año, uno de cada dos niños y niñas de entre 2 y 17 años sufre algún tipo de violencia. Una encuesta global encontró que el 58 por ciento de las niñas y niños en América Latina y el 61 por ciento en América del Norte habían experimentado violencia física, sexual o emocional en el último año. Un análisis de la UNESCO encontró que el 38 por ciento de los estudiantes caribeños y el 26 por ciento de los estudiantes centroamericanos informaron haber estado involucrados en una pelea física. El mismo análisis encontró que el 32 por ciento de los estudiantes norteamericanos y el 30 por ciento de los estudiantes latinoamericanos informaron haber sido intimidados. La violencia está matando a cientos de jóvenes en Estados Unidos. El homicidio es una de las principales causas de muerte entre niñas, niños y adolescentes, especialmente hombres y niños entre 15 y 24 años en los Estados Unidos. Los datos sobre violencia contra niños y jóvenes son limitados, pero los datos de la Encuesta de Violencia Contra Niños y Adolescentes (VACS) muestran que, en Honduras, el 16% de las niñas y el 10% de los niños se ven afectados, en comparación con el 15% de las niñas hondureñas, 8 % de niños y 14% de niños en Colombia. En El Salvador,