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principios del derecho romano en la vida
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Mi primera vida en el derecho romano CHRISTIAN SORIA CHAVEZ Maestra: Edith Saraí duran Tovar Un derecho que evoluciona con el tiempo Lo que más sorprende del Derecho romano es que nunca se queda estático, evolucionando según las necesidades de la gente. Por ejemplo, al principio era muy rígido, lleno de formalismos y rituales complicados, pero después, en el periodo clásico, las cosas cambiaron. Las leyes se volvieron más prácticas, más basadas en acuerdos entre las partes y con menos ceremonias. Esto lo hizo más flexible y útil. Algo que definitivamente ayudó a que perdurará. Si lo pensamos, países como México o España todavía basan muchas de sus leyes civiles en principios romanos. ¿Quién lo diría? Cosas como los contratos, las obligaciones o las separaciones entre Derecho público y privado vienen directamente. De ahí. Es como si ese legado siguiera acompañándonos en nuestras decisiones legales y en nuestra vida cotidiana. Adaptarse al presente Otra cosa fascinante es como el derecho romano siempre respondió al contexto en el que se encontraba. Cuando Roma empezó a expandirse, a interactuar con otros pueblos, sus leyes también tuvieron que adaptarse. Así nació el gentium. Una especie de derecho universal que ayudaba a resolver conflictos entre ciudadanos romanos y extranjeros. Fue un gran paso hacia algo más global, menos exclusivo. En el mundo de hoy enfrentamos problemas muy distintos, inteligencia artificial. Protección de datos, comercio internacional, aunque no se parece en nada a los desafíos de Roma, la idea de un derecho que evoluciona, Para responder a las necesidades del momento, sigue siendo igual de válida.
La herencia y el efecto del Derecho romano en la actualidad Hablar del Derecho romano es como hablar de la raíz de nuestro sistema legal. No es sólo una reliquia histórica sino algo que sigue muy vivo en nuestras leyes, en la forma en que entendemos la justicia. y hasta en cómo organizamos nuestra sociedad. Desde sus inicios, cuando Roma era apenas una pequeña ciudad. Hasta las grandes compilaciones de Justiniano, el Derecho Romano ha dejado una marca tan profunda que aún hoy lo usamos como las bases en muchos países, como es el caso de México, Latinoamérica y gran parte de Europa. La justicia: un ideal que no cambia El jurista ulpiano decía que la justicia es dar a cada uno lo suyo. Suena simple, pero encierra algo muy profundo para los romanos. La justicia no era sólo un concepto abstracto. Era algo que debía aplicar en cada caso, adaptando las leyes cuando era necesario. Por eso daban tanta importancia a la equidad, que no es más que ajustar el derecho a las particularidades en cada situación. Eso es algo que todavía intentamos hacer hoy, Claro, hay veces que no lo logramos del todo, pero esta búsqueda de un sistema más justo sigue ahí. Y pensar que esa idea viene de hace tantos siglos es algo que nos conecta con nuestra historia de una forma increíble. Más que leyes El Derecho romano no sólo nos dejó reglas y principios, también incluyó en cómo pensamos el derecho como sistema. La forma en que los romanos codificaron sus leyes sirvió de modelo para grandes codificaciones modernas. Como el Código civil, francés o alemán. Incluso ahora los estudiantes de Derecho siguen estudiándolo porque tienen mucho que enseñar, no sólo como historia, sino como una herramienta para resolver problemas. Además, es de sistema. Nos recuerda que el Derecho no es sólo un montón de normas. Es una forma de organizar la convivencia y hacer que las personas entiendan y vivan mejor juntas. Esa es una lección que nunca pasará de moda.