









































































Study with the several resources on Docsity
Earn points by helping other students or get them with a premium plan
Prepare for your exams
Study with the several resources on Docsity
Earn points to download
Earn points by helping other students or get them with a premium plan
Community
Ask the community for help and clear up your study doubts
Discover the best universities in your country according to Docsity users
Free resources
Download our free guides on studying techniques, anxiety management strategies, and thesis advice from Docsity tutors
Inteligencia emocional Louise.
Typology: Cheat Sheet
1 / 81
This page cannot be seen from the preview
Don't miss anything!
Manual de trabajo es una expresión que impone respeto, y somos muchos los que sentimos que para erradicar viejas pautas de pensamiento, profundamente arraigadas, lo que se debe hacer es precisamente trabajar, y mucho. Sin embargo, yo no creo que para cambiar interiormente haya que «trabajar», ni tampoco que el proceso tenga que ser difícil ni doloroso. Creo que puede ser una aventura. Por eso me gustaría dedicar este libro al aventurero que hay en tí. Ahora te dispones a emprender la búsqueda del tesoro. Cada pauta negativa que descubras no es más que algo que hay que examinar y de lo que hay que desprenderse. Debajo de cada una de ellas hay un tesoro escondido.
Busca tu propio oro, crea tu propia buena salud, llena tu vida de amor, encuentra tu propia libertad. Eres digno de ello; te lo mereces, y yo te ayudaré. Estás en la senda de la iluminación interior. En la medida en que te vayas liberando, ayudarás a salvar el planeta.
Éste es un libro sobre el cambio. Ya se que tu también quieres que todo y todos cambien.Tu madre y tu padre, tus amigos, tu hermana, tu amante, el propietario de tu casa, tus vecinos, los ministros, y los funcionarios del gobierno, todos deben cambiar para que tu vida pueda ser perfecta. Pero la cosa no funciona así. Si quieres introducir cambios en tu vida, quien debe cambiar eres tú. Cuando cambies, entonces todas las demás personas que forman tu mundo cambiarán la forma de relacionarse contigo. ¿Estas dispuesto a cambiar? Si lo estás, entonces podemos crear, juntos, la vida que dices querer. Lo único que tienes que hacer es cambiar algunas ideas y renunciar a algunas creencias. ¿Parece sencillo? Lo es. Sin embargo, no siempre es fácil. Exploraremos algunas de las cosas que quizás crees, en los diferentes ámbitos de tu vida. Si tienes creencias positivas, te insto para que las mantengas y las enriquezcas. Y si tropezamos con creencias negativas, yo te ayudaré a liberarte de ellas.
Mi vida es un buen ejemplo de lo que puede sucederle a uno cuando cambia de manera de pensar. Yo pasé de ser una niña maltratada, que creció en la pobreza, con muy poca autoestima y múltiples problemas, a convertirme en una mujer conocida y capaz de ayudar a otros. Ya no vivo en medio del dolor y el sufrimiento: me he creado una vida maravillosa, y tú también puedes hacerlo. Te pido que seas amable contigo mismo al iniciar los ejercicios que encontrarás en este libro. El cambio puede ser difícil o fácil. Reconócete cada esfuerzo que hagas. Puede que tengas que pasar por un período de transición entre tus dos sistemas de creencias, el viejo y el nuevo. Es probable que vaciles ante tus antiguas maneras de conducirte y de pensar. No te de-salientes. Sé amable contigo mismo, como lo serías con un amigo a quien quieres. Mientras pasas por esta nueva experiencia, anímate y estimúlate a ti mismo. Conseguirás resultados más rápidos si eres constante con los ejercicios que te ofrece el libro. Y sin embargo, si no puedes hacer más que un ejercicio por mes, también te será útil. Haz lo que puedas. Los ejercicios te darán nueva información sobre ti mismo y te capacitarán para hacer opciones nuevas. Cada opción nueva que hagas será como si sembraras una semilla en tu nuevo jardín mental. Las semillas pueden necesitar tiempo para germinar y crecer. Recuerda que cuando se siembra una semilla no se obtiene instantáneamente un árbol, y entenderás que tampoco se obtienen siempre resultados instantáneos de este trabajo. Te aconsejo que uses este libro por secciones. Procura trabajar en un aspecto de tu vida por vez. Examina realmente tus sentimientos al ir haciendo cada ejercicio. Léete el libro entero para empezar, y deja aflorar ideas y recuerdos. Después vuelve atrás y haz todos los ejercicios. Hazlos todos, incluso los referentes a áreas en las que no tienes problemas. Quizá te sorprendas al ver las cosas que afloran. Y si se trata de un área en la que tienes dificultades, haz los ejercicios varias veces, e invéntate también algunos.
No escuches únicamente lo que ellos te digan; fíjate en lo que les pasa mientras hablan. ¿Qué dice su lenguaje corporal? Si puedes, míralos a los ojos y ve si encuentras en ellos al niño que llevan dentro. Quizá sólo puedas verlo durante una fracción de segundo, pero es posible que eso te dé acceso a alguna información valiosa. Yo creo que elegimos a nuestros padres. Creo que hemos decidido encarnarnos en esta tierra en un momento y un lugar determinados. Hemos venido aquí a aprender ciertas lecciones que nos permitan avanzar en nuestra senda espiritual y evolutiva. Creo que escogemos nuestro sexo, el color de nuestra "piel y nuestro país, y luego buscamos específicamente los padres que favorezcan nuestro trabajo espiritual en esta vida. Todo aquello con que nos enfrentamos es un pensamiento, y los pensamientos se pueden cambiar. Sea cual fuere el problema, tus experiencias son los efectos externos de algo interno: tus pensamientos. Incluso el odio a uno mismo es una idea que uno tiene de sí. Esta idea produce un sentimiento, y uno acepta ese sentimiento. Pero si no tuviéramos la idea, no tendríamos el sentimiento. Los pensamientos se pueden cambiar. Cambia el pensamiento y el sentimiento desaparecerá. El pasado no tiene poder sobre nosotros. No importa cuánto tiempo nos hayamos pasado siguiendo una pauta negativa. Podemos liberarnos de ella en este momento. Tanto si lo creemos como si no, somos nosotros quienes escogemos nuestros pensamientos. Quizás habitualmente pensemos una y otra vez lo mismo, de modo que no parece que estemos eligiendo nuestros pensamientos, pero en su momento hicimos la opción original. Podemos negamos a pensar ciertas cosas. ¿Cuántas veces te has negado a pensar algo positivo sobre ti mismo? También puedes negarte a pensar algo negativo sobre ti mismo. La creencia más íntima de todas las personas con quienes he trabajado es siempre: «¡Yo no sirvo para...!» Todas las personas que conozco o con quienes he trabajado padecen, en mayor o menor medida, de sentimientos de culpa o de odio hacia sí mismas. «Yo no sirvo para esto, o no hago lo suficiente para conseguir lo otro, o no me lo merezco», son quejas bien comunes. Pero, ¿a los ojos de quién, o según qué normas no sirves, o no te lo me-reces? Estoy convencida de que el resentimiento, las críticas y el miedo causan la mayoría de los problemas que tenemos en la vida. Estos sentimientos pro-vienen de que culpamos a los demás y no asumimos la responsabilidad de nuestras propias experiencias. Si somos los únicos responsables de todo lo que nos pasa en la vida, entonces no hay nadie a quién culpar. Sea lo que fuere lo que esté sucediendo «ahí fuera», no hace más que reflejar la intimidad de nuestros propios pensamientos. No es que yo excuse a los demás por su mal comportamiento; lo que afirmo es que nuestro sistema de creencias atrae tal comportamiento. En ti hay alguna idea que atrae a la gente que exterioriza esa clase de comportamiento. Si la gente abusa constantemente de ti o te maltrata, piensa que la pauta es tuya. Esa forma de comportamiento desaparecerá de tu vida cuando cambies la idea que la atrae. Podemos cambiar nuestra actitud hacia el pasado. El pasado pasó, y no se lo puede cambiar. Es una tontería que nos castiguemos ahora porque alguien, hace mucho tiempo, nos hizo daño. Si optamos por creer que somos víctimas desvalidas y que para nosotros no hay esperanza, el mundo apoyará nuestra creencia. Nuestras peores opiniones de nosotros mismos se verán confirmadas. Si optamos por creer que somos responsables de nuestras experiencias, tanto de las buenas como de las supuestamente malas, entonces tendremos la oportunidad de superar y dejar atrás los efectos del pasado. Podemos cambiar; podemos ser libres. El camino hacia la libertad pasa por la puerta del perdón. Quizá no sepamos perdonar, y tal vez no deseemos hacerlo; pero si tenemos la voluntad de perdonar, estamos iniciando el proceso de sanar, y para que este proceso llegue a su fin, es indispensable que dejemos de aterrarnos al pasado y que perdonemos a todo el mundo. Esto no significa que yo excuse el mal comportamiento. Lo que quiero es estimular el proceso que te lleve a liberarte. Perdonar significa renunciar, aflojar la presión. ¡Entendemos tan bien nuestro dolor! Y sin embargo, a casi todos se nos hace difícil entender el dolor de alguien que nos maltrató. Esa persona a quien necesitamos perdonar también sufría. Y además, no hacía más que reflejar lo
que nosotros creíamos de nosotros mismos. Esa persona hizo lo mejor que podía hacer, dado lo que sabía, lo que comprendía y la conciencia que tenía en aquel momento. Cuando la gente viene a verme con un problema -sea éste el que fuere: mala salud, falta de dinero, relaciones insatisfactorias o creatividad bloqueada-, no hay más que una cosa sobre la cual yo trabajo siempre, y es el amor a uno mismo. He comprobado que cuando realmente nos amamos, aceptamos y aprobamos exactamente tal como somos, todo fluye sin obstáculos en la vida. La aprobación y la aceptación de nosotros mismos, aquí y ahora, son la clave de los cambios positivos que podemos lograr en todos los ámbitos de nuestra vida. Para mí, amarse a uno mismo significa no criticarse nunca jamás, por nada. La crítica nos aprisiona en la pauta misma que estamos procurando cambiar. Haz el intento: apruébate, y ve qué pasa. Hace años que vienes criticándote. ¿Te ha servido de algo?
Las afirmaciones
Usaremos afirmaciones a lo largo de todo el libro. Todos los enunciados que hacemos -sean positivos o negativos- son afirmaciones. Demasiado a menudo nuestros pensamientos están llenos de afirmaciones negativas. Y las afirmaciones negativas no hacen otra cosa que seguir creando lo que no deseamos. Con decir que estamos hartos de ese coche viejo no vamos a ninguna parte. Pero si decimos: «Bendigo este coche viejo y me desprendo de él con amor, porque ahora acepto y me merezco un hermoso coche nuevo», estamos abriendo en nuestra conciencia los canales para crear esa nueva situación. Haz enunciados positivos que expresen cómo quieres que sea tu vida. Un punto importante es formular siempre los enunciados en TIEMPO PRESENTE, diciendo «soy» o «tengo», por ejemplo. Tu subconsciente es un servidor tan obediente que si formulas declaraciones referentes al futuro, diciendo «seré» o «tendré», o incluso «quiero ser» o «quiero tener», ahí es donde lo que desees se quedará siempre... en el futuro, fuera de tu alcance. El doctor Bernie Siegel, autor de los best-sellers Amor, medicina milagrosa* y Paz, amor y autocuración, ** dice que «las afirmaciones no son una negación del presente, sino una esperanza para el futuro. Si uno les permite que impregnen su conciencia, se le harán cada vez más creíbles, hasta que terminen por formar parte de su realidad».
El trabajo con el espejo
Se trata de una valiosa herramienta. El espejo refleja los sentimientos que tenemos hacia nosotros mismos. Nos muestra claramente cuáles son las cosas que necesitamos cambiar si queremos tener una vida llena de júbilo y de satisfacción. Siempre digo a la gente que se mire a los ojos y se diga algo positivo sobre sí misma cada vez que pase frente a un espejo. La manera más poderosa de hacer afirmaciones es mirarse en el espejo y decírselas en voz alta. Así, uno se da cuenta inmediatamente de la resistencia y puede superarla más pronto. Mientras lees este libro, ten a tu alcance un espejo de mano, y usa un espejo más grande para algunos de los ejercicios más profundos.
La visualización
Visualizar es utilizar la imaginación para lograr el resultado deseado. Dicho de forma más simple, uno ve lo que desea que suceda, antes de que ocurra en realidad.
4. ¿Mereces vivir? ¿Por qué? ¿Por qué no? ¿Te dijeron alguna vez que te merecías la muerte? En caso afirmativo, ¿formaba parte esta afirmación de tu educación religiosa? 5. ¿Para qué tienes que vivir? ¿Cuál es el propósito de tu vida? ¿Qué significado te has creado? 6. ¿Qué es lo que te mereces?
«Me merezco el amor y el júbilo y todo lo que es bueno.» ¿O en lo pro-fundo de ti mismo sientes que no te mereces nada? ¿Por qué? ¿De dónde proviene el mensaje? ¿Estás dispuesto a desoírlo? ¿Por qué otra cosa vas a reemplazarlo? Recuerda que todo son pensamientos, y que los pensamien- tos se pueden cambiar.
Ya puedes ver que el poder personal se ve afectado por la forma en que percibimos nuestro merecimiento. Practica con el «tratamiento de merecimiento» que te propongo a continuación. En pocas palabras, los tratamientos son enunciados positivos que se hacen en cualquier situación dada para establecer nuevas pautas de pensamiento y disolver las antiguas.
«Me veo a mí mismo con los ojos del amor y estoy a salvo.»
Me gustaría que en esta sección nos mirásemos a nosotros mismos y observáramos nuestras creencias. Todos tenemos muchas creencias positivas, y queremos continuar reforzándolas. Pero también tenemos muchas creencias negativas, que siguen contribuyendo a crearnos experiencias desagradables. Es imposible que cambiemos las creencias que nos limitan si no sabemos cuáles son. Mira esta lista de palabras y escribe qué significado tienen para ti. Si crees, por ejemplo, que:
Los hombres son fuertes. Los hombres son unos mandones. Los hombres son listos.
A las mujeres les pagan menos. Las mujeres tienen que limpiar la casa. Las mujeres son delicadas y tiernas.
Ahora concéntrate en los temas que te resultan más difíciles. ¿Tienes conflictos de creencias? ¿Cuántas de tus respuestas son negativas? Pon un asterisco junto a esas respuestas. ¿Realmente quieres seguir construyendo tu vida sobre la base de estas convicciones? Date cuenta de que esas ideas te las enseñó alguien, y de que ahora que las has visto tal como son, puedes optar por desprenderte de ellas.
EJERCICIO: Tu historia
Éste podría ser para ti el momento de escribir una breve historia de tu vida. Comienza con tu niñez, y usa más papel sí lo necesitas.
¿Qué otras creencias negativas quizás anden resonando por tu subconsciente? Permíteles aflorar. Quizá te sorprendas de lo que halles. ¿Con cuántos mensajes negativos te encontraste mientras escribías tu historia? Cada creencia negativa que aflora a la superficie es un tesoro. « ¡Aja! Te he encontrado» dile. «Tu eres la que me ha estado causando todos estos líos. Ahora puedo eliminarte.» Otras creencias negativas:
Este puede ser un buen momento para que busques tu espejo de mano y te mires a los ojos, afirmando tu «disposición» a liberarte de todas tus viejas creencias negativas. Respira profundamente mientras lo haces y di en voz alta, si puedes: «Estoy dispuesto a liberarme de todas mis viejas creencias negativas, que ya no me sirven de alimento.» Repítelo varias veces.
El niño interior
Somos muchos los que llevamos dentro un niño perdido y solitario que se siente tremendamente rechazado. Quizás el único contacto que hayamos mantenido durante largo tiempo con nuestro niño interior haya consistido en reñirlo y criticarlo. ¡Y después no entendemos por qué somos desdichados! No podemos rechazar una parte de nosotros mismos y seguir manteniendo nuestra armonía interior. El proceso de sanar incluye el hecho de volver a unir todas las partes de nosotros mismos para poder alcanzar la plenitud. Hagamos algunos trabajos que nos permitan conectar con esas partes nuestras que hemos descuidado.
Busca una foto
Busca una foto de ti mismo cuando eras niño. Sí no tienes ninguna, pídesela a tus padres. Estudia cuidadosamente esa imagen. ¿Qué ves? Puede ser alegría, dolor, sufrimiento, enojo o miedo. ¿Amas a ese niño? ¿Puedes relacionarte con él? Yo busqué una foto de cuando tenía cinco años y la hice ampliar a un tamaño de 12 por 15, para poder ver de verdad a mi niña. Escribe algunas palabras sobre tu niño interior.
Dibújalo
Utiliza lápices al pastel, rotuladores o simples lápices de colores. Puedes usar el espacio en blanco del manual de trabajo o buscar una hoja de papel más grande. Usa tu mano no dominante (la que no utilizas para escribir) y haz un dibujo de tí cuando eras niño. ¿Qué te dice esa imagen? ¿Qué colores has utilizado? ¿Qué está haciendo el niño? Describe la imagen.
Habla con tu niño interior Ahora, tómate algún tiempo para hablar con tu niño interior. Descubre más cosas de él. Hazle preguntas.
A medida que hagas los ejercicios que te propongo en este libro, vuelve continuamente sobre estos siete puntos. No te limites a quedarte en tus problemas específicos. Cuando aceptes realmente estas ideas y las hagas parte de tu sistema de creencias, te volverás «poderoso», y con frecuencia los problemas se resolverán por sí solos. El objetivo es cambiar lo que crees sobre ti mismo y sobre el mundo en que vives. No son las personas, los lugares ni las cosas lo que te crea problemas; es la forma en que «percibes» estas experiencias vitales y en que «reaccionas» ante ellas. Asume la responsabilidad de tu propia vida. No renuncies a tu poder. Aprende a entender mejor tu propio ser interior, espiritual, y opera sometiéndote a ese poder que para ti sólo crea el bien. «Me doy permiso para aprender.»
«Devuelvo a mi cuerpo una salud perfecta y la mantengo.» Enunciados
¿Cuántos de estos enunciados te suenan conocidos? Vamos a echar un vistazo a nuestras creencias sobre la salud. Creo que tenemos que ver con todas las «enfermedades» de nuestro cuerpo. El cuerpo, como todo lo demás en la vida, es un espejo de lo que interiormente pensamos y creemos. Nuestro cuerpo está hablándonos continuamente; lo único que hace falta es que nos tomemos el tiempo necesario para escucharlo. Cada célula de nuestro cuerpo responde a cada cosa que pensamos.
Cuando descubrimos cuál es la pauta mental que hay detrás de una enfermedad, tenemos oportunidad de cambiar esa pauta y, por consiguiente, ese malestar. La mayoría de las personas no quieren ponerse enfermas en un nivel consciente, y sin embargo cada malestar que tenemos es un maestro. La enfermedad es la manera que tiene el cuerpo de decirnos que en la conciencia hay una idea falsa. Algo de lo que creemos, decimos, hacemos o pensamos no es para nuestro mayor bien. Yo siempre me imagino que el cuerpo nos da tironcitos, diciéndonos: « ¡Préstame atención, por favor!».
A veces la gente quiere estar enferma. En nuestra sociedad, hemos hecho de la enfermedad una manera legítima de evadir la responsabilidad o las situaciones desagradables. Si no somos capaces de aprender a decir «no», entonces quizá tengamos que inventarnos un malestar que lo diga por nosotros. Hace algunos años leí un informe muy interesante. Decía que sólo el treinta por ciento de los pacientes siguen las instrucciones de su médico. De acuerdo con el doctor John Harrison, autor de un libro fascinante, Love your disease (Ame su enfermedad), muchas personas van al médico sólo para obtener alivio de los síntomas más agudos de su enfermedad, para así poder seguir tolerando su malestar. Es como si entre médico y paciente existiera un acuerdo tácito y subconsciente: el médico accede a no curar al paciente si éste finge hacer algo por su estado. También es parte de este acuerdo el que una persona pague y la otra se convierta en figura de autoridad, con lo que ambas partes quedan satisfechas.
EJERCICIO: Libérate de tus problemas de salud ¿Estás dispuesto a liberarte de la necesidad que ha provocado tus problemas de salud? Digámoslo una vez más: cuando hay algo en nosotros que queremos cambiar, lo primero que tenemos que hacer es decirlo. Di entonces: «Estoy dispuesto a liberarme de la necesidad interior que ha provocado este estado.» Vuelve a decirlo. Dilo mirándote al espejo. Dilo cada vez, que pienses en lo que te pasa. Es el primer paso para conseguir un cambio.
**_1. Enumera todas las enfermedades de tu madre.
EJERCICIO: Salud y mal-estar Vamos a examinar algunas de tus creencias referentes a la salud y al mal-estar. Contesta las siguientes preguntas de la forma más abierta y sincera que puedas.
**_1. ¿Qué recuerdas de tus enfermedades de niño?
5. Me merezco tener buena salud. 1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
EJERCICIO: El propio valor
Examinemos el problema del propio valor. Responde a las preguntas que si-guen, y después de cada una, crea una afirmación positiva.
1. ¿Me merezco tener buena salud? Ejemplo: No. La enfermedad es característica en mi familia. TU EJEMPLO:
Afirmación de muestra: Acepto y me merezco tener una salud perfecta ahora. TU AFIRMACIÓN:
2. Respecto a mi salud, ¿qué es lo que más temor me inspira? Ejemplo: Tengo miedo de ponerme enfermo. TU EJEMPLO:
Afirmación de muestra: Estar bien ahora me da seguridad. Siempre soy amado. TU AFIRMACIÓN:
3. ¿Qué es lo que «obtengo» de esta creencia? Ejemplo: No tengo que ser responsable. TU EJEMPLO:
Afirmación de muestra: Estoy lleno de confianza y me siento seguro. La vida es fácil para mí. TU AFIRMACIÓN:
4. ¿Qué temo que me suceda si renuncio a esta creencia? Ejemplo: Tendría que crecer.
TU EJEMPLO:
«Dios me ha concedido el derecho a estar cómodo.»
Enunciados
¿Puedes identificarte con alguno de estos sentimientos? Tal vez necesites trabajar con tu bienestar emocional. Los problemas emocionales se cuentan entre los más dolorosos. En ocasiones, podemos sentirnos enojados, tristes, solitarios, culpables, angustiados o asustados. Cuando estos sentimientos toman la primacía y se vuelven predominantes, la vida puede convertirse en un campo de batalla.
Lo que importa es lo que hacemos con nuestros sentimientos. ¿Los convertiremos en actos sin tener conciencia de lo que hacemos? ¿Castigaremos a otras personas o les impondremos nuestra voluntad? ¿Abusaremos de alguna manera de nosotros mismos? Con frecuencia, la creencia de no servir, de no valer, constituye la raíz de estos problemas. Una buena salud mental empieza por amarse a uno mismo. Cuando nos amamos y nos aprobamos completamente, tanto en lo bueno como en lo supuestamente malo, podemos empezar a cambiar. Parte de la auto aceptación está en liberarse de las opiniones ajenas. Muchas de las cosas que hemos llegado a creer sobre nosotros mismos no tienen absolutamente ninguna base real. Por ejemplo, un hombre joven que se llamaba Eric fue cliente mío hace varios años, cuando yo aún mantenía mi consulta privada. Era alucinantemente guapo, y se ganaba muy bien la vida como modelo. Me contó lo difícil que se le había hecho ir al gimnasio, porque se sentía feo.
Mientras trabajábamos juntos, descubrimos que, durante su infancia, un matoncito del barrio solía llamarlo «feo». Además, tenía la costumbre de golpearlo y amenazarlo constantemente. Para que lo dejaran en paz, y para sentirse seguro, Eric empezó a esconderse, aceptando el hecho de que «no valía». Interiormente, se sentía feo. Gracias al trabajo con el espejo, al aprendizaje del amor a sí mismo y a las afirmaciones positivas, Eric ha mejorado enormemente. Los molestos sentimientos de ansiedad pueden reaparecer, pero ahora él cuenta con armas para defenderse de ellos. Recuerde que los sentimientos de inadecuación se inician con los pensamientos negativos que albergamos sobre nosotros mismos. Sin embargo, tales pensamientos no tienen poder alguno sobre nosotros, a menos que actuemos con arreglo a ellos. Los pensamientos no son más que sartas de palabras que no significan nada. Sólo NOSOTROS les damos significado. Y se lo damos concentrándonos mentalmente, una y otra vez, en los mensajes negativos, creyendo lo peor sobre nosotros mismos. Quien escoge el tipo de significado que damos a los mensajes somos nosotros mismos. Sea cual sea el dolor que podamos estar padeciendo, elijamos pensamientos que nos nutran y nos den apoyo.
EL TRABAJO CON EL ESPEJO
¿Crees que te mereces tener paz y serenidad en tu vida emocional? Si no lo crees, no te permitirás tenerlas. Vuelve a mirarte en el espejo y di: «Me merezco tener paz interior, y la acepto ahora.» Dilo unas cuantas veces.
**_1. ¿Qué clase de sentimientos afloran?
Si tienes cualquier sensación negativa en el cuerpo, afirma: «Me libero de la pauta que en mi conciencia está creando resistencias a mi propio bien. Me merezco sentirme bien.» Repítelo hasta que sientas la aceptación. Haz lo mismo durante varios días seguidos. Quizá te sientas raro o tonto haciendo alguno de estos ejercicios. Tal vez te preguntes cómo es posible que hacer eso dé algún resultado. Pues yo he visto que a mucha gente le funciona. Poco a poco se logran maravillas.
EJERCICIO: Diviértete con tu niño interior Cuando te encuentras en un estado de angustia o de miedo que no te permite funcionar, es probable que hayas abandonado a tu niño interior. Piensa algunas maneras de volver a conectarte con él. ¿Qué podríais hacer vosotros dos para divertiros? ¿Qué podríais hacer que sea LO QUE NECESITÁIS?
Enumera quince maneras en las que podrías pasártelo bien con tu niño interior. Tal vez disfrutaseis leyendo buenos libros, yendo al cine, cuidando el jardín, escribiendo un diario o tomando un baño caliente. Y ¿qué hay de algunas actividades «de crios»? Realmente, tómate tiempo para pensarlo. Podríais iros corriendo hasta la playa, columpiaros, hacer dibujos con