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La inmunidad, capacidad del cuerpo para defenderse contra enfermedades, reconociendo y respondiendo a sustancias extrañas, como bacterias, virus y toxinas, o incluso a células propias dañadas
Typology: Schemes and Mind Maps
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Salud Comunitaria y Familiar IV, 2008
Las inmunizaciones como herramienta fundamental de la Salud Pública han conseguido salvar millones de vidas humanas y evitar una gran carga de morbilidad y de secuelas a toda la población, durante décadas. A diferencia de otros medicamentos constituyen una medida de prevención de primera magnitud, que permite la protección no solo a nivel individual sino también grupal. La introducción de la inmunización ha permitido beneficios incuestionables, se ahorra en el costo de los tratamientos, se reduce la incidencia de muchas enfermedades infecciosas y lógicamente hay una reducción de la mortalidad. Hoy día cuando casi se han erradicado por completo las enfermedades infecciosas en los países industrializados a través de programas de vacunación masiva las bacterias o virus que provocan dichas enfermedades siguen existiendo y continúan representando una amenaza para la salud de las personas que no estén inmunizadas. En muchos lugares del mundo, en especial en África y en el sureste de Asia, la poliomielitis, el tétano y el sarampión siguen afectando a la población a gran escala. Dichas enfermedades son las causantes de graves enfermedades e incluso de la muerte de millones de personas que no tienen acceso a la asistencia médica adecuada y por tanto a los programas de vacunación existentes. No obstante la aplicación de estos programas, junto con otras medidas de salud pública como el saneamiento básico, ha logrado un descenso importante en la morbilidad y la mortalidad atribuible a las enfermedades infecciosas. A pesar de los adelantos en el diagnóstico y tratamiento de muchas enfermedades, el tema de las inmunizaciones demuestra que las acciones de prevención son muy importantes para conseguir una vida sana. El presente material bibliográfico brinda los elementos básicos de inmunidad e inmunizaciones, que constituyen una de las formas más eficaces para la protección de personas y la población susceptible a la enfermedad infecciosa, estos conocimientos resultan de gran importancia para el desempeño del médico integral comunitario en su labor preventiva en la Atención Primaria de Salud.
El término inmunidad proviene del latín immunitas, que significa exención del servicio militar, el pago de impuestos u otros servicios públicos, pero el concepto seguramente es muy antiguo. La primera descripción escrita del concepto de inmunidad pudo ser hecha por el ateniense Tucídides que, en el 430 a.c., describió que cuando la peste afectó a Atenas “los enfermos y los moribundos estuvieron cuidados por la atención compasiva de esos que se habían recuperado, porque sabían el tratamiento de la enfermedad y estaban ellos mismo libres de aprensiones. Ninguno fue atacado jamás una segunda vez, o no con un resultado fatal”. El término “inmunes”, también se encuentra en el poema épico “Farsalia” escrito alrededor del 60 a.c. por el poeta Marco Anneo Lucano para describir la resistencia de una tribu norteafricana al veneno de las serpientes. La primera descripción clínica de la inmunidad que surgió de una enfermedad específica por un organismo causante es probablemente Kitab fi al-jadari wa-al-hasbah (Un tratado sobre la viruela y el sarampión) escrito por el médico islámico Al-Razi en el siglo IX. En el tratado, Al- Razi describe la presentación clínica de la viruela y el sarampión y pasa a indicar que la exposición a estos agentes específicos otorga inmunidad duradera (aunque no usa este término). No obstante, fue con la Teoría germinal de las enfermedades de Louis Pasteur que la incipiente ciencia de la inmunología comenzó a explicar cómo las bacterias causaban las enfermedades, y cómo, después de la infección, el cuerpo humano aumentaba la capacidad de resistir más ofensas. Se denomina inmune a aquél que habiendo padecido una infección o estando vacunado, mantiene luego defensa contra los gérmenes que la provocaron. Existen diversas maneras de generar inmunidad en los seres humanos, inmunidad que les proporcione protección, en diferentes grados, ante ciertas enfermedades. Definición: es la capacidad del cuerpo para luchar contra la enfermedad. Cuando las bacterias o los virus consiguen entrar en el sistema de una persona, el cuerpo lucha contra la infección produciendo anticuerpos que atacan al microorganismo extraño. Tipos: Puede ser innata, que es aquella con la que se nace y consiste en barreras que impiden que los materiales dañinos ingresen al cuerpo. Estas barreras forman la primera línea de defensa en la respuesta inmunitaria, son ejemplos de ellas: el reflejo tusígeno, las enzimas en las lágrimas y en los aceites de la piel, el mucus que atrapa bacterias y partículas pequeñas, la
La protección natural tras recuperarse de una enfermedad infecciosa proporciona inmunidad puesto que el cuerpo produce anticuerpos para combatir a la enfermedad. Sin embargo, numerosas enfermedades infecciosas pueden causar complicaciones molestas y peligrosas o incluso la muerte. La polio puede provocar la parálisis, la pertussis (tos convulsa) puede provocar la neumonía y el sarampión puede causar neumonía y la encefalitis; estas tres enfermedades puede tener como consecuencia la muerte. La vacunación representa una alternativa más segura que la inmunidad “natural” sin correr el riesgo de padecer complicaciones serias o incluso morir como consecuencia de la enfermedad.
El término vacunación hoy en día se utiliza para referirse a la administración de cualquier vacuna, independientemente de que el receptor quede adecuadamente inmunizado, a veces se trata como sinónimo de inmunización pero está última designa el proceso mediante el cual se induce o transfiere inmunidad artificialmente. En la inmunidad activa se hace mediante la administración de un inmunobiológico para desencadenar la respuesta inmunitaria. En ella se suministran pequeñas dosis de un antígeno, como por ejemplo virus vivos debilitados o muertos, para activar la "memoria" del sistema inmunitario (linfocitos B activados y linfocitos T sensibilizados). Dicha memoria le permite al cuerpo reaccionar de manera rápida y efectiva ante las exposiciones futuras. Este procedimiento representa una alternativa más segura que la inmunidad “natural”, no se corren riesgos de padecer complicaciones serias o incluso morir como consecuencia de la enfermedad. Las bases inmunológicas a través de las que actúan las vacunas son diversas, así como la de los mecanismos de respuesta del sistema inmunitario frente a los distintos patógenos. Su conocimiento permite comprender mejor su mecanismo de acción y las nuevas técnicas en vías de desarrollo. La inmunidad generada por las vacunas, es similar a la originada por las enfermedades: la introducción en el organismo de un elemento llamado antígeno, desencadena una respuesta del organismo, mediante la formación de otro elemento llamado anticuerpo, que es el que va a actuar como barrera contra las enfermedades.
Hay cuatro tipos de vacunas tradicionales:
contra muchas enfermedades en una sola aplicación y que no necesiten refuerzos; hacia allí se dirigen las investigaciones actuales, a buscar vacunas que garanticen nuevas formas de otorgar inmunidad. En estos momentos al menos 10 vacunas de ADN desnudo -contra la hepatitis B, la malaria, la gripe, el herpes simple y el SIDA se encuentran atravesando ensayos clínicos que ponen a prueba su seguridad y según la prestigiosa revista Scientific American, en los próximos 5 años estarán listas las primeras vacunas de ADN desnudo.
Evolución histórica La búsqueda de alguna técnica para hacerse resistente a las enfermedades infecciosas es tan antigua como las propias civilizaciones y su investigación se pierde en los orígenes de los tiempos. Se afirma que la variolización, o transmisión de pústulas de enfermos de viruela, ya se realizaba en la antigua India, pasando luego este conocimiento a China, donde fue desarrollada; entonces ya los médicos chinos espolvoreaban intranasalmente el polvo de pústulas desecadas, esto más tarde se extendería a toda Asia. La introducción en Europa de esta técnica es muy posterior, atribuyéndose a Lady Mary Wortley Montagu, que era la esposa del embajador británico en Turquía y vio cómo la realizaban los turcos. Jenner administró por primera vez en 1796 vacuna de la viruela al niño James Phipps, y a él mismo, resultando protegidos al exponerse a la enfermedad. Consiguió su descubrimiento por atender las creencias populares y comprobar cómo las mujeres de Gloucester que ordeñaban vacas y se infectaban con la vaccinia de estos animales no enfermaban durante las epidemias de viruela humana. En ambas enfermedades aparecían vesículas muy similares, pero mientras que una era benigna para el hombre, la otra era casi siempre mortal. En 1798, Jenner dio a conocer públicamente sus descubrimientos en el libro A inquiry into the causes and effects of the variolae vaccínia. La idea de la vacunación antivariólica no fue originariamente suya, ya que se realizaba desde hacía miles de años, pero fue él quien relacionó la enfermedad de las vacas (cowpox) y la humana (smallpox) y la desarrolló científicamente. Aunque el primero en vacunar con éxito fuera Jenner, muchos consideran a Pasteur como el auténtico padre de la inmunoterapia, justificándolo por la extensión de sus investigaciones y la aplicación científica. Comenzó trabajando en animales y desarrolló un sistema de inmunización pasiva con caldo de pollo frente al cólera de las gallinas (1880). Más tarde (1885), ya con la colaboración de Roux, inmunizó ovejas procedentes de los llamados “campos malditos” contra al carbunco.
manera que se impida la transmisión de la infección y con ello sea prácticamente imposible la aparición de fenómenos epidémicos, logrando la protección directa en los individuos y la inmunidad colectiva de toda la población, incluidos los no vacunados. En todas las poblaciones es esencial alcanzar y mantener un nivel adecuado de inmunidad colectiva para conseguir el bloqueo de la transmisión de una infección y, más adelante, si ello es factible, alcanzar su erradicación. Esto es especialmente importante en las enfermedades en que el reservorio del agente es humano y la transmisión homóloga (viruela, tosferina, poliomielitis, sarampión, rubéola y parotiditis), donde las vacunas no sólo confieren protección individual sino también una protección colectiva o inmunidad de grupo. Cuando el reservorio no es exclusivamente humano, como en el tétanos y las zoonosis, no aparece este efecto y para lograrlo habría que inmunizar prácticamente a toda la población. El grado de inmunidad de un grupo necesaria para prevenir una epidemia depende de cada enfermedad, así como de otras dos características como la tasa de protección de la vacunación que es el porcentaje de individuos realmente protegidos entre los vacunados, que generalmente es inferior al 100%, y de las tasas de cobertura de la vacunación, es decir el porcentaje de vacunados entre la población diana, que varía en función de la intensidad del programa de vacunaciones.
Estrategias generales de vacunación En función de los enfoques mencionados se pueden considerar las siguientes estrategias generales de vacunación: I. Vacunación sistemática. II. Campañas de vacunación. III. Actuaciones esporádicas.
I. Vacunación sistemática Aplicación de diversas vacunas a toda la población, en edades determinadas y con intervalos más o menos fijos, configurando los llamados calendarios vacunales. Este tipo de estrategia consigue niveles altos de cobertura especialmente en los niños. Ejemplo: calendario de vacunaciones infantiles y las vacunaciones recomendadas en el adulto.
II. Campañas de vacunación Vacunación de grupos específicos de población de forma puntual y periódica. Con esta estrategia, las tasas de cobertura son inferiores a las conseguidas con la estrategia anterior. Son ejemplo de ella: campañas anuales de vacunación antigripal. III. Actuaciones esporádicas
Clasificación de las vacunas ⇒ Según utilidad sanitaria: esta clasificación aparece en la novena edición del Medicina Preventiva y Salud Pública de Piédrola Gil y las divide según su eficacia en salud pública en de elevada eficacia y de menor eficacia o de utilidad limitada es Salud Pública. A continuación se detallan las vacunas que se incluyen en ambas clasificaciones que integran:
Los estudios para determinar los atributos fundamentales de un producto vacunal brindan la información sobre estabilidad, eficacia y efectividad, ellos pueden demorar la salida final de un producto al mercado de 4 a 5 años, desde el ensayo en animales hasta su aplicación en humanos durante los ensayo clínicos. La estabilidad esta asociada a la resistencia que tenga la vacuna ante posibles degradaciones física como luz, temperaturas elevadas o bajas hasta la congelación o por el tiempo transcurrido desde su fabricación, entre otros factores. Se debe probar que la vacuna mantenga la estabilidad de su propiedad inmunógena. La eficacia, por otra parte, está asociada con los resultados o beneficios de salud proporcionados a las personas, después de vacunados bajo condiciones ideales, es decir, está en función de su inmunogenicidad. Cuando se habla sobre la efectividad de las vacunas se consideran los resultados o beneficios a la salud proporcionados por un programa de vacunaciones en la población, depende de factores económicos, ambientales, sociales, culturales que regulan su disponibilidad, el acceso, la estabilidad, la manipulación y la aceptabilidad por parte de la población a una vacuna.
Contraindicaciones generales
Dentro de las llamadas “falsas contraindicaciones” se encuentran las siguientes:
Precauciones
Definición: Es una acción conjunta de las naciones del mundo, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (0PS) y los gobiernos de los estados para el control, eliminación y erradicación de enfermedades prevenibles por vacunas. Planes principales El PAI centra sus acciones en seis planes principales. Estos obedecen a la política establecida por la Cumbre Mundial de la Infancia, que busca mejorar la salud y el bienestar de la población infantil:
⇒ Sentar las bases que garanticen un apoyo financiero nacional, que asegure la continuidad del programa. Esto, con el fin de que toda la población continúe teniendo acceso a los servicios de vacunación.
⇒ Erradicar la circulación del virus salvaje de la Poliomielitis. ⇒ Eliminar el Tétanos Neonatal. Metas Atendiendo a los propósitos anteriormente señalados, el PAI se ha fijado las siguientes metas:
Principales enfermedades inmunoprevenibles Tétanos: enfermedad neurológica aguda no contagiosa, producida por la toxina del Bacilo Tetánico. Desde el punto de vista epidemiológico es importante distinguir el Tétanos Neonatal (en menores de 28 días), del Tétanos que afecta a otros grupos de edad. La tasa de letalidad (en ambos grupos) puede llegar a más del 50%. Características Generales_._ Agente: Clostridium Tetani. Bacilo gram-positivo anaeróbico. Reservorio: Tracto intestinal del hombre y algunos animales domésticos, especialmente el caballo. Modo de transmisión: En menores de 28 días, por contaminación del cordón umbilical con el agente. En otros grupos de edad, por contaminación de heridas con él agente. Período de incubación: De 3 a 28 días. Generalmente seis días. A menor tiempo de incubación, la posibilidad que la enfermedad sea más grave es mayor. Transmisibilidad: Universal. Susceptibilidad: Universal. Inmunidad: Si la madre está vacunada, el recién nacido está protegido hasta por tres meses, gracias a los anticuerpos maternos. Por la vacunación completa con el Toxoide. La enfermedad no confiere inmunidad.
Sarampión: enfermedad aguda, sumamente contagiosa. Se caracteriza por fiebre alta, conjuntivitis y coriza, que generalmente preceden a un exantema morbiliforme; al final del cual aparece una descamación leve de la piel. Las complicaciones son frecuentes en desnutridos y la tasa de letalidad puede llegar al 5%. Características generales. Agente: Virus del Sarampión. Paramyxoviridae. Morvillivirus. Reservorio: El hombre. Modo de transmisión: Cuando se exhalan gotas de secreciones respiratorias pertenecientes a personas infectadas. El virus puede ser viable en esta forma, hasta por 2 horas. Período de incubación: De 7 a 14 días. Transmisibilidad: Desde 5 días antes, hasta 5 días después de aparecida la erupción. Es considerada una de las enfermedades más contagiosas. Susceptibilidad: Universal.
Inmunidad:
Parotiditis : enfermedad viral aguda y contagiosa. Se caracteriza por fiebre, hinchazón y dolor al tacto de una o más glándulas; por lo regular las salivares, la parótida y a veces las sublinguales o submaxilares. En ocasiones ataca el SNC (Sistema Nervioso Central), páncreas, testículos (15 a 20%) y ovarios (5%). Alrededor de un 30% de las infecciones son subclínicas. Rara vez es letal. Las complicaciones más comunes son: Esterilidad en ambos sexos, Meningitis Aséptica, Pancreatitis, Pericarditis, Artritis, Mastitis, Nefritis y Tiroiditis. Características Generales. Agente: Paramixovirus (virus de las paperas). Reservorio: El hombre infectado únicamente. Modo de transmisión: Por gotas de aerosol de secreciones oro faríngeas. Por contacto directo con la saliva de la persona infectada. Período de incubación: 14 a 21 días. Usualmente 18 días. Transmisibilidad: Desde 6 días antes, hasta 9 días después de que aparecen las manifestaciones clínicas. Susceptibilidad: Universal. Inmunidad: