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Éste ensayo abarca temas de principios y valores éticos y morales con las lecciones de Ossorio que nos dice a los abogados nuestra parte fundamental en la esencia de la honorabilidad. Aparte de qué este ensayo es importante y fundamental que lo lean los abogados estudiantes no solo el ensayo sino el libro en general para que tengan una visión general de lo que se necesita hoy en día, tener ética profesional en fin. Este ensayo es del año 2025, curso de la materia de Ética Jurídica, profesores importantes en la academia.
Typology: Essays (university)
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05 de Julio de 2025.
¿Hay ética y moral en el contexto de la abogacía y las nuevas leyes? Catherine Quetzaly Pérez Hernández. Sumario: I. Introducción. II. Hechos. III ¿ Qué se requiere para tener un sistema legal con ética y moral? IV. Principios morales V. Propuesta. VI. Conclusiones. VII. Fuentes de consulta. I. Introducción. La obra el Alma de la Toga^1 es mucho más que un simple manual de derecho, es un profundo ensayo ético y moral que ha servido como guía indispensable para muchas generaciones de juristas. Publicado por primera vez en 1919, este libro trasciende las leyes y los códigos para adentrarse en la esencia misma de la abogacía, explorando la vocación, la responsabilidad y los dilemas inherentes a la profesión. Osorio, un destacado jurista y político español, concibió esta obra no como un tratado técnico, sino como una reflexión íntima sobre lo que significa ser un abogado íntegro. Su objetivo principal fue recordar que el ejercicio del derecho va más allá del conocimiento legal; requiere una profunda conciencia social, una inquebrantable honestidad y una dedicación incondicional a la justicia. A lo largo de sus capítulos, Osorio aborda temas fundamentales como la independencia del abogado, el secreto profesional, la oratoria forense, la relación con el cliente y con los colegas, y la importancia de la moralidad en cada acto. Con un lenguaje claro y apasionado, el autor invita al lector a una introspección sobre el verdadero propósito de la abogacía: no solo resolver conflictos o ganar pleitos, sino contribuir a la construcción de una sociedad más justa y equitativa. En este ensayo del Alma de la Toga desde un punto de vista futurista se consolida como una lectura indispensable en las facultades de derecho, no solo por su valor histórico, (^1) Vea el libro https://puntocritico.com/ausajpuntocritico/documentos/EL_ALMA_DE_LA_TOGA- ANGEL_OSSORIO.pdf
La Chicana (Dilación Innecesaria): Osorio condena enérgicamente el uso de recursos y formas legales como medio de obstrucción o dilación del procedimiento judicial. Lo considera uno de los excesos más condenables, ya que afecta la conducta del abogado y la percepción pública de la abogacía. Aunque reconoce que en algunos casos puede ser una estrategia, siempre debe buscarse un fin justo. La Sensibilidad del Abogado: Osorio reflexiona sobre la necesidad de que el abogado tenga sensibilidad para comprender las pasiones humanas, el dolor, la ruina de una familia o la angustia de un hombre tras las rejas. Un corazón "frío y sin alma" no puede entender ni defender verdaderamente a las personas. El Desdoblamiento Psíquico^3 : Cliente y su causa hasta el punto de sentirla propia, sin perder su propia identidad y juicio crítico. No se trata de decir "el abogado no soy yo, sino mi cliente", sino de la capacidad de duplicar personalidades para defender la causa ajena con la misma pasión que si fuera propia, sin renunciar a la propia conciencia. La Independencia del Abogado: Se subraya la importancia de que el abogado sea independiente en su juicio y en su actuar, sin dejarse influenciar por presiones externas o intereses ajenos a la justicia. El Trabajo y la Vocación: Osorio resalta que el trabajo del abogado debe ser una pasión, no solo un medio para ganarse la vida. Debe ser una válvula para la expansión de los anhelos espirituales y la búsqueda de la justicia. La Oratoria y el Estilo Forense: Si bien no es un manual de retórica, Osorio dedica espacio a la importancia de la palabra, el estilo y la elocuencia en la labor del abogado, siempre al servicio de la verdad y la claridad. La Relación con el Cliente y los Colegas: Se discuten los principios de honestidad y lealtad en las relaciones con los clientes, así como la cordialidad y el respeto entre los propios abogados. La Mujer en el Bufete: Aunque es un capítulo que genera controversia hoy en día por su perspectiva de la época (1919), Osorio aborda la presencia femenina en la profesión, lo que en su momento fue un tema de discusión. (^3) Se refiere a la capacidad del abogado de "comprometerse".
En aclaración estos capítulos dedicado a un aspecto fundamental de la abogacía y la ética profesional. Aunque la numeración y los títulos exactos pueden variar ligeramente entre ediciones, la estructura general y los temas principales se mantienen. En el capítulo inicial establece la distinción fundamental entre un simple licenciado en derecho y un verdadero abogado^4. Osorio argumenta que el abogado no es solo quien posee un título, sino quien ejerce la profesión de manera continua y vocacional, defendiendo la justicia y los intereses de otros con ética y compromiso. Se enfoca en la vocación y la fuerza interior necesaria. Osorio profundiza en la idea de que la abogacía requiere una vocación inquebrantable y una convicción profunda.^5 Aborda a la justicia que no es meramente un concepto legal abstracto, sino una sensación o intuición innata. El abogado debe poseer un sentido de lo justo que lo guíe en su actuar, más allá de la literalidad de las leyes. Considerado uno de los capítulos centrales, este trata sobre la ética y la rectitud moral que deben regir la conducta del abogado. Osorio enfatiza que la conciencia debe ser el principal faro del jurista, instando a no aceptar casos que contravengan sus principios morales o que le impidan actuar con honestidad. Explora la santidad del secreto profesional. Osorio lo equipara a la confesión, destacando la absoluta confidencialidad que el abogado debe mantener sobre la información que le es confiada por sus clientes. Se discuten las implicaciones y la importancia de no revelar bajo ninguna circunstancia los secretos del cliente. Osorio condena la "chicana" o dilación indebida de los procesos judiciales mediante el uso artificioso de recursos legales. Argumenta que estas prácticas son perjudiciales para la justicia y deshonran la profesión, enfatizando que el abogado debe buscar la verdad y la celeridad, por lo que el abogado posea sensibilidad humana para comprender el dolor, la angustia y las pasiones de quienes acuden a él. Osorio sostiene que un abogado sin empatía no puede entender verdaderamente las circunstancias de sus clientes ni representarlos eficazmente. (^4) Ver página XXIII (^5) Sugiere que si un individuo no siente una fuerza interna que lo impulse a defender la justicia y servir a los demás, debería considerar no ejercer la profesión.
Así mismo Osorio nos invita a reflexionar sobre la profunda responsabilidad que conlleva el ejercicio del derecho, enfatizando la primacía de la conciencia y la moral sobre cualquier otra consideración. Nos enseña que un verdadero abogado no solo conoce las leyes, sino que las aplica con sabiduría, empatía y un compromiso inquebrantable con la verdad y la dignidad humana. En un mundo donde la legalidad puede, a veces, parecer fría o impersonal, la obra El Alma de la Toga es un recordatorio constante de que la abogacía es una profesión humana y humanista, dedicada a defender los derechos, resolver conflictos y, en última instancia, contribuir a una sociedad más justa y equitativa. Su mensaje atemporal sigue siendo un pilar fundamental para todo aquel que aspire a ejercer el derecho con honor y excelencia. En el capítulo El Abogado y la política, que Ossorio había querido reincorporar al libro, porque lo que haya perdido de actualidad lo compensa con su valor histórico, con la independencia de sus juicios respecto de personas, algunas de las cuales militaronen campos contrarios al de Ossorio, parece un tema central y final en el tema de ética y moral.^7 III. ¿Qué se requiere para tener un sistema legal con ética y moral? Según Ángel Osorio y Gallardo, y contrastando con las ideas de otros autores relevantes, lo que se requiere para tener un sistema legal con ética y moral abarca dimensiones que van desde la formación individual del jurista hasta la estructura y finalidad de la ley misma. Según Ángel Osorio y Gallardo, y contrastando con las ideas de otros autores relevantes, lo que se requiere para tener un sistema legal con ética y moral abarca dimensiones que van desde la formación individual del jurista hasta la estructura y finalidad de la ley misma. Para Ángel Osorio y Gallardo ("El Alma de la Toga"): Para Osorio, el sistema legal adquiere ética y moral fundamentalmente a través de la calidad moral de sus operadores, especialmente el abogado. Su visión es profundamente personalista y vocacional. La Moralidad del Abogado (Pilar Fundamental): Conciencia Recta: El principio cardinal. El abogado debe guiarse por una conciencia inquebrantable, incluso si ello implica (^7) Veáse obra El Alma de la Toga https://puntocritico.com/ausajpuntocritico/documentos/EL_ALMA_DE_LA_TOGA-ANGEL_OSSORIO.pdf página XI.
rechazar un caso o ir contra un beneficio económico. La moral personal del abogado es el filtro ético del sistema. Sentido Innato de Justicia: Una intuición o "sensación" de lo justo que va más allá del conocimiento de la ley y que impulsa al abogado a buscar la equidad. Independencia y Dignidad: El abogado debe ser independiente de presiones (políticas, económicas, del cliente) y mantener una conducta digna y honorable en todo momento. Lealtad y Honestidad: Fidelidad a la verdad, al cliente (dentro de límites éticos), al adversario y al tribunal. Prohibición de la "chicana" (dilación maliciosa o artimañas). Vocación y Servicio: La abogacía como una misión de servicio a la justicia y a la sociedad, no como un mero medio de vida. Jueces y Funcionarios Judiciales con Idéntica Ética: Aunque Osorio se centra en el abogado, su visión implica que jueces y fiscales deben compartir estos mismos principios de rectitud, imparcialidad, independencia y búsqueda de la verdad para que el sistema funcione éticamente. Leyes al Servicio de la Justicia Material: Las leyes son un medio, no un fin. El sistema debe buscar que la aplicación de la ley conduzca a resultados justos y equitativos, y no solo a la legalidad formal. La moral debe estar por encima de la "letra muerta" de la ley cuando esta conduce a una injusticia. En resumen, para Osorio, un sistema legal con ética y moral^8 es el reflejo de la ética y moral de los individuos que lo integran, siendo el abogado el eslabón crucial en esa cadena. Para Otros Autores y Corrientes Filosóficas del Derecho: Mientras Osorio enfatiza el factor humano y moral del abogado, otras perspectivas amplían o reorientan el foco hacia la estructura, la función y la filosofía del derecho en sí. Iusnaturalismo (Tomás de Aquino, John Locke, etc.): Fundamentación en Leyes Superiores (Naturales): Para el iusnaturalismo, un sistema legal es ético y moral si sus leyes derivan o están en conformidad con principios de justicia universales, inmutables y anteriores al derecho positivo (leyes naturales, divinas o de la razón). Si una ley positiva contradice la ley natural, no es una verdadera ley y carece de autoridad moral. Derechos Inherentes: El sistema debe reconocer y proteger derechos inherentes al ser humano por su propia naturaleza. (^8) Ver página 33 del Libro El Alma de la Toga.
El Alma de la Toga de Ángel Osorio y Gallardo no es un tratado de derecho ni un manual técnico sobre leyes, sino una profunda y apasionada reflexión sobre la esencia moral y ética de la abogacía. Publicado en 1919, este libro se ha convertido en una obra fundamental para generaciones de juristas de habla hispana, trascendiendo el tiempo por la vigencia de sus principios y su llamado a la nobleza de la profesión. En la obra de Osorio busca distinguir al verdadero abogado de aquel que simplemente posee un título de licenciado en derecho. Para el autor, ser abogado es mucho más que conocer las leyes; es una vocación, una misión de vida que exige una profunda fuerza interior y un compromiso inquebrantable con la justicia. Osorio argumenta que si no existe esta vocación genuina, esta llama interior que impulsa a defender los derechos y la verdad, es preferible no ejercer la profesión. El pilar central de El Alma de la Toga es la moral del abogado. Osorio insiste en que la conciencia debe ser la guía suprema del jurista, incluso por encima de las leyes escritas o de los intereses particulares del cliente. Un abogado íntegro, según Osorio, debe negarse a tomar un caso si su conciencia le indica que es injusto o inmoral, por más lucrativo que pueda ser. La honestidad, la lealtad y la rectitud son principios innegociables que deben gobernar cada acción, cada consejo y cada intervención. Esta visión contrasta con una abogacía meramente técnica o pragmática, proponiendo una práctica del derecho profundamente arraigada en la ética personal. Osorio dedica capítulos cruciales a temas que definen la integridad del abogado. La inviolabilidad del secreto profesional es tratada con la solemnidad de un sacramento, considerándolo esencial para la confianza entre el cliente y su defensor. Por otro lado, condena enérgicamente la chicana, entendida como el uso de artimañas o dilaciones innecesarias para entorpecer la justicia. Para Osorio, estas prácticas deshonran la profesión y desvirtúan el verdadero propósito del derecho. La obra también destaca la importancia de la sensibilidad humana en el abogado. No basta con conocer el derecho; es fundamental comprender el dolor, la angustia y las complejidades emocionales de las personas que acuden en busca de ayuda. Un abogado sin empatía, con un corazón frío, difícilmente podrá defender adecuadamente los intereses humanos que subyacen a cada caso legal. Asimismo, Osorio defiende la independencia del
abogado, que debe ser libre de presiones externas^10 , para poder actuar siempre en aras de la justicia. En sus páginas, Osorio aborda también la importancia de la palabra y el estilo en la abogacía, no como herramientas de manipulación, sino como medios para persuadir con la verdad y la claridad. Discute la relación con los clientes y los colegas, abogando por la cordialidad y el respeto mutuo. Incluso reflexiona sobre la emergente presencia de la mujer en la profesión, desde la perspectiva de su época. El Alma de la Toga^11. Osorio eleva la profesión más allá de un simple medio de vida, presentándola como un servicio público fundamental para la paz y la concordia social. La verdadera victoria de un abogado no radica solo en ganar un pleito, sino en contribuir a la justicia, restablecer el equilibrio y fomentar la armonía en la sociedad. El libro es una exhortación a vivir la profesión con integridad, conciencia y un profundo sentido del deber. Es un recordatorio perenne de que el valor de un sistema legal no reside únicamente en sus leyes, sino en el alma de quienes lo operan, siendo la ética individual la verdadera esencia que dota de moralidad a la justicia. La obra de Osorio sigue siendo una lectura indispensable para cualquiera que aspire a ejercer el derecho con honor y un verdadero compromiso con el bien común. A modo de conclusión, El Alma de la Toga de Ángel Osorio y Gallardo es mucho más que un simple texto sobre derecho; es un manifiesto ético y una guía indispensable para todo aquel que aspire a ejercer la abogacía con verdadera integridad. Osorio nos legó una visión de la profesión legal no como un mero oficio técnico, sino como una vocación noble y un servicio incondicional a la justicia. La esencia de su obra radica en la primacía de la conciencia y la moral del abogado. Para Osorio, el jurista ideal es aquel que guía sus pasos por la rectitud, la honestidad y una profunda sensibilidad humana, priorizando siempre la verdad y la equidad por encima de los intereses materiales o las artimañas. Su insistencia en la independencia del abogado, la santidad del secreto profesional y la condena de prácticas deshonrosas como la "chicana" son pilares que, incluso hoy, definen la ética profesional. (^10) (políticas, económicas o sociales). (^11) Es un llamado apasionado a la nobleza de la abogacía.
conectar con sus clientes y de luchar por sus intereses con una comprensión más profunda de sus circunstancias. IV. Principios morales. En los principios^14 morales son el corazón de El Alma de la Toga de Ángel Osorio y Gallardo. Para él, la abogacía no es solo una profesión, sino una verdadera misión que exige una profunda rectitud ética. Osorio no solo habla de principios con los que la profesión puede estar ligada, sino de aquellos con los que debe estar intrínsecamente unida para ser digna de su nombre. Los principios morales fundamentales de los que habla Osorio o con los que su obra está indudablemente ligada: La Rectitud de Conciencia Este es, sin duda, el principio cardinal. Osorio lo enfatiza repetidamente: la conciencia del abogado debe ser su guía principal y más elevada. Más allá de la ley escrita, de los intereses del cliente o de las presiones externas, la voz de la conciencia debe prevalecer. Un abogado no debe aceptar un caso si su conciencia le indica que es injusto, inmoral o si no cree en la causa que defiende. La paz y la limpieza de conciencia son el mayor tesoro del jurista. La Honestidad y la Verdad. Estos principios son inseparables de la rectitud de conciencia. Osorio aboga por una honestidad absoluta en todas las actuaciones del abogado, tanto con el cliente como con el tribunal y los colegas. Aunque reconoce la complejidad de la búsqueda de la verdad en un proceso judicial, el abogado debe siempre aspirar a la verdad material y no contribuir a la mentira o al engaño. La simulación, la tergiversación y la falsedad son gravemente reprobables. La Lealtad ya que se manifiesta en varias dimensiones: Lealtad al Cliente: Implica defender sus intereses con el mayor celo y diligencia, siempre dentro de los límites de la moral y la ley. Lealtad al Adversario: Aunque sea la parte contraria, Osorio aboga por una lealtad que se traduce en respeto, en no usar artimañas o engaños para vencer, y en mantener la dignidad en el litigio. Lealtad al Juez: Respeto a la autoridad judicial y a la institución que representa, evitando faltas de respeto o descalificaciones personales. (^14) Veáse página 30 de La Obra El Alma de la Toga.
La Diligencia y la Responsabilidad. Un abogado tiene la obligación moral de ejercer su profesión con el máximo celo y dedicación. Esto implica un estudio profundo del caso, una preparación exhaustiva y una actuación oportuna. La negligencia o la falta de compromiso son faltas morales graves, ya que afectan directamente los intereses de quienes confían en el abogado. La Independencia. Osorio subraya la necesidad de que el abogado sea independiente en su criterio y actuación. No debe someterse a las presiones del poder político, económico o incluso a las caprichosas exigencias de un cliente si estas contravienen la ética o la ley. La independencia es vital para garantizar una defensa genuina de la justicia. La Dignidad Profesional. Este principio abarca el comportamiento general del abogado. Implica mantener un comportamiento intachable, tanto dentro como fuera de los tribunales. La dignidad se refleja en la forma de vestir, de hablar, de relacionarse y, sobre todo, en la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. La profesión debe ser enaltecida por la conducta de sus miembros. El Desinterés y el Servicio. Aunque la abogacía es una profesión que provee sustento, Osorio la eleva a la categoría de servicio público. Implica que el objetivo principal no debe ser el lucro personal, sino la búsqueda de la justicia y la asistencia al prójimo. El abogado debe estar dispuesto a servir, incluso si eso significa un beneficio económico menor, cuando la causa lo amerita y es justa. La Moderación y la Prudencia. Estos principios guían la forma en que el abogado se desenvuelve. Implican evitar el exceso, la ostentación, la arrogancia y la imprudencia en el manejo de los casos. La sensatez y el buen juicio deben primar en cada decisión y cada intervención. En conclusión, los principios morales que Osorio defiende no son meros adornos para la profesión legal; son el ADN esencial que, según él, debe conformar la identidad de un verdadero abogado. Sin ellos, el derecho se desvirtúa y la justicia se convierte en una quimera^15. V. Propuesta. La propuesta amplia y central que Ángel Osorio ofrece en "El Alma de la Toga" no es una serie de reformas legales o cambios estructurales en el sistema judicial, sino una (^15) En la mitología clásica, monstruo imaginario que vomitaba llamas y tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón.
La Palabra y el Estilo al Servicio de la Verdad y la Persuasión Digna. Aunque reconoce la importancia de la elocuencia y la oratoria, Osorio propone que la palabra del abogado debe estar al servicio de la verdad y la claridad, no de la manipulación o el engaño. El estilo debe ser digno y persuasivo, pero siempre buscando la razón y la justicia. La Abogacía como Instrumento de Paz Social. Más allá de los litigios individuales, la propuesta de Osorio eleva la abogacía a una función social superior: la de contribución a la paz y la concordia en la sociedad. El fin último de la justicia no es solo dirimir pleitos, sino restablecer el equilibrio y fomentar la convivencia armónica. En esencia, la propuesta amplia de Osorio es un llamado apasionado a la nobleza de la profesión legal, instando a cada abogado a ser un guardián de la ética, un faro de moralidad y un defensor incansable de la justicia, comprendiendo que el verdadero "alma de la toga" reside en la rectitud de la conciencia y el servicio desinteresado al bien común. VI. Conclusiones. Ángel Osorio^17 en El Alma de la Toga, para tener un sistema legal con ética y moral, no basta con la existencia de leyes justas en el papel, sino que es fundamental que los operadores del sistema (jueces, fiscales, y, sobre todo, abogados) actúen con una profunda convicción ética y moral. Aunque Osorio se centra principalmente en el abogado, sus principios son extrapolables a todo el sistema. Los elementos clave que se requieren para un sistema legal con ética y moral, según su obra, son: Abogados con Conciencia y Vocación: Moral Intachable: El pilar central es que el abogado actúe siempre según su recta conciencia. Esto implica no aceptar causas inmorales o que entren en conflicto con sus principios. La moralidad del abogado es el cimiento de la moralidad del sistema. Sentido de Justicia: El abogado debe poseer una "sensación de justicia" innata, un sentido de lo que es justo que vaya más allá de la literalidad de la ley y que lo impulse a buscar el bien. (^17) Fue un abogado y político español, de inclinaciones democristianas. Conspicuo maurista, fue concejal del Ayuntamiento de Madrid, diputado a Cortes, gobernador civil de Barcelona y ministro de Fomento en el cuarto gobierno de Antonio Maura durante la Restauración borbónica
Independencia: Los abogados deben ser libres en su juicio y actuar, sin dejarse influenciar por presiones externas (políticas, económicas, o de popularidad) que puedan desvirtuar la búsqueda de la justicia. Rechazo a la Chicana: Un sistema ético condena las prácticas dilatorias y el uso malicioso de los procedimientos legales. Los abogados deben evitar la "chicana" (artimañas o astucias) que solo buscan entorpecer la justicia. Secreto Profesional Absoluto: La inviolabilidad del secreto profesional es esencial para la confianza entre cliente y abogado, y, por extensión, para la integridad del sistema. Sensibilidad Humana: Los operadores del derecho deben ser capaces de entender las realidades humanas, el dolor y las motivaciones de las personas, para poder aplicar la ley con equidad y humanidad. Jueces Íntegros y Justos:^18 Aunque Osorio se enfoca en el abogado, la existencia de jueces con la misma moralidad, independencia y sentido de justicia es inherente a un sistema legal ético. Un sistema justo requiere jueces imparciales que no se dejen corromper ni presionar. Leyes al Servicio de la Justicia (más allá de la letra): Para Osorio, las leyes son un medio, no un fin. Un sistema legal ético y moral debe buscar que las leyes se apliquen para alcanzar la justicia material, no solo la formal. "Pon la moral por encima de las leyes" es una de sus frases célebres, que sugiere que la rectitud moral debe guiar la interpretación y aplicación del derecho. Verdad y Honestidad como Principios Guía: Todo el sistema debe operar bajo la premisa de la búsqueda de la verdad y la honestidad en los procedimientos. La mentira y el engaño, aunque a veces puedan parecer ventajosos, corrompen la esencia del sistema. Un Propósito Superior: La Paz Social: Osorio enfatiza que la abogacía y, por ende, el sistema legal, deben procurar la paz y la concordia social como el mayor de los triunfos. La justicia no es solo ganar un litigio, sino restablecer el equilibrio y la armonía en la sociedad. En síntesis, Osorio sostiene que un sistema legal con ética y moral no se logra solo con leyes bien redactadas, sino principalmente con personas (abogados, jueces, fiscales) que encarnen y vivan los principios de la justicia, la honestidad, la independencia y el servicio a la verdad, poniendo su conciencia por encima de cualquier interés personal o material. La (^18) (implicado en la visión de Osorio).
VII. Fuente de consulta. Libros y Revistas. Biblioteca Jurídica Praxis Angel Ossorio EL ALMA DE LA TOGA https://puntocritico.com/ausajpuntocritico/documentos/ EL_ALMA_DE_LA_TOGA-ANGEL_OSSORIO.pdf Sitios Web: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/santo-tomas-aquino-doctor-iglesia- patron-estudiantes_