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This document addresses the role of youth in disseminating the legacy of the Truth Clarification Commission in Colombia, within the framework of education for peace. Strategies used to engage new generations in understanding the Colombian armed conflict and their active participation in national reconciliation are explored. It includes analysis on restorative justice, educational initiatives, social media campaigns, and interactive workshops held in schools and universities.
Typology: Summaries
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“Música bajo tierra” , del escritor ecuatoriano Santiago Vizcaíno, es un relato que mezcla lo cotidiano con lo íntimo y lo doloroso, a través de una historia familiar marcada por la violencia y el silencio. En el centro está el abuelo, un hombre contradictorio: violento y cruel en el hogar, pero también músico talentoso, capaz de conmover con su requinto. Esta dualidad atraviesa todo el texto y nos invita a mirar más allá de lo evidente, a adentrarnos en las heridas que no siempre se dicen en voz alta. Vizcaíno construye un relato breve pero poderoso, donde la música se convierte en una especie de refugio, en el único lenguaje posible para expresar lo que duele. En medio de un ambiente donde la violencia parece una rutina, el cuento nos recuerda que incluso en los lugares más oscuros puede existir una búsqueda silenciosa de belleza, de consuelo o simplemente de sentido.
El texto nos narra la historia de un abuelo que, como dice explicitamente en el texto, toca el requinto, un instrumento parecido a la guitarra, como los ángeles (p, 37). A pesar de esta gran cualidad, el abuelo era considerado un hijo de puta, ya que al llegar a la casa era capaz de golpear a su mujer hasta dejarla inconsciente, y aun así podía ser un hombre sereno cuando estaba en su sano juicio (p, 37). Era recurrente que todos los domingo el abuelo peleara con su mujer luego de desaparecer los viernes en la tarde y regresar los domingos en la noche a su casa (p, 38), pero un domingo en donde se esperaba su llegada el abuelo nunca apareció, la abuela se preocupo, pero llegó el martes y seguía sin aparecer. De repente una mujer llegó donde la abuela para informarle que el abuelo había llegado a su casa lleno de sangre y con la cara hinchada en la madrugada del lunes (p, 40). La mujer decía no ser nada más que una amiga del abuelo, pero la abuela claramente desconfiaba de esta mujer, finalmente fue el hijo mayor el que decidió ir en busca del abuelo con la mujer. El abuelo estuvo un buen tiempo en cuidados intensivos,tenía costillas rotas, lesiones cerebrales y fracturas en las muñecas. La mujer estuvo con él pero la abuela nunca pisó el hospital (P, 41). Tiempo después el abuelo volvió a casa, extrañaba su vida antes de las lesiones, pero sobre todo, extrañaba su requinto. Una noche el abuelo soñó que tocaba el requinto en medio del huerto (P, 43). Despertó a la medianoche, abrió la puerta y desapareció entre los matorrales, la abuela al sentir el vacío al lado de su cama, se dispuso a buscar al abuelo, fue así como corrió entre los matorrales y se detuvo a mitad del huerto y vio al abuelo, él estaba de rodillas, cavaba con el yeso de sus brazos, como si buscara algo desesperadamente, como si buscara una voz que lo llamaba profundamente desde el centro de la tierra (P, 44/45).
Este relato se sitúa en un contexto social profundamente marcado por la violencia cotidiana que atraviesa a muchos países latinoamericanos. La historia refleja una atmósfera de constante tensión y peligro, en la que la brutalidad se ha normalizado hasta invadir todos los aspectos de la vida diaria. En este ambiente, la violencia no solo se vive en las calles, sino que se filtra en las relaciones humanas, modelando comportamientos fríos, desconfiados y en ocasiones insensibles. Los personajes actúan impulsados por la necesidad de sobrevivir y protegerse en un entorno hostil, donde la indiferencia ante el dolor ajeno parece ser un mecanismo de defensa inevitable. Así, la violencia estructural que domina estos países no solo causa sufrimiento físico, sino que también deforma las emociones, deteriora los vínculos sociales y produce una forma de existir marcada por la resignación, el miedo y la deshumanización.
La violencia que atraviesa el contexto de "Música bajo tierra" no solo actúa como telón de fondo, sino que moldea la psicología de los personajes y define sus relaciones con el mundo. La deshumanización, la indiferencia ante el sufrimiento y la pérdida de sensibilidad emocional no son elecciones personales, sino consecuencias de un entorno donde la brutalidad se ha vuelto norma. Santiago Vizcaíno logra mostrar, de manera cruda pero realista, cómo la violencia sistemática corrompe la esperanza y convierte la supervivencia en un acto casi mecánico. En este sentido, el relato no solo denuncia la violencia externa, sino también sus efectos devastadores en la interioridad humana, donde el miedo y el vacío reemplazan a la empatía y la vida plena.
El momento en el que el abuelo vuelve a casa es un instante de profunda reflexión, cargado de sentimientos encontrados. Regresa después de haber atravesado una experiencia que nunca había vivido. Sin embargo, lo que más marcó su regreso fue la melancolía y la tristeza, pues durante ese proceso perdió algo muy valioso para él: su requinto. Luego de esta pérdida, el abuelo no podía dormir tranquilo. Las noches se volvieron largas y silenciosas, y en su mente no dejaban de sonar las melodías que alguna vez tocó con su requinto. Pero una madrugada, tras muchos días de insomnio, logró conciliar el sueño por unas horas. Sin embargo, algo lo despertó de forma extraña: una voz, una voz que parecía llamarlo desde lo profundo de la tierra.
Concluyendo esta reseña, se construye un descanso mínimo y perturbador hacia los pliegues más oscuros del sujeto contemporáneo, esto utilizando la música como metáfora de dolor silencioso y la memoria fracturada. En el relato, en su brevedad, condena una tensión constante entre el impulso constructivo y la rendición necesitada, una dialéctica que se denomina relativa en voz narrativa, marcada por la culpa, la pérdida y el deseo de expiación. La escritura de Vizcaíno, está cargada de densidad simbólica, explorando la angustia desde una mirada introspectiva que no rehuye al delirio ni la violencia. En el espacio subterráneo se dibujan los límites entre lo que es real y lo imaginario, lo externo y lo interno y así hace al relato una alegoría sobre el encierro emocional y la imposible comunicación con la plenitud.