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Aqui se encuentra el pdf del reconocido libro del pedernal al cilio.
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LIC. L E O N A R D O G. S O S A C I E N C I A S D E L A I N F O R M A C I Ó N E C I - U K C
Traductor: Hugo Ferrerò
•Segunda edición: agosto de 1992
Este -libro aparece con el auspició de la V N C A N A Z I O N A L E ^ D E L L A V O R O. V * •
<£} 1992
W T , 0 i!! f r U^ N^ f^ V^ E^ R^ S ' T^ A^ R^ I^ A^ D E BUENOS AIRES Äwecforf cíe /Tconom ¡a Mixta Rivadavia 1 5 7 1 / 7 3 Hecho el depósito que marca la lev 1 1 771 I S B N : 9 5 0 - 2 3 - 0 3 4 8 - 2 u ™ ÍMPRESO t'N LA A R G E N T I N A
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Las aptitudes distintivas de las condiciones humanas se compendian en la contemplación, en la reflexión, en la representación y en la comuni- cación. Ellas connotan las fases cognoscitivas y disquisitivas del ser Indi- vidual y colectivo: es decir funcionan com@ soldadura entre la confusión primordial y la cohesión comunitaria. La inmediatez del hombre primitivo encuentra un referente orgánico en la imponderabilidad del escenario natural: la sabiduría se configura como un largo aprendizaje en el cual las sugestiones se alian con las at- mósferas recónditas del universo, que lentamente se encamina a tradu- cirse en las imágenes, en los sonidos, en las palabras del observador. La observación, si bien policéntrica,ya que es realizada por la multiplicidad de los observadores, constituye, desde tos orígenes de los tiempos, un cuadro orientador, un proceso cognoscitivo en el cual el interés indivi- dual y el interés colectivo, si bien no coinciden perfectamente, por lo me- nos no se excluyen recíprocamente. Y es justamente esta fase de transición que va desde la observación subjetiva a la comprensión comunitaria que es introducida por la escritu- ra, por un código normativo referente al modo de atemorizar la experien- cia y de adecuar a ella un tipo de comportamiento. La escritura nace co- mo todas las artes de! hombre, para reducir, por lo menos emotivamente, la fuerza devastadora de lo imprevisto y del azar. En la escritura se com- pendian, en efecto, los pensamientos del hombre de (la) acción que se emancipa del primitivo extravio. El arte de la escritura es el primer inten- to mimético para inducir a la razón a formular hipótesis interpretativas del universo. En su contenido conceptual, la escritura reduce la fragilidad interpretativa de los sucesos del cosmos. Si no se lograra escapar a la ansiedad y al temor de lo primitivo con la escritura, los dioses se adue- ñarían de sus destinos como las pesadillas invaden gradualmente la li- bre expresión de! pensamiento conceptual. Mediante la escritura la epo-
Parte I. Nuevos sistemas informativos
La computadora, protagonista de nuestro tiempo
Desde los albores de la h u m a n i d a d , la búsqueda de adecuados ins- trumentos de cálculo constituyó una de las preocupaciones fundamenta- les. Las pirámides egipcias y los megalitos de Stonehenge son magistrales testimonios del talento de los primeros matemáticos. Los medios de cálculo usados desde la antigüedad fueron de ti- po analógico o de tipo numérico. Entre los primeros se cuentan, por ejemplo, la regla de cálculo, un instrumento'que está cayendo rápida- mente en desuso con el advenimiento de las calculadoras de bolsillo, en la cual los resultados de productos y divisiones están asociados a longitudes observadas en la regla. Los medios de cálculo de tipo numérico (o digital, del término inglés digit = cifra) están en definitiva llevando la delantera en el último cuarto de siglo, precisamente con la difusión del calculador (u ordenador) elec- trónico, más conocido como " c o m p u t a d o r a ". En la computadora el cálculo no se realiza sobre base decimal, según el más común y antiguo método de contar derivado del empleo de los diez dedos, sino con un sistema binario, esto es, basado en dos únicas cifras: " 0 " y " 1 ". La computadora, sin embargo, no es solamente una " c a l c u l a d o r a " en el significado literal del término, pues no trata solo números, sino que elabora la información, en la acepción más amplia del término. La clave de la importancia de la moderna c o m p u t a d o r a , es decir, el concepto de programa memorizado, consiste en que las informaciones que-caracterizan un problema pueden ser codificadas en forma numéri- ca, elaboradas y alternadas por la c o m p u t a d o r a misma según los resulta- dos intermedios de cálculo. En nuestros días la computadora ya no es objeto de respeto y de ma- ravilla, sino que tiende a asumir su condición de instrumento útil y muy difundido: un componente insustituible de la vida de todos los días, des- de el puesto de trabajo hasta los m o m e n t o s de tiempo libre. En el rápido transcurso de pocos años, alteró profundamente las modalidades de co- municación y trasformó todo tipo de información, con una capacidad de
difusión que sus mismos ideadores no hubieran imaginado hace sólo treinta años. El itinerario que llevó al moderno ordenador electrónico puede ser idealmente remitido a los orígenes de la ciencia moderna. '•-'-'•Entre los siglos XVI y XVII se produjo una de las más extraordina- rias concentraciones de inteligencias-, que llevaron a do's síntesis funda- mentales entre las disciplinas hasta entonces desconocidas. ^ La primera síntesis fue'realizada por Galileo, quien hizo confluir las ciencias experimentales de la naturaleza y la matemática, lo que -jjue de-, terminante para todos los desarrollos pos¿eripr.e¿ de las ciencias y las tec- nologías m o d e r n a s. • La segunda síntesis se debió" a Descartes, a comienzos del siglo XVII, quien, con el descubrimiento de la geometría analítica, hizo confluir en un mismo núcleo el álgebra, proveniente, a través del mundo árabe, de las antiguas civilizaciones-india y china, y la geometría, de- sarrollada por la cultura griega. A partir de estos hitos fundamentales se abre el camino que, en poco tiempo, lleva al cálculo infinitesimal de Newton y Leibniz; a lo largo de él, hallamos a algunos de los antiguos " p a d r e s " de la computadora. Ante todo, la máquina de Wilhelm Schickard, astrónomo de Tubin- ga, quien desapareció con su creación en las pestes provocadas por la Guerra de los Treinta Años, y de cuyo nombre sólo hay rastros en la correspondencia que mantuvo con Kepler. Después se encuentra a Blas Pascal quien, entre los muchos produc- tos de su ingenio, construyó a los veinte años una pequeña máquina simple para realizar operaciones de adición y sustracción, ciertamente menos completa que la máquina de Schickard para astrónomos y mate- máticos, pero adecuada para el cálculo de los impuestos, que interesaba al padre de Pascal. Treinta años después de Pascal, otro de los más grandes genios de la humanidad, Leibniz, inventó un mecanismo conocido como " r u e d a den- tada de Leibniz", que permitía efectuar automáticamente no sólo sumas y restas, sino también multiplicaciones y divisiones. Todavía mayor fue la contribución de Leibniz al nacimiento de la computadora, si se consi- dera que fue él quien echó las bases de la lógica formal en su ars combi- natoria de la que, dos siglos después, George Boole extrajo los principios para sus fundamentales contribuciones a la teoría matemática de la lógica. Leibniz vio también con claridad dónde estaba la fuerza propulsora de la difusión actual de la c o m p u t a d o r a cuando escribió: "[...] no es, en efecto, digno de hombres de ingenio perder horas como esclavos en el trabajo de cálculo que podría ser tranquilamente confiado a cualquier otro, si se utilizaran las m á q u i n a s. " Más de ciento cincuenta años después de Leibniz, el matemático inglés Charles Babbage proyectó una máquina que, aunque nunca se
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construyó, le garantizó el futuro reconocimiento de la paternidad de la moderna c o m p u t a d o r a. La máquina de Babbage contaba con dispositivos, de entrada y sali- da con tarjetas perforadas, similares a las empleadas en el telar automáti- co de Jacquard, que revolucionó la industria textil de Europa a princi- pios del siglo X I X. Además, estaba dotada de memoria y de una unidad de procesamiento. La Inglaterra del siglo XIX fue un terreno muy fértil para el de- sarrollo de las ciencias en general y, en particular, de la matemática. En ese contexto., George Boole elaboró" sus"tebrías matemáticas,que está'mén la base de la llamada "Algebra de B o o l e " sobre la que se funda la estruc- tura lógica de la computadora. El trabajo de Boole fue una mera curiosidad durante más de medio- siglo, hasta que Alfred N. Whitehead y Bertrand Russell retomaron sus teorías en Principia Mathematica, a comienzos del siglo X X. Todos los posteriores desarrollos de la lógica formal hasta Von Neumann se remi- ten a la contribución fundamental de Boole.
Para completar las bases conceptuales de la computadora moderna sólo faltaba, a esa altura, el concepto de programa mecanizado al que se llegó hace unos cuarenta años, por obra de Von Neumann. ¿Qué es lo que determina la aparición de, la computadora, primero, y su vertiginosa difusión, después? Dos hechos esenciales sirvieron de base al fenómeno. En primer lu- gar, el encuentro, fértil, entre ciencias matemáticas, ciencias de la natu- raleza y las tecnologías que, derivadas de las ciencias, asumieron en los últimos cien años una autonomía propia y, especialmente, una gran ca- pacidad de movilización económica. En segundo lugar, el nacimiento y desarrollo de nuevas tecnologías de matriz eléctrica, que impulsaron un rápido desarrollo de la electrotecnia y la electrónica hasta su transforma- ción en la actual microelectrónica. Es así que de las máquinas tabuladoras de Billings y Hollerith utili- zadas para el censo de los Estados Unidos de 1890, y de la cual IBM extraerá su fundamentos, se pasa a los analizadores diferenciales de Bush y sus colegas, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT); y a las máquinas de relé de Aiken, en Harvard, y de sus colegas de la IBM; y a las de Stibitz y sus compañeros, de la Bell Telephone Laboratories. La E N I A C fue la primera computadora de válvulas: contenía 18.000, de 16 tipos distintos. Tenía 30 metros de longitud y 3 de altura. La potencia consumida era de 140 kilovatios. Se construyó en tiempo ré- cord, en los Estados Unidos, en los años de la Segunda Guerra Mundial, y se usó especialmente para cálculos balísticos del Pentágono. Con la E N I A C la velocidad de cómputo mejoraba mil veces con respecto a las computadoras de relé. La transición al primer ordenador de programa memorizado ocurrió en la inmediata posguerra y llevó a la realización del E D V A C en el Insti-
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Éste fue el punto de partida que llevó, en los diez años siguientes, a perfeccionar la técnica de producción de los transistores con un aumento progresivo de su confiabilidad, la reducción de sus dimensiones y el con- sumo. En 1964 la Fairchild decidió iniciar la producción en escala in- dustrial de "circuitos integrados formados por transistores interconecta- dos que podían realizar simples funciones lógicas en un solo chip". „,AL,año siguiente, IBM anunció una nueva línea de computadoras construidas"ton circuitos integrados: la serie 360. En noviembre de 1971, la Intel, joven empresa del área de los semi- conductores, presentó el 4004, el primer microprocesador realizado en escala industrial. De esta primera limitada unidad de 4 bits, en el curso de los últimos años surgieron varias familias de microprocesadores de la Intel y de otro vasto conjunto de productores: primero los " m i c r o " de 8 bits, más tar- de, aunque ya son historia emnuestros días, los de 16 bits y, finalmente, los de la cuarta generación, de 32 bits (véase la figura 1). Con el pasar del tiempo, el enorme potencial de mercado hizo cada vez más dura la competencia del microprocesador. Los " m i c r o s " de la cuarta generación son productos revoluciona- rios, con una arquitectura que los sitúa culturalmente en un espacio por encima del tradicional m u n d o del E D P (Editing Data Process), con una clara orientación hacia la inteligencia artificial y las arquitecturas fault tolerant [tolerantes de errores]. Desde fines del decenio de 1960 se forma —simultáneamente con una verdadera carrera hacia niveles de integración cada vez más altos— un mercado de proporciones enormes. Se pasa de algunos millares de transistores para chip, en 1970, a decenas de millares en 1975, y a un cen- tenar de miles a comienzos de la década de 1980, al tiempo que se planea contar, para 1985, con un millón de transistores para chip (VLSI, ye/y large scale of integration: muy grande escala de integración), vale decir, el equivalente de la potencia de cálculo de una gran computadora. La serie histórica siguió con bastante exactitud la marcha de una curva según la cual, en cada a ñ o , la complejidad de los circuitos integra- dos, medida en términos de transistores componentes, se duplicaba, en tanto que el precio disminuía exponencialmente. El mercado mundial de los circuitos integrados se desarrolló en el de- cenio de 1970 con tasas de aumento promedio del 35 por ciento anual, hasta llegar, en 1980, a los 6 mil millones de dólares. Son 100 millones los microprocesadores (o microcomputadoras) que se construyeron en 1980, contra poco más de dos millones en 1976. Paralelamente al desarrollo del mercado se registró una disminución de la misma magnitud del costo por unidad de función. Es previsible, por supuesto, que este ritmo vertiginoso de evolución de las tecnologías de base sufrirá una desaceleración después de 1985, tanto porque se están alcanzando los límites físicos de miniaturización como porque la realización de nuevos chips requiere un volumen de in-
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versiones y un número y nivel de recursos humanos que se hacen cada vez más críticos. No obstante la desaceleración que se puede prever.en el crecimiento de la curva de complejidad de los componentes de base, en especial p o r la carencia de proyectistas y técnicos calificados, se asistirá en la década de 1980 a una lucha por el dominio mundial de la microelectrónica. Esta úl- tima, según áTgunos economistas, asumirá progresivamente un papel de
sión y la radio perfeccionarán en la próxima década transmisiones de ti- po tradicional y de tipo numérico. De acuerdo con este panorama la diferencia entre movimiento de datos intercambiados entre computadoras, respecto de las imágenes de televisión j"de los sonidos radiofónicos o de las conversaciones telefóni---' cas, será insignificante desde un punto de vista práctico, aunque con di- ferencias en la cantidad de informaciones intercambiadas por u n r d a d d e tiempo. Este desarrollo de medios técnicos al que estamos asistiendo, pero q u e — e s bueno tenerlo presente— está solamente en sus comienzos, pro- duce una serie de consecuencias de las que es necesario tomar conciencia:.
.. (ü-,la telemática no sólo constituye una de las puntas más avanzadas de los desarrollos técnicos, sino que desempeñará un papel de aceleración sobre las otras ciencias y técnicas, de menor veloci- dad de evolución; '¿¡F'H (2) la telemática está destinada no sólo a abrir horizontes nuevos en—- el campo de los medios de comunicación masiva, sino también a' incidir sobre nuestros mismos modelos culturales; la sociedad entera deberá medirse con los desafíos y las oportunidades ofre- cidas por su aplicación. Será necesario desarrollar inventiva, ca- pacidad de proyecto, interpretación de las cambiantes exigencias y actitudes individuales y colectivas; en una palabra, será necesa- rio dar vida a una " c u l t u r a " , capaz de optimizar el uso de los instrumentos informáticos y minimizar los daños de posibles abusos; ¡ (3) las tradicionales divisiones del m u n d o de las comunicaciones de masa se irán diluyendo gradualmente. Existe una creciente inter- dependencia entre los diversos medios y una compenetración de los contornos de cada sector, especialmente en la perspectiva ya inminente del advenimiento de los "nuevos medios" (como el vi- deotex y el videodisco); del advenimiento de un número creciente de satélites de comunicaciones, y de la posibilidad de acceso a estructuras cada vez más imponentes de bancos de datos. El aná- lisis de las características de estos nuevos medios de comunica- ción lleva a concluir que la distinción, mantenida en vida más o menos artificialmente, entre medios de comunicación impresos y medios electrónicos, tiende a desaparecer con una velocidad que por el m o m e n t o no es advertible, pero cuyo resultado podría ser dramático para los medios estructuralmente débiles; (4) se vio ya antes, en el ensayo de Cario Lombardi, que, en las empresas editoras, los llamados sistemas editoriales no son otra cosa que sistemas de teleelaboración adaptados a las exigencias de la redacción y composición de textos: permiten a los periodis- tas efectuar todas las funciones de redacción mediante termina- les de video, sin necesidad, prácticamente, de intermediación
operativa entre la función creativa y la generación del elemento final, esto es, la página cerrada. Partiendo de estas comprobaciones básicas, veamos ahora cuál es la evolución que se espera en los próximos años para lasjnfra- estructuras informativas y para los medios de comunicación de nuevo tipo.. , ' • •
Los sistemas editoriales *" '•'
En las páginas que siguen, antes de reseñar los llamados-"nuevos m e d i o s " de comunicación, se prestará cierta atención a estructuras infor- mativas complejas como extensiones de sistemas informativos y de tele- comunicaciones ya vigentes desde hace algunos arios! De ellos se buscará captar no sólo la dimensión y las características actuales, sino, sobre to- d o , la posibilidad de evolución futura. A través del esfuerzo de entrever cómo se modificarán las caracterís- ticas funcionales de los sistemas editoriales, de las agencias de noticias y de los bancos de informaciones periodísticas, y buscando, en los límites de lo razonable, anticipar su capacidad de difundirse y de penetrar toda la realidad de los medios de comunicación, será más fácil entrar en la di- mensión de las transformaciones en curso y en la correcta perspectiva de intensidad y velocidad de cambio. Es necesaria la profundización de las características que se esperan para los sistemas editoriales de los próximos años, desde el momento en que es cada vez más nítido que el efectivo ejercicio de la actividad edito- rial y de la profesión periodística será realizable sólo por quien sepa utili- zar y manejar tales sistemas. P a r a evitar dificultades de comprensión, aclaremos que por sistemas editoriales entendemos esos sistemas de teleelaboración que desarrollan todas las funciones fundamentales, desde el arribo de las noticias hasta el proceso de redacción, hasta la composición de los textos y títulos, y has- ta, si es posible, el a r m a d o con generación del prototipo de página cerra- da y su eventual grabado directo en la plancha de impresión. En esencia, el sistema editorial se desarrollará sobre líneas de ten- dencia que en los próximos años lo llevarán a ejercer una globalidad de funciones que van desde la recepción de noticias a la producción de planchas de impresión. Si se exceptúa la parte final del prooeso, esto es, el a r m a d o y el gra- bado de la plancha, se observa que ya a fines del decenio de 1970 las ca- racterísticas de los sistemas editoriales alcanzaron un notable nivel de maduración, hasta el p u n t o de que no se prevé que cambien en los próxi- mos años de manera.significativa en sus funciones fundamentales. Se asistirá, ciertamente, a una generalización de las características de los distintos sistemas, en el sentido de que las prestaciones de los me- nos completos tenderán a alinearse con las de los más eficaces.
Realizar el a r m a d o electrónico de páginas significa integrar entre si las diversas técnicas hasta ahora desarrolladas para el procesamiento de textos e imágenes, con la ayuda de una potencia de cálculo adecuada pa- ra tratar en pocos segundos la notable cantidad de informaciones conte- nida en una página entera.
En lo que se refiere a las imágenes se prevé más amplia difusión del •scanner [escudriñador], de múltiple rendimiento y costo decreciente, pa- ra fotos en colores o en blanco y negro: permitirá, a Iá par. de la supresión de los textos escritos en redacción, eliminar toda manipulación de las imágenes en las oficinas de publicidad y en ¡a redacción: las fotos entra- rán directamente en el sistema editorj'aj bajo forma-digital después de ser exploradas, ampliadas, reducid'as o encuadradas por el scanner.
J u n t o a las técnicas de digitalización de las fotografías, que suplan- tarán progresivamente a los equipos tradicionales de fotomecánica, se prevé que, entre 1985 y 1990, estarán disponibles a costos más accesibles aparatos fotográficos electrónicos. La imagen tomada no será ya repro- ducida sobre "elemento intermedio (papel fotográfico o película), sino que será memorizada sobre una base magnética, de donde podrá ser reto- m a d a por las terminales de video para visualizarla, con posibilidad de transferencia directa al sistema editorial. La " f o t o " electrónica se podrá reutilizar todas las veces que se desee y sin problemas de contaminación debido a productos químicos.
El perfeccionamiento de los sistemas editoriales ocurrirá por in- tegraciones en los actuales sistemas de los prototipos ya existentes para el a r m a d o electrónico de páginas, según las líneas de desarrollo que se expe- rimentaron a fines del decenio de 1970. Pasar de este estadio de integración de los sistemas editoriales a la grabación directa de la plancha de impresión será un paso muy breve. En los próximos años se tenderá a sustituir los tradicionales sistemas de exp .ición de las planchas de impresión por equipos de grabación di- recta con rayos láser y bajo control del sistema editorial. Esta tendencia se desarrollará parejamente con la difusión de equipos de impresión off- set [en frío], ya difundidos hace un decenio en reemplazo de las rotativas tipográficas. Equipos láser para el grabado de las planchas offset ya existen desde fines de la década de 1970, y no es difícil imaginar la posibilidad de su in- tegración con los sistemas editoriales. Un elemento que no hay que omitir es que, cuando esto sea realiza- d o , ya no se podrán hacer más correcciones de último momento en pági- na. Todas las correcciones se deberán efectuar en el momento de la re- dacción o del a r m a d o , mediante los terminales de video del sistema. Con la perspectiva de llegar a la grabación directa de las planchas de impresión y a la fotografía electrónica, tienden a desaparecer todos los
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productos químicos hoy utilizados en las diversas fases del procesamien- to fotográfico. Ello permitirá sensibles reducciones de los costos de ges- tión, pero nadie puede saber actualmente si serán tales como para justifi- car las.inversiones correspondientes. Junto a la reducción de costos no. se,deberán "descuidar otros facto- res,como el mejoramiento cualitativo del producto y la disminución del tiempo de trabajo, gracias a la eliminación de pasajes por medio de so- portes fotográficos intermedios. En el curso del decenio de 1980 se asistirá, además, a una sensible modificación del mundo de las telecomunicaciones ajeno a las empresas, editoriales. En Jo que respecta al ingreso de informaciones, la disposición de re- des de transmisión de alta velocidad hallará aplicación no sólo en las co- nexiones con agencias noticiosas y corresponsalías, sino que facilitará y agilitará también el acopio de material publicitario. La página " c e r r a d a " se podrá transmitir a través de canales de alta frecuencia hacia los centros de impresión en el exterior, donde habrá equipos para la grabación directa de las planchas, similares a los de la se- de central del diario. La disposición de canales de transmisión de alta velocidad y precio m o d e r a d o podrá favorecer de manera determinante no sólo la descentra- lización de las operaciones de prensa en establecimientos satélites, sino también la posibilidad de provisión directa de informaciones personali- zadas a particulares que p o d r á n interrogar el banco de datos del editor. De este m o d o la gestión electrónica de las informaciones en las empresas editoras incorporadas a redes de comunicaciones avanzadas podrá transformar gradualmente al editor en un proveedor de informa- ciones, " i n c l u s o " de informaciones escritas. Esta consideración proyec- ta, en realidad, el papel del editor tradicional a la dimensión propia de los " n u e v o s m e d i o s ". Para concluir, es previsible que la evolución de los sistemas edito- riales se desarrolle según las siguientes líneas de tendencia: — posibilidad de crecimiento modular a partir de las funciones funda- mentales ya conocidas; — capacidad de centralizar una globalidad de funciones gradualmente integrables entre sí: de la noticia a la plancha; — mayor interactividad (esto es, diálogo más fácil y completo entre hombre y máquina), incluso por efecto del mejoramiento de las carac- terísticas de las terminales de video; — más fácil personalización, adecuada a las exigencias de cada cliente; — posible integración con los procesamientos típicamente de gestión y con los de automatización de oficio; — conexión con bancos de datos internos y externos y, más en general, con redes informáticas complejas; — confiabilidad mayor y rápido mantenimiento.
Los sistemas editoriales, en cuanto sistemas de telemática, se con- vertirán en vehículo de la introducción de las técnicas de producción edi- torial en un más amplio contexto de evolución tecnológica. Permitirán no solamente drásticas reducciones en los costos de producción (incluso en la fotocomposición tradicional), sino que serán también indispen- sables com.o medios de acceso a estructuras de bancos de datos y a redes de transmisión de datos. El sistema editorial, por lo tanto, tenderá a configurarse dentro de una empresa editorial como la terminación nerviosa de un sistema global de la información constituido por computadoras, bancos de datos, satéli- tes y redes de transmisión.' La magnitud de estas perspectivas se podrá comprender mejor des- pués de un examen de la amplitud de los contenidos innovadores de las infraestructuras y de los " m e d i o s " de nueva concepción.
El universo de las agencias de prensa
El desarrollo de las agencias de prensa conoció una evolución ini- ciada en el siglo pasado siguiendo los grandes cambios políticos y so- ciales, a veces contribuyendo a anticiparlos, y valiéndose de las tecnolo- gías más avanzadas disponibles en cada m o m e n t o. En adelante se buscará delinear un p a n o r a m a sobre las agencias de prensa o agencias de información, como se las quiera llamar, con la adver- tencia de que para un complejo conocimiento de la materia es oportuno remitirse a algunas apreciables contribuciones maduradas en el ámbito de las agencias de prensa i t a l i a n a s.! Las agencias de prensa nacieron como respuesta a una extendida exi- gencia de informaciones que, incluso antes que la prensa diaria, provenía del surgimiento de nuevos centros de poder económico y financiero, aparte del poder político-administrativo. Es el periodo caracterizado por la primera revolución industrial ge- nerada por un conjunto de factores concomitantes: el fuerte impulso de- mográfico, la afirmación de la burguesía, la expansión del comercio in- ternacional, la urbanización y el advenimiento de las máquinas de vapor hasta la difusión de los nuevos instrumentos de comunicación, del te- légrafo al teléfono, derivados de los descubrimientos realizados en la se- gunda mitad del sigio XIX en lo que era entonces la punta más avanzada en el ámbito de las ciencias físicas: el electromagnetismo. A esta primera fase de vida de las agencias de prensa sigue una se- gunda que se sitúa entre las dos guerras mundiales y que muestra la con- solidación de las estructuras técnicas y de redacción entre más marcadas caracterizaciones nacionales e ideológicas y una ampliación de los me- (^1) Sergio Lepri: Le macchine dell' informazione, Milán, 1982; A. Accennerò, G. Buldrinl, B. Caselli, G. S. Chizzola, V. D' A I T O , N. Jodice, S. Lepri: Manuale del linguag- gio giornalistico. Milán, 1977; Roberto Nobili: "Il giornale electrónico dell' Agenzia Italia", en: L' Editore, 1983, n" 67, p p. 38-44.
dios de transmisión a nivel mundial, gracias a la invención de la radio y la difusión por doquier de la telefonía a comienzos del siglo XX. En la década de 1950 se entra en una tercera fase de la vida de las agencias, como recuerda Sergio Lepri en su excelente libro Le Macchine dell'Informazione [Las máquinas de la información]."Se está en presen- cia de un fenómeno de 'explosión de informaciones' que parece prolon- 'gar en el tiempo y dilatar en el espacio la imagen emblemática de la pri- mera explosión nuclear con efectos, esperemos, menos siniestros. " E n los países de aquello que se llama Occidente —recuerda Lepri— se multiplican los centros que producen noticias: es el benéfico efecto del desarrollo de la democracia y; det pluralismo, de la descentralización de los poderes, del nacimiento y robustecimiento de los órganos locales, ad- ministrativos y políticos, de la pluralización de los órganos sindicales, centrales y periféricos, de la prolifesación de los entes de asociación, del aumento de la participación d é l o s ciudadanos en la vida de la comuni- dad. " C o n el fin de la colonización y la conquista de la independencia, decenas y decenas de países se transforman de objeto en sujeto de la polí- tica; por la riqueza de los recursos, por la posición estratégica o por la fuerza de la ideología se convierten también ellos en importantes hacedo- res de informaciones. " D e la aldea de un tiempo se pasó a lo»que fue llamada una " s o - ciedad g l o b a l " : las diversas partes de un país y las diversas partes del m u n d o se descubren interdependientes y elrinterés por la información crece en la medida en que cada uno se siente implicado en lo que ocurre en cualquier rincón de la Tierra. " E l desarrollo de las tecnologías en el campo de las telecomunica- ciones hace posible y poco costoso el movimiento de las noticias, no pone límites técnicos posibles (y reduce los políticos) para la difusión de las in- formaciones, incluso más allá de las fronteras estatales y de las barreras ideológicas". " E n este gran cuadro general, las agencias de prensa se mostraron, después de la segunda guerra mundial, como un elemento determinante, más todavía de lo que lo habían sido en el pasado. El concepto de la in- formación como fuente de distracción, de pasatiempo, de diversión, de sugestión, estaba terminando su ciclo; la información se estaba mani- fiestando en cambio en toda su fuerza dramática: " — c o m o medio de conocimiento, de adquisición cultural, de enriqueci- miento ideológico; como aprendizaje de normas de vida y de reglas de comportamiento; como sugerencia de decisiones, como estímulo de opciones; " — c o m o instrumento operativo, c o m o subsidio de servicio para quienes ejercitan una actividad trascendente, pública o privada, en una so- ciedad de movimiento; " — c o m o clave, no para conocer, sino para modificar la realidad!'
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centros principales de elaboración > de comunicación de los despachos de prensa: Nueva York, sede cíe la agencia, que controla el área asiática América del Sur y América del Norte; y Londres, que agrupa a toda' Europa, África y Medio Oriente. Londres y Nueva York están vinculadas por una doble conexión'per- manente:, cable y satélite. Cada nudo de la red poseo un ordenador de conmutación para la expedición y recepción de audio o datos de las ofici- nas locales. Todos los mensajes son conservados en memorias centrales y son ac- cesibles a todas las redacciones. El sistema está enteramente computado- rizado, todos los redactores trabajan directamente sobre una terminal de video, de la que existe'un modelo portátil que permite al cronista enviar el texto a la computadora desde cualquier localidad que disponga de un teléfono. Por la red de transmisión las informaciones viajan en inglés (salvo para América Latina, adonde ilegan en español) y. antes de que se las en- víe a los circuitos nacionales, se traducen a su llegada a cada capital. Por las líneas telefónicas permanentemente arrendadas se transmiten los tex- tos de servicio y las telefotos. En el caso de Reuter (véase figura 3), el acopio y la difusión de in- formaciones se vale de una red importantísima que comprende tres centros de memorización y conmutación de mensajes: Londres, Hong Kong y Nueva York, y un sistema de comunicación conformado por cuatro sectores, dos de nivel continental, otro que comunica las principa- les ciudades europeas y el cuarto que alimenta íntegramente a las ciuda- des norteamericanas. La información está centralizada en Nueva York y se difunde en los Estados Unidos y hacia Londres. Las informaciones son restransmitidas desde Londres a los centros provistos de minicomputadoras: París, Ams- terdam, Zurich, Francfort, Sidney, Pretoria. La difusión se efectúa tanto con noticiario de teletipos como con comunicaciones directas a través de terminales de video. Junto a redes de telecomunicaciones muy modernas y complejas, las mayores agencias se valen de los más recientes productos de la evolución tecnológica: computadoras y terminales de video. Reuter, en 1968, fue la primera agencia de noticias que adoptó las nuevas tecnologías electrónicas: una computadora recibía, sobre ocho te- letipos a cien baudios de velocidad, el material que llegaba. Un redactor responsable examinaba los textos en su terminal de video, enviaba al cir- cuito el material que consideraba válido y derivaba el resto a otros redac- tores para que realizaran las modificaciones necesarias Esto se transfor- mó luego en el modelo de referencia. UPÍ, en 1971; A P , en 1972, y A F P , en 1973 y 1976, adoptaron sistemas análogos. ANSA incorporó un siste- i.ia similar en 1983 para su circuito latinoamericano coordinado por la oficina de Buenos Aires.
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Las ventajas que obtienen las agencias con la adopción de la compu- tadora para el acopio, el procesamiento y la distribución de las noticias se hacen más evidentes al confrontar la nueva organización con el sistema tradicional, hoy por hoy en camino de eliminación, incluso en los contex- tos más atrasados: — Los textos.que llegan son distribuidos automáticamente en el inte- rior del " c e r e b r o " operativo central e inmediatamente recibidos por las redacciones competentes: es decir, se asegura la simultaneidad entre partida de la noticia —de cualquier punto del mundo que pro- venga— y su recepción por quien tiene la responsabilidad de evaluarla y, si es del caso, retransmitiría. Sin computadora;- con los métodos tradicionales, el material llega a un teletipo y de aquí cada despacho, — una vez terminada la copia, es trasladado por sistemas de aire compri- mido o por mensajeros a la redacción interesada. — El material original que prepara cada redacción es " t e c l e a d o " direc- tamente en la terminal de video y de allí incorporado —sin otro trámi- te— en la computadora, desde donde se emite al exterior. Según los métodos tradicionales, el periodista dactilografiaba los despachos, que luego se entregaban, en m a n o o por sistemas de aire comprimido, a un operador que los copiaba en teletipo para obtener una cinta per- forada. — T o d o lo que proviene del exterior es " p a s a d o " por las redacciones a sus terminales de video para correcciones'o modificaciones, y de allí directamente, vuelve a ser " e n t r e g a d o " a la computadora para su retransmisión o archivo. Con los viejos sistemas, el material que lle- gaba se volcaba en papel y cinta perforada. Pero a esta cinta, de difícil manipuleo, era preciso " r e p e r f o r a r l a " para aplicar correcciones, et- cétera. — El material de producción interna o de proveniencia externa lo emite la computadora simultáneamente en múltiples direcciones; se produce así la llamada multiplicación del mensaje. Con el sistema tradicional, en cambio, son necesarias tantas operaciones.manuales [de colocación de las cintas perforadas en los emisores] como destinos tenga la noti- cia. — La distribución del material en el interior de la agencia y su emisión al exterior se produce según las indicaciones de precedencia que el ope- rador coloca [en su terminal de video] a cada noticia según un código de prioridades que la computadora reconoce automáticamente. Del uso de sistemas electrónicos sacan vantaja no sólo las agencias, sino todo el universo de los medios de comunicación impresos. La posibi- lidad de conectar entre sí las computadoras de las agencias con las de los diarios torna mucho más eficaz y rápida la actividad de filtración, selec- ción y composición de las noticias por parte de los redactores que usan las mismas terminales de video conectadas al sistema editorial del diario. Pero los sistemas electrónicos modernos, tanto en la elaboración de noticias y fotos como en su transmisión, pueden también contribuir de
manera decisiva para acercar ia oferta y la demanda de informaciones El tipo de demanda emergente solicita una información directa, esto es, no ya mediada por los tradicionales soportes, y disponible en el preci- so momento en que-sirve; una información especializada, montada sobre las exigencias específicas de utilización. En esencia, se" reconoce el surgimiento de una exigencia de calidad informativa que se acerca siempre más al concepto de narroweastíng, en contraposición al de broadcasting. Broadcasting (circular) se aplica al caso de las transmisiones destina- das a un público indiferenciado, en tanto que narrpwcasting indica una difusión de informaciones seleccionadas a segmentos particulares de mercado. • •"- • : ; En el camino de la transformación de las agencias y en el marco de la exigencia de satisfacer las exigencias informativas de la segunda mitad de la actual década de 1980, hallamos la formación de los bancos de datos". Volveremos a aludir a las características y estructuras de bancos de informaciones periodísticas, pero a esta altura es interesante observar que algunas agencias dieron una contribución determinante, especial-" mente en Europa, al desarrollo de estas estructuras informativas que re- visten, en perspectiva, una importancia estratégica para un " m á s equilibrado" intercambio transnacional de informaciones. DEA (Documentación Electrónica ANSA.) es el banco de informa- ciones de la mayor agencia italiana que entró en funciones en 1982. El sistema está basado en una computadora y un programa de microfichas organizado con estos criterios:
(^3) Este es el m o d o de lener acceso a D E A. El usuario debe disponer de un terminal (obviamente con teclado para poder darle las órdenes necesarias) conectado con la c o m p u -
A G O R A es el primer banco de informaciones periodísticas francés, realizado por la A F P. La memorización del noticiero es del tipo de texto intregral y, por lo tanto, cada palabra significativa de los mensajes es considerada " p a l a b r a clave" para la búsqueda basada en la técnica del archivo invertido (invertedfile). La nueva dimensión a la que están acercándose las más avanzadas agencias de prensa y que constituirá el natural desarrollo de los próximos años, está constituida por la dimensión telemática. En este contexto se colocan los nuevos servicios de tipo " i n t e r a c t i v o " en los que muchas agencias están haciendo considerables inversiones. Un papel de vanguardia en este sector lo desarrollan las agencias de prensa especializadas en informaciones económico-financieras, comen- zando por la Dow Jones. Iniciativas similares están en curso por parte de agencias europeas, entre ellas la Agencia Italia (AGÍ) que recientemente activó el servicio Vi- deonews. Con este servicio, la A G Í se proyectó en el mundo de los "nuevos m e d i o s " de los que hablaremos más adelante. La computadora interna de la AGÍ fue conectada en gateway con el sistema Videotel, el sistema público de Videotex de la Empresa Italiana de Comunicaciones (SIP), con lo que consiguió la distribución en "tiem- po r e a l " de su noticiero en terminales de video,.
__ tadora de A N S A a través d e : (a) una línea telefónica p e r m a n e n t e suministrada por la empresa de teléfonos; (b) una llamada telefónica por la red normal c o n m u l a d a. Los costos de conexión de tipo (a) son siempre convenientes en el á m b i t o u r b a n o ; los del tipo (b) va- rían de acuerdo con el tiempo de conexión y la distancia. La línea especial se hace conve- niente si el tiempo medio de conexión supera una hora por día. C a d a usuario tiene un n o m b r e propio y una contraseña {password) que le da acceso al sistema. Establecida la conexión telefónica —siempre abierta c u a n d o se dispone de una lí- nea especial—, el usuario está en condiciones de " i n t e r r o g a r " al archivo D E A. El e l a b o r a d o r electrónico es solamente una m á q u i n a y.no puede responder a una pre- gunta directa. C a d a interrogante se hace por ello con la lógica prevista por el p r o g r a m a aplicativo (software) que, en el caso de D E A , es el STA1RS (Storage And Information Retrieval System) de I B M. En el d o c u m e n t o (noticia) que se busca debe haber (o no haber) determinadas palabras, entendidas c o m o cualquier conjunto de caracteres, alfabéticos o numéricos. Los " c o m a n d o s " necesarios para operar la búsqueda son de tres tipos: " f u n c i o n e s " , " o p e r a d o r e s " y " c a l i f i c a d o r e s ". Las " f u n c i o n e s " son los c o m a n d o s que se d a n a la c o m p u t a d o r a escribiéndolos en la terminal o u s a n d o las teclas funcionales ( " S E A R C H " ) , por ejemplo, busca una determina- da palabra o n ú m e r o de palabras; " D I S P L A Y " muestra los pedidos hechos; " C H A N G E " cambia el tipo de archivo; " S A V E " memoriza las preguntas hechas; " H E L P " explica, en caso de dudas, las funciones del p r o g r a m a ; C O P Y envía a la m á q u i n a impresora los docu- mentos pedidos, etcétera). Los " o p e r a d o r e s " sirven para conectar entre sí a los " o p e r a n d o s " , es decir, las pa- labras sobre las que se realiza la búsqueda (por ejemplo: " O R " significa que la noticia debe contener por lo menos u n o de los " o p e r a n d o s " ; " A N D " significa que los " o p e r a n d o s " de- ben estar en el mismo d o c u m e n t o ; " W 1 T H " significa que los " o p e r a n d o s " deben estar en la misma frase; " A D J " significa que los " o p e r a n d o s " deben ser adyacentes).
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ción, y de adelanto en el camino gradual hacia la automatización del archivo de redacción. En cada archivo las funciones fundamentales son tres, independien- temente de la tecnología que se utilice: acopio, memorización (o almace- namiento) y reclamo. La conexión entre estas tres funciones está es- quematizada en la figura 4. Cada una de las tres funciones se puede articular, a.suvez, en otras tres, por las que el archivo se puede caracterizar por los medios y las me- todologías usadas para cada una de estas nueve funciones. El acopio se articula en: extracción de las palabras clave, genera- ción del extracto y carga física (im'put) en el archivo. La preparación de las palabras clave del extracto hasta ahora se vienen haciendo a mano por personas específicamente preparadas para este tipo de trabajo, pero se comienzan a tener también programas que, con mayor o menor efica- cia, permiten a la c o m p u t a d o r a obtener de manera automática palabras clave y extractos de un texto completo. Este último se puede cargar ma- nualmente en el sistema de archivo o —lo que es más práctico—, tam- bién, directamente por el sistema de composición en el que ya fue memo- rizado. También para la memorización, independientemente de la tecnolo- gía utilizada, existen tres dimensiones: la generación de un catálogo de palabras clave, la memorización de los extractos y la memorización de textos completos. Finalmente, la función de reclamo (retrieval) puede consistir en la consulta del catálogo de palabras clave, en el reclamo de los extractos o en el reclamo de los textos completos. La posible articulación de las tres funciones fundamentales de aco- pio, memorización y reclamo está representada en la figura 5. Esta es bastante representativa de la estructura interna de un archivo de infor- maciones periodísticas, independientemente de la tecnología usada para cada una de las funciones. El banco de información del New York Times constituye el primer ejemplo de transferencia de un archivo de redacción a computadora. En la actualidad, la aplicación de! New York Times, justamente por haber sido !a primera en el área de los diarios, no es ya el ejemplo más moderno de banco de informaciones periodísticas. Empero, no se puede ignorar el hecho de que el ejemplo del New York Times constituyó, por lo menos hasta la mitad de la década de ¡970, la referencia fundamental para este tipo de aplicación. El banco de información del New York Times se proyectó y realizó en el quinquenio 1968-1972, y comenzó a funcionar entre 1972 y 1973. Nació, ante todo, como un tipo de servicio para ser brindado a los clien- tes externos, y solo marginalmente como servicio alternativo del archivo de redacción interna. Nació con varios años de anticipación respecto de la adopción de sistemas electrónicos para la producción y la redacción
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del diario, que sólo a fines del decenio de 1970 puso en marcha un completo sistema editorial. La estructura de un banco de este tipo está presentada en la figura ó, donde por las modalidades de carga de textos se puede inmediatamente observar que no existe integración con el sistema de composición del diario. Las palabras clave y los extractos, obtenidos por personal compe- tente, se incorporan manualmente desde terminales de video a la com- putadora, y se refieren no sólo a los artículos publicados en el New.York Times, sino también a una selección-de otras setenta publicaciones (diarios, periódicos, etc.). Los textos completos se almacenan en micro- fichas. El actual banco de datos agrupa casi tres millones de documentos y crece al ritmo de 250.000 documentos por año. De ellos, la mitad es d«l New York Times, y la otra mitad, de otras publicaciones. No está prevista una depuración del archivo, lo que hace de este banco algo único y, en ciertos aspectos, cada vez más insustituible. El usuario de este banco de datos accede al sistema mediante el uso de una terminal de video y plantea su pedido a través de palabras clave (que incluyen nombres propios, lugares geográficos, etc.) en relación con el tema que le interesa. Estas palabras clave son confrontadas con las del catálogo memorizado por la computadora y) a través de un diálogo entre usuario y sistema, se llega a la selección de las palabras clave apro- piadas. Con éstas el usuario especifica la lógica con que se deben combi- nar, mediante proposiciones del tipo and, or, not, etc., y la computadora responde indicando el número de documentos que satisfacen su pedido. A esta altura, es posible tener en la pantalla de la terminal los extractos de los artículos seleccionados en orden cronológico o en orden cronológi- co inverso. En caso de que la consulta de los extractos no satisfaga las exigen- cias del cliente es posible consultar el artículo original reproducido en microfichas, usando el número de referencia que incluye cada extracto. La estructura y el programa de gestión del banco de información del New York Times está ahora evolucionando hacia soluciones técnicas y organizativas más modernas que tienden a acercarlo a los más recientes bancos de datos periodísticos. Ciertamente, el banco será conectado con el sistema editorial del Times, y esto favorecerá la gradual transforma- ción de los criterios originales. El banco de noticias D E A de la agencia A N S A está estructurado sobre conceptos similares a los aplicados por el New York Times, como ya mencionamos en el capítulo anterior. Con algunos años de retraso con respecto al New York Times se pro- dujo la aplicación de la c o m p u t a d o r a en el archivo de redacción del To- ronto Globe and Mail. En este caso, estamos en presencia de un sistema de tratamiento de textos sensiblemente distinto al del New York Times. En primer lugar, la realización del archivo electrónico se realizó des-
pues de la instalación de un sistema editorial, hilo permitió la integración entre el tratamiento de los textos para la producción y el tratamiento pa- ra la generación del archivo: todo lo que sale diariamente en fotocompo- sición es enseguida transferido a la computadora usada para el banco de datos. • •• • >•- El sistema es de memorización integral de textos. El diario también se reproduce en los microfilmes, pero ello se realiza por añadidura y no co- mo alternativa al almacenamiento integral del texto en la computadora. En segundo lugar,- en tl-JorontoSlObe no se efectúa la generación de extractos: es el propio sistema el que extrae de los textos las palabras clave con las que se hará la búsqueda. Esta extracción automática de pa- labrascjave, empero, no es todavía suficiente para las posteriores bús- quedas y se completa con el añadido de una serie de indicaciones por par- te de los operadores del archivo (fecha de publicación, posición del artícu- lo, autor, tipo de noticia, fuente de la noticia, extensión, y otras anota- ciones particulares). De todos modos es necesario un cierto empeño del personal calificado para integrar y guiar la extracción sobre las palabras clave hechas por la c o m p u t a d o r a. Pero se trata de un trabajo muy redu- cido, en relación con la producción de los extractos de los artículos. Sin duda, el nivel de automatización del archivo del Toronto Globe es más elevado que el del New York Times, lo que se puede advertir en el esquema de la figura 7. Confrontando las dos soluciones, se advierte que, en el caso del To- ronto Globe, los costos de personal se redujeron sensiblemente, mientras que los de las memorias de masa tienden a convertirse con rapidez en muy elevados e insostenibles para una empresa mediana. Las funciones que más se asemejan en los dos casos son las de bús- queda de las informaciones: el usuario " d i a l o g a " con el banco de datos mediante la terminal de video usando combinaciones de planteos "boolea- n O ' S ". En el caso del Toronto Globe se pueden obtener como respuesta del sistema no sólo los extractos, sino también los textos completos sin necesidad de consulta del microfilme. Esta última posibilidad ofrece la ventaja de hacer más rápida la con- sulta de textos integrales, pero impide tomar visión de las características gráficas del original y del contexto de la página en que apareció inser- tado. El mismo tipo de opción del archivo del Toronto Globe fue adopta- do por otros medios periodísticos importantes del m u n d o editorial norte- americano, como el Los Angeles Times y el Philadelphia Inquirer. Sería arriesgado opinar sobre la eficacia de la extracción automática de palabras clave que constituye la característica más destacada de estos bancos de informaciones. Ciertamente, en este campo se están realizando notables progresos y no es impensable que en los próximos años se pueda llegar a aplicar técnicas también a textos más complejos, de vocabulario más rico que los artículos periodísticos.
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Vender informaciones
La construcción de bancos de informaciones periodísticas de gran- des dimensiones significa inversiones y costos de funcionamiento que di- fícilmente hallen justificación económica en una empresa editora. Es necesario, por lo tanto, considerarjas informaciones memoriza- das en computadora como la base para nuevos tipos de productos..o de servicios, de m o d o de poder descargar en la venta de las informaciones a clientes externos una buena parte de los oostoS'de desarrollo y funciona- miento. Pueden ser vendidas al exterior tanto la consulta directa del banco de datos con terminal como la entrega de extractos o de textos enteros sobre temas y noticias, según las exigencias individuales del usuario. Otras fuentes de ingreso pueden provenir de la producción de catá- logos de los artículos publicados, de reediciones de microfilmes y, en una perspectiva de largo plazo, de la provisión de servicios por videotex. La posibilidad de realizar nuevos productos o servicios de este tipo no pertenece al futuro; son iniciativas que están siendo evaluadas, caso por caso, en consideración a la potencialidad del mercado. En torno de la construcción de bancos de información es natural que se desarrollen formas de colaboración entre empresas editoras no sólo para repartir costos, sino también para evitar absurdas duplicaciones de trabajo y archivos. No todos los editores pueden tener la fuerza del grupo Ringier que inauguró, en 1980, un banco de informaciones en el que se memorizan las principales publicaciones diarias y periódicas de Suiza. La realización de Ringier siguió a la iniciativa pionera desarrollada en Europa por el grupo editorial Gruner-Jahr, de H a m b u r g o. La formación de bancos de información a nivel nacional e incluso internacional, j u n t o a la de bancos regionales y locales, públicos y priva- dos, además de responder a la repartición de gastos, tiende a satisfacer exigencias de exhaustividad informativa y de máxima difusión. Al pasar de un archivo tradicional a un banco de datos se debe apun- tar, más que a la automatización de viejas operaciones, a determinar las bases para nuevos y más completos servicios informativos. La formación de bancos de datos no tiene hoy alternativas válidas para quienes en el futuro no quieran quedar excluidos del acceso a nuevos medios de comunicación. Pensando en un tipo de tareas que, partiendo de usuarios selecciona- dos, tiende a desarrollarse en una variedad de servicios para un público cada vez más amplio, se puede prever para los años futuros un escenario con una cantidad y una diversificación creciente de bancos de datos. La característica que tendrán en común es que, para su concreción, utiliza- rán calculadoras y archivos electrónicos. Parece cierto que las mismas modalidades de memorización, de ac- ceso y de distribución de los conocimientos cambiarán sensiblemente con
La estructura de la red de comunicaciones permite al receptor requerir sólo el tipo de informaciones deseadas y, sobre todo, permite un débito proporcional al uso real de! banco de datos y la red telefónica. Con el vi- deotex interactivo son realizables los siguientes servicios, además de los ya indicados previamente: reservas en general (de viaje, de teatro, etc.) con cargo automático; comunicaciones -entre los diversos receptores; compras por catálogo o a pedido inmediato; informaciones sobre abona- dos telefónicos y sobre categorías de abonados; auxilios didácticos y para el trabajo (ejercicios, soluciones de problemas, enseñanza de materias es- pecíficas, banco médico, informaciones legales, cálculos, etc); informa- ciones sustitutivas de avisos clasificados (ofertas de trabajo, casas, etc.); juegos electrónicos. La orientación de las administraciones de los servicios de telecomu- nicación europeos es la de definir un estándar de transmisión de L baudios (unas treinta palabras por segundo) para el suministro de Ta in- formación al receptor, y de 75 baudios (menos de dos palabras por se- gundo) para las demandas del receptor a la computadora central. Esta velocidad es absolutamente compatible con la utilización de la red telefónica normal c o n m u t a d a. En el caso del videotex interactivo también son menos complicados los problemas a nivel político, por cuanto las administraciones europeas! y sus concesionarias están orientadas a ver de manera netamente distinta las funciones de quien suministra las informaciones (bancos de datos, agencias, diarios) y las de los entes de gestión de las redes de comunica- ciones. La claridad y distinción de relaciones entre estas diversas funciones están obviamente facilitadas por la intrínseca característica del videotex interactivo, que permite al receptor elegir el tipo de información deseada, en el m o m e n t o exacto, en el ámbito de todos los bancos de datos que se quieran conectar a la red telefónica. Las características intrínsecas de la red telefónica (bidireccionalidad) son decisivas para permitir un más amplio espectro de posibilidad aplicativa para el videotex por hilo. En la actualidad es evidente que las estructuras técnicas de las redes de televisión y de telefonía están muy diferenciadas y son, por lo tanto, escasamente compatibles. Esta situación podría modificarse en el futuro mediante la realización de redes de transmisión multifuncionales, capa- ces de aglutinar simultáneamente más servicios con características de bi- direccionalidad y de elevado número de canales de transmisión (redes de banda ancha). La posibilidad de evolución hacia redes " u n i t a r i a s " de este tipo tiene buenas probabilidades de tener en la década de 1980 un cierto de- sarrollo en los Estados Unidos, en el J a p ó n y en los países más de- sarrollados de E u r o p a Occidental. En tal caso, cesaría la distinción entre los dos tipos de videotex y existirían condiciones muy favorables para su difusión masiva.
En lo que respecta al videotex es importante apartarse de la tenden- cia a usar términos como "diarios electrónicos" o "diarios pantalla", así como otras analogías con los diarios impresos. C o m o es obvio, es técnicamente posible transferir a una " b a s e de datos" videotex la misma información que se publica en los diarios comu- nes. Pero, en general, éste sería un método realmente costoso para obte- ner las noticias que ya se pueden obtener en forma impresa en el diario y en forma audiovisual en la radio y la televisión. La información de carácter general no tiene por qué ser obligato- riamente transmitida por un medio que parece no ser el ideal para este ti- po de mensajes (excepto, quizá, para la difusión de noticias breves). En Italia, la RAÍ comenzó la experimentación del videotex circular, bautizado televideo, a fines de 1982. En 1983, la Compañía Nacional de Comunicaciones comenzó las experimentaciones con videotex interacti- vos, denominados videotel, extendiéndolos en seis ciudades para un rastreo de receptores, el 80 por ciento de los cuales se incluían en la tipo- logía " n e g o c i o s ". A fines de 1984, los receptores conectados a videotel eran más de 1.500.
Satélites de telecomunicaciones y redes de TV vía cable t También los satélites de comunicaciones contribuyeron a modificar sensiblemente el contexto de las comunicaciones en la actual década de 1980, pero más en relación con las ampliadas posibilidades de empleo de los " v i e j o s " medios de comunicación, como la televisión, que en el senti- do de favorecer el desarrollo de los nuevos. La utilización de los satélites p a r a la difusión de programas de tele- visión comenzó en realidad a ser de uso corriente en las emisoras de TV, por lo menos desde las Olimpíadas de México en 1968. En el curso de la Conferencia Mundial de las Radiocomunicaciones, en 1977, fue definitivo el plan para el servicio de radiodifusión directa de satélites en la banda de 11,7 a 12,5 G H Z. Fueron definidas 907 asigna- ciones de frecuencia, con indicación de las posiciones orbitales de los sa- télites y las características técnicas del servicio. La planificación implicaba, en la práctica, que cada país europeo podía difundir simultáneamente cinco programas de TV en un área que incluía su propio territorio nacional. Esto significaba que en cada país europeo se podían recibir varias decenas de programas de televisión en diversos idiomas. Se prevé a h o r a que en la segunda mitad del decenio de 1980 los saté- lites de televisión (direct broadcasting satellites, o DBS) trasmitirán programas que se podrán captar directamente en las casas. Será posible recibir programas con una antena parabólica pequeña (90 centímetros de diámetro) y relativamente poco costosa, en particular en las áreas centra- les de cada una de las zonas de recepción preestablecidas. Instalaciones re- ceptoras más grandes y elaboradas, c o m o para una red de televisión vía
cable o un sistema de antena televisiva, centralizada, permitirán la recep- ción de un gran número de programas provenientes de diversos satélites," incluso aunque se valgan de diferentes estándares de señales televisivas (cosa que implicaría a sesenta canales, nada más que en Europa). Ade- más,.,1a evolución de las antenas de recepción está en progreso continuo, y la voluminosa y'costosa antena parabólica.(o colectiva) no seguirá sien- do necesariamente la única solución. Quizá ya antes del fin de este siglo, en Europa se podrá delinear esta situación;,.
— programas de televisión internacionales europeos (ya fue anun- ciada toda una serie) serán distribuidos en todo el continente a través de satélites de televisión y recibidos con antenas indivi- duales o comunitarias; — programas de televisión nacionales de los estados más grandes se- rán transmitidos con satélites propios, también para su recepción individual o comunitaria; — programas de TV regionales serán difundidos por los diversos transmisores terrestres, inicialmente concebidos para la cobertu- ra del territorio nacional; — programas de TV locales serán producidos en distintas regiones (usando técnicas de grabación electrónica de costos bastante ac- cesibles), intercalados con un servicio nacional o internacional, y distribuidos con una red de cable (CA1V).
La flexibilidad —y la complejidad— de un desarrollo así dependerá también de la pericia con que sean conectados los sistemas de cable con las redes nacionales, ya sea con la utilización de satélites o, para superfi- cies más reducidas, con interconexiones de microondas {multipoint distñbution systems, o MDS). La difusión de la televisión local no tendrá necesariamente que ser por cable. En los Estados Unidos ya fue ideado un nuevo sistema que consiguió la aprobación de la Comisión de Comunicaciones: la televisión de baja potencia (LPTV). Esta implica ei uso de emisores de baja poten- cia (100 vatios de los satélites) en un área ¡imitada de distribución que se sitúa en alrededor de veinte kilómetros de radio. Restringiendo ahora nuestra óptica desde una perspectiva que va más allá de los diez años a un período más cercano, sabemos que en 1985-1986 se hicieron operativos dos satélites franceses y dos alemanes para la difusión directa de los programas de las emisoras de TV y radio nacionales. Los países escandinavos planean el lanzamiento de tres satélites que cubrirán toda el área del Atlántico Norte, desde Finlandia a Islandia. En .1986 se lanza el satélite L-SAT de la ESA, el consorcio espacial europeo. A fines de 1987 se planea el lanzamiento del satélite 1TALSAT,
que abrirá el camino para un sistema operativo italiano en la década de
Estos satélites, además de la difusión de programas televisivos y ra- diofónicos, sobre los que se hablará más adelante, tendrán a bordo "sis- temas multifase" equipados con sistemas de conmutación adecuados pa- ra que el conjunto satélite^estación terrestre pueda comportarse como una gran central de conmutación electrónica a nivel nacional e interna- ..cional, con gran variedad de servicios (fonía, datos, videoconferencias, etcétera). Sólo considerando las aplicaciones comerciales, en los .sectores más maduros (telecomunicaciones, difusión directa de propaganda de TV, observaciones de la Tierra), las estimaciones actuales llevan a prever, en total, el lanzamiento de entre doscientos y trescientos satélites, todos al- tamente sofisticados, en los próximos diecisiete años, con inversiones del orden de los 20 y 30 mil millones de dólares. Cada uno de estos satélites no interesará a una sola nación, sino que sus transmisiones se podrán captar también en los países circundantes, en función de la calidad y dimensión de las antenas receptoras. Teniendo en cuenta que cada transmisión de video puede ser acom- pañada por unos siete u ocho canales de audio, se hace posible cubrir más países con la misma transmisión acompañada por comentarios en di- versos idiomas. No es difícil comprender ques con la llegada de varios sa- télites de comunicaciones que comenzarán a atestar el espacio, europeo en los próximos años, se plantearán no pocos ^problemas de copyright, de definición del área de cobertura de los mensajes publicitarios y, más en general, de sobrevivencia de normativas que, en casi todos los países europeos, mantienen en pie el monopolio estatal de las difusiones de ra- dio y televisión. Las características técnicas muy estrechas impuestas por los canales de TV vía satélite requieren antenas de recepción de altas prestaciones. C o n toda probabilidad esto h a r á económicamente conveniente la realiza- ción de redes locales de distribución de b a n d a ancha. Estas redes CATV estarán en principio constituidas por cables co- axiles y sólo posteriormente por haces de fibras ópticas. La combinación de sistemas de CATV y de satélites de comunica- ciones podrá constituir la base de esas redes multifuncionales aptas para vehiculizar simultáneamente una gran variedad de servicios (ISDN de se- gunda generación). El esquema de máxima de esta nueva y articulada estructura de difusión será similar al que ahora está en curso de experi- mentación en los Estados Unidos por parte de los servicios de pay cable (véase la figura 8). Esto parece no tener alternativas si se pasa de los servicios de difu- sión (del tipo de las transmisiones de radio y TV) a servicios interactivos (del tipo telefónico, de transmisión de datos, etcétera). En efecto, mientras los satélites ofrecen desde a h o r a soluciones defi- nidas para los servicios de difusión, los servicios interactivos tienen difi-