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Boulevard Book Reading is about look all you need about history of love that you must to know about
Typology: Study notes
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Sinopsis
Enamorarse nunca fue parte de sus planes y, mucho menos, perder a alguien. Aunque la vida es como un par de dados; nunca sabes que caerá.
Antes de Hasley Weigel, hubo alguien más, Bella Adams fue la primera historia de amor que Luke tuvo, sin embargo, no tan fuerte como su última.
La barrera que él construyó impidió que mirara más allá de lo que él merecía. A pesar de que Bella se aferró a Luke casi dos años, se rindió.
Esta es la prueba de que no importa el tiempo, si alguien es para ti; el sentimiento será fuerte. En donde puede llegar una persona y hacerte sentir en tan poco tiempo lo que otra no pudo hacerte sentir en dos años.
¿Qué fue primero? ¿Los ojos azules o los cafés? ¿Y si el Boulevard fue de alguien más?
ÚLTIMO LIBRO DE LA TRILOGÍA:
La cobardía es uno. El miedo es uno. Sin embargo, todo puede reducirse a uno. ¿Es este el significado de la vida?
La puerta se abre y ella corre hacia mi, tirándose de rodillas a un lado, seguido me abraza y ocasiona yo sollozo.
—Tranquilo, estoy aquí.
¿Como alguien puede hacerte sentir tanto y después dejarte vacío en un corto tiempo?
Se separa un poco y me obliga a mirarla, tiene los ojos llorosos y me siento culpable por haberle
hecho todo esto. Por haberla asustado. Me siento tan mal que no tengo la valentía suficiente
para seguir sosteniéndole la mirada, aunque ella se aferra a mí.
—Luke, no estás solo.
¿Y si las palabras son solo eso? Sin valor alguno, con falacias desbordando por doquier. En algún momento todo se olvida, todo se aleja, todo se pierde.
A pesar de que ella esté hablando, lo único que sé en ese momento, es que las personas no son
Esta es la manera en que la vida se mueve, el tiempo pasa y crearemos una muralla de sentimientos, eso será nuestra defensa, casi como un bolwerk. Una defensa.
Capítulo 1
15 DE JUNIO DE 2015
Empujo el carrito de compras por todo el supermercado mientras tarareo la canción que suena a través de mis auriculares, hasta que un golpe en mi cabeza hace que me detenga por completo, volteo hacia la derecha y veo la sonrisa burlona de Jack a mi lado, ruedo los ojos y quito un auricular de mi oído.
—¿Qué quieres? — demando con el ceño fruncido.
—¿Por qué de mal humor, Pushi? — cuestiona, ahora, soltando una carcajada mientras pasa uno de sus brazos sobre mis hombros —. ¿No estás feliz porque mañana sea tu cumpleaños?
Quiero mencionarle que deje de llamarme por aquel apodo, pero sé que si lo hago, solo lo estaría provocando aún más, así que me contengo las ganas de alejarlo de mí y tomo una bocanada de aire antes de hablar.
—Exacto, mañana es mi cumpleaños y se supone que no debería de estar aquí con ustedes comprando las cosas para la comida — farfullo y añado—. Eso es sorpresa, ¿no?
—Qué estúpido— ríe—, mamá te ha traído para que tú escojas el pastel y las cosas, quiere darte tu gusto, eso es un lindo gesto, sabes que a ella no le gusta que se metan cuando va a cocinar, pero lo está haciendo por ti. Deja de ser tan patán.
—No soy patán — gruño y empujo con más fuerzas el carrito.
—Eres el único de la familia que tiene un humor de los mil demonios — ataca, pero niega rápidamente para retractarse —, mentira, papá igual.
—Estaba a punto de decir eso — menciono y lo miro —. ¿Tú qué me vas a regalar?
Al terminar mi pregunta, la sonrisa de Jack se transforma a una maliciosa acompañada de una mirada cómplice, como si lo que estuviera pensando
fuera algo completamente erróneo, pero divertido. Él se aleja de mí y detiene el carrito durante unos segundos para inclinarse hacia mi rostro dejando una pequeña brecha entre nosotros.
—Te llevaré a un prostíbulo — murmura y mi entrecejo se arruga totalmente.
—¿Qué? — pregunto incrédulo — ¿Estás bromeando, verdad?
—¡No! — grita y vuelve a erguirse —. Lo estuve pensando durante una semana y se me hizo algo cool, ya sé que aún eres menor de edad, pero Freddie se lleva con los tipos de seguridad por lo cual no habrá ningún problema con que tú entres.
Mis labios se entreabren sin saber qué decir, sé que es verdad porque es Jack y Jack es un estúpido.
Toso y cubro mi boca con la manga de mi suéter, para después regresar mi mirada hacia mi hermano, quien aún me mira con una sonrisa traviesa. Llevo ambas manos a mi rostro y trato de creerme esto, ¿eso es normal? ¿Que tu hermano te lleve con mujeres que venden su cuerpo?
—Eso es raro — murmuro —. Esperaba otra cosa, no eso.
—¿Qué? ¿Querías que te hiciera un fiesta sorpresa en el boulevard con globos y todos los animales fueran invitados? — pregunta con burla y cambia su sonrisa a una cínica.
—¿Quizá?
Jack se cuestiona así mismo y, ahora, es él quien frunce el entrecejo formando una mueca con sus labios, rasca la parte trasera de su cuello y se vuelve a acercar a mí como estuviera a punto de decirme un secreto. Qué dramático era.
—Luke — me llama —, ¿seguro que no eres gay?
Lo empujo lejos de mí y vuelvo a continuar con mi recorrido por el supemercado en busca de nuestros padres. Aún no entiendo porqué me
—Claro, papá — esbozo una sonrisa —. Gracias, te quiero.
Él me rodea con su brazo y carraspea, yo dejo caer mi cabeza sobre su cuerpo.
—No hay de qué, sabes que yo también te quiero — dice y se separa —. Ahora vamos en busca de tu madre y hermano porque no sé dónde han de estar, acuérdate de hablarle a Ben para que nos alcance en la pastelería.
Sin hablar, solamente asiento ante lo que ha dicho y lo sigo junto al carrito, me sentía alegre, Ben vendría y quizá él podría impedir que Jack me llevara a aquel lugar.
16 DE JUNIO DE 2015
Mi cabeza duele al igual que mi cuerpo, pero lo único que puedo hacer es ignorarlo y continuar con mi trayecto hacia las gradas, sé que moretones de los golpes de ayer han de estar más marcados y hoy duelen más que ayer. Ya sea emocional o físicamente.
Da igual la misma mierda.
Feliz cumpleaños , me murmuro internamente mientras echo una risa irónica por lo bajo.
Observo las gradas y comienzo a subir de dos en dos para sentarme a horcajadas en donde hay sombra, de mi bolsillo saco un rollo de marihuana y me doy cuenta que lo he aplastado gruño por lo bajo y comienzo a intentar recuperarlo para no desperdiciarlo. Me toma un poco de tiempo, pero al final lo logro, palpo mis bolsillos en busca de mi encendedor, sin embargo, dejo mi búsqueda cuando el sonido de algo cayendo sobre las gradas me interrumpe.
Rápidamente me pongo de pie y guardo el rollo en mi bolsillo, doy la vuelta y me encuentro con una escena tan ridícula.
—Mierda — murmura y con tan solo escuchar esa voz sé de quién se trata.
Observo como se intenta levantar, aunque en todos sus intentos falla. Frunzo mi ceño y ella eleva la mirada hasta mí, sus ojos azules me miran avergonzada.
—Y-yo lo siento— dice torpemente en un balbuceo.
Relamo mis labios y pongo los ojos en blancos por lo que haré a continuación, suelto un suspiro y me acerco a ella para darle mi mano y ayudarla a ponerse de pie. Ella me observa de pies a cabeza, quizá dándose cuenta de lo alto que soy, la mayoría lo hace y sé que alguien tan curiosa y metiche como ella no es la excepción.
con sus preguntas —. A parte, la mayoría de las personas te conocen, ser la mejor amiga del gran Zev Nguyen, sube tu estatus.
Lo último ha sido burla. Su estúpido amigo es el capitán del equipo de fútbol americano y el cual me odia con toda su alma, si el asesinato fuera legal, yo ya estaría tres metros bajo tierra, pero completamente agradecido con él.
—¿Cuál clase? — inquiere.
—Con la profesora Kearney.
Doy una gran bocana de aire y bajo mi mirada para tratar de ignorar el dolor que mi abdomen siente, pero fallo, así que lo único que hago es sacar el rollo de mi bolsillo y sin importarme de que esté arrugado o que Hasley esté presente,lo enciendo para después darle una calada.
—¿Qué es? — pregunta con cierta curiosidad —. No creo que sea tabaco.
Echo una risa porque al menos no es tan tonta como creía. Me volteo para verla y me acerco un poco a ella.
—Joint — hablo y el humo sale directo hacia su cara.
Su rostro muestra confusión, pero luego se forma a una mueca de asco y se aleja un poco de mí.
—¿Por qué lo haces en el instituto?— pregunta ingenuamente.
—Porque quiero y puedo — me limito a contestarle y tomo otra calada.
—Eso es desagradable — farfulla haciendo un mohín.
—Al igual que tú — lamo mi perforación y mi vista se va hacia su blusa, observando con discreción la mancha blanca que hay sobre ella —. ¿Qué es eso?
Entrecerrando los ojos, apunto con mi dedo índice la mancha y ella mira hacia la dirección. Sé la respuesta, pues no es la primera vez que llega con
una y dudo que también la última. Aunque siempre me ha parecido divertido ver como las personas se humillan a sí mismas.
—Pasta de diente — murmura avergonzada con las mejilla más rojas que nunca.
En ese momento, escucharla decir eso se me hace tan gracioso que no puedo evitar soltar una gran carcajada que me hace olvidar por completo que mi abdomen duele por los golpes, que mi padre me ha mandado a la mierda hoy en la mañana y que quizá tengo un nuevo reporte por faltar a clases.
Entonces, hablarle ha sido el mejor regalo de cumpleaños que he tenido.
Capítulo 2
28 DE JUNIO DE 2014
—Y ya te respondí.
—Ese " ajá" no es ninguna respuesta congruente, Luke— dice frunciendo su ceño—. Al menos podrías responderme bien, o siquiera decirme qué has comido, ¿no crees?
—Comí una sopa instantánea — confieso encogiéndome de hombros.
—Dios, Luke, eso no es comida, tú lo sabes, deberías alimentarte bien, por favor— suena suplicante y enojada a la vez, a esto me refería cuando decía que podía combinar varias características.
—Eso hago, Bella, al menos comí, eso debería de ser suficiente para ti, ¿no?— respondo un poco fastidiado por su insistencia.
—No se trata de mí, ¡es por tu salud!— masculla por lo bajo —. Te drogas y si no puedes dejar de hacer eso, por lo menos podrías intentar de cuidar tu alimentación.
—¡Basta, Bella, estoy bien! — alzo la voz y la miro mal—. No necesito que me estés cuidando como un maldito niño, sé lo que hago y si quiero joder mi salud lo haré, tengo conocimiento de lo que estoy haciendo, ya para, por favor.
Mi mandíbula se tensa y me giro para poder sacar una caja donde está el queso para los nachos, escucho como sale de la bodega y no hago el intento de detenerla, termino de hacer lo que empecé y regreso, miro hacia afuera del mostrador para saber si sigue ahí, pero no está.
Por un momento me siento mal y paso mis manos con frustración por mi rostro. Lo bueno de esto es que fuera temprano y los sábados casi nunca llegaba gente hasta más tarde, por lo cual, nadie había presenciado nuestra escena, a excepción Josh y Patty que eran parte del equipo del cine.
Prefiero quedarme en silencio durante unos segundos, arrepintiéndome un poco. Elevo mi vista un poco hacia la maquina de palomitas y me fijo que a un lado de ella hay una bolsa de color crema.
Sabía de quién era, por lo cual me acerco y la abro con lentitud para darme cuenta de su contenido.
Es comida.
Muerdo mis labios sintiendo como mis ojos empiezan a arder.
No me entendía, no entendía porqué me portaba así con Bella cuando ella solo se preocupaba por mí, la única a decir verdad.
Había empezado mi relación con ella hace más de un año y me comenzaba a comportar tan mal con la única persona que me trataba con tanto cariño y buscaba la comodidad conmigo, de un momento a otro las drogas comenzaron a afectarme y de igual manera nuestra relación. No sabía desde qué momento me había dejado de importar todo, absolutamente todo, era como si no tuviera ningún propósito para seguir.
Mi vida se había convertido en una miseria.
[...]
Mis ojos pesan y mi pecho duele, como si mi corazón se fuera a salir, siento el frío calar mis huesos y me obliga a sentirme como un robot con cada movimiento que hago, las nudillos de mis manos duelen con tan solo chocarlos contra aquella puerta de madera.
Esta se abre y puedo ver la imagen de ella entre mis pestañas húmedas por las lágrimas, no aguanto el dolor ni el de mi cabeza, tampoco creo seguir sosteniéndome con mis piernas porque siento que en cualquier momento cederé y caeré al suelo.
—Luke— su voz es arrastrada y mis oídos lo perciben de una manera medulosa—, ¿qué tienes?
—¿Están tus padres? No quiero meterte en problemas— es lo primero que pregunto, me preocupaba de cierta manera, no quería que la castigaran, no por mi culpa, no de nuevo.
puedo evitar que deje de arder, entonces, ahí me doy cuenta que no es bueno mezclar el alcohol con tus penas, menos con tus remordimientos.
—Bella, no— jadeo, con mucho esfuerzo me siento en el suelo sin soltar su mano y la observo, llevo mi otra mano hacia su mejilla y la acaricio simultaneas veces—, no está bien, ambos lo sabemos, yo estoy mal, necesito hacer algo por mí, lo sé... y eso es lo peor de todo, que tengo conocimiento de donde y como estoy, pero no hago nada para poder cambiarlo, sólo me quedo lamentándome una y otra vez sobre todo... esto.
Bella se mantiene en silencio y la acompaño, alejo mi mano de su rostro y rasco la parte trasera de mi oreja, algo nervioso y sin saber qué hacer. Mis mejillas están húmedas y mis ojos muy hinchados, arden y veo todo nubloso.
—Te ayudaré— indica, con la voz más dulce y cálida.
Sostengo mi mirada con la suya y no puedo evitar curvar la comisura de mis labios, regalándole una sonrisa, aunque fuera la más mínima, sabía que eso era suficiente para ella.
—¿Cenaste?— cuestiona con la vista en soslayo. Yo solo puedo negar con la cabeza—. Ta daré algo para que entres en calor, ¿sí? ¿Qué quieres de tomar?
—¿Tienes gaseosa? — la miro como si fuera culpable de algo, ella ríe y asiente.
—Ve a mi habitación, allá te lo llevaré, no hagas ruido por Marin que está durmiendo, eres muy torpe cuando estás tomado— indica con un tono de burla.
Ella se aleja sin antes darme un beso en la frente y expulso todo el aire de mis pulmones, con dificultad me levanto del suelo y arrastro mis pies con pesadez sobre la losa, busco a tientas la chapa de la puerta y entro a la habitación, enciendo la luz y observo a mi alrededor, el olor suave a vainilla con canela se cuela por mis fosas nasales y sonrío.
Recordaba que antes olía a café, pero al enterarse que lo odiaba, decidió cambiarlo por canela con vainilla, lo cual había sido una buena elección.
Me dirijo hacia la cama y me siento en una orilla, sintiéndome seguro al estar en este lugar, sin preocupaciones ni miedo a los regaños... sólo por esa noche. Sabía que mañana tendría que estar preparado para cuando llegara a mi casa y mis padres se dieran cuenta que no asistí al instituto.
Estoy tan borracho que puedo percibir mi propio olor.
Busco alguna toalla y me adentro al baño para poder ducharme, me tomo mi tiempo y hago todo con lentitud para no resbalarme y caer, me estoy muriendo de frío y aún así dejo que el agua fría caiga sobre mi cuerpo tratando de que me acostumbre a la temperatura, pero sé que lo mas seguro es que mañana tenga un resfriado.
Salgo del baño con una toalla a la mitad de mi cuerpo, me percato de que Bella aún no entra, así que corro hacia su ropero y abro el ultimó cajón para sacar un bóxer mío. He dejado varios y solo hay una explicación para eso, manteníamos relaciones.
Me lo pongo sin perder el tiempo y me dejo caer en el colchón, me siento tan mareado y con el alcohol corriendo por todo mi sistema circulatorio. Escucho la puerta abrirse y me doy cuenta que es Bella con un charola negra llena de comida, la observo dejarla sobre su escritorio y me mira vacilante.
—Te bañaste—declara—. Tengo dos sudaderas y un abrigo tuyo, por si quieres alguno, están colgados.
—Gracias— asiento, me pongo de pie para rebuscar entre su ropa una sudadera y ponermela. Mi volteo hacia ella y le sonrío.
—Bien, te traje tu gaseosa, hubiera preferido café, pero no te gusta— hace una mueca y rueda los ojos—, también hay carne roja asada y ensalada, necesito que cenes bien.
Me acerco y tomo asiento, ella coge la botella y comienza a agitarla.