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Este documento explora el punto de vista del narrador como un elemento fundamental en el análisis de la forma de una obra narrativa. Se analizan diferentes tipos de narradores, como el observador omnisciente, el espectador y el narrador personaje, y se destaca la importancia de la subjetividad y la objetividad en la construcción de la historia. Además, se aborda la relación entre la oralidad y la escritura, y se exploran las técnicas narrativas en el cine y la literatura.
Typology: Study Guides, Projects, Research
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1.1 Capitulo 1: Narrar
1.1.1 Lección 1 ¿Qué es narrar?
La narrativa, se considera una exposición detallada que busca persuadir a los oyentes, espectador/ lector: Es una forma de comunicación cuyo propósito es el de referir, relatar o "narrar" una sucesión de hechos, cumplidos por uno o varios personajes en un tiempo y un espacio determinados.
Es de notar la importancia que toma la comunicación lingüística en la narrativa, ya que vamos a “contar” un sinnúmero de sucesos que toman diversos formatos donde converge la escritura o la oralidad y se moldean de acuerdo a como el narrador ubique el sentido del tiempo, el espacio, los personajes y las acciones que se cumplen. Estos son sus principales elementos y el vehículo que ayuda a realizarlos es la palabra, oral o escrita.
1.1.2 Lección 2 Pistas Narrativas
Pistas Narrativas
El Escritor no es más que un viajero mental” Susan Sontag
Los narradores afirman que “No se escribe mejor”, porque se conozcan las técnicas y elementos literarios; se escribe mejor cuando se mueve la palabra en todas direcciones y se apunta a la poesía, al arte a la belleza, al dolor, o a veces a cosas triviales y transitorias, que con la implementación de una exquisita narrativa representan una obra real e inmortal. Virginia Wolf en la narrativa moderna manifiesta que “el escritor no parece constreñido por su propio albedrío, sino por algún tirano poderoso y sin escrúpulos que lo tiene en servidumbre y proporcione una trama, que aporte comedia, tragedia, amor, interés y un cierto aire de probabilidad, que embalsame el todo de modo tan impecable que si todas las figuras adquirieran vida, se encontrarían vestidas hasta el detalle último con sus sacos a la moda. Se obedece al tirano, se fabrica la novela hasta el menor detalle. Pero a veces, y más a menudo según pasa el tiempo, sospechamos que hay una duda momentánea, un espasmo de rebelión, según se van llenando hojas del modo acostumbrado. ¿Es así la vida? ¿Deben ser así las novelas” 1
Las posibilidades de narrar son infinitas como es nuestro horizonte de sentido, interpretaciones, contextos, pretextos e hipertextos; los eventos infinitos y la creatividad nos recuerdan que el horizonte no tiene límite como no lo tiene la narrativa. “No existe "material adecuado para la narrativa", pues todo es material apropiado para la narrativa, todo sentimiento, todo pensamiento; toda cualidad del cerebro y del espíritu de la
(^1) Wolf, Virginia. La Narrativa Moderna. En www.ciudadseva.com
Aunque nadie conozca a la tal María Emilia ni sepa dónde vive, todo el mundo estará interesado en averiguarlo Así somos, ¿para qué negarlo? Nos atraen las vidas ajenas tanto como la nuestra. Nos gusta escuchar historias, aventuras, anécdotas, cosas que han pasado, reales o ficticias. Nos encanta oír cuentos (y vivir del cuento, si fuera posible). Nos cautivan las narraciones. ¿Cuál es la diferencia entre la forma “narrativa” y la “discursiva”? En la primera, relatamos hechos, acontecimientos, contamos lo que ocurrió. En la segunda, exponemos ideas. El narrador pasa de un hecho a otro, encadena sucesos concretos. El orador, de una idea a otra, analizando y sintetizando conceptos. La narración va hacia delante, avanza con el tiempo, es cronológica. El discurso va hacia abajo, buscando profundidad, es lógico (a veces tanto, que uno se ahoga). No hay que hablar mal del discurso. (¡Esto mismo que estoy haciendo ahora lo es!) Evidentemente, hay un tiempo para ambas formas, la narrativa y la expositiva. Pero si pusiéramos a competir a estas dos maneras de expresarse, la primera gana. Un mal relato aventaja a una buena ponencia. Y es que el relato no sólo captura la atención, sino también la memoria. Las narraciones se recuerdan más fácilmente, porque emplean palabras materiales, porque dan cuenta de la vida. Las nociones y definiciones, las argumentaciones y teorizaciones, por más importantes que sean, se suelen disolver en la mente como pompas de jabón. Quien narra, gana. Quien sabe contar, tiene a su alrededor un montón de oyentes ávidos, esté con un grupo de amigos y amigas o en una cabina de radio. Y ahora, ¿les sigo contando lo de María Emilia? Pues resulta que esta chica abre la puerta y ahí, frente a ella, se encontraba su primer novio con cara de malas pulgas. Ella intentó apartarlo, pero en ese mismísimo momento…”
1.1.5 Lección 5 Las Formas de Narrar^1
Suele aceptarse que uno de los tres cauces "naturales" de la comunicación humana es la narración
(contar), que se suma a otros dos: la poesía (cantar) y el teatro (representar). También suele decirse que la narración es un género capital que puede envolver a los otros: siempre hay una historia detrás
de todo poema, siempre un relato detrás de todo drama. Incluso, dado que el saber humano es temporal, puede afirmarse que los discursos científicos y filosóficos son narrativos, en cuanto
narración de observaciones y/o memoria de la experiencia humana.
Pero podemos narrar de diversas formas, dependiendo de la materia con la que lo hagamos. La más
frecuente es la materia verbal, por supuesto, pero también se puede narrar mediante imágenes y/o sonidos u otros sistemas semiológicos (el cuerpo, la ropa, etc.).
En cuanto a la narración verbal, ella siempre ha estado ligada a lo que podríamos llamar, siguiendo a Walter Ong, las tecnologías de la palabra: primero a la oralidad, luego a la escritura, y ahora,
posiblemente, al hipertexto. Cada una de estas tecnologías ha despejado posibilidades expresivas
que el acervo cultural acumula y potencia. Esto quiere decir que si bien la línea narrativa progresa, no elimina formas anteriores (lo que puede explicar, entre otras cosas, que la narración oral tenga tanta
funcionalidad hoy como la narración digital). No obstante, estas nuevas formas han alterado los elementos de la narración verbal tradicional, (como el sentido de los personajes, de la acción y de los
(^1) Fragmento de Rodríguez, Ruiz Jaime. En: Teoría, práctica y enseñanza del hipertexto de ficción: El relato
digital http://www.javeriana.edu.co/relato_digital/r_digital/teoria/teoria_index.htm
escenarios), y han innovado el conjunto de normas y criterios que configuraban hasta ahora la pragmática de la imagen narrativa.
Si echamos un vistazo a las posibilidades que la tecnología ha abierto en los últimos tiempos
podemos afirmar que la línea narrativa se ha ensanchado espectacularmente: imágenes de síntesis, realidades virtuales, hipernovelas, videojuegos, juegos de rol, se suman a otras formas
“tradicionales”: la narración oral escénica, novela, cuento, cine, etc. La representación icónica, la narratividad y la producción y consumo de ficción están cambiando de una manera profunda,
provocando un salto que podríamos llamar, sin recato, cualitativo. La “informática” ha promovido la formalización innovadora y creadora de los modelos narrativos, y técnicas como la digitalización, la
simulación y la interactividad de imágenes 3D, para sólo mencionar algunas, están permitiendo el diseño de nuevas estrategias discursivas.
Pero, aunque resulte difícil y hasta arbitrario, es útil distinguir entre narración cotidiana y narración de ficción o, siguiendo a los formalistas rusos, entre narración estándar y narración poética. La primera
correspondería a ese tipo de narración vinculada a un simple hacer-saber, mientras que la otra
incorpora conscientemente estrategias del tipo simbólico-estético que conducen a potenciar otras categorías del saber-decir: el hacer-hacer y el hacer-ser.
En este modulo nos dedicaremos, por ahora, a las formas tradicionales de narración que de alguna
manera las tenemos presentes en nuestra cotidianidad, con trazos de narratología aprendidos en los escenarios educativos a los que pertenecemos, pero no debemos olvidar en lo que se esta
incursionando que es la narrativa digital, que le apuesta a un nuevo horizonte de la narratividad, definido como un objeto virtual capaz de poner en dinámica no sólo una dimensión técnica (la
utilización de recursos audiovisuales y de las nuevas tecnologías de la comunicación), sino una dimensión estética; esto es, la posibilidad de afectar la experiencia sensible a partir del uso artístico
de esas técnicas, con lo que entreteje un tipo peculiar de relato: el relato digital. Y esto lo podemos
asumir en los cursos de Multimedia o de Cibercultura ofrecidos por el programa de comunicación para que se sumen a este campo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
1.2 Capitulo 2: Elementos de la narración
Teniendo en cuenta que es narrar y sus cualidades nos ocuparemos de sus elementos, mediante ejemplos de cómo la narrativa esta permeada por la cultura.
1.2.1 Lección 6 La expresión Narrativa
Cada Texto presenta un modo de organización en su interior, por eso tenemos textos narrativos, descriptivos, expositivos, argumentativos, diálogos y epístolas. Cada uno de ellos presenta un modo de organización, unos elementos, una estructura y unas convenciones de lengua y estilos propios. Por ello se utilizan para finalidades específicas. En nuestro campo de interés narrativo y descriptivo son textos que se relacionan generalmente con la expresión literaria, pero, en el campo de estudio de la cultura en ciencias sociales, también con las representaciones y la relación de la realidad con el sujeto donde las narraciones, hacen parte del proceso por medio del cual el sujeto se construye en sociedad y construye al mismo tiempo su realidad, esto tienen que ver con la construcción de la realidad como un fenómeno social (construccionismo), se comprende por ello la afirmación de Gergen
Los personajes se dividen en principales y secundarios. Entre los personajes principales se encuentra el protagonista que es el que más destaca, el que lleva la parte más importante de la acción. En muchos relatos aparece también el antagonista , un personaje negativo, "el malo", que se enfrenta al protagonista.
Analice como ve Juan Rulfo los Elementos Narrativos en la siguiente lectura
1.2.5 Lección 10 El Autor y los Elementos de la Narración
El Desafío De La Creación 1
Juan Rulfo
Desgraciadamente yo no tuve quién me contara cuentos; en nuestro pueblo la gente es cerrada, sí, completamente, uno es un extranjero ahí.
Están ellos platicando; se sientan en sus equipajes en las tardes a contarse historias y esas cosas; pero en cuanto uno llega, se quedan callados o empiezan a hablar del tiempo: "hoy parece que por ahí vienen las nubes..." En fin, yo no tuve esa fortuna de oír a los mayores contar historias: por ello me vi obligado a inventarlas y creo yo que, precisamente, uno de los principios de la creación literaria es la invención, la imaginación. Somos mentirosos; todo escritor que crea es un mentiroso, la literatura es mentira; pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación.
Considero que hay tres pasos: el primero de ellos es crear el personaje, el segundo crear el ambiente donde ese personaje se va a mover y el tercero es cómo va a hablar ese personaje, cómo se va a expresar. Esos tres puntos de apoyo son todo lo que se requiere para contar una historia: ahora, yo le tengo temor a la hoja en blanco, y sobre todo al lápiz, porque yo escribo a mano; pero quiero decir, más o menos, cuáles son mis procedimientos en una forma muy personal. Cuando yo empiezo a escribir no creo en la inspiración, jamás he creído en la inspiración, el asunto de escribir es un asunto de trabajo; ponerse a escribir a ver qué sale y llenar páginas y páginas, para que de pronto aparezca una palabra que nos dé la clave de lo que hay que hacer, de lo que va a ser aquello. A veces resulta que escribo cinco, seis o diez páginas y no aparece el personaje que yo quería que apareciera, aquél personaje vivo que tiene que moverse por sí mismo. De pronto, aparece y surge, uno lo va siguiendo, uno va tras él. En la medida en que el personaje adquiere vida, uno puede, por caminos que uno desconoce pero que, estando vivo, lo conducen a uno a una realidad, o a una irrealidad, si se quiere. Al mismo tiempo, se logra crear lo que se puede decir, lo que, al final, parece que sucedió, o pudo haber sucedido, o pudo suceder pero nunca ha sucedido. Entonces, creo yo que en esta cuestión de la creación es fundamental pensar qué sabe uno, qué mentiras va a decir; pensar que si uno entra en la verdad, en la realidad de las cosas conocidas, en lo que uno ha visto o ha oído, está haciendo historia, reportaje.
A mí me han criticado mucho mis paisanos que cuento mentiras, que no hago historia, o que todo lo que platico o escribo, dicen, nunca ha sucedido y es así. Para mí lo primero es la imaginación; dentro de esos tres puntos de apoyo de que hablábamos antes está la imaginación circulando; la imaginación es infinita, no tiene límites, y hay que romper donde cierra el círculo; hay una puerta, puede haber una puerta de escape y por esa puerta hay que desembocar, hay que irse. Así aparece otra cosa que se llama intuición: la intuición lo lleva a uno a pensar algo que no ha sucedido, pero que está sucediendo en la escritura.
(^1) Lea el texto completo en: http://www.ciudadseva.com/textos/
Concretando, se trabaja con: imaginación, intuición y una aparente verdad. Cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer: el trabajo es solitario, no se puede concebir el trabajo colectivo en la literatura, y esa soledad lo lleva a uno a convertirse en una especie de médium de cosas que uno mismo desconoce, pero sin saber que solamente el inconsciente o la intuición lo llevan a uno a crear y seguir creando.
Creo que eso es, en principio, la base de todo cuento, de toda historia que se quiere contar. Ahora, hay otro elemento, otra cosa muy importante también que es el querer contar algo sobre ciertos temas; sabemos perfectamente que no existen más que tres temas básicos: el amor, la vida y la muerte. No hay más, no hay más temas, así es que para captar su desarrollo normal, hay que saber cómo tratarlos, qué forma darles; no repetir lo que han dicho otros. Entonces, el tratamiento que se le da a un cuento nos lleva, aunque el tema se haya tratado infinitamente, a decir las cosas de otro modo; estamos contando lo mismo que han contado desde Virgilio hasta no sé quienes más, los chinos o quien sea. Mas hay que buscar el fundamento, la forma de tratar el tema, y creo que dentro de la creación literaria, la forma ‐la llaman la forma literaria‐ es la que rige, la que provoca que una historia tenga interés y llame la atención a los demás.
Conforme se publica un cuento o un libro, ese libro está muerto; el autor no vuelve a pensar en él. Antes, en cambio, si no está completamente terminado, aquello le da vueltas en la cabeza constantemente: el tema sigue rondando hasta que uno se da cuenta, por experiencia propia, de que no está concluido, de que algo se ha quedado dentro; entonces hay que volver a iniciar la historia, hay que ver dónde está la falla, hay que ver cuál es el personaje que no se movió por sí mismo. En mi caso personal, tengo la característica de eliminarme de la historia, nunca cuento un cuento en que haya experiencias personales o que haya algo autobiográfico o que yo haya visto u oído, siempre tengo que imaginarlo o recrearlo, si acaso hay un punto de apoyo. Ése es el misterio, la creación literaria es misteriosa, y uno llega a la conclusión de que si el personaje no funciona, y el autor tiene que ayudarle a sobrevivir; entonces falla inmediatamente. Estoy hablando de cosas elementales, ustedes deben perdonarme, pero mis experiencias han sido éstas, nunca he relatado nada que haya sucedido; mis bases son la intuición y, dentro de eso, ha surgido lo que es ajeno al autor.
El problema, como les decía antes, es encontrar el tema, el personaje y qué va a decir y qué va a hacer ese personaje, cómo va a adquirir vida. En cuanto el personaje es forzado por el autor, inmediatamente se mete en un callejón sin salida. Una de las cosas más difíciles que me ha tocado hacer, precisamente, es la eliminación del autor, eliminarme a mí mismo. Yo dejo que aquellos personajes funcionen por sí y no con mi inclusión, porque entonces entro en la divagación del ensayo, en la elucubración; llega uno hasta a meter sus propias ideas, se siente filósofo, en fin, y uno trata de hacer creer hasta en la ideología que tiene uno, su manera de pensar sobre la vida, o sobre el mundo, sobre los seres humanos, cuál es el principio que movía las acciones del hombre. Cuando sucede eso, se vuelve uno ensayista. Conocemos muchas novelas‐ensayo, mucha obra literaria que es novela‐ensayo; pero, por regla general, el género que se presta menos a eso es el cuento. Para mí el cuento es un género realmente más importante que la novela porque hay que concentrarse en unas cuantas páginas para decir muchas cosas, hay que sintetizar, hay que frenarse; en eso el cuentista se parece un poco al poeta, al buen poeta. El poeta tiene que ir frenando el caballo y no desbocarse; si se desboca y escribe por escribir, le salen las palabras una tras otra y, entonces, simplemente fracasa. Lo esencial es precisamente contenerse, no desbocarse, no vaciarse; el cuento tiene esa particularidad; yo precisamente prefiero el cuento, sobre todo, sobre la novela, porque la novela se presta mucho a esas divagaciones.
La novela, dicen, es un género que abarca todo, es un saco donde cabe todo, caben cuentos, teatro o acción, ensayos filosóficos o no filosóficos, una serie de temas con los cuales se va a llenar aquel saco; en cambio, en el cuento tiene uno que reducirse, sintetizarse y, en unas cuantas palabras, decir o contar una historia que otros cuentan en doscientas páginas; ésa es, más o menos, la idea que yo tengo sobre la creación, sobre el principio de la creación literaria; claro que no es una exposición brillante la que les estoy haciendo, sino que les estoy hablando de una forma muy elemental, porque yo les tengo mucho miedo a los intelectuales, por eso trato de
el caso de un poema, no: es una idea más general, y a veces ha sido la primera línea. Es decir, algo me es dado, y luego ya intervengo yo, y quizá se echa todo a perder. En el caso de un cuento, por ejemplo, bueno, yo conozco el principio, el punto de partida, conozco el fin, conozco la meta. Pero luego tengo que descubrir, mediante mis muy limitados medios, qué sucede entre el principio y el fin. Y luego hay otros problemas a resolver; por ejemplo, si conviene que el hecho sea contado en primera persona o en tercera persona. Luego, hay que buscar la época; ahora, en cuanto a mí eso es una solución personal mía, creo que para mí lo más cómodo viene a ser la última década del siglo XIX. Elijo si se trata de un cuento porteño, lugares de las orillas, digamos, de Palermo, digamos de Barracas, de Turdera. Y la fecha, digamos 1899, el año de mi nacimiento, por ejemplo. Porque ¿quién puede saber, exactamente, cómo hablaban aquellos orilleros muertos?: nadie. Es decir, que yo puedo proceder con comodidad. En cambio, si un escritor elige un tema contemporáneo, entonces ya el lector se convierte en un inspector y resuelve: "No, en tal barrio no se habla así, la gente de tal clase no usaría tal o cual expresión."
El escritor prevé todo esto y se siente trabado. En cambio, yo elijo una época un poco lejana, un lugar un poco
lejano; y eso me da libertad, y ya puedo fantasear o falsificar, incluso. Puedo mentir sin que nadie se dé cuenta,
y sobre todo, sin que yo mismo me dé cuenta, ya que es necesario que el escritor que escribe una fábula por
fantástica que sea crea, por el momento, en la realidad de la fábula.
1.3.3 Lección 13: El Narrador
El narrador es la voz de quien escribe, quien cuenta. “Es la persona que cuenta la historia. Si cuentas lo
que te ha sucedido, tú eres el narrador. En los cuentos, el narrador es el que va contando lo que sucede y
presentando a los personajes.
Los personajes son los seres a los que les ocurren los hechos que el narrador cuenta. Si cuentas lo que te ha
pasado a ti, además de ser el narrador eres un personaje de la historia. Si cuentas lo que les ha pasado a tus
padres, los personajes son ellos” 1.
1.3.4 Lección 14 La voz del Narrador
Atendamos a lo que nos dice María Paulina Ortiz sobre la voz del narrador
Una voz propia 2
De lo que se trata es de encontrar una voz que los demás reconozcan como de uno. Que alguna vez suceda que algunos lectores lean un pedacito de un texto y digan esto es de tal persona. Encontrar nuestra propia voz, nuestro propio estilo, nuestra manera de decir las cosas y no estar cerrado a las posibilidades. Eso incluye lo que a uno se le ocurra y también lo que uno pueda copiar.
Uno casi siempre empieza copiando y si no lo hace conscientemente lo hace sin darse cuenta. Leer es ir incorporando fórmulas, maneras que después uno va a reproducir. Hay casos en que uno puede hacerlo de forma más notoria, para ir armando su propia voz. No teman copiar, robar ideas, formas, giros, tonos; solo sería penoso si uno copia una cosa y no sale de ahí, queda como anclado. Pero usar modelos para incorporarlos y tratar de salir adelante a partir de ahí, está bien.
(^1) http://roble.pntic.mec.es/~msanto1/lengua/1narraci.htm (^2) Tomado de: www.saladeprensa.org/ Taller de periodismo y literatura del periodista y escritor Martín Caparros
Para encontrar la voz hay que leer mucho y leer con esa intención: pensando qué de todo eso me va a servir, qué voy a poder usar. Si uno lee con esa intensidad algo se le pega del ritmo, del tono. Algo le va quedando y lo va usando en su propia producción. La mejor manera de aprender a escribir es leyendo. Se puede hablar, pensar, hacer muchas cosas para escribir mejor, pero la absolutamente indispensable es leer. Leer atentamente y pensar ¡ah!, yo podría hacer algo así, yo podría desarrollar esto. O simplemente escuchar un ritmo, seguir el sonido de la prosa, ir dejándose llevar por ciertos recursos. Hoy nos parece tan importante la originalidad sin saber que en eso sí que somos originales, porque hasta hace ciento y pico de años la originalidad no le importaba a nadie. Retomar algo que había sido hecho y hacerlo de nuevo, con una ligera variación, era perfectamente lícito. Lo digo para autorizar cualquier tipo de plagio, de robo, si va a llevarnos después a encontrar nuestra propia voz.
El punto de vista del narrador es uno de los aspecto más importante del análisis de la forma de una
obra narrativa
Narrador observador (en 3ra persona gramatical)
Omnisciente: Es el narrador que sabe de antemano el desenlace y por eso hace actuar a sus personajes a su antojo
Espectador: Este narrador cuenta simplemente lo que ve de manera objetiva
Narrador personaje (en 1ra persona gramatical)
Protagonista Cuando quien cuenta la acción es a la vez el personaje principal de ella
Secundario Cuando se mezcla con los personajes y es un testigo de los hechos
Miradas para narrar
Se puede elaborar relatos desde varias perspectivas el narrador puede utilizar la subjetividad o por el contrario asumir la objetividad.
El relator subjetivo es quien lo sabe es omnisciente, no tiene secretos.
“El descendiente del Cunavichero”. Párrafo Del Capitulo II De Doña Bárbara: Rómulo Gallego.
“…te veo y no te conozco, hijo. Te has vuelto cimarrón_ decíale la madre, llaneraza todavía, a pesar de todo. _ es el desarrollo _ observaban sé las amigas . Los muchachos se ponen así cuando están en esa edad. _ Es el estrago de los horrores que hemos presenciado añadía ella.
Topografía , cuando se refiere a un lugar;
Cronología cuando se trata de describir una época;
Prosopografía , si se ocupa de las cualidades físicas de una persona ;
Etopeya , cuando presenta las cualidades morales;
Paralelo cuando se hace comparación.
Y Retrato si se combina prosopografía y Etopeya^1.
De acuerdo con N. González Ruiz, existen tres tipos de descripción p ictórica, topográfica y
cinematográfica
Ejemplo de un relato descriptivo
…”Ni siquiera fue hermoso, fue como si me quedara ciego: Hacia tantos años que no salía de aquella tumba de
cemento; hacia tantos años que no veía el espacio y el sol. Me había olvidado como era el sol y fuera hacia un
sol intenso, cuando lo vi de cerca, tuve que cerrar los ojos; Luego los abrí un poco, pero solo un poco, y con los
ojos semicerrados empecé a andar y andando empecé a descubrir el espacio. Ya no me acordaba de cómo era
el espacio Mi celda tenia un metro y medio por tres y caminando solo podía dar dos pasos y medio Descubrir el
espacio me dio vértigo. Y lo sentí rodar a mi alrededor como un tiovivo, y me maree, y estuve a punto de caer.
Aun ahora, si camino más de cien metros, me siento cansado y desorientado. No, fue hermoso. Y si no lo crees
no me importa. O si me importa y me aguanto.
Hacia un esfuerzo terrible para andar con todo aquel sol, con todo aquel espacio, y luego, de repente, en todo
aquel sol, en todo aquel espacio, descubrí una mancha. Y la mancha era un grupo de gente. Y de aquel grupo
de gente se destaco una figura negra. Y me salió al encuentro y, de repente, se convirtió en mi madre. Y detrás
de mi madre se destaco otra figura. Y se convirtió en la señora Mandilaras, la viuda de Nikoforos mandilaras,
asesinado por los coroneles. Y yo abrace a mi madre, abrace a la señora Mandilaras…
Y después Lloraste?
¡No ¡ no llore ¡ ni siquiera mi madre lloro. Nosotros somos gente que no llora. Y si acaso se llora, nunca se
hace delante de los demás. En estos años llore sólo dos veces: cuando asesinaron a Georghtzis y cuando me
dijeron que mi padre había muerto......
La Argumentación
Decir que cuento (argüir, razonar, discutir, impugnar contradecir, replicar, objetar, refutar) forma
discursiva que busca convencer a partir de la persuasión que encuentra sus antecedentes en
(^1) Martín Alonso citado en Géneros Periodísticos, Periodismo de Opinión y Discurso, González Reyna Susana E. Trillas- México , 1991 (^2) Oriana Fallaci. “ Entrevistas con la historia, Rizzoli editores, Milán,
Aristóteles quien plantea dos grandes vías para persuadir, la vía lógica para convencer y la vía psicológica para emocionar 1. La finalidad radica cuando los lectores piensen y actúen de acuerdo a la
propuesta que se le ofrece.
La argumentación va dirigida hacia aquellas personas que tienen ideas diferentes al redactar, si se trata de ponderar, pregonar, denunciar o sentar precedente se debe redactar con hechos, ideas, razones, causas, consiste en una serie de raciocinios mediante los cuales se pasa de ideas preconcebidas a propuestas alternativas para obtener conclusiones.
Si de Narrar con técnica se trata, debemos decir que no hay términos clásicos para ello, la narración
como nos dimos cuenta en las formas de expresión oral pueden ser espontáneas e igualmente técnicas, pero lo importante es que los elementos utilizados tenga su lugar correcto, llevando hasta el
final la coherencia, cohesión e hilaridad de la historia.
Desde la lectura El Dato Escondido nos daremos cuenta como la narración puede acentuar sus
elementos e igualmente callarlos para crear efectos creativos e imaginativos:
El Dato Escondido 2 Mario Vargas Llosa
Apartes de las claves que da el escritor mas connotado de los diálogos en las narrativas en la Pág.
En alguna parte, Ernest Hemingway cuenta que, en sus comienzos literarios, se le ocurrió de pronto, en una historia que estaba escribiendo, suprimir el hecho principal: que su protagonista se ahorcaba. Y dice que, de este modo, descubrió un recurso narrativo que utilizaría con frecuencia en sus futuros cuentos y novelas. En efecto, no sería exagerado decir que las mejores historias de Hemingway están llenas de silencios significativos, datos escamoteados por un astuto narrador que se las arregla para que las informaciones que calla sean sin embargo locuaces y azucen la imaginación del lector, de modo que éste tenga que llenar aquellos blancos de la historia con hipótesis y conjeturas de su propia cosecha. Llamemos a este procedimiento ‘el dato escondido’ y digamos rápidamente que, aunque Hemingway le dio un uso personal y múltiple (algunas veces, magistral), estuvo lejos de inventarlo, pues es una técnica vieja como la novela y que aparece en todas las historias clásicas.
Pero, es verdad que pocos autores modernos se sirvieron de él con la audacia con que lo hizo el autor de El viejo y el mar. ¿Recuerda usted ese cuento magistral, acaso el más célebre de Hemingway, llamado “Los asesinos "? Lo más importante de la historia es un gran signo de interrogación:
¿por qué quieren matar al sueco Ele Andreson ese par de forajidos que entran con fusiles de cañones recortados al pequeño restaurante Henry’s de esa localidad innominada? ¿Y por qué ese misterioso Ole Andreson, cuando eljoven Nick Adams le previene que hay un par de asesinos buscándolo para acabar con él, rehúsa huir o dar parte a la policía y se resigna con fatalismo a su suerte? Nunca lo sabremos. Si queremos una respuesta para estas dos preguntas cruciales de la historia, tenemos que inventárnosla nosotros, los lectores, a partir de los escasos datos que el narrador omnisciente e impersonal nos proporciona: que, antes de avecindarse en el lugar, el sueco Ole Andreson parece haber sido boxeador, en Chicago, donde algo hizo (algo errado, dice él) que selló su suerte….
(^1) González Reyna Susana pág. 17 (^2) Lea el texto completo en: http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/heming01.htm
2.1 Capitulo 4 Oralidad y Escritura
“Dios mío que hermoso es Shakespeare. ¿Quién es tan misterioso como él? Su palabra y sus modos equivales a un pincel tembloroso de fiebre y de emoción. Pero hay que aprender a leer, como debe aprenderse a ver y aprender a vivir”. Van Gogh
Existe un abismo que separa la oralidad y la escritura dado que estas dos formas de expresión comparten el mismo código lingüístico; los mensajes pueden ser los mismos, pero la forma de comunicarlos se realiza de forma diferente; No se habla como se escriben Ni se escribe como se habla.^1
El ser humano aprende hablar por necesidad de comunicarse, relacionarse, como sujeto social y político esto se realiza de manera espontánea, cotidianamente en la oralidad se utiliza un léxico menor y se puede suplir las deficiencias con la ayuda de los gestos, expresiones faciales y el tono de la voz. El aprendizaje del lenguaje escrito exige inversión de tiempo y disciplina, la base de la codificación son los grafemas o las letras que hacen posible un sonido, se requiere mayor rigor porque no se puede acudir al apoyo gestual.
2.1.1 Lección 16 Narración oral 2
La narración oral nos remite al oído, por que la maravilla de lo oral esta en que no se ve, los signos formados por la voz no requieren ser vistos para ser comprendidos (para quien conoce la lengua en
que se esta hablando). En todas las comunidades humanas se ha practicado de manera consuetudinaria la forma oral del lenguaje. En cada grupo hay distintas modalidades de palabras;
desde expresiones de diálogo cotidiano doméstico e íntimo, pasando por expresiones de cortesía en las relaciones políticas, de negocios, de alianzas, de conflictos, hasta las formas rituales de los
sabedores, chamanes, sacerdotes, artistas – cuenteros^3 -. También en todas las sociedades hay unos
contextos especiales para la palabra, entendida ésta no como el uso corriente y utilitario del habla, sino como el uso especial, ritualizado y ceremonial de formas lingüísticas que se transmiten de
generación en generación.
Se trata de las formas narrativas de la oralidad que prefieren las formulas de repetición y no las
exposiciones reflexivas y analíticas del pensamiento (que piensan las cosas por partes)…. La narración oral se centra en los relatos directamente relacionados las formas tradicionales de
comunicarse… Por ejemplo, son muy distintas las formas y contextos del mito a la forma y contextos de los rezos curativos de los chamanes; aunque ambas narrativas tienen que ver con aspectos del
significado estrechamente relacionados. Tanto que “a menudo el mito funda la posición y rol del
chaman, sus conocimientos y sus prácticas….(mientras el chamán) expresa las palabras, los dichos, las fórmulas que tiene el poder de captar, de detener, de restablecer los flujos que unen a los
(^1) Serra, José. Como escribir correctamente intermedio editores Ltda. Bogotá 2005 (^2) Giron, Jesús Mario y otros. Cultura y lenguas nativas de Colombia Ed. Unad-Licenciatura en Etnoeducación. 2001 (^3) Se añadió la palabra cuenteros alado de artistas, ya que constituye una forma de expresión artística
hombres con “otro mundo”…Pero hay una importante diferencia entre el discurso de los mitos y las palabras del chamán. El primero relata los sucesos que provocan el estado actual del mundo, cuenta
como se instauró, se estableció; es implícita o explícitamente un discurso normativo, común a toda la
sociedad. Las otras (las palabras del Chamán) son específicas y tiene la capacidad de actuar, crear, de modificar.
En este curso en algunos casos hemos realizado una transcripción de las narrativas orales, y en otros hemos leído relatos regionales ya escritos, la importancia de uno y otro esta en el narrador y su
transcriptor. En el caso de escuchar y luego escribir, es de notar que algunos relatos tienen entonaciones, interjecciones o imitaciones de sonidos de la naturaleza; es preciso observar si en
realidad los narramos según como nos contaron o narraron. En cuanto a leer algunos que ya estaban escritos, ya sabemos que son discursos formales que tomaron la forma narrativa de la escritura.
2.1.2 Lección 17 Narración Escrita
Es la que ya a pasado a los escritos formales, que por ser condicionantes, deben tener una formula de escritura, que precisamente tiene que ver con los elementos de la narrativa, hablaremos de la narrativa literaria y la informativa:
2.1.3 Lección 18 La Narración Literaria
Se caracteriza por el aporte creativo, el uso del lenguaje subjetivo para despertar emoción, deleite y entretenimiento al lector. Debe dar la impresión de que se esta presenciando lo que se relata. La
subjetividad del narrador matiza el relato con adjetivos, adverbios, comparaciones, toques de humor pesadumbre, esperanza y otros estados En esta clase se encuentran el Cuento, la Novela y la
poesía. Veamos lo que nos dice de este aspecto Adrián Eduardo Duplatt, quien en su artículo Periodismo Narrativo Otra Forma de Explicar el Mundo , nos da una mirada sobre la narración literaria:
El historiador Paul Veyne define a la narración histórica como novela verdadera. Algo similar dice el escritor
Norman Mailer cuando se refiere a su trabajo de non fiction “Los ejércitos de la noche” y lo subtitula “La novela
como Historia. Historia como la Novela”. Por su parte 1 , el escritor Truman Capote (“A sangre fría”) y el
periodista Rodolfo Walsh (“Operación Masacre”) utilizaron técnicas literarias para plasmar textualmente el
resultado de sus investigaciones sobre hechos verdaderos.
A todo evento, las indagaciones de los historiadores, escritores y periodistas versan, en esos casos, sobre
acontecimientos ciertos. El discurso utilizado es el narrativo, tan válido para dar cuento del mundo como el
histórico tradicional, el empírico cuantitativo, el filosófico, el teórico abstracto o el periodístico informativo.
Todos ellos enunciados facticios o narrativa natural.
Ahora bien, el tópico se complica si para representar la realidad se utiliza la ficción. El historiador Roger
Chartier llegó a afirmar que “la historia no aporta más (ni menos) verdadero conocimiento de lo real que una
novela” (Morales Moya, 1995:191). La literatura tiene en innumerables ejemplos, una dimensión testimonial
similar a la historia o al periodismo. Dickens, Balzac, Dostoievsky, Flaubert, Stendhal, Maupassant, Zola, Twain,
Dos Passos, Hemingway, Martí, Hammett, Chandler, Soriano, T.E. Martínez,… con sus ficciones ayudaron a
recrear épocas y situaciones que hicieron más comprensibles el tiempo pasado o el presente.
(^1) Se nombran sólo unos ejemplos conocidos y sus obras emblemáticas. La lista de autores y obras de no-ficción es ingente.
importante para las ciencias sociales a la hora de abordar ese transito entre lo que se a dado llamar el adentro y el afuera, como son el pensamiento, o mundo de la ideas, y la realidad donde todo
debería ser verificable, para nuestro asunto de la narrativa escrita, es importante tener en cuenta, que
la narratología es como esta dispuesta la narrativa en la literatura y esta es la manera de nombrarla.
2.1.4 Lección 19 Narración informativa
Se encuentra en los géneros periodísticos, se caracteriza por el uso de lenguaje objetivo crónica, reportaje, noticia. Igualmente veamos lo que nos dice Adrián Eduardo Duplatt, sobre este aspecto
en su artículo Periodismo Narrativo Otra Forma de Explicar el Mundo , hablándonos sobre la narrativa en periodismo:
En periodismo
Pero también la narración, como ya se señalara, es importante a la hora de ordenar la información para hacerla
más comprensible. Observar, comprender y comunicar es la tarea del periodista, y si no se entiende lo que
comunica, de poco sirve su trabajo. Con este fin, las historias juegan un papel de ingente importancia. Ocurre
que los datos, la información “sintáctica”, no tienen sentido si son considerados como meros “hechos mostrencos”: ha de recibir una configuración adecuada para que tenga sentido vital en la persona del destinatario. Los “hechos”, lejos de merecer la adoración propia de lo sagrado, exigen ser explicados y valorados conforme a razón 1 (Puente, 1999:39).
En sintonía con tales pareceres está el historiador Antonio Morales Moya, para quien el discurso no es solo un
medio del investigador para exponer las explicaciones del pasado, sino que la misma estructura discursiva
utilizada ‐la narración‐ determina el modo de organizar el pasado y de producir su inteligibilidad (Morales
Moya, 1995:183).
(Cabe recordar que la narración no es un método inocente y desprovisto de suspicacias epistemológicas. El sólo
hecho de elegir un relato para presentar los datos indica qué camino se seguirá para construir una realidad.
Otros caminos construirán otras realidades. Gustave Flaubert decía que el estilo es una manera absoluta de ver
las cosas; es decir, la realidad que se muestra depende del estilo que se utilice para reconstruirla. Si hablamos
de periodismo, un mismo acontecimiento representado como noticia, crónica, entrevista o reportaje novelado,
puede dar lugar a realidades distintas. El historiador Michel de Certeau también reflexiona sobre estos tópicos.
Cree que la historia narrativa, por ejemplo, se abre a los problemas de la forma, del lenguaje, a la teoría
literaria y a la perspectiva semiótica, y que el contenido de la representación no es indiferente a la forma, pues
lo intrínseco de ésta es producir significados).
Tomás Eloy Martínez es partidario del uso de la narración en el periodismo:
Uno de los más agudos ensayistas norteamericanos, Hayden White, ha establecido que lo único que el hombre realmente entiende, lo único que de veras conserva en su
(^1) Cita de J.J. García-Noblejas en “Fundamentos para una iconología audiovisual”, en Comunicación y Sociedad , nro. 1, vol.
I, pág. 32.
memoria, son los relatos. White lo dice de modo muy elocuente: "Podemos no comprender plenamente los sistemas de pensamiento de otra cultura, pero tenemos mucha menos dificultad para entender un relato que procede de otra cultura, por exótica que nos parezca". Un relato, según White, siempre se puede traducir "sin menoscabo esencial", a diferencia de lo que pasa con un poema lírico o con un texto filosófico. Narrar tiene la misma raíz que conocer. Ambos verbos tienen su remoto origen en una palabra del sánscrito, gna, conocimiento (Martínez, 1997).
La narración estructura en forma lógica los datos dispersos y le da sentido de coherencia. Además, Soledad
Puente (1999) cree que las historias en periodismo despiertan interés a partir de la identificación con los
personajes y la emoción que se sienta al leerlas o mirarlas. Es a través de la identificación que se crean lazos
emotivos entre la audiencia o lectores y el hacedor. Puente también afirma que para transmitir mensajes, sean
cuales sean, “a través del medio audiovisual, se debe conmover y también entretener al público” (Puente,
1999:148). A lo que agrega que es necesario aprovechar el medio y su forma para transmitir enseñanzas.
Las historias que provocan emociones para transmitir enseñanzas cuentan, a priori, con un aporte a favor y
otro en contra.
Puente cita una investigación efectuada en Chile en los años 1990 y 1991 sobre los informativos locales. En ella
se descubrió que “las personas mayores o las con menor educación son las que manifiestan más dificultades de
retención. Sin embargo, las mismas lograban un alto grado de recuerdo en informaciones de interés humano,
en las que el factor de identificación es muy fuerte. La investigación sostiene que en esos casos se recuerda con
gran detalle, tanto el contenido como los protagonistas del relato (Puente, 1999:158).
Por su parte, Ignacio Ramonet opina que la emoción ‐en su artículo habla de hiper‐emoción‐ es un mal del
periodismo actual. Ramonet observa que la audiencia ve las imágenes de la televisión y se emociona; al sentir
su emoción como verdadera traslada esa veracidad a lo que está viendo: sólo una imagen sin más información.
Por lo tanto, las imágenes que provocan emociones como fuente de verdad no hacen más que debilitar al
periodismo (Ramonet, 2001).
En todo caso, el prurito de Ramonet estaría dado por un mal ejercicio del periodismo. El periodismo es,
esencialmente, contar historias. Lo decía Winazki al comienzo de este trabajo, lo refrenda Puente (1999:22) y lo
argumenta Tomás Eloy Martínez 1 , sólo por citar unos pocos autores. Si la narración es útil en sociología,
antropología e historia, mucho más lo es en periodismo, donde cotidianamente hay comprender la realidad y
comunicarla en forma eficaz.
No son pocos los autores que comparan al periodismo con la historia 2 , por lo que todo lo mencionado para el
oficio de historiador en cuanto a la narración es aplicable al de periodista. Por ejemplo, Morales Moya cita un
libro histórico, Les Crématoires d´Auschwitz de Claude Pressac y critica: “Un lenguaje analítico, cifras,
presupuestos, planos, esquemas de montaje… ¿es suficiente para mostrar el horror del Holocausto” (Morales
Moya, 1995:190). Pareciera que para dar cabal dimensión de un drama humano, las estadísticas no alcanzan.
(^1) “El periodismo nació para contar historias, y parte de ese impulso inicial que era su razón de ser y su fundamento se ha
perdido ahora. Dar una noticia y contar una historia no son sentencias tan ajenas como podría parecer a primera vista. Por lo contrario: en la mayoría de los casos, son dos movimientos de una misma sinfonía” (Martínez, 1997). (^2) Ver: Colomer Pellicer (1997), Paul Ricoeur en Bastenier (2001), Velásquez (2000), Casasús (2001), entre otros.